sábado, 14 de julio de 2012

Habaneras del Ajutar

El Lavadero del Ajutar allá por el año 1962, el mismo día de San Roque




A la vora del riu mare
a la vora del riu mare
m'he deixat les espardenyes
mare no li ho diga al pare
que jo tornaré a per elles
mare no li ho diga al pare
que esta nit jo no vull rebre

Música popula valenciana


Y aqui en el enlace, la Receta de la Paella Marinera, del amigo de Cullera, en cincuenta sencillos pasos, unos tiene un trozo tierra entre el rio Las Monjas, el Jiloca y el Cubo, y otros una barca para pescar, unos vuelven a casa con verdura otros con pescado, y piensan uno y otro, que suerte tiene de tener un trozo tierra, de tener una barca.





La foto es verdaderamente bonita, de aquella España Ye Ye que hoy nos parece idilica y sin embargo las debian de estar pasando canutas.

Suerte con el calor que hace poder salir un rato al caer la tarde a camandulear por el camino el Ajutar, sentir el perdido olor al jabon de tajo, cascar con unos y con otros, enderezar hacia la Y Griega mismo y esbalagarte un rato al fresco del agua recostado  en algun manzaneto.

El lunes es ya la Virgen del Carmen, otro año más
Felicidades 


Virgen Del Carmen de Valencia que comprara mi abuela en una rifa a una Gitana, nunca mejor dicho, comprara, "que sorteo la virgen, señora, para esta misma noche",le dijo la gitana al pasar por el Barrio, "que maja es, pero no me des ningún numero, buenas sois las gitanas, pero tu a mi no me conoces, no me des boleto alguno, y esta noche, cuando me traigas la Virgen os daré una gallina culeca que tengo".

Llegada la noche la Señora  Gitana junto con todos los churumbeles le trajo la Virgen y mi abuela le dio no una si no dos gallinas culecas, que de bien nacidos es ser agradecidos, gallinas de esas que siempre se dijo estaban con fiebre y que ni ponen ni dejan poner y mejor no comer, ...


Vuelva usted y su familia cuando quiera, se ve que le dijo mi abuela, para despedirse la buena señora diciendo, no me trae cuenta el volver, menudo negocio, ha hecho, mataremos el hambre, pero usted se queda lo que yo mas quiero en esta vida, La Virgen del Carmen de mi Valencia.

(Di que entonces no habia "chinos", y todo valia perras, pero bueno, de un sitio similar saldria aquella "Virgen". Mi abuela siempre tuvo a bien presumir de haber hecho negocio con una gitana, "de haberla engañado", pero me parece a mi...)



sábado, 7 de julio de 2012

Riñones

Hace unos días compre chuletas de cordero, era casi la una de la tarde y la dependienta me comentó con resignación:

“Eres el primero que me pide hoy cordero, y a ese precio, ya ves es regalado, además cordero nacional, te lo juro por mi madre que las pocas veces que había dinero en casa corría a comprarnos cordero, … En cambio salchichas he vendido casi doscientos kilos,  la gente cree que al llevar hueso la carne les estas robando, y no se para a pensar con qué harán las salchichas,  ni reparan en el precio, fíjate que sale más a cuenta,… menudo precio se llevan las salchichas,… Darle una madre hoy en día carne con hueso a su chiquillo, que barbaridad, y que se atragante, o se corte con el cuchillo…. Venga salchichas a todas horas, la mare que va, que tontas somos. Y la pata para hacer caldo que te pongo y esos riñones para el vermú… menos mal que aún queda gente que sabe comer. Si fuera el ama, te la regalaba, pero si me ve la Dona, me voy pal carrer”.

Receta de Riñones

Riñones de Cordero

Lavar

Cortar

Hervir


Ese hervor que a tantos ...


Esto ya esta

A la escurredera y limpios


Aceite , ajo, perejil, una chorreada vinagre, un poco de vino blanco,... lo que uno quiera

A comer

Ese mismo dia, la sardina estaba a 30 centimos, el cuarto y mitad.

FIN

PD Hoy en día es menester echarle riñones a todo, se ve cada cosa, se siente cada cosa, no se ande vamos a ir a parar.

domingo, 24 de junio de 2012

Jabón de Tajo

 “Ya lo creo, que tendrás jabón y no os lo acabareis, esa forma de pensar, de vivir, yo soy igual, me la enseño tu abuela, en aquellos años mi madre. Los únicos tiempos, que fuimos libres todos, allá en Calamocha, al acabar la guerra.

 Cada día antes de irnos de casa, había que dejar las camas hechas y todo limpio, como si no fuésemos a volver, como si ese día fuese el último,… por si en una de esas nos moríamos, que los pobres para morirse bien poco necesitamos, así cuando entrasen en casa a buscarnos la mortaja, pudieran decir, mira que curiosas, todo limpio y recogido, que nadie pudiera hablar de que en aquella casa estaba todo manga por hombro, sin tener ninguna faena”.


Así recuerda y resume mi tía, la forma de ser en la familia, ella camino de los noventa bien lo puede decir.

De modo  que no es de extrañar que diría aquel, que allá por los ochenta, cuando ya se dejaba de tener tocino en casa porque no podías matarlo en la cochera por mal que de que nos diese un pelo y nos entrase a un tiempo el baile San Vito y la triquinosis, que nos muriésemos al fin y al cabo, como si fuéramos a ser inmortales, y la mitad de las cosas necesarias para hacer el jabón ya ni en el sepu de León Muñoz se podían encontrar, ni polvos para secar los jamones, que también los prohibieron, pero eso ya es otra historia,… desde que se acabaron aquellos polvos rojos, los jamones del granero ya no saben a nada. 

No es de extrañar pues que mi abuela pensase un día que aquella sería la última vez que en casa se haría jabón y se dispuso hacer cuanto pudo, y aún dura. Hacia todos los años un poco, allí en el corral con las traudes y la caldera de las morcillas.  “Pero madre, ande va con tanto”, “Coño, ande voy a ir con los años que tengo, al camino Navarrete cualquier día, (Cementerio),  si ya no hay tocino, si ya no vende polvos, habrá que hacer todo el jabón que podamos, por que luego no podremos, y lo echareis en falta”. 


 


 
Aquí dejo la receta, algún día haremos, que todo se acaba, la receta como diría mi madre que es quien la recuerda, la formula al fin y al cabo del jabón de tajo de toda la vida.

“Entonces se guardaban todos los aceites de cocinar, toda la grasa de los tocinos y los animales que matabas en casa, todo se guardaba para hacer jabón, se gastaba una barbaridad de jabón, lo mismo para lavar, que para curar heridas. Lo único que se compraba para hacerlo era la sosa que le dicen. Con eso y con agua, se hacia el jabón, al principio me acuerdo, que lo cocíamos en latas de sardinas, de esas grandes que había entonces cuando era yo una cría, después ya siempre en la caldera de matar el tocino, en la caldera de las morcillas. Luego si se podía, se compraban y se ponían unos polvos para que sacase espuma y tuviese olor, pero al principio lo hacíamos sin nada, tampoco vendían claro.

Se ponía todo a cocer hasta que veías que se espesaba y entonces sacabas un poco y lo echabas al suelo y si al enfriarse se quedaba solido, ya estaba el jabón listo. Así de fácil.

Luego lo vertías en cajas de madera para que se enfriase y se hiciese todo un bloque. Al día siguiente con un alambre de esos ahora roñosos que había por casa en cualquier rincón lo cortabas a tajos, como quisieras hacerlos, y a lavar al rio, al lavador de la Fuente del Bosque y antes al Ajutar, o al del Barrio Nuevo, en cada calle, como aquel dice, había un lavador, lo mismo que un horno o un trujal.

La noche de antes de ir a lavar al rio, cogías un poco de jabón y lo regalabas, lo derritias en el fuego y lo hacías liquido y cogías la ropa y la metías toda en un balde grande a remojo con el jabón y a la mañana siguiente, ponía el abuelo el balde en el carretillo y todas a lavar al rio y allí ya le dabas con el jabón de tajo, y se quedaba la ropa limpia, limpia como una patena, y un olor mas bueno que hacia … y suave y venga a charrar todas allí y nosotras a lavar lo pequeño…”


 

 
Sigue, esta vez, mi tía recordando: Aunque de pequeña, antes de la guerra, mis padres nos llevaban a la playa en Barcelona, no nos dejaban casi ni mojarnos los pies por miedo, así que aprendí a nadar en el lavador, allí en el Barrio Nuevo, en Calamocha mientras las mujeres lavaban los críos nos capuzábamos hasta arriba en esa agua tan fría.

Cada vez que me acerco a la Fuente del Bosque, o paseo por el ajutar, recuerdo el olor del jabón, tan es así, que me asomo al lavador en busca de la espuma, del brillo que había en el agua, del olor… pero nadie ha estado lavando desde que las abuelas dejaron de ir por causas propias de la edad, más que del progreso.


Más jabón y mejor haciendo click en el enlace.



domingo, 10 de junio de 2012

El Anciano de Calamocha.




