La receta de los caracoles dices, coño, pues bien fácil es, venga tira el retrato, y bien pronto esta dicha, y no hace falta escribirla en ningún lao, porque no tiene misterio.
Ahora, que lo mejor de estos caracoles, ¿sabes qué es?, que no los cogí yo, que me los dieron, … que se presento el tronera este de ahí bajo, tiempo atrás, con un saco, el invierno pasao seria, y me dijo, toma, que estoy hasta los cojones de comer caracoles, y me los dio… ahora que estos me paice a mi que no son de pu aquí de la vega, que son mañicos, de Zaragoza, porque son muchismo gordos, y aquí no tienen ni que comer, que ni llueve ni hostias.
Así que aun están más buenos siendo regalaos, mecagüen el copón bendito ya lo creo, que no tenemos edad, para ir por ahí arrastrando el culo por los zarzales cada vez que llueve, menos pa cogerlos a hurga, todo mojao de caño en caño, tira, tira… que ahora a lo que te caes, te jodes la crisma, y carburo si ya no queda.
Pero esto es como todo, leches, nos ha jodido, que dando no se va a ninguna parte, si acaso pidiendo, y que si te regalan algo, es porque tu antes, algo le has dao, o espera que le des, vamos… que de regalar nada, que bien se los voy a pagar este verano, que querrá pintar el pitañar ese que tiene.
Y luego, pues ahí han estao en la bodega todo el invierno en la caracolera, y el que no se ha jodido de frio, se ha muerto de hambre y el que no, pues ahora nos lo comemos y a cáscala a Luco, no sé que será peor, que no soy caracol, pero para ese viaje verdad maño…. Y luego, pues ningún misterio tiene el hacerlos, bueno, miento, tiene y no tiene… que si no, no estarían tan buenos como están. Ya verás la historia ya, calla.
Agarras los caracoles, los metes a un pozal lleno de agua, para que se espabilen y asomen los cuernos, el que no, pues o está muerto, o es muy listo, a la basura,… y a lo que echan a escaparse a lavarlos bien lavaos, que aunque lleven meses sin comer, a saber lo que habrán comido por los ribazos, con los venenos y las hostias,… que no te haga duelo el lavarlos las veces que sea menester, no hay que fiarse.
Y luego a la sopera, a cocerlos y cuidao de que no se escapen, hay que estar al tanto, en cuanto te descuidas se ve que se queman y se van los jodidos… después los escurres y a la sartén con un pizca de sal, que dicen que es mala… y lo mejor de todo, que por eso tienen ese sabor, se fríen con otra pizca, nada, con un geme, de guindilla, que es lo que le da ese sabor, … pero ya ves tú, que ni pica ni nada, pero les da un gusto que pa que, … y sin picar, la prueba la tienes en que las crías han comido más que nosotros, que picar no pican, … solo sabor.
Y es que esas guindillas tienen su otra historia.
Esas guindillas, picaban como el copón, coño que si picaban, si te hacían sudar pez, y las deje por imposibles, para no comérmelas yo, como picarían, barbaridad… tendrán lo menos veinte años, ya lo creo, si no son más, … que las traje de las simas, eche a comérmelas y no tuve cojones, que picaban las putas de ellas más que el copón, … así que un día, dije, se ha terminao, en el granero se quedan, … y allí estuvieron colgadas muchismos años, como hay sitio tampoco estorbaban, pero ni caso.
Luego me salieron en un terrizo, estos años atrás, y a escape me acorde de ellas, y dije “coño, aquellas malas putas que no había dios que se las comiera” y me dije, deja cogerlas y las tiro al contenedor ahora mismo, que ni las ratas las han tocao, buenas son…pues no tienen el morro fino ni nada y las baje para tirar, y aun me arrepentí, que tenía unos caracoles, y me dije, ande han estao tantos años, por unos días, mas… y las deje en la mesa, luego al cabo del tiempo hice los caracoles, … y ya ves, tremendo, picar ya no pican, o casi nada, y en cambio le dan eses sabor que es algo extraordinario, y otra vez con ellas para arriba para el granero… que pa tirar no estamos.
Así que eso te puedo contar, menos mal que no las tire, ahí las guardo, que no hay miedo que las ratas no se las comen, ni los gorriones tampoco, y para los caracoles,…
Y tranquilos, no hay cuidado, que antes estaremos todos en Santa Margarita que se acabaran las guindillas, menuda talegada hay… de todas formas, como aquel que dice, al paso que vamos, … cualquier día, todos estos que no tienen otra cosa que hacer, lo mismo nos prohíben comer caracoles, pa que no sufran los animales, pa que no nos muramos, pa que nos muramos de hambre.
Mecagúen la madre que los pario a todos, … no te creas que no es grande la cosa, ir a bar a echarte un café y tener que dejar el “perro” en la puerta.