viernes, 31 de diciembre de 2021

Viaje a Cutanda

Tras conocer La Yunta decidimos había llegado la hora de visitar Cutanda. En mi caso tal vez volver. Entre tanto trajín ya no recordaba si había estado o no cuando de zagal recorrí la comarca con mi padre en el Avia de Matinsa repartiendo pienso sentando en el regazo del bueno del señor Manuel Colás. Ni siquiera sabía dónde paraba. Más allá de Navarrete camino Barrachina me dijo mi mujer.

Anda don José Luis Latorre Lázaro cerca de los 2000 amigos en Facebook. Agitador cultural en dicha red social embajador de su tierra y viajero eterno cual batallador reconoce con cierta pena que ya todo se lo ha recorrido y que en breve deberá volver sobre sus pasos. Yo solo soy uno de aquellos que cada mañana al abrir el ordenador recibe sus buenos días desde un lugar del país del Jiloca que previamente ha visitado, fotografiado y estudiado. 

Aquel sábado 11 de septiembre del año del señor 2021 en el que debió arder la hoguera del Santo Cristo fuimos a pasear junto a él. Pastor ya jubilado, guía de excepción, a la entrada nos aguardaba junto a las ovejas de su hermano listas para la batalla diaria.

En media mañana y sin salir del pueblo andamos varios kilómetros, arriba y abajo, a todas caras, siguiendo atentos las indicaciones de tan ilustre e ilustrado cutandino. Fue maravilloso. He de reconocer quede impresionado y también algo contrariado pues de eso que se llaman turistas nada de nada y bien que merece la pena apuntar en la agenda su visita.



Ninguna fotografía que haya visto hace justicia al castillo de Cutanda. Hay que acercarse, con cuidado eso sí, y verlo, alzar la vista y darse cuenta de lo que en su día debió ser. Subir la costera del monte hasta donde es posible, quedarse al pie de la muralla, mirar alrededor y dejar el mundo conocido a tus pies, darte cuenta sin duda alguna de la magnitud de sus piedras actuales y pasadas, ¿Cómo rendirlo? Aun hoy resultaría imposible.

Desde cualquier lugar se ve, allá donde mires lo ves y a su lado el Cerro de la Horca donde a juzgar por su nombre hubo quien allí fue ajusticiado con la vista perdida en su maravilloso cielo. 

Las piedras de sus casas de hoy fueron algún día del castillo, pasear y descubrir entre sus estrechas calles sus restos resulta evocador, mientras el invierno acecha y dejara el pueblo aún más tranquilo. El Ojo que todo lo ve de José Azul quedara como testigo de lo que aún resta por hacer.

La vista de las celadas es allá donde mires un paisaje tan familiar como desconocido; otrora campo de batalla hoy de cultivo. Ultima luz que vieron derrotados y muertos vencedores, luz apacible de la que hoy disfrutamos en su recuerdo. Su magnífica vista fue lo primero que nuestro guía nos enseñó y lo ultimo que vieron quienes allí fueron a morir. Resultando desde lo alto en esta época del año una amalgama de colores tenues, sueños del pasado y del presente, el camino de la muerte al cielo donde nos aguarda un dios igual para todos. 

Hoy acogedoras tierras de labor donde se ven las ultimas ovejas, las suyas y se oyen sus esquilos, un tractor labrando a lo lejos, “hay tempero va la tierra bien” nos dice, “ha llovido cuando tocaba”, mientras suenan unos tiros cazadores a lo lejos. Es entonces cuando reparo en la lejana visión de unos tal vez amenazadores molinos de viento tal como un día debió ser la llegada de las tropas del Batallador para los habitantes del castillo.


 Publicado en El Comarcal del Jiloca. Navidad 2021

domingo, 19 de diciembre de 2021

Crónicas de Football CF Calamocha 3 Binéfar 2

Crónicas de Football CF Calamocha 3 Binéfar 2


Domingo del señor 19 de diciembre de 2021, jornada 16 de la Tercera Aragonesa


Esta si que es gorda, me entero de que la televisión aragonesa retransmite el partido a través del Twitter del Binéfar, le paso el enlace a José María de Jaime y a Luca Malavasi, a Valencia y Milán respectivamente. Gran visión, han colocado la cámara en la tribuna de la autovía de los pajares de modo que el campo luce Magnifico con las nuevas gradas de la general de fondo, me han hecho caso, han leído la crónica anterior, soy todo vanidad, ahora solo falta que coloquen la cámara en alto y no a ras de suelo.


Lucen las gradas vacías, los cuento y son unos treinta valientes sentados a la sombra por tierras de Huesca creerán que no nos gusta el futbol, que hemos dejado de lado al equipo por que no gana, pero nada de eso. Sucede que a esta hora hay misa y la mayor parte de seguidores se encuentran pasando frio por su equipo en misa, rezando por un milagro, lo único que nos puede salvar. 


Duelo de mataderos en el campo de la Doncella Jumaya donde se enfrentan el CF Calamocha, con todo por hacer y el CD Binéfar con todo hecho a falta de culminar, uno, nosotros por los suelos helados en puestos de descenso y otros casi listos para intentar el ascenso por las nubes en el año en que celebraran su centenario.


Y a los treinta segundos ya tenemos el primero cocina rápida por David Muñoz. Esto se va hacer muy largo, que pite el final ya. Sol, buen tiempo, un grado de calor, y el césped color calamocha amarillo ocre pasando un invierno al raso, helado, caerte y rodar por el será una tontería, como hacerlo sobre el cemento de la calle. Minuto dos y gol de Lanzuela de nuevo en la portería de los últimos pinos de la villa que se mantienen en pie, el dos cero sube al marcador. Que acabe ya. Menudo partido se están perdiendo los aficionados que andan por la iglesia.


Se anima el bar, el partido parece ganado, toca esperar, dejar pasar el tiempo, un consome con tropezones de jamón lo mejor a estas horas. Mientras el Calamocha “marcar, y amarrar” que decía el bueno de More cuando entrenaba al Castellón. Eso es el futbol ni mas ni menos. Domina el Binéfar y domina pero no parece inquietar la meta del calvario, aquella que defiende el equipo local cara la plaza de toros donde se observan tres arboles muertos el pasado enero cuando alcanzamos los 21 bajo cero que a algunos les parece poco. 


El locutor se muestra fatigado quiere que el Binéfar marque, entiéndame el lector no es que vaya con ellos, es simplemente que quiere algo mas emoción, pero eso cuando tu equipo va ganando es lo de menos. Todos sabemos donde esta Binéfar, y a donde quiere llegar. Nosotros mas humildes solo queremos salir del pozo, hoy tiene que ser nuestro día. Futbol y rezos.


Se crece el Calamocha en la adversidad y logra llegar un par de veces en pleno dominio oscense, cunde el pánico y tras un cambio obligado dos más, por parte de los visitantes, debe sentarte fatal que te cambien tan pronto. Pero bueno, donde hay entrenador no manda jugador. Lafita se multiplica, ojo derecho del locutor pero Pujol lo despeja todo. Mientras desde la grada próxima al locutor se oye de todo y este lo comenta con humor, y es que los calamochinos somos tan humanos como todos los futboleros y el interés por la familia de los jugadores contrarios esta siempre presente. 


Descanso. He de pensar en que hacer para comer.



Comienza la segunda parte y el Binefar ataca cara los pinos y gol nada mas empezar, lo anula el arbitro. Bien hecho pienso, no estoy por sufrir, a esta hora juega el Castellon y la cosa pinta mal por Castalia, pero me falta valor para verlo.


A balón parado puede llegar el gol del Binéfar dice el locutor falta tras falta, tan poco tantas y corner y por mor de la emoción. Pero no parece el día de los del matadero construido y en marcha. Monforte el portero local de riguroso luto acorde con la situación del equipo lo para todo. Dejo pasar el tiempo, ando entre macarrones con conserva de Aragonia y unas pechugas empanadas apuesto ya y casi me desentiendo del partido por una victoria merecida, sufrida y necesaria.


Me preparo un remolachero, el locutor se resigna, se rinde al equipo del futuro matadero. Todo un espectáculo si vas con el Calamocha, me divierto, me lo paso en grande, Luca no deja de pasarme wasap desde Milan, esta de los nervios. 


Minuto 77 y las suplicas del locutor han podido mas que todos los calamochinos que han pasado por misa gol de Cesar, el pichichi de la categoría, merecido sin duda, toca rezar y sufrir y amarrar. Lo que queda será un calvario mientras un balón tras otros se dirige hacia los pinos. Pero quina manera de patir por el amor de deu, que pite el final ya.


Minuto ochenta y pico largo y cara el calvario de la plaza de toros en la portería del Binéfar contraataque del Calamocha y Manau marca el gol de su vida al tiempo que nos la devuelve a la parroquia local. Y gol del Binéfar a continuación tres dos y dejo de ver el partido, un partido de los que hacen afición cuando ganas evidentemente si ganas.


Papa, ya ha terminado, ha ganado el Calamocha me dicen mis hijas, y a continuación y con mucho tacto me dicen que el Castellón ha perdido. Mientras mi mujer me pregunta ¿Qué comemos hoy” 


domingo, 5 de diciembre de 2021

Crónicas de Football CF Calamocha 0 CD Caspe 1

 

Crónicas de Football

 

CF Calamocha 0 Caspe 1

 

Partido a la hora del remolachero en el campo del futbol de la Doncella Jumaya allá en Calamocha en una fría mañana de diciembre domingo 5 del año del señor en curso 2021 donde ha reinado el cierzo y la mala suerte una vez más que parece perseguir al equipo de la villa que lejos de levantar cabeza va de tropiezo en tropiezo; las cosas como son, mereció algo más.

 

La suerte que le fue esquiva al equipo lo fue para nosotros los calamochinos de la diáspora que pudimos disfrutar de ver un partido en directo desde la tierra que nos viera nacer a través de la pagina web de la televisión aragonesa, así que mientras atendia a la paella fui viendo el partido. Me lo pase en grande, disfrute, pero sufri una barbaridad.

 

Estuve en el campo por San Roque cuando el equipo se enfrento al Teruel y verlo ahora es ver la realidad de las cosas, el césped amarillo de frio lo debe estar pasando mal entre el hielo y la nieve y el poco sol. Como el partido se retrasmite con una solo cámara, me quedo sin saber cuando publico hay, y como es evidente embotao de frio no esta con ganas de chillar. Si se ve en cambio parroquia en torno a la barra del bar bien abrigados y combatiendo el frio  y el desánimo con caldo de cebada, pues eso que llaman sensación de frio a buen seguro aumenta cuando vas perdiendo y en el minuto ocho, de carambola y con suerte los de Caspe a través de Rotellar se adelantan, marcan y pam pam se acabo. Me desespero. Pero queda mucho partido.

 

Le paso un wasap a José María de Jaime quien echa de menos alguna que otra crónica futbolera en El Comarcal para que se conecte y disfrute de la mañana calamochina: “ a ver si empatamos y ganamos” me responde a escape.

 

Como atiendo al conejo, el  pollo y la costilla me parece que desde el gol y tras un buen comienzo de los calamochanos los de Caspe nos están dando sopas con honda y parece un recital tan es así que por momentos parecen gigantes, si bien en los minutos finales el equipo rojillo se esporriña y lanza alguna que otra falta y corner cara los tendidos de sombra, cuando había pinos de la plaza de toros sin suerte alguna.

