Al punto la mañana mi madre abrió
la puerta de casa, se asomó al Barrio, miro cara Santa Bárbara y dijo: Maña,
con este tiempo no adolece San Roque. Hace frio, será menester coger algo de
abrigo, para las fiestas es mejor la calor. Mi madre, la familia, siempre usó
adolecer como sinónimo de apetecer, y con ese frio en el centro de agosto, era
difícil imaginar el mismo Baile, el mismo día grande de las fiestas sin su
acompañante fundamental, el calor del sol. No apetecía salir de casa, esa era
la verdad.
Ropa de abrigo. San Roque 2014 |
He de reconocer, cuanto más
madrugo más tarde llego a los sitios, de la salida de la procesión ni hablamos,
así que tampoco llegamos a la ermita, esperamos al Santo de vuelta a la altura
del Instituto, sentir el silencio de Calamocha roto por las castañuelas de los
bailadores más rezagados por la Calle Real en busca de su sitio en la
procesión, sea quizás, tan bonito como el mismo Dance, acompañar el paso con el
repique de las castañuelas, esperarlo oyendo los sones de la banda, a su vuelta
de la ermita igualmente bonito …
Claro está, tampoco llegamos al
chupinazo, lo escuchamos a medio camino a la altura de la Balsa, aquello de ir
corriendo de un sitio a otro, ya no es tal, y ya, por fin, este año cuando
llegamos, lo vivimos desde la primera grada de la iglesia, siempre se aprende
algo, aún quedan muchas gradas hasta llegar a la puerta de la iglesia, donde se
refugian los más mayores, pero una vez iniciado el camino, el tiempo pasa tan
rápido, que ya no pararemos hasta el final. Veremos en qué escalón nos
quedamos. Para todo es necesario algo de suerte.
De un modo asombroso no recuerdo
haber saludado a nadie aquella tarde del chupinazo, cuando lo habitual fue
siempre un continuo reencuentro con unos y con otros, saludos unos por
compromiso otros por cariño, validos todos en cualquier caso y este año, ni lo
uno ni lo otro, me pregunto ahora, si no habré subido demasiado pronto a la
primera grada, en cualquier caso, ya no hay vuelta atrás, una posición ganada,
una vez tomada, jamás debe abandonarse, te lo enseñaban en la mili, a la cual,
por cierto, me marche el día de San Roque de hace un montón de años, pero, eso,
ya es otra historia.
Sera por procesiones, el caso es
que a la del día de la Virgen, como a la de San Roque, tampoco llegue, o sí, ya
no lo sé, bajó la ofrenda desde el Rabal, y se hizo realmente interminable,
cada día va no solo a más sino a mejor,
pero volví a cometer el error de siempre, no entrar en misa, por mal de saludar,
esta vez sí, a unos y otros, el caso es
que luego echas a oír tocar las campanas y te acercas a la plaza a la procesión
y ya ha terminado, que lo bueno si breve, dos veces bueno, será que “no la
quieren despertar”, una pena, la procesión debería ser antes de la misa. No
debe ir ni Dios, ni aún fotos hay.
Aprendiendo a Bailar 2014 |
Y será, igualmente por misas, la
del día de San Roque, también me la perdí, me quede en la puerta, junto al
Dichero Olvidado ese compendio enciclopédico del saber calamochino, totalmente
permeable a todo cuanto le rodea. Apareciendo al cabo del rato junto a él, el
Bailador, esta vez en carne y hueso, acompañado de un pareja de estudiosos,
llegados desde la capital, de Zaragoza, de donde si no, hay gente para todo, que
la verdad sea dicha se preocupan por unas cosas dignas de alabar por nuestra
parte, venidos para ver en sí, qué era eso del Baile de San Roque… Este hombre,
os contara todo, y os dirá donde debéis acudir. Dijo el Bailador.
Y el Dichero Olvidado comenzó
hablar:
Pues en esto lo único que se me
ocurre para empezar es como cuando se juntan los novios y se preguntan, “¿cómo
lo hacemos?”, pues eso, igual, una de dos, o preguntáis, o empiezo hablar hasta
que acabe, con la certeza de que una vez haya acabado, si no os habéis cansado
antes, y mandado a cáscala a Luco, no tendréis ni una sola pregunta por hacer,
lo sabréis todo, así que venga, empezar a tomar apuntes, luego preguntare.
Bueno soy yo. Atentos que voy.