Feliz quien vivió en los campos paternos
y se hizo anciano en la casa donde fue niño.
Quien apoya el bastón donde anduvo a gatas
y en la misma casa vio tres generaciones.

No lo arrastró la Fortuna en su tempestad
a beber en otras fuentes, huésped de su extravío.
Ni siendo mercader temió al mar
ni soldado la trompeta ni sufrió las reyertas del foro.

Sin conocer el mundo ni el pueblo más cercano
disfruto del más amplio horizonte.
Su edad se contó por las cosechas, no por los cónsules
y supo de los frutos en otoño y de las flores en mayo.

En su finca nació  y murió el sol cada jornada,
ese sol que le señalo las horas en su rumbo.

Fue para él Calamocha como la India más remota
y el río Jiloca lo mismo que el Mar Rojo.

Viajen otros a Iberia y arriben a Calamocha.
Suyo será el viaje, pero él tuvo más vida.


El Anciano de Verona de Claudio Claudiano

Leído en El Reino de Celama, (La Ruina del Cielo) de Luis Mateo Diez.
Foto:

Dibujo del Puente Romano, del pintor valenciano Ramón Miralles Bosca, a quien mi tio Pepe se traia por Calamocha de vez en cuando, para que el bueno de Ramón viese lo que por no haber nacido alli junto al Jiloca se perdia, lo mismo que él añoraba por haber emigrado.

"Che collons, dejáte de naranjos, barcas, barracas y la albufera, y la mare que los va a parir a tots y mone un día a pintar el Puente Romano a mi pueblo y luego a comer jamon a casa Jose Maria"

Pepe murió hace unos meses, Calamocha perdio a un gran embajador, sentia la necesidad de pregonar a diario su origen.

Casi siempre que hablo con casa, tal vez por eso procuro hablar poco, las conversaciones suelen acabar con la siguiente frase:

¿A qué no sabes quien se ha muerto?.


Los recuerdos de Ismael

(Copio y pego su comentario. Gracias)

Su blog arriba a la derecha, Naturaleza, bici, zapatillas...

El poema del Abuelo, tan real como la vida misma, antiguamente los abuelos nacían,vivían y morían en la misma casa y ademas eran considerados como el mas alto escalafón de la familia, donde el abuelo era el mas respetado y por supuesto el que mejor vivía de todos, !!!cuando se sacaba la comida a la mesa, las mejores tajadas, la carne mas "tiernecica", el pan mas blandico, todo lo mejor era para los abuelos, si hacia frío, el mejor sitio de al lado de la estufa para ellos, en fin,, yo por lo menos lo he podido vivir con los mios,,eramos 7 mas los abuelos que los teníamos 4 meses al año,,pues se los turnaban entre mis tías y mi madre. Yo era muy pequeño y todavía me acuerdo como si los tuviera en casa,,entonces un abuelo sin tener planes de pensiones, ni seguro de vida, ni pagas, ni dos duros en el banco, pero tenia lo mas preciado en su vida,,,LA FAMILIA.

viernes, 1 de junio de 2012

Cuando fuimos campeones.

Recuerdos de aquellos cromos de fútbol.



El futbolista.

"Para jugar a fútbol no valgo, pero me encanta verlo. jugué dos años con los juveniles del Calamocha, ya ves, de pegar patadas en el Barrio y en la era de San Roque y en la del Patre a los juveniles.

Recuerdo que el segundo año, no te diré contra quien, pero un día perdimos 11 a 1, pues bien, cuando el árbitro pitó el final del partido, me quede hecho polvo, como diciéndole, pero qué haces tío, no ves que aun podemos ganar, déjanos jugar,  pelear, que esto es un derbi.

Seguro que aquel equipo aún tiene el récord de derrota más abultada.. Y lo deje. ¡Ah!, también fuimos subcampeones de Aragón".





El Equipo

Tardes de gloria

Los Gallos Rojos, todavía hay quien piensa que ser segundo no sirve de nada.

CF Calamocha

Equipo Juvenil

13 de agosto de 1978

Subcampeones de Aragón. Toda una gesta, todo un recuerdo.


Fue el año del Mundial de Argentina

Alineación:
 
Arconada, Camacho, Migueli, Del Olmo, Asensi, Cardeñosa, Rexach, Juanito, Quini, Santillana y Raba. Entrenador : Kubala


GRACIAS, por el cromo, por la foto, por el recuerdo...gracias a Paco, por conservar los recuerdos, por querer contarlos.

martes, 15 de mayo de 2012

Ruido de escobas.

