El agostero, dallando el alfaz para los conejos en la Vega los Postigos.
Agosteros, que andaban de pueblo en pueblo, buscando faena en la siega, con la hoz en una mano y en la otra la zoqueta, las alforjas vacías, y la bota hasta arriba de mocle, llena de balde.
"¡Que vienen los agosteros!".
Con ellos, contaban, llegaba lo mejor de cada casa, provistos de una buena mano izquierda, de aquellos que luego si te he visto no me acuerdo... lógico era que la faena les cundiese lo justo.
Había, pues que estar al tanto.
Cuidar de la cartera, el reloj.... y hasta de las herraduras de los machos, no se las fuesen a llevar, sin querer.
Por lo que se ve, no eran muy de fiar. La fama les precedía.
"Menudo agostero esta hecho ese".
Cuando Gargallo o Perico, en las noches de fresca, hablaban así de alguien, mal asunto, había que tomar nota, quedábamos advertidos, quedaba sentenciado, no le estaban halagando precisamente.
Aunque, a veces, también, lo usasen en términos cariñosos, con nosotros, entonces unos críos.
Es el caso de la foto, tomada en los años 60.
Ayer use la palabra, sin mala intención alguna por mi parte, al ver llegar a un vecino, no se por qué, como si me encontrase paseando Rabal arriba, fue un lapsus, le llame "agostero" a continuación debí explicarla.
A principios de los ochenta, la joven Juanita, profesora de lengua y directora del instituto, nos “obligo” a leer Las Ratas de Miguel Delibes. Gracias.
Hace un par de meses volví a leer Los Santos Inocentes, y buscado el libro de Las Ratas, libro que tarde o temprano aparecerá. De la editorial Destino, creo recordar, blanco, negro y amarillo.
El calor era agobiante, no recuerdo el porque, pero estábamos en el Peiron, en casa de mi abuela Xaltación. Ella estaba allí, en el corral, bajo la sombra de la uralita al pie del pozo y la gloria, el único lugar donde se podía respirar, a resguardo del calor. Haciendo ganchillo, interminables colchas, puntos que las abuelas copiaban unas de otras, como siempre, con el matamoscas a mano, en el regazo del delantal, …
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José María: Nosotros nos vamos, mañana volveremos a ver que tal va la cosa
Xalta: Calla hijo parece que han abierto la puerta
José María: Será la Encarna
Xalta: Con el calor que hace, es aun pronto para que se atreva a salir de casa, se fatiga mucho, gorda que esta, como yo, redios, que dos.
Era el hermano de mi abuela, el único chico entre un montón de hermanas, el pequeño, el consentido, el que pasaba los veranos y tantos días como podía en el pueblo.
Antonio: Joder que sofoquina, buenas tardes.
Xalta: Maño que mala cara traes
Antonio: La tuya maña tampoco es muy buena, no estamos para estas calores
Xalta: No, siéntate ande puedas, a la ombría.
Antonio: La cara no se como la tengo, pero la pierna jodida
Xalta: Si vienes a merendar, subes al granero y cortas tu el jamón, no esta José.
Antonio: Si lo se no vengo, coño, para jamón estoy yo, no me ves la cara o que maña, que no puedo tatear, como para subir al granero, tres pisos, la tía el copón no sé para que vengo a verla.
Xalta: Yo con lo mío ya tengo bastante, no me vengas con esas, has ido al medico o no
Antoni: Que si coño, que pesadas las mujeres
Xalta: Y que te ha dado
Antonio: Los buenos días
Xalta: Pero algo te habrá dado, te lo tomas o no, niño.
Antonio: Cállate ya cojones, que me siente, unas pastillas me ha dado, que no estaba el medico, que esta de vacaciones no tenia otro dia para irse, y hay en su puesto una mujer que no tendrá ni veinte años.
Xalta: Hombre, pero sera médica
Antonio: Yo que hostias se, simpática y guapa mucho, y si, pesada, que pareces a la Pilar, ya me he tomado una pastilla esta mañana, que aquí llevo la caja, y en el Casino me he tomado otra, y luego me he ido con Enrique a La Sierra allí que se esta fresco, pero se ha tenido que ir que lo han llamado, no he querido que me acercara y vengo andando desde allí, que parecía que ya se me había pasado pero esta puta pierna, me tira unas garrampas de tres pares de cojones, no se que hacer ya, ni ande meterme…
Xalta: Venga descansa niño
Antonio: Me ha dicho la Miercolas que no la esperes, que no se atreve a salir de casa no vaya a ser que nieve.
Xalta: Que la has visto o que
Antonio: He entrado a pegar un trago del botijo, no podía ya ni con el pelo
José María: Pues nada, nosotros nos vamos. Dijo mi padre
Antonio: Ande vais pues, si no se puede ir a ningun lao, ha de caer un tronando estas fiestas, que no ha de salir San Roque.
José María: A regar las patatas a Los Molinares, si tenemos suerte y cogemos el agua, para tenerlas aviadas antes de fiestas.
Antonio: Coño, niña, la nasa aun esta por el granero
Xalta: Allí estará, redios con que me sales ahora
Antonio: Pues esperar un momento, que subo al granero a por ella, o anda ve tu, sabes lo que es…
Xalta: Pero y para que la quieres
Antonio: Coño, si no pueden regar, que miren de cazar algún topo por aquellos caños, y me echare un par de patas de topo al bolsillo para que se me pase esta jodida patera que llevo encima.
Xalta: Mecaguen el copon bendito, no me subes al granero a cortar jamón y te vas a subir a por la trampa, redíos, cuanta tontería tienes y has tenido siempre … pero como te crees eso.
Antonio: Calla.
Xalta: El tio el copon, siempre igual.
Antonio: La Virgen del Pilar, cállate tu maña, ahora en el Perion he estado con … redíos, ahora no me sale como le dicen, este que esta en Madrid, y el también lleva un par de patas en el bolsillo, ya me has puesto nervioso, si es que no se para que vengo a verte.
Así que mi padre, la nasa y yo, subimos al Citroen 8 blanco, al Cadillac como le llamábamos, y camino los Pardos abajo nos fuimos a los Molinares, a regar, a cazar, …dispuestos a todo.
Tuvo suerte mi tio, siempre la tuvo, no teníamos el agua, así que, limpio el campo de bledos y mocos de pavo de esos que al pasar los vecinos te delatan como vago, haragán y maltrabajador, nos dispusimos a cazar topos en el caño de la fuente, mientras nos llegaba el agua. Primero el trabajo, después la devoción.
Jesús: Papa, tu has cazado topos alguna vez, la nasa es vuestra, del abuelo
José María: No sé de quien será la nasa, nuestra supongo, vieja y usada si que esta, ya seria de mi abuelo, pero yo ya no me acuerdo, y si he cazado alguna vez, seria de crío, como tu, por divertirnos, o algún ratón en el zafran, eso si…átate los pantalones a las botas, no vaya a ser que se te meta algún topo.
Jesús: Mira uno, mira, … por allí se ha metido
José María: Venga, coge el barrón, vamos a por el
Jesús: Y esto que será, ¿cazar o pescar?
José María : ¿Esto?, Hacer el tonto
Mi padre coloco la nasa en la entrada del caño y yo empecé a clavar el hierro en la tierra para intentar asustar al topo y que este saliese, entrase en la jaula y quedase atrapado. Repetimos la operación varias veces, capuzamos, nos llenamos de zanago, nos cortamos con el cañizo, olíamos fatal, sudábamos la gota gorda, los mosquitos de la tarde se nos comían, perdimos la botella de agua que dejamos a refrescar en el caño justo donde manaba la fuente, lo enturbiamos todo, nos parecía ver cientos, pero no salía ni uno… hasta que oímos una voz salvadora. La del Navarretino.
¡Josemaria, … ahí os va el agua!
