lunes, 25 de marzo de 2024

¡Ojalá nunca perdamos la inocencia!

 Crónica de la Villa de Calamocha Año IV 2024                                              

·      Lunes 25 de marzo de 2024 (8.2ºC)

 

Viaje a Calamocha Domingo de Ramos del 2024

Ayer Domingo de Ramos, en un día desapacible al menos para nosotros recién llegados del calor del Reino de Valencia para sacar al Nazareno y acompañar a la Dolorosa bajo los sones del Santo Cristo y jóvenes camino de la confirmación en esa joya que es el vía crucis de la villa ese que hunde sus raíces más allá de donde puede alcanzar cronista alguno. 

Manuel nos habló con orgullo de la cruz del Santo Cristo que días atrás colocaron en el exterior de la ermita por iniciativa de su cofradía. Tan es así que insistió en que teníamos que verla y no paro hasta que accedimos. Nos guio rabal arriba no fuera a ser que de vuelta a casa nos perdiésemos, fuimos de romería, ya hay otro lugar más de obligada visita en la villa. Hablaba sin parar, nos costaba seguirlo, tomar nota de todo, hablábamos de hijos, de sus padres, ósea de nosotros, de abuelos, de apodos...”Que si hombre que sí, que los tienes que conocer, lo que pasa es que no os acordáis”

Y seguía hablando, es lo suyo, eterno Manuel, llevamos toda la vida escuchándolo y afortunadamente no damos síntomas de cansancio alguno, de esto y de lo otro, aprendemos a su lado, siempre lo hemos hecho. Mi hermano lo mismo le daba la razón que le hacía rabiar, son quintos y él puede hablarle de tú a tú, yo soy el pequeño y aun no se me permite hablar más de lo necesario en la cuadrilla. Ellos conversaban de piedras, niveles y plomadas, lo mismo que podrían hablar de sextantes y astrolabios. Yo escuchaba y trataba de aprender.



Mientras el cronista para sus adentros no dejaba de echar la vista tan atrás tanto como podía, al menos cincuenta años, que se dice pronto, cuando en los atardeceres de la primavera en el Barrio, refugiados entre los porches de los maestros de la calle Escuelas, Rebollo del mismo modo que hacía hoy Domingo de Ramos nos guiaba y nos hacía levantar la vista y mirar cara la luna llena donde para nuestro asombro al cabo de unos segundos señalaba donde se encontraba el cohete de los rusos al acecho pegando vueltas y luego el de los americanos posado sobre la luna, tal y como había dicho el parte de las tres. Por fin Manuel concentrado, chupándose el dedo alcanzaba la hazaña y lograba ver al astronauta americano saliendo del cohete y paseando presto a arrancar el Rover. Fijaos, no perdáis ripio, en cuanto de otro salto os aviso, tenéis que verlo.

Y lo vimos, claro que lo vimos, sin telescopio alguno, yo y todos los que estábamos a su alrededor, apóstoles de su palabra, ver para creer, todo un privilegio poder gozar de uno de esos pequeños detalles que te brinda la evangelizadora compañía de Manuel desde la infancia. 

Ayer vivimos otro de esos  momentos y mi hija Cecilia lo capto maravillosamente, escuchábamos y mirábamos una vez más con atención a Manuel, ojala nunca perdamos la inocencia que nos brindan los encuentros, como cincuenta años atrás, como en tantas ocasiones ayer nos dio de nuevo un recuerdo eterno.

Todo es cuestión de fe. Google, corrobora que vimos desde Calamocha a los astronautas caminar por la luna.

Nationalgeographic Apolo 16 Lanzamiento: 16 de abril de 1972

Alunizaje: 20 de abril de 1972, Cráter Descartes

Retorno a Tierra: 27 de abril de 1972, Océano Pacífico

Tripulación: John W. Young; Charles M. Duke Jr.; Thomas K. Mattingly II

El principal objetivo de la misión fue investigar la superficie lunar en el área de las tierras altas de Descartes, la cuál se consideraba representativa de gran parte de la superficie de la Luna. Fue la quinta misión que llevó hombres a la Luna y también la segunda en la que se empleó el  LRV. Los astronautas recolectaron muestras, tomaron fotografías y realizaron varios experimentos entre los que incluyó el uso por primera vez de una cámara / espectrógrafo ultravioleta en la Luna.

 Continua:

Habíamos madrugado...

martes, 5 de marzo de 2024

La Belle Époque de Olalla

 

Alla por noviembre de 1968 escribía Labordeta en Lucha: “español y aragonés, Benjamín Jarnés, tan olvidado por todos, que un día habrá que sacarlo a flote”. No es que este cronista llevado por las circunstancias de vidas pasadas se haya propuesto hacerlo siendo como es una tarea nada fácil, si bien lo intentara. “La vida es una cadena de fracasos: hay que admitirla así.” Escribió resignado el olvidado, prolífico y nada fácil autor de Olalla.

En realidad, don Benjamín vino al mundo un poco mas arriba en Codo allá por el año 1888 Su padre sacristán y sastre consta que aun teniendo dos trabajos tuvo bastante tiempo libre pues engendró 22 hijos en dos matrimonios. Benjamín fue su hijo número 17, muriendo en Madrid en 1949 “El júbilo verdadero sólo se adquiere a costