El
Alboroto (Editorial Círculo Rojo 2022) es el nombre con el
que la prensa de la época bautizó la revuelta protagonizada por la gente de La
Yunta en 1869 y que José Antonio Floría Martínez ha plasmado en un libro
adentrándose en el género teatral una vez se recopilo toda la información
posible, archivos, hemerotecas y tradición oral por parte de los vecinos de La
Yunta él le dio forma escrita.
Es domingo cuatro de diciembre un día triste y
gris, me hago mayor, el cambio de hora me sienta fatal, las tardes son tan
largas, enciendo la calefacción aquí en Castellón, y me acuerdo del libro que
guarde para una ocasión como esta en la que necesito evadirme, sentir la vida.
Mientras en la villa se han despertado con agua nieve, hora es del frio.
Recopilado a través de la hemeroteca, archivos y
la tradición oral y escrito para su representación teatral, narra los hechos
conocidos como el Alboroto cuando a mediadios del XIX tras la desamortización
de Mendizabal se quedaron compueotos y sin novia, al llegar desde Madrid
Salinas, el nuevo dueño del Cortado monte que tenían por suyo de la mano de la
guardia civil, a escape desarmada, y el juez. La revuelta fue inevitable, y los
hechos se alargaron varios años.
Al final, pues eso, lo mejor leer el libro o
esperar a la película. A rio revuelto ganancia de pescadores. Idas y venidas a
Molina de Aragón, cárcel, enfrentamiento con algún pueblo vecino, ayuda de
alguno otro y aquí paz y después gloria bien sabe todo juez que si ha de ir a La
Yunta lo debe hacer con el pantalón del revés, con la bragueta al culo. (Las
mujeres de La Yunta han tocado a somaten, para matar a Salinas y capar al señor
juez) O mejor darles la razón desde el principio por que no solo la tienen si
no que además son un pueblo ejemplar, como aquel de Fuente Obejuna. Y pueblo
pionero además pues en medio de todo esto fueron acusados de ni mas ni menos
que sedición, y es lo que tiene cuando la autoridad no ampara nada más que al
poderoso, buscas rey ande sea y piensas que los carlistas eran gente seria y de
principios y das cuatro vivas a su rey.
El caso es que el primer pariente del que hay
recuerdo en la familia por via materna de padre y madre desconocido debió de
nacer por aquellos años del jaleo de padre o madre de entre La Yunta y Bello,
un amor aquellos días imposible, y abandonado en alguna ermita próxima a Odón,
para que cargasen con el muerto en este caso el crio, de apellido Gracia donde
lo criaron y caso con una Meléndez, el apellido más bonito del mundo, antes de
emigrar primero a Calamocha y luego a Torrijo y de nuevo a Calamocha.
Si nos
tocan lo que es nuestro
Salimos
todos a una
Que
somos los de La Yunta