 


Comienza la segunda parte y me entra el pánico, resulta que no encuentro el arroz, los de Caspe están como yo y se acoquinan, buenos minutos locales, ha salido un tal Lafita, apellido ilustre en el futbol aragonés que parece tener un imán en las botas y también David Muñoz encargado de cocinar el juego y da resultado sin duda el equipo no para de achuchar y no pierdo detalle de un lado a otro del campo. En el banquillo caspolino se tapan con mantas, en el local algo mas ahorraos no están para tonterías, quieren levantar el resultado, por un momento hasta sale el sol, será que dios viene hacer justicia pienso. Hay que hacer algo con los pajares pienso, o mejor colocar la cámara en el lado contrario para que se vean las gradas. Veo el pajar y cualquier día se me termina de hundir, pasan camiones, la autovía sigue, el ataque también pero no marcan. El portero caspolino un tal Campos a decir del comentarista tiene a todos los santos de su parte, excepción hecha claro esta de San Roque, el Santo Cristo, y la recua de semana santa. Pero ellos son mas fuertes.

 

Monologo calamochino y un tiro al larguero que al salir rebotado da en la mano de un contrario, uno de Caspe que pasaba por allí, un defensor dentro del área medio cayendo a la virulé, es penalti claro pienso, y lo pienso por que vamos perdiendo que si fuera de Caspe no pensaría lo mismo, el caso es que no lo pita, una pena, pero en días así supongo que de pitarlo lo fallamos, o lo para el santo del portero.

 

Tres o cuatro ocasiones acabando el partido, algún que otro contrataque donde nos podrían haber dado matarile y me doy cuenta de que llevo el azafrán de Monreal en la mano, y una paella sin azafrán ya se sabe, como un partido sin goles de tu equipo, no tiene sentido. Una pena, dos minutos de añadido y la parroquia, que chillo y chillo con aquel larguerazo a casa con las manos vacías. Al final, cae la niebla sobre el campo, el comentarista muy académico ha estado brillante, pero yo me quedo con el buen saber de Angel Vizarraga y compañía cuando meses atrás retrasmitían a través del Facebook desde la grada de la Dehesa los partidos de la pandemia.

 

Por tanto derrota inmerecida del Calamocha, justa victoria del Caspe, que cada uno decida, ya que el empate no pudo ser, tan solo es futbol, la próxima semana más. Al equipo de la villa el falto el gol y a mi el zafran.

 

Queda el Calamocha en tierra de nadie camino de la cañadilla, confiemos en que encuentre la suerte y los santos hagan su trabajo.

 

Dedicado a Jesús Tello, quien ha aguantado a pie de campo el frio y la derrota.

 

Acaba el partido y el corresponsal del Diario de Teruel cuelga la crónica, se ve que tiene frio y quiere marcharse a casa

sábado, 4 de diciembre de 2021

Viaje a La Yunta

 

Viaje a La Yunta

“Saliendo de Calamocha pasas primero por Tornos, y luego por Bello, antes de salir a la carretera que va de Daroca a Molina, Y 8 km antes de llegar a La Yunta hay que salir de la A211 y entrar en la GU418. No te pases el desvío”

Tales fueron las indicaciones y efectivamente no tenían pierde que me dio José Antonio Floría. Escritor, recolector de palabras, músico, autor del best seller Así en la tierra como en el suelo del cual escribí tiempo atrás. Obra en la que dio cuenta de su heroica infancia vivida en la villa que le vio nacer. Llamado sin duda aun a más altas metas cuando relate la crónica de la nueva vida de su incomparable y bello pueblo con aquellos niños, en su mayoría emigrantes en Barcelona, camino hoy de la jubilación, de nuevo como protagonistas.

Se trataba no solo de conocerlo a él, si no de ver mundo. Y un diez de septiembre, día de San Nicolas de Tolentino a la hora del café y el guiñote previa a la del arrastrao perrero llegamos a la villa castellana donde la primera alma que vimos resulto ser la del calamochino de adopción, casado en Rubielos de la Cérida con Pilar, el Maestro Albañil Paco, hijo del alguacil de la hermandad de La Yunta echando los cimientos de una nueva casa; De modo que bien puede llevar a estas alturas cuarto y mitad construido él solito de la nueva villa, todo con un gusto exquisito. La tarde fue una sorpresa continúa, viendo más grúas levantadas a pie de obra que en todo Calamocha. Junto a él nos aguardaba nuestro anfitrión.

Entre el Torreón, la Virgen de la Cabeza y la Virgen de la Soledad atravesado por el Royo parece residir de alguna manera el secreto de la eterna juventud a decir de los años y muchos que acumulan en la flor de su vida sus pocos habitantes. Lugar donde el silencio reina de tal manera que pareces estar a un peldaño del cielo. Tierra de paso donde quedarse, de noche a buen seguro puedes tocar las estrellas, todo es llano, todo es ancho, o estrecho según quien mire, sus huertos pequeños, otrora llenos de vida como en todos lugares, ahora andan cerradas sus puertas de madera y perdidas sus llaves también de madera, su riego fue a caldero, pozal o cubo por que el arroyo nunca dio para nada mas que para dar vida a una tierra acogedora entre el frio del invierno y el calor del verano. Habrá que volver en enero cuando todos sus habitantes cojan en un autobús. Sin tienda, pero con bar tienda, un pueblo como dios manda si no fuera por la ausencia de niños; aquellos cuya vida relato nuestro famoso guía, su mejor embajador.



El lavador y el abrevadero donde los peces hoy son de colores, ni barbos ni truchas de antaño y el pato solitario. El paseo junto a los chopos aun verdes, “será bonito en otoño” comente, “el verano debería ser eterno aquí” contesto José Antonio. Detener el tiempo, la vida, de eso se trata ¡si pudiéramos! el molino, la iglesia cerrada, pero con llave cuatro portales más arriba y las vistas desde lo alto del torreón donde no subí por temor a encontrarme con San Pedro y reclamase mi alma.

Paso la tarde y andamos más que en San Roque admirando una villa enclavada en Castilla con la mirada perdida en tierras aragonesas. No pensábamos encontrar una maravilla así. Quedamos para el verano que viene, lleve el libro para que me lo firmase y a cambio me entrego una edición mas cuidada con el encargo de regalar el mío a un tercero, (Serafín Catalan sería su destinatario. Por cierto, le encanto).

De vuelta a Calamocha, si algún día nos perdemos, advertimos a nuestras hijas, no tenéis nada mas que acercaros a La Yunta, entre el eterno silencio de las tierras de la Laguna allí donde abandonaron en una ermita al pariente mas lejano que podamos recordar y el país del Jiloca donde vino a parar.

 

 Publicado en El Comarcal del Jiloca 26 de noviembre de 2021

domingo, 21 de noviembre de 2021

Calamocha noviembre de 1918 Fiestas de San Roque

 

San Roque en Noviembre:

Noticiero, noviembre de 1918

Calamocha

En honor de San Roque

Pocos pueblos como este han merecido del Señor por la intercesión de su Patrono San Roque el extraordinario favor de verse libre del contagio de la gripe que tanta consternación y espanto ha sembrado en gran parte de las familias españolas. Agradecido el pueblo a don tan singular y especial, una comisión respetable compuesta de los buenos abogados don Mariano Ribera y José Maria Fuentes; don Pedro Arambuena, señores Benedicto, Valenzuela, Parrilla y señores curas D. Juan A Mollat, D Manuel Condón, y don José Sanz interpretando los vivos deseos de los vecinos recorrieron en petición todas las casas de la villa y sin negarse un vecino siquiera han colectado hasta el presente 544 pesetas con 70 centimos, que estan depositadas en casa del señor cura, y se emplearan para honrar a San Roque los dias 29 y 30 del corriente en los cultos siguientes:

 

Día 29: Por la mañana comunión muy numerosa a las ocho, a las nueve y media, misa solemne con expuesto, que tocara y cantara la orquesta de la Catedral de Teruel, compuesta de quince números y sermon que predicara el M I Sr Don Antonio Boj, Dean de Teruel.

Por la tarde procesión que recorrerá con la imagen de San Roque todas las calles de la población, entrando en las iglesias del Santo Cristo del Arrabal, y de las Religiosas Concepcionistas, sintiéndose por la orquesta una salve a la Virgen, en cada una de las dos iglesias.

Llegada la procesión a la parroquia se entonara un Te Deum en acción de gracias.

Dia 30: Por la mañana comunión numerosa como el día anterior y misa solemne a nueve y media.

Por la tarde procesión solemne para dejar a la imagen de San Roque en su iglesia y sermon final en la misma.

Corresponsal

 


Pero el hombre propone y Dios dispone, ¿o es al revés?

 

Según puede leerse en las actas del ayuntamiento de aquel año, cronológicamente:

 

Suspender la fiesta de San Roque anunciada por el cura para los días 29 y 30 del actual (Noviembre) hasta tanto la comisión de festejos no se ponga de acuerdo con este ayuntamiento ya que en nada han contado con el mismo en atención a la circular del 14 de octubre último.

En fin, las actas resultan una lectura entrañable, en una caligrafía en este caso envidiable del trascurrir de aquel año de 1918 en Calamocha

 

 

viernes, 5 de noviembre de 2021

Amigo

 

Cuarenta años atrás en medio de la calorina de una tarde de agosto en pasando sanroques me jope con mi tío Blas cara el Poyo. Andaba aún por esporriñar camino del instituto leyendo a Gabriel Jackson (La república española y la guerra civil 1931-1939) por saber un poco las trochas. Similares lecturas a derecha e izquierda me acompañarían hasta que dije basta y las dejé descansar en paz en la falsa lejos de la gloria. 

Le había enviado desde Francia por navidad una misiva con cuatro letras a su amigo Lázaro para que le aguardara dándole recado de que en verano pasaría a dar vuelta. Mi tío se comía el camino con esos pasos que solo quien roza los dos metros puede dar, disfrutaba de cada piedra que pisaba, de cada mota de polvo que levantaba y respiraba, se capuzaba, se amorraba en los caños solo por sentir el agua y cascaba con todo quisqui sin parar de reír. Lo escudriñaba todo y en cuanto guipaba entre panizo y patatera algún compañero en quintas iniciaba la conversación. 

Se nos irían dos horas cara el sol del Poyo. “¿Eres francés?” Le preguntaban, “de papeles” contestaba, “nací en Torrijo, hermano de Rosa la del Casimiro, me jopé al acabar el jaleo”. Yo asistía asombrado a una conversación tras otra, todas parejas, luego venia el ardor guerrero, yo estuve en tal sitio, yo en tal otro, y lo inevitable, habían luchado juntos, uno frente al otro por salvarse. Se hablaban con tal cariño y respeto que a uno en su total ignorancia le costaba entender. “¿Y ande vais con este bochorno?”. “A ver al camarada Lázaro, fui su carcelero”. Dijo mi tío retomando el camino al tiempo que se me paro el corazón, ¿pero a qué íbamos? “Tuvimos suerte, quien más perdió es quien murió”. Todos se declaraban perdedores y yo un gabache que hizo el resto del camino acoquinao. 

Por fin encaramos el Poyo costera abajo cuando nos topamos con un rolde de quintos y vuelta al trajín, otro capazo, a ponerse al día, alegrase de vivir y recordar a los que faltaban. Finalmente, uno de ellos nos guio hasta casa de Lázaro. “Lleva unos días con mala jerga a ver si echa el mal pelo fuera” nos advirtió. Mi tío, abrió la puerta, empezó a dar bullas y al verlos abrazarse y llorar se me fueron los males. “Te estaba esperando maño, me se hacía largo”




Blas quiso conquistar Aragón montado a caballo en la Columna Durruti, pero volvió derrotado a Barcelona y cuando los comunistas mandaron a mi ver se negó a ir al frente y quedo en la retaguardia a cargo de prisioneros. Era alto, fuerte, sonriente, camandulero, tenía don de gentes, guapismo, quiso aprender a tocar el violín, ser modelo y además era de Torrijo. “Cada vez que llegaban presos me mandaban a recibirlos, a estajarlos y preguntaba “¿alguien de Monreal de Calamocha? Muchos callarían por miedo, pero Lázaro y otros que ya no recuerdo no. Te desvivías por darles avío en una trápala tras otra, sacando chuscos y latas, mañana pedirán voluntarios, no salgas, es para picar, o sal comeremos bien”