Por la entrada al Barrio desde la Rabal bajaron aquella tarde noche de agosto tres o cuatro personas en apariencia, desde la distancia, perfectamente uniformadas, nosotros, allí agostados en la puerta de casa, a la fresca a la espera de la cena, rota nuestra feliz monotonía veraniega, sorprendidos, a escape les vimos, y alguien del rolde llamo la atención ante la inesperada visita:

“Mirar, ya están aquí también, por ahí viene la Brigada de Regulares, menuda vergüenza”.

Todos nos quedamos observando, en silencio, corroborando lo dicho, armados con escobas y cubos bajaban la costera y una furgoneta a modo de escolta cerraba la comitiva. El de Fuentes Claras llevaba la voz cantante:


”A esos los manda el ayuntamiento ahora que son vísperas de fiestas, para que pasen a limpiar las calles, para que no se diga, para que vean los veraneantes lo limpio que esta el pueblo, así da gusto, aunque el resto del año se nos coma la mierda por no tener cojones para agacharnos a recoger nada del suelo, que ahora ya todo es menester que nos lo den hecho … Ya hace días que van por allá abajo por el Peirón, por todas las calles,…Ligero llevan el paso, casi de maniobra, será que vienen cuesta abajo, o será lo poco tienen que limpiar aquí. La madre que los parió, que vengan a sacarnos los colores, que vengan de fuera a decirnos lo que hemos de hacer, con lo curiosos que somos, tanto o más que los gatos, cagamos y envolvemos, así es”.

Cierto, el Barrio estaba más limpio que una patena, de ello nos encargábamos todos de una u otra forma, los unos, no emporcando y los otros, la parte de nuestras madres y abuelas, limpiando.

Todos días, todos los días del año, como el Circo, “al frio y al calor”, a primera hora de la mañana salían a barrer la calle, cada una su puerta, y cada tanto, el resto de la calle, las casas vacías y hasta las aceras que lindan con el cuartel. El ruido de las escobas al rozar el cemento, el ruido del agua vertida en la calle, las mañanas de verano, para no levantar polvo, aquellas primeras conversaciones, nos despertaban cada día a eso de las nueve.

 Allá donde fueras, haz lo que vieras, las casas de los maestros eran un continuo trajín de vecinos de todo pelaje que iban y venían… tarde o temprano, escoba en mano se unían al grupo.

 “Rosa, maña nos hacemos viejas, la Jipi, esa valenciana del pelo rizado barre la calle antes de irse a la escuela, estoy yo en la cama y la siento, y nosotros que pensábamos que no saldría a barrer por ser joven, hoy le ha metido un tute a toda la calle de no te menees. Bendita juventud. Luego a ver si le paso una mata acelgas que le iba a echar a los tocinos, yo ya estoy harta de tanto forraje, y que cene verde la criatura”.

En un suspiro la Brigada de Limpieza estaba a nuestra altura, se paró a saludar…. “Así da gusto, todo limpio, ni una hierba en una puerta, este o no abierta la casa”. El Barrio estaba limpio, era evidente.

Desde el corro de la fresca se oyó una voz que hablaba por todos: “ Se agradece el cumplido y tomar nota de lo que hemos de deciros, si un año pasáis y os encontráis el Barrio sucio, llamarnos la atención, con toda confianza, ahora que una de dos o bien estamos todos en la Cañadilla muertos y enterraos o bien, nos hemos vuelto unos señoritos, si eso pasa, si nos hemos vuelto uno señoritos, si no limpiamos la calle, por que los demás no lo hacen, porque es faena del ayuntamiento y no nuestra, si ya por cualquier cosa se nos caen los anillos, tenéis permiso para darnos una pata en el culo a todos y echarnos al rio… El Barrio es nuestro, y nosotros lo limpiamos, lo que hagan o dejen de hacer los demás es cosa suya, pero aquí no hace falta que entréis a limpiar, a lo demás cuando queráis, pero a limpiar no, tirar pa el barrio bajo… tirar a cáscala de aquí, nosotros somos tan tontos, que hasta a los civiles les limpiamos la calle, aunque ellos no quiera saber nada de nosotros y hayan echao la valla pa que no entremos, tirar a las casas de la gente joven, a esa juventud que no tienen ganas de trabajar y quieren que les den todo hecho”.

Aún hoy me despierto creyendo oír las escobas arrastradas por el cemento, las voces de mi Abuela, de la Moracha, de la tía Ángela, de la Visi, la Piedad, la Pili, Doña Pilar… las campanas del Santo Cristo los domingos.

San Isidro, año 2012.