Su elaboración... sencilla, pero nada fácil.
Encontrar una botella, de cuello estrecho y corto. En este caso, la botella número uno y dos fueron cascos de la entrañable La Pitusa.
Aqui el Maestro Artesano Pere de Burriana, busca entre las matas de pepino, poniendo cuidado en no pisar las guias un pepino con el tiro de la mata largo, lo cual es complicado, pues el pepino crece pegado a la guia, pero siempre, como en todo, hay algún despistado.
Se mete el pepino dentro de la botella y listo, "a ver que pasa".
Como del hortal hay que dar vuelta cada día, y quitar hierbas a cada momento, se va vigilando el pepino en la botella, pues si le da la gana crece, y si no, se echa a perder y hay que volver a empezar.
El caso es que un pepino normal y corriente, el vulgar de la ensalada en un par de dias o tres, ya lo tienes de más de un palmo, pero crecer dentro de la botella, todo es mas lento... y quieras que no se te van entre diez y quince dias. Amen.
Cosechado el pepino, se lava bien y listo.
Se llena de cazalla, anis seco hasta arriba y se vigila los primeros dias, ya que al pepino, como a todos, tambien le gusta el anisete y se lo va bebiendo, de modo que vamos rellenando hasta que se emborrache.
Etiquetado final, con el prospecto incluido, dado que se trata de una medicina, no de una bebida.
Y el resverso, esta en concreto fue la número tres, y descansa ahora en un pueblo, que no solo tiene jamon, sino que ademas tiene bacalao, que es perfecto vamos, en Agreda, donde Doro, dara buena cuenta de él a lo largo del invierno, cuando los colicos del chiquillo o chiquilla, le despierten.
De las otras dos botellas, la una quedose aqui en Burriana en manos del artesano que fue el promotor y heredero a un tiempo y la otra se la llevo su primo, ¿quien no tiene un primo amante del buen beber?, a Ermua, por alla arriba, el Eusebio espera paciente que le duelan las tripas, para tirar de botella.
Prospecto:
Aguardiente de Pepino del Tío Casimiro y la Rosa.
Embotellado: El pepino crece dentro de la botella, en el huerto, y tarda unos diez días. ¿Cómo si no vas a meterlo dentro?
Llenado: Se lava la botella y se rellena de algún culo de Cazalla que haya por casa, anís seco, que todo es menester explicar.
Consumo: Un año después de su embotellado. O al día siguiente. Que lo mismo da, leche que caldo teta, se puede catar.
Conservación: Como hacían las abuelas, siempre a mano, en la cómoda de la habitación al pie de la cama, es el mejor sitio. Pues lo mismo vale para un roto que para un descosido.
Uso medicinal: Tanto quita los males, como las penas, bébase siempre en vaso, incluso a morro, que cae más dentro, siempre mejor que en copa, bébase para curar los retorcijones y males de tripa, asi como las diarreas de los zagales. Quita también las penas, las verdaderas, las de antes, no las de hora.
Tómese por tomar algo, como digestivo, también para quitar el frio, y para pasar el calor. Bébase incluso para olvidar.
Cuidados: Rellenar conforme se beba, año a año.
Nota de cata: Para gustos los colores. Probar y ver. No es necesario ser muy hombre para echar un trago, pero si cuando menos, ser como una mujer de las de antes.
Paso del tiempo: Mejora, como todo lo bueno, el anisete se vuelve de color marrón y el pepino tres cuartos de lo mismo, se va consumiendo. … Como nosotros.
No somos nada. Salud que tengamos. Amen. Bébase cuanto se quiera, y mañana Dios dirá…
FIN
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