Efectivamente, ahí detrás en la
fachada dice 125 Aniversario del Dance de San Roque, Fiesta de Interés Turístico de Aragón, pero, mucho
cuidado, en aquellos días, San Roque ya
era patrón de Calamocha, pero qué ocurrió, qué paso, para que naciese la
devoción, el Dance, qué cambio, para pasar de ser patrón a ser algo más para
los calamochinos de aquellos días…
Pues en realidad, nada de extraordinario, Calamocha
como cualquier otro pueblo, en aquellos años de mediados de los ochenta del
siglo diecinueve, estaba asolada por la peste, y aquel año, todo era morirse
unos y otros, más con las calores del verano, tan era así la cosa, que si
enfermabas, te dejaban a la buena de Dios, no te cuidaba ni tu hijo, quedabas a
la buena de Dios o de San Roque, ¿cómo te iban a cuidar?, si eso significaba
que tú también morirías. Y los calamochinos, como los demás, tontos no éramos.
En concreto aquel año del que hablamos, el día catorce
de agosto, murieron siete personas, y el mismo día quince, fueron nueve las que
murieron, eso para un pueblo pequeño resultaba una auténtica barbaridad, pero ¿qué
ocurrió?,… pues que el día dieciséis, el día de
San Roque, patrón del pueblo, aunque no estarían para fiestas, no murió,
nadie, cero patatero, nadie,… y a partir de ese momento fueron pasando los días
y la peste remitiendo. Pero aquel dieciséis de agosto día de San Roque, como os
digo, no murió nadie, ese es el hecho en sí.
Y los calamochinos los pocos que quedaron se pusieron a darle vueltas a
la cabeza.
Habrá que hacer algo, esto habrá sido cosa de San Roque
dieron en pensar, de la medicina ya te puedo asegurar yo que no seria, seria
casualidad, pero eso ya que más nos da, total, que de tanto cavilar, hicieron
responsable del fin de la peste a San Roque, como en todos lados en cualquier
caso, y pensaron en agradecérselo de alguna manera diferente al llegar las
fiestas del año siguiente, y ahí imagino, los culos inquietos del momento, esos
que todo lo ven y no paran, nuestros ancestros así como los que estamos aquí y ahora,
pensaron en hacer algo nuevo, una locura supongo, al tiempo que los pondrían
verdes, los calamochinos responsables de mantener las tradiciones del momento,
que por cierto, se estaban muriendo de pena, las tradiciones digo.
Y entonces se les ocurrió
cambiarlo todo sin tocar nada, que para eso aquí en Calamocha nos bastamos
solos y a escape la forma de celebrar las fiestas de nuestro Patrón San Roque,
con respecto de antes de la peste fue variando de rumbo, a mi ver, las fiestas
se morían también no de peste sino de algo peor, esta vez sí, de pena, y quedaban
reducidas a la representación del antiguo Dance de San Roque, una soldadesca al
uso, estática, siempre con los mismos protagonistas, a modo de representación
teatral y poco más, lo cual debía resultar un aburrimiento mayúsculo para quien
no participaba, ni podía hacerlo…
¿Y qué hacemos?, pues tirar para adelante,… y
ni cortos ni perezosos, mandaron a cáscala la soldadesca, sacaron a San Roque
en procesión y decidieron que la soldadesca caminara junto al santo, y así nació
el Baile, pudiendo entrar a bailar cualquiera, ya no los actores del antiguo Dance
que siempre eran los mismos, para así agradecer unos y otros a San Roque
bailando el hecho de haberles librado de la peste.
Ponerte a bailar delante de un
santo en aquellos años debía ser poco menos que la mayor de las atrocidades, más
de uno y dos en el pueblo se llevarían las manos a la cabeza, “¿ande van estos?”,
pero el resto tiro para adelante, hasta nuestros días. Avanzando en la
procesión de costado, como si no te movieras del lugar, para no salirte del
escenario, si bien todo evoluciona y hoy habréis visto a los Bailadores avanzar
de frente, haceros cargo de lo que sería, subir y bajar a la ermita de costado,
nos darían las uvas.
Todo va cambiando aunque no lo
parezca, también cuando todo empezó la procesión era más corta, y los
bailadores, cansados de segar y trillar, no estarían para grandes alardes atléticos
como ahora, mirar si no a este señor, El Bailador, sesenta y tres años le
contemplan, mientras nuestros abuelos con poco más de cuarenta ya eran viejos
para aguantar el Baile. Él tiene el privilegio hoy de Danzar junto a San Roque,
dado que entre las filas de bailadores conforme aumenta la edad del bailador se
va acercando uno al santo, se ordenan ellas solas según los años de baile de
cada uno.
Era también un baile más
sosegado, no el “roncarol” de hoy en día, impensable del todo, ver el baile de
hoy en el XIX, así sobre las notas de aquel Dance Don Manuel Marina, maestro
entre otras muchas cosas de esta Villa, adapto la música para poder bailarla
allá por principios del siglo veinte con tambor y dulzaina hasta que allá por
el cincuenta llego al pueblo un jotero, Don Mariano Aparicio Gil para renovarla
y adecuarla a los tiempos, resultando el Bolero tal y como hoy, más o menos
suena, pues aquí hay ahora debate, que en este caso, no viene al cuento, por
quítame allá y ponme aquí unas notas.
Antes de que se me olvide,
apuntar, Adelino Gómez Latorre, y su obra “Las Azarollas”.... Para las fotos y
demás cosas tenéis el Centro de Estudios del Jiloca y también la Fundación San
Roque. Echarle un ojo o mejor dos sobre todo a las Azarollas. Y a mí me tenéis
en “feisbu”, camino de los trescientos amigos, sorprendentemente pocos.
Prosigo. ¿Se baila el Dance por parejas?, ¿es
tu pareja el que tienes en frente o el que tienes a un lado?, yo ya no lo sé, el Bailador os podrá sacar de
dudas, cierto es, que siempre se bailó por parejas, cual matrimonio, tan es así,
que los días antes de San Roque las parejas se buscaban. ¿Oye bailaremos este
año?, y como te dijera que no, ya se había jodido la cosa, si se retiraba tu
pareja, tú te retirabas con ella, era como un matrimonio, unidos por el baile
hasta que “la muerte”, la edad, los separaba, que uno se iba a la mili, el otro
no bailaba ese año, que cojeaba del ancón, pues nada, a esperar un año… Hoy
puedes venir solo y entrar en la fila. En mi caso, me retire joven, mi pareja
era Antonio Sánchez, de apodo Cuky, y se fue de aquí, al poco de comulgar, y
ahí deje de bailar, fiel, que es uno.
A estas alturas de tan amena
charla el corro había aumentado, Pascual El de la Cirugeda, se había acercado y
cuanto todos creíamos que iba a pasar a comulgar se quedó entre nosotros, junto
a alguna persona más que entre curiosa y ansiosa por aprender se quedaba a
disfrutar del magisterio del Dichero Olvidado. Solo faltaba el amigo Pepe
Tomas, quien dentro de la iglesia seguía la misa. A él va dedicado en parte
todo esto. Lamento que te lo perdieras.
Ese antiguo Dance, del que os
hablo, se recuperó y se representó con motivo del 125 Aniversario, aquí mismo,
donde estamos, en las gradas de la iglesia, pero se ve que nos salió la vena
decimonónica y con un par de años o tres, nosotros, como nuestros bisabuelos
tuvimos bastante, y no ha habido continuidad,… Todo lleva su tiempo, volveremos
a echar mano del mismo, no vamos a ser tan tontos de dejarlo perder, volveremos
en cuanto encontremos un hueco. El roce hace el cariño, habrá que insistir.
Cierto que hay otro hecho propio
y os ha llamado la atención, los Dichos. Dado que sabéis de lo que hablo en los
antiguos dances, en las soldadescas, había varios personajes que tenían su
dialogo, no solo se danzaba, también se recitaba, siempre lo mismo eso sí, por
lo cual no me extraña que se aburrieran nuestros antepasados, casi lo mismo que
nosotros ahora, pero, eso hoy no importa, el Palitroque ya estaba presente en
el antiguo Dance, y lo blandía el Diablo, a la hora de recitar.
Y yo que para estas cosas me
basto solo, ni corto ni perezoso hace la tira de años, me dije, pues si aquí en
el pueblo hay una familia que de apodo tiene El Diablo, igual tiene algo que
ver con todo esto, así que a bote pronto, fui un día a su casa y digo “Buenas, oiga, una pregunta, a usted,
porque le dicen El Diablo, es algo bueno o malo”. Y a escape me respondió, “Al
contrario maño, aunque no lo parezca es algo bueno, mi padre, mi abuelo, hacían
las comedias los días de San Roque, y
salían en ellas de Diablo”. Aquello para mí fue la repera en bicicleta…
Los Dichos, vendrían de ahí, pero ya sin un
personaje fijo, poesías, rimas, estrofas echadas al Santo a lo largo de la
procesión, para agradecer o rogar, y echadas con coquines y cariño, al vecino
para joderlo, porque sacaba el fiemo con todo el calor o ataba el macho en la
palanca del cantón de la calle tapando el paso, joderlo vivo en el buen sentido
de la palabra, el Palitroque te da la inmunidad y el derecho de réplica al vecino,…Hoy,
como todo, como el Baile mismo, está en proceso constante de cambio sin saber
muy bien hacia dónde vamos. Al tiempo los Bailadores descansan se refrescan y
lo agradecen.