José María: Venga, dejemos a los topos tranquilos que así están bien, nada nos han hecho, ya esta bien con la tontería del tío Antonio, de capital tenia que ser, y vamos a lo que hemos venido, qué hacemos, regar uno sin otro, o todos así si hay suerte y llueve en San Roque como dice tu tío, no regamos mas. Ale, bájate abajo, y si te sale un tajudo le das con la viñeta, que mas dará un pata de topo que de tajudo.
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Al día siguiente, bajamos de nuevo al Peiron, a dar vuelta de los abuelos y devolver la nasa, no había caza de la que presumir.
Antonio: Coño Jose María, no me digas que no cazasteis ninguno.
José María: Nada, en esta familia, ya lo sabes, no somos cazadores, no quiso entrar ninguno, nos pusimos de zanago hasta los huevos, y nada, solo había un topo y nos toreo, sabia mas que los ratones coloraos. A cascala, se tome las pastillas, y au.
Antonio: El caso es que la pierna me sigue jodiendo, y ni pastillas ni leches, este año tampoco le bailare a San Roque.
Xalta: Callaros, se ha oído la puerta, y es pronto para que sea José, que se acaba de ir a la Vega los Postigos y la Encarna no creo que venga. Dijo mi abuela.
Valentín: Buenas.
José Maria: Coño, ya tienes quien te cace los topos, el maestro Valentín.
Antonio: Ande vas pues Valentín
Vaelntín: A dar vuelta de los tomates, que habrá un vagón ya, no sea cosa de que se los lleve algún cabron sin querer antes de las fiestas y a regar que nos toca el agua.
Antonio: Que no miraras de cogerme un par de topos, que estos no han podido
Valentín: Bueno, bien,…estos, que van a saber de topos, si fuera de otras cosas, pero de topos, nada, pardina…
Antonio: Bien, ya me duele menos
Vaelntín: Y para que los quiere, que le va hacer la Pilar arroz de topo, que morro mas fino o que.
Antonio: Joder, que ocurrencias, le llevo yo a la Pilar los topos para que me haga un arroz y me manda hacer hostias, ahora, que bien a gusto me lo comería. Es para las garrampas que me dan en la pierna, para …
Valentín: Ah, para llevar las patas en el bolsillo
Antonio: Redios, para eso mismo.
Vaelntín: Mi padre también lleva, la semana pasada le cogí dos como conejos, no se si se los comerían o que, ahora me echo la nasa, que así es mas fácil y cojo una parejica o que, o más…
Antonio: Tu veras
Valentín: Bueno pues para un arroz.
Al cabo de un rato, visto y no visto, Valentín, sudando la gota gorda, igual fuera verano que invierno, volvió con el carretillo lleno de tomates y dos topos, mi tio Antonio estaba radiante de felicidad. Mi abuela lo miraba y le advertía con la mirada, como se te escapen te doy con el matamoscas …
Valentín : Hay una barbaridad de topos, ni venenos ni hostias, mas que el copon, estos le hacen a todo, he traído dos machos jóvenes, los otros y las hembras los he soltao, dicen que para las garrampas son lo mejor, ahora los despeleto y ya puestos en canción me los llevare que me haga la Pilarin un arroz, para mi solo, menuda alegría le voy a dar, porque nadie querrá comer, ande esta el machete de aviar los conejos.
Xalta: Niño, coge otro, ese ni lo toques.
Valentín: Pues si no hay carne mas buena que esta
Xalta: Y vete a otro sitio a matarlos
Antonio: Venga, venga no le hagas caso a esta, que ya tengo aquí los pañuelos para envolver las patas, me pondré dos en cada pierna.
Valentín: Mi padre por las noches, se las pone debajo el colchón y duerme como un liron, nada de calambres…
Antonio: A ver si descanso y puedo bajar a San Roque.
Valentín: Ale pues, listo, que esto se acaba pronto, voy a colgarlos que se joreen un poco.
Xalta: Quítame eso de hay sinvergüenza, iros los dos a tomar viento de aquí, desustanciaos, mas que desustanciaos….fuera, fuera.