“Nos mandaron monte abajo para asegurar el paso, de bancal en bancal, no se veía un alma, pero a escape echaron a sentirse tiros sin saber de ande venían y llover metralla. Nos tiramos como gabaches al suelo con el culo preto y los nuestros empezaron a cascarle, no te podías cantear o te mataban los de abajo o los de arriba. No pegamos ni un tiro. Al cabo la santísma se hizo el silencio. Sacamos una camisa blanca y nos rendimos sin saber a quién. Hubo suerte, dimos con buena gente, nos pudieron dar matarile, pero no lo hicieron y así fue preso. De haber sabido que iba a ser tan fácil y que me iba a topar con tu el primer día que me mandaron repartir estopa me hubiera rendido de punta cabeza”.

                                                  Articulo publicado en El Comarcal del Jiloca 29 de octubre de 2021

 

miércoles, 20 de octubre de 2021

Agosto de 1901 Calamocha declarada Pais. Blasco Ibañez no pudo asistir

 El 14 de agosto de 1901 Calamocha era reconocido como país por Heraldo de Aragón. Don Vicente Blasco Ibáñez tenia previsto pasar aquellos sanroques en la villa.

Aquel año iba a ser un San Roque por todo lo alto con la presencia en la villa de Don Vicente Blasco Ibáñez entre otras muchas cosas líder del movimiento republicano en Valencia, director del Diario El Pueblo y en ese momento con escaño por la Unión Republicana en el Congreso.

Y venia de la mano de su amigo y mano, valga la redundancia, derecha el calamochino Don Adolfo Beltrán Ibáñez Para ello se habían preparado un cómodo viaje que pasaba por hacer escala la noche de antes en Teruel capital, pero la cosa empezó a torcerse desde el primer momento.

Los de Teruel conocedores de la intención del calamochino y amigos los invitaron a pasar la tarde noche en la capital, y así hablar de lo suyo, la república, venían un tal Blasco, (aun era pronto para llamarlo Blasco Ibáñez) Soriano, el doctor Lloret, que finalmente no pudo ir, y Beltrán, de modo que pidieron al ayuntamiento fuese la banda de música municipal a recibirles como dios manda, perdón, como se merecían.

No hubo banda, por temor a altercados, que los recibiera, pero si multitudes, a la hora de la llegada de los excursionistas republicanos.

Blasco Ibáñez se multiplico como le pedía su sangre aragonesa y pidió aplausos para las ideas, no para las personas. Triunfo también en sus palabras Adolfo Beltrán, banquete en los Baños de la Huerta, jotas, y en paz y armonía, en olor de multitudes sin altercado alguno.

Y a la mañana siguiente vuelta a la dura realidad cuando lo excursionistas republicanos tenían previsto subir al tren con destino a Calamocha, llegaron instrucciones de volver a Valencia, concretamente a Algimia de Alfara donde debían inaugurar esa misma tarde el casino republicano. En contra de sus deseos regresaron a levante.

Mientras don Adolfo Beltrán no quiso perderse San Roque y se subió al tren en sentido contrario cara su país natal: Calamocha

Blasco Ibáñez, recuerda la memoria calamochina, pasaría mas tarde por Calamocha en algún momento de su vida, de los muchos en los que tuvo que echarse a correr y esconderse para ponerse a salvo en la finca del Rincón, de un modo discreto, sin multitudes como habría sido de haber llegado a la villa aquellos primeros sanroques del siglo XX con Calamocha convertida en pais.

 

Continuara…







sábado, 9 de octubre de 2021

Una tarde en Navarrete

 Sucedió la tarde del primer viernes del mes de septiembre pasado. Fue entonces cuando cometí la temeridad de exponer, colgar un par de docenas de fotografías, unas hechas por mí, otras del archivo de Ramona Romero y Antonio Peribáñez una vez revueltos los cajones de su casa al mudarse a Santa Margarita y hasta alguna que otra de autor por mi desconocido allá en Navarrete en el interior de su llamado pabellón multiusos, cuya fachada luce cual castillo y alberga entre la postrera sombra de cada día a los navarretinos.

Lo primero que hice fue pedir perdón. Nunca he hecho ninguna exposición salvo en el Amariello, fotos que algún día he de renovar y llegar y exponer en la cuna de don Gerardo Sancho * no sé si era lo más apropiado. Lo dicho una temeridad.

* Gerardo Sancho del Ramo (1911-2006) Fotógrafo natural de Navarrete del Río. En 1923 se marchó a Zaragoza. Su tío administrador de “Heraldo”, le buscó trabajo en el periódico donde sólo quedaba un puesto como fotógrafo. Nada se le escapaba, nada le parecía irrelevante. Testigo imprescindible de cuanto pasaba, como un incansable cronista gráfico a pie de calle. Tras su jubilación marchó a Valencia, donde falleció. (Xilocapedia)

Días atrás Isabel Moragriega me pidió fotografías. Conchi Puértolas se implicó en cuanto solicite su ayuda, mil gracias una vez más. Pendiente queda una comida y otras muchas tardes. En realidad, uno era lo de menos. Se trataba de pasar una tarde diferente, de hacer algo sin más, antes de que los agosteros se joparan y las paredes del pabellón no tengan a nadie a quien acoger a esa hora en la que el sol se recoge por Calamocha. De poner en valor primero a través de Ramon Fandos, castellonero afincado desde hace unos años en Navarrete que vivir y trabajar y hasta emprender en los pueblos pequeños es posible. Él teletrabaja como profesor de inglés y emprendedor a través de Solartint  Y de Natalia Arbues quien lo sabe todo en cuando a la indumentaria aragonesa y va y viene todos los días al Charco a trabajar. En suma, eso que nos gusta tanto, contar y escuchar historias.



Finalmente, la fortaleza multiusos se lleno y disfruto especialmente entre el trajín de la indumentaria. Mientras, fuera, con el entrañable Jesús Ariñez a la cabeza, resulto, había más gente que dentro como en las misas de antaño a las que nunca entraban los hombres. Que para eso eran hombres, no se fueran a pensar.

¿Y ahora qué? ¿Qué hacemos con toda esa gente? Comentamos con Isabel, Conchi, Visi cuando todo parecía acabar. ¿De perdidos al rio? El Pancrudo es fácil de vadear, habrá que darle continuidad. Volver. Tal vez con la figura de don Gerardo Sancho, inmensa, como protagonista, de Navarrete como un pueblo a fotografiar. Cualquier excusa será buena.

Crear un archivo del Navarrete actual. Revolver cajones una vez más. Y lograr esa instantánea del pueblo “post” pandemia, ahora que parece escampar. Tratar de retratar el próximo verano a todos y cada uno de los navarretinos. Y a esa hora en que ya todos están a la sombra del “castillo” un retrato colectivo cara la ya renovada iglesia. Guardar las fotos en el Archivo de Calamocha para exponerlas dentro de 100 años al ver por fin el puente la vía ensanchado o llegar una nueva pandemia. Terminar cada verano con alguna actividad ligada a la fotografía y fotografiar con los años todas y cada una de sus calles, casas y paisajes, los últimos huertos, pajares, eras, trastos y considera si no vas a retratar la roya y cenicienta tierra de Santa Margarita.

 

 

 

 

 

 

 

viernes, 17 de septiembre de 2021

Instrucciones para cerrar una casa en Calamocha y aguante el frio

 

Calamocha en Invierno (Sept-Mayo)

Instrucciones para cerrar una casa en Calamocha y aguante el frio *

 

1.- Cerrar la llave de paso del agua

2.- Tapar el contador de agua a conciencia

3.- Abrir un grifo para que salga toda el agua de las cañerías

4.- Vaciar las cisternas de los váteres

5.- Sacar el agua de las tazas del váter con una fregona

6.- Poner anticongelante en el agua de los radiadores o bien vaciarlos

7.- Abrigar la caldera pues esta suele estar en la corte del tocino

8.- Abrigar las ventanas con mantas sobre todo las de los antiguos graneros y aquellas que dan a la ombría

9.- A pesar de todo abrigar dentro de casa los radiadores

10.- Abrigar en extremo los grifos exteriores del corral

11.- Siempre se olvida algo, por eso, repasar las fotos del archivo (Ver fotos. Colocar cada manta, abrigo… en su lugar)

12.- Corta la luz

13.- Dejar las llaves a un vecino por si hay que echar a correr

14.- Rezar al Santo Cristo del Rabal

15.- No hacer caso de las predicciones meteorológicas, esas no sirven para Calamocha

 

*Por si nos vuelven a confinar, mejor cerrar a escape en septiembre que no esperar a todosantos

 

(La situación actual a la hora de cerrar la casa soporto Filomena Invierno 2020-21)

 

Guardar el archivo a la vista de todos, en especial de las nueva generaciones y hacerles saber de su importancia sobre todo en agosto.








martes, 14 de septiembre de 2021

Ultima visita al Aeródromo de Calamocha

 Domingo 12 de septiembre de 2021

En ausencia de la misa del Santo Cristo el día de su festividad me decidí por hacer una ultima visita al Aeródromo de Calamocha, ese gran desconocido, antes de que lleguen las maquinas y lo conviertan en polígono industrial cambiando así el paisaje de mi niñez.



Ultima visita al lugar donde aprendí a conducir, donde vi militares de aviación aterrizar y acampar un día de Santa Barbara, donde tantas historias hemos ido recopilando a propósito de sus protagonistas, últimos solados, meteorólogos, mandos militares, lugar donde se registraron los -30º bajo cero aquel 17 de diciembre de 1963.


Y tal vez última visita al edificio tal y como vivió todos sus días, al cuartel, el cual aunque permanecerá en pie al no formar parte del polígono. La visita al cuartel les encanto y de que manera, jamás imaginaron que en Calamocha en su dia hubo y sucedieron cosas tan extraordinarias.

jueves, 9 de septiembre de 2021

Los Amantes de Cutanda

 Pasaron los días y las semanas y la novela tras ser premiada en Calatayud no se encontraba a la venta en ningún lugar ni real ni virtual. Me asaltaban las dudas, me impacientaba. Los festejos de la Batalla de Cutanda estaban ahí y me habría de conformar con el magnífico comic leído días atrás obra de Juanfer Briones. Tan breve, me supo a poco. Andaba con ganas. Quería saber más. Justo desde aquel lejano día de los ochenta en la universidad cuando en clase de arte el profesor Guatas menciono la faraónica batalla, sin venir a cuento, entre pirámides.

El inicial asedio a la obra fallo, siendo por fin una alegría verla a la venta en la Feria del Libro de Zaragoza. Como Ibn Rudmir pensé en salir a su encuentro. Sin embargo, ahora que tenía constancia de su existencia física y que podía hacerme definitivamente con ella abandone su asedio como hiciera el Batallador seguro ya del encuentro y la victoria.

Cutanda la novela escrita por Eloy Morera, publicada por Doce Robles y Premio de Novela Histórica Medieval “Ciudad de Calatayud” era el objetivo.



Mientras llegaba nuevamente el Batallador a Cutanda al encuentro de los almorávides espere el libro y una y otra cosa sucedieron a la vez. Un jueves 17 de junio de este mismo año, momento en el que se conmemoraba su 901 aniversario, tal cual resulto el día en el que el mensajero me trajo el libro directo de la Librería Paris de Zaragoza.

Prologada la novela por José Luis Corral, prologo y reseña. Poco más que añadir. Trae también apuntes históricos por parte de Javier Ibáñez Gonzalez y Rubén Saez Abad. Una guía de personajes protagonistas y un pequeño vocabulario por parte del mismo autor. No cabe más en tan pocas páginas. Ni tan didáctico, ni tan imprescindible de leer.

De modo que insisto, no queda otra que leer, compartir y gritar a los cuatros vientos lo que un buen día sucedió en Cutanda. Lugar a donde hoy parecen llevar todos los caminos. Ejemplo su población de que aun siendo pocos (cuentan las crónicas que hoy son 50 habitantes los censados y 25 los que allí pasan el invierno) son muchas las cosas que se pueden hacer. Su visita es obligada, más aún una vez leído el libro cuando lo sabes todo, o eso crees. Ahora empieza lo bueno.

Y de la novela, qué más decir. Muy sencillo: me ha encantado y como calamochinos deberíamos agotarla siendo una obra de esas de las que hay que comprar dos ejemplares, uno para leer y otro para regalar. Ha tenido suerte Cutanda con su publicación. Una suerte loca. La misma que el Batallador. Claro que la suerte también es cuestión de fe y hay que buscarla.

Son poco más de un centenar y medio de páginas las que conforman la historia novelada por el autor en torno al Batallador y Cutanda con comienzo en Calatayud. Una amena lección de historia, didáctica, rigurosa, sugerente, impecable para entender de donde venimos y a donde vamos pues siempre son muchos los caminos.

En medio de la novela la historia de amor de Badra y Salvian, los amantes de Cutanda, cuando las dos culturas se unen. Todas novelas deberían tener una historia de amor y esta es especialmente bonita. Urge buscarles casa en Cutanda, si es en un remozado Castillo mejor, el cual aun en ruinas lo magnifica todo, bien se lo merecen, bien se lo están ganando los amantes de Cutanda, los que allí pasan los inviernos y los agosteros. Leamos.

(La fotografía del articulo es de don José Luis Latorre Lázaro quien cada mañana desde los pies del castillo a través de su Facebook nos da los buenos días con una bonita estampa de uno u otro lugar del país del Jiloca del cual es un magnífico conocedor. Abrazos)

 

Articulo publicado en El Comarcal del Jiloca 3 de septiembre de 2021

sábado, 14 de agosto de 2021

Luces del Rabal

 

La luz de aquellas simples farolas que alumbraron las noches de mi niñez era blanca y la vista de las calles de Calamocha muy distinta a como ahora se ve en ese amarillo brillante que despiden las elegantes de hoy. No me acostumbro. Me sigue pareciendo aquel blanco la luz propia de las noches de hielo al cerrar la fría puerta tras volver con la leche de casa de la Teresa en busca del calor de la estufa y la gloria. Luz de las noches de verano sentado a la fresca con la vista perdida en las estrellas buscando entre ellas luces de aviones a los que nunca subí, escuchando historias dado que por entonces no tenía nada que contar.

Me despierto de madrugada, sudando y frio en un sueño sin fin que vuelve una y otra vez. Es probablemente mi recuerdo más antiguo de la primera vez que me vi solo en el mundo en medio de la nada frente a la inmensidad del rabal.

Sobre la acera veo a mi Tío Victor y la Balbina sonreír y charrar. Los he acompañado, toda una osadía por mi parte y precisamente un valiente no soy. Me tratan como a un mayor y tengo que volver solo. Van a cenar con el señor “Capote” y la Tía Josefa, amigos de siempre, debieron estar juntos en la guerra esa que hubo hace muchísimos años. Mis tíos vienen los veranos desde Barcelona y siempre pasan una noche con ellos. Su hija Maria del Mar, mi prima, se ha olvidado de la cita a lo cual mis tíos no dan importancia debe estar por el Peirón, San Roque está ahí, miro hacia las cuatro esquinas, no se ve nada más allá del bar de Santos, tengo que volver, no seas gabache pienso. “Venga Jesusin a casa” me dice la Tía Josefa, la Rosa estará pasando pena.

Rabal arriba mis pasos son pequeños y las casas me parecen enormes, luces amarillas en sus ventanas y alguna blanca, sillas en las puertas, me quedo mirando la casa de los Jotos, viven en la planta de arriba como en un piso de ciudad, su madre me guipa, he bajado de la acera a la carretera porque la puerta de Lechón está ocupada entrando y sacando cosas de la cochera. Se llama como nosotros, pero dice mi padre que no somos parientes o muy lejanos. Calamocha me parezca enorme. “Jesusin qué haces ahí, sube a la acera y jopate a casa” Es la madre de Vicente y Manolo con quienes mi hermano hace la peña allí mismo, ya han pintado el nombre: La Cuba.

 


“Pero ande va el peón, venga Manolin tira a escape que cuando llegues a casa ya no tendrás cena” Me sonríe Tomas, me llama por mi otro nombre sentado en la puerta tomando la fresca. En la tienda de la Paca y Rafael todo me es familiar, paso la mano por los azulejos, cruzo corriendo la calle Ingenio que me parece la boca del infierno, aunque la Poza da mucho más miedo, no dejo de correr me canso y paro a respirar, alguien me habla. “Casimirin donde vas tan corriendo si ya vas tarde” “Anda que te acompaño”, “Deja al zagal que ya es mayor, venga maño tira y dales recuerdos a los abuelos”. Sonrío y me voy, incapaz de hablar, vergüenza y miedo. El Tio Conchanete con su reloj de bolsillo y la Tia Mariina, amigos de mis abuelos me quieren muchísimo, he estado muchas veces detrás de la ventana desde la que me hablan.