Claro, como bien observáis, pensareis, este señor, EL Bailador, de qué va
disfrazado, es este el uniforme con el que se baila, pues sí, pero ha sido
siempre así, pues evidentemente que no, si nuestros bisabuelos lo vieran, lo
primero que pensarían es que menudas pintas de mamarracho se trae, lo echarían
al rio las Monjas de cabeza, y tal y como baja, se quedaría clavao entre el
zanago y las ovas y no saldría.
Antiguamente lo bailaban con la
ropa de “sport” y de mudar del momento, por decirlo de un modo que nos
entendamos todos, las albarcas, los calzones negros de pana elegantes, que para
el calor sería lo mejor y peducos de lana por si pisaban algún cardo
borriquero, con la camisa blanca, poco más rematando la cabeza con el moquero y
cuatro nudos para quitar el sol,… vestimenta que con el paso de los años fue
avanzando, no se quedó estancada, de las albarcas a las zapatillas, todo
cambio, pero como se llegó a lo de hoy.
Pues por pura necesidad, aquí en
Calamocha, siempre hemos ido un paso por delante con respecto a España, y
llegados los cincuenta, eran cuatro gatos los que bailaban, el baile se moría,
era cosa de viejos, de curas, de beatos, aquí iniciamos la “Transición” muy
pronto … y hacer que la gente joven entrara en el baile parecía imposible, se
iniciaba así una travesía en el desierto, que vino a durar años, hasta que la moda
en el vestir y en las fiestas cambio con la llegada de las peñas y el conjunto
de todas en la Peña La Unión, y su uniforme más o menos “sanferminero”, dándole
de nuevo a la gente joven por entrar a filas y bailar… Pantalón, camisa de
botones y zapatillas blancas, cachirulo, a cuadros, rojos y negros al cuello y
faja azul. Empezando las mujeres a entrar en filas y bailar allá por los
setenta sin controversia alguna, como lo más lógico y normal del mundo
calamochi.
Y hasta ahí la cosa, luego si te
vas a las primeras filas, veras también cosas extraordinarias, fruto del cariño
que los calamochinos le tenemos a todo, de la vestimenta os hablo, fajas, que
en su día fueron azules, y con la cual ya bailo el padre de alguno, pañuelos
rojos de aquella novia que nos dejó tirados en el rio Jiloca el día de la Vaca,
moqueros azules y blancos de nuestros agosteros segadores abuelos, albarcas,
cachirulos azules y negros, ese que dicen es propio de Teruel, reminiscencia
aquí de una peña que hubo y que para diferenciarse de La Unión lo tomo como
propio, La Birolla se llamaba; Pero en sí, a simple vista la uniformidad parece
total. Una pregunta, ya para concluir:
Y entonces vosotros, de donde
venís, quienes sois, para que queréis saber todo esto…. Vamos a un lado, que
salen de misa, y pensaran que no hemos entrado.
Y entre un mar de gente que salía
de misa me perdí, me despedí a la francesa y me marche Rabal arriba camino del
remolachero. Todavía dio el día para una lección más, esta vez, fue en la plaza
de toros, con un cartel lleno de figuras, figuras en el camino y figuras en
ciernes, asistimos a la mejor tarde de toros que se recuerda, dos orejas cada
uno se llevaron, vinieron a trabajar y agradar, no a llevarse las perras, como
hasta ahora parecía la costumbre, algo sin duda está cambiando, se ganaron
hasta al última peseta y nos devolvieron con creces el precio del abono. Oscar
Higares, Canales Rivera, El Cordobés y Carlos Villanueva. Mientras desde el
tendido la charanga Artistas del Gremio daba unas lecciones soberbias de
música, festera, eclesiástica, ochentera, clásica,… igualmente impagable.
Canales Rivera 2014 San Roque Calamocha |
Y llego así el día San Roquico, y
con él, el calor, el sol y el sudar en la procesión, y como advirtiera a los
curiosos el día anterior el Dichero Olvidado, los calamochinos más chulos que
un ocho, no contentos con un santo, sacan dos en procesión, dos tallas del
mismo santo, no veras semejante cosa en ningún lado.
Llegamos a misa pero no entramos
y camine toda la procesión entre las primeras filas de bailadores haciendo las
veces de aguador y fotógrafo, por primera vez la procesión se les quedo corta,
querían más, en especial a partir del final de la Calle Mayor, cuando
asistieron a una lección magistral en torno al Dance, más allá del típico
“moveros, levantar las manos, cruzaros, parar, andar”…
En aquel lugar siempre se cortan
las procesiones sean de Semana Santa o sean de San Roque, toca esperar, y que
mejor que esperar bailando, así el hasta hace un par de años Bailador, ahora
preocupado por las últimas filas bailo entre los más jóvenes, y estos le
siguieron con tanta devoción como yo mismo, así que un par de docenas de
zagales podrán decir que un día tuvieron el mejor maestro posible allá en el
final de la Calle Mayor cara Las Monjas.
Aprendiendo a bailar a San Roque en la Calle Mayor 17 de agosto de 2014 |
Llego la música, que este año
funciono algo mejor, se juntaron las filas y siguió el Baile, los más pequeños
habían permanecido atentos a la lección recibida por sus compañeros algo
mayores y parecieron comprender algo que se les había pasado desapercibió hasta
este año, y que yo por ignorancia innata desconozco, pero bien me advirtieron
al final: “ya sabemos cómo se baila, nos hemos fijado es ese Señor cuando
estábamos parados”. Llegados a las gradas de la iglesia, querían seguir
bailando, que no se acabase nunca. Fue emocionante.
Se terminaba San Roque, al menos
para mí, al día siguiente volvíamos a casa, pero aún quedaba tiempo para
aprender, para sorprenderme en permanente lucha con mi propia ignorancia,
batalla de antemano perdida.
Hoy toca vermú dijo el Dichero
Olvidado al tiempo que la Banda de Música se arrancaba Castellana arriba, ¿y
estos a donde van, de serenata a casa del Alcalde como antaño? No, me contesto,
van a rendir cuentas al jefe, que no es otro que el Santo Cristo, y no San
Roque, a la Salve.
Pues venga, cuenta, le anime, vamos
tras ellos a casa, al remolachero como aquellos del Pipero, un poco cañao y una
sardina, y sácame de mi ignorancia pues que yo sepa en el programa no dice
nada, vamos, que en la vida, en los últimos cincuenta años como aquel dice no
recuerdo haber visto en este momento subir Rabal arriba a la procesión, a una
Salve en el Santo Cristo dices, pero eso no es el día la “auguera”. Terrible,
no logro recordar nada.
El caso es que los progres como
tú no van a lo sustancial del programa que son los actos religiosos y solo se
leen los perniciosos, y ahí no está la Salve, la cual es probablemente el
momento más emotivo e importante de las fiestas, será por eso que no lo conoces
ni lo tratamos como debiéramos.
Calamocha cuando da las gracias, ¿a
dónde va?, pues ni más ni menos que al Santo Cristo de la Arrabal a rezar la
Salve, que debiera ser un acto multitudinario, al aire libre, musical, que sé
yo, en el los calamochinos damos las gracias no porque la tabarra de las fiestas
haya terminado, si no porque haya terminado con bien, sin heridos en las vacas
y sin heridos en los cohetes. Si al menos los cabezudos hoy salieran del Santo
Cristo, ahora la comitiva sería más numerosa.
Me dejas sin palabras, advertí,
no me lo puedo creer, siento hasta vergüenza, no doy crédito, ahora bien,
estarás conmigo en algo al menos, y es que no tiene sentido alguno, pues si las
vacas están recortadas y no sale nadie, y los petardos prohibidos, ya me dirás
que manera de hacer el paripé es esta.
Cállate desustanciado, vamos al
remolachero y vete a tu pueblo de una vez, con viento fresco, allí podrás
correr los bous y tirar todos petardos que te venga en gana. Veremos quien reza
por ti.
Lo cierto es que adolece (apetece) que San
Roque sea todos los días del año. Hoy San Roque, habrá vuelto a su casa, yo ya
llevo tiempo en la mía.
Nota: Para saber más acudir a las
fuentes reseñadas, lo aquí recordado no deja de ser una conversación informal.
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