lunes, 27 de noviembre de 2023

Hello, Dolly!

 

Quería volver a ver la película que tantas veces vimos en casa cuando mis hijas eran pequeñas y por fin encontré tiempo la tarde del domingo 23 de octubre, más cuando sonaron los primeros acordes pensé que este sol, aunque ideal no es lo normal y que pronto tendrá que refrescar. Había estado por la mañana ultimando la crónica de la pandemia en la villa a lo largo del año 20 y me vino a la cabeza la mesa y las sillas que compramos aquellos días para la terraza donde un par de matas de acelgas, alguna col, tomatera y demás componen un jardín que por imperativo legal no prosperara ya por estas fechas otoñales yermo de geranios asesinados a plena luz del día por el gusano de turno. Dejé la tele encendida, para que los canarios de ascendencia calamochina y que ya solo cantan en valenciano cogiesen tono, salí, me senté y comencé a leer.

 

Flor venenosa, del autor, de la trilogía Ojos Negros ambientada en pueblo del mismo nombre, David Izquierdo y con la cual el escritor se adentra en el entretenido mundo de la novela negra, y además rural, personajes ficticios, localizaciones reales, y a ver si hay suerte y siguen los crímenes por la otrora bulliciosa ciudad minera y el comisario Toro se convierte en una saga, es lo mínimo que se puede pedir.

 


Por cierto, entre los personajes, más allá del halcón, cual Hombre Pez galdosiano vuelve a salir Jesús El Lechón, mi alter ego, para saber si soy el asesino habrá que comprar y leer la novela.  Esta vez el autor ha publicado con el Señor Amazon, quien al menos le garantiza no perder dinero, y que con cada libro que venda le de para un café y un donut, todo muy policiaco sin duda. Eso sí, el gigante donde compre la silla y la mesa sobre la que leo y tomo notas, no se ha esmerado mucho, la portada es impecable pero el interior, viene con un procesar de textos del siglo pasado tal cual parece tirado por una multicopista clandestina de tres al cuarto, pero mira resulta le da un plus a la lectura. Parece que leas un informe policial, raspen los folios y se te llenen las manos de tinta. Una delicia.

 

Algo mas de dos horas es lo que dura Hello Dolly y mismo tiempo cuesta leer la novela, donde por cierto las referencias musicales son constantes, en ella el autor olvida a Delibes cuya prosa le inspiro la trilogía mencionada, para empezar a repartir estopa acorde con los autores policiacos del momento, nuestro Leonardo Padura, y su Mario Conde, el chino Qiu Xiaolong y su inspector Chen Cao, todos ellos con permiso del tierno Agapito Jon Lauko, cuya novela aun le debo a David, y el alter ego del escritor de Anadón, Emili Bayo, empinar el codo, sacudir, y el revolcón de turno que no puede faltar en ninguna novela contemporánea del género, pues sabido es que, bien comido, bien bebido y bien lo otro la mente se despeja y el asesino-a cae. Un tio culto este Toro, aseao, de buen comer, y que tiene en su pueblo su refugio, y en los asiduos del bar, un puñado de asesino en potencia y en su conversación el humor autentico.

 

Bueno, al grano, sin rodeos, lenguaje claro, directo, entretenido, tierno, amable como solo en un pueblo de Teruel uno puede ser, una delicia, un lujo para Ojos Negros, capital del crimen en el país del Jiloca, muy actual, fresco, vital, y animemos al autor a seguir las trochas iniciadas y que esta sea la primera novela de una exitosa saga, asi que a los habitantes de Ojos Negros, ruego se cuiden las espaldas no vayan a ser la próxima víctima, mucho cuidado por tanto con los que llegan de fuera, que ya se sabe…

No hay comentarios: