Aquellos joteros de la Calamocha de mediados de los ochenta parecían remar contra corriente, ensayaban en una aula de las escuelas viejas, debían pasar un frio terrible, a la luz de un par de bombillas, los veía y sentía desde casa, no eran entonces las jotas lo que hoy son ni mucho menos, fueron unos héroes en la travesía del desierto que nos ha llevado hasta nuestro días. Y sin embargo no recuerdo verlos actuar.
La fotografía hoy en el día de San José es del archivo de Joaquín Serrano, el me la ha pasado, el como todos, anda hoy recordando a su padre, a la Calamocha que nos deja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario