Pasaron los días y las semanas
y la novela tras ser premiada en Calatayud no se encontraba a la venta en ningún
lugar ni real ni virtual. Me asaltaban las dudas, me impacientaba. Los festejos
de la Batalla de Cutanda estaban ahí y me habría de conformar con el magnífico
comic leído días atrás obra de Juanfer Briones. Tan breve, me supo a poco. Andaba
con ganas. Quería saber más. Justo desde aquel lejano día de los ochenta en la
universidad cuando en clase de arte el profesor Guatas menciono la faraónica batalla,
sin venir a cuento, entre pirámides.
El inicial asedio a la
obra fallo, siendo por fin una alegría verla a la venta en la Feria del Libro de
Zaragoza. Como Ibn Rudmir pensé en salir a su encuentro. Sin embargo, ahora que
tenía constancia de su existencia física y que podía hacerme definitivamente con
ella abandone su asedio como hiciera el Batallador seguro ya del encuentro y la
victoria.
Cutanda
la novela escrita por Eloy Morera, publicada por Doce Robles y Premio de Novela
Histórica Medieval “Ciudad de Calatayud” era el objetivo.
Mientras llegaba nuevamente
el Batallador a Cutanda al encuentro de los almorávides espere el libro y una y
otra cosa sucedieron a la vez. Un jueves 17 de junio de este mismo año, momento
en el que se conmemoraba su 901 aniversario, tal cual resulto el día en el que
el mensajero me trajo el libro directo de la Librería Paris de Zaragoza.
Prologada la novela por
José Luis Corral, prologo y reseña. Poco más que añadir. Trae también apuntes históricos
por parte de Javier Ibáñez Gonzalez y Rubén Saez Abad. Una guía de personajes protagonistas
y un pequeño vocabulario por parte del mismo autor. No cabe más en tan pocas páginas.
Ni tan didáctico, ni tan imprescindible de leer.
De modo que insisto, no queda
otra que leer, compartir y gritar a los cuatros vientos lo que un buen día sucedió
en Cutanda. Lugar a donde hoy parecen llevar todos los caminos. Ejemplo su población
de que aun siendo pocos (cuentan las crónicas que hoy son 50 habitantes los censados
y 25 los que allí pasan el invierno) son muchas las cosas que se pueden hacer. Su
visita es obligada, más aún una vez leído el libro cuando lo sabes todo, o eso crees.
Ahora empieza lo bueno.
Y de la novela, qué más decir. Muy sencillo: me ha
encantado y como calamochinos deberíamos agotarla siendo una obra de esas de
las que hay que comprar dos ejemplares, uno para leer y otro para regalar. Ha
tenido suerte Cutanda con su publicación.
Una suerte loca. La misma que el Batallador. Claro que la suerte también es cuestión
de fe y hay que buscarla.
Son poco más de un centenar
y medio de páginas las que conforman la historia novelada por el autor en torno
al Batallador y Cutanda con comienzo en Calatayud. Una amena lección de historia,
didáctica, rigurosa, sugerente, impecable para entender de donde venimos y a
donde vamos pues siempre son muchos los caminos.
En medio de la novela la
historia de amor de Badra y Salvian, los amantes de Cutanda, cuando las dos culturas
se unen. Todas novelas deberían tener una historia de amor y esta es especialmente
bonita. Urge buscarles casa en Cutanda, si es en un remozado Castillo mejor, el
cual aun en ruinas lo magnifica todo, bien se lo merecen, bien se lo están ganando
los amantes de Cutanda, los que allí pasan los inviernos y los agosteros.
Leamos.
(La fotografía del
articulo es de don José Luis Latorre Lázaro quien cada mañana desde los pies
del castillo a través de su Facebook nos da los buenos días con una bonita
estampa de uno u otro lugar del país del Jiloca del cual es un magnífico conocedor.
Abrazos)
Articulo publicado en El Comarcal del Jiloca 3 de septiembre de 2021