 

La casa del Tio Catalan enorme y clara en la noche señala la entrada al Barrio las Escuelas. En casa de Inocencio están cenando, veo la calle llena de sillas vacías y envuelta en una luz blanca cegadora cara la oscuridad de Santa Barbara. Una voz me llama: “¡Eh amigo!, ¿de dónde vienes?” Es Paquito, el hijo de Máximo y Manolita, lleva una mochila y un balón, es aprendiz en Talleres Abad y juega en los juveniles del Calamocha, todos queremos ser como él. Trato de responderle y el sueño vuelve a comenzar. Sobre la acera veo a mi Tío Victor y la Balbina sonreír y charrar. Me despierto, nunca llego a casa


JESUS LECHON El Comarcal del Jiloca 6 de agosto de 2021

sábado, 17 de julio de 2021

El otro doctor Caja

 

Tiempo atrás en abril de 1920 a don Antonio Caja Alegret el ayuntamiento le concedió plaza de médico en la villa. Mes y medio después hubo que enviarle un telegrama con “respuesta pagada” para que manifestase su intención de venir o no. Entre todos los destinos que solicito a todas luces no era su preferido. Sin embargo, se quedó entre nosotros casi cuatro décadas. Activo en todos los ámbitos llego a ser un calamochino más y quiso demostrarlo llamando Roque a uno de sus hijos, lo cual a su esposa le pareció excesivo. Alguno de aquellos hijos, muerto prematuramente, sigue entre nosotros.

Juan Caja Riquez, nacido en la calle Real en 1926 y muerto en apariencia lejos de allí en Mallorca en 2003 fue uno de sus hijos. Meses antes de su muerte escribió Recuerdos. Los años de su niñez, su vida, su pueblo y su gente. Un Calamocha en blanco y negro, amable y cruel. Paz y guerra, inolvidable. Quien debió llamarse Roque jamás pudo olvidar el lugar donde vio la luz. Fue su hijo Juan Pablo Caja Forteza el encargado final de editar sus recuerdos en una sencilla publicación.

Puestos en antecedentes y antes de que sea demasiado tarde y el éxito le haga olvidarse de los amigos y hasta de Calamocha, vamos con la estrella de la familia, que no es otra que un tal Alejandro Caja, nieto de uno, hijo de otro, hermano del último. Cumplidos ahora los cincuenta y “sin poder reconciliarse soñando ningún recuerdo”, se entretiene, (hay gente para todo), escuchando la canción más triste del mundo en el convencimiento de que un día, mientras prepara un caldero de habas, una diva californiana, cosas de la globalización, le tocara a la puerta en Piedralves, (provincia de Ávila), allí donde transcurre hasta el momento su vida tranquila, (quien sabe si debería en un plan b como Pla convertirse en cronista de aquel idílico lugar escribiendo, por supuesto, en catalán) para caer ella rendida a sus pies y cantar sus poemas. Obvio es el decirlo, varios de los mismos han pasado ya al mundo de la música y se pueden escuchar de la mano de Tristeza Veloso (Alberto Santos).



Alejandro con la sola compañía de su Sombra, su perra, es un poeta que para escándalo de los puristas no duda en reconocer: escribe por dinero. Al tiempo que trata de enamorar a golpe de soneto, ¡hay que estar loco! o haber nacido en el siglo equivocado pues tan solo le sirve para recibir como respuesta emoticones y con suerte comer de caliente algún que otro domingo después de misa.

Si puta por los rincones 2018 y Pues puta matriculá 2021 llevan su firma en su propia editorial: Los libros Portátiles, abierta a todos los heridos por las letras. Poemas y cuentos conforman el primero, solo poemas este segundo escrito al llegar a los cincuenta, puramente existencial, tras la pandemia no podía ser menos, vital.

Afortunadamente para nosotros sus lectores reincidirá y seguirá escribiendo y en plena vorágine de ventas amenaza con un próximo libro de relatos y ¡tiene tanto que contar! Jandro, rey del andergraun, de las letras doctor forense, todo glamur, ¡ha vivido tantas vidas!, lletraferit sin remedio por la gracia de dios, ¿de quién si no?, ¿del tabaco, de la noche, de la carne? Lo ha vivido, bebido, escuchado y leído prácticamente todo y todo lo cuenta de un modo impecable. Llamado a alcanzar grandes gestas, a conquistar condados, estados, villas y cortes y el dorado californiano, para Calamocha mañana será tarde.


Articulo publicado en El Comarcal del Jiloca del 9 de julio de 2021

martes, 13 de julio de 2021

Calamocha El cornejal del fresco y la calorina

 

Menuda calorina ha hecho estos días tras el fresco de enero, en términos cuantitativos:

 

En Calamocha hay al menos tres estaciones meteorológicas:

 

1.- Calamocha Sur: De una mínima de -24.8ºC a una máxima de 38.8ºC  dando una amplitud de 63.6ºC

 

2.- Puente Romano: Garita del Jiloca, donde los extremos de este año han sido -22.2 ºC y 38.4ºC es decir una amplitud de 60.6ºC

 

3.- San Roque y su abrigada ESTACION OFICIAL AEMET en ella los datos han sido -21.3ºC y 38.2ºC. Amplitud de 59.5 ºC

 

Ni cerca ni lejos de aquellos 70 de amplitud máxima de los años sesenta.

 



De modo que en el cornejal del fresco calamochino la media en lo que va de año ha sido: -22.7ºC de mínima y 38.46ºC de máxima y 61.16 ºC de amplitud térmica por el momento, aún queda año para pasar calor.

 

A bote pronto, en el cornejal calamochino el calor se reparte por igual pero no así el frio, cuanto más cerca del rio menos frio, cuanto más lejos y cara el secano más frio

 

CALAMOCHA SUR

Mínima  -24.8ºC

Máxima  38.8ºC

Amplitud 63.6ºC

 

 

CALAMOCHA PUENTE ROMANO

 

Mínima  -21.3ºC

Máxima  38.2ºC

Amplitud 59.5ºC

 

 

CALAMOCHA  AEMET SAN ROQUE

Mínima  -22.2ºC

Máxima  38.4ºC

Amplitud 60.6ºC

 

 

Media en el cornejal calamochino

 

Mínima Media -22.7ºC

Máxima Media 38.46ºC

Amplitud Media 61.16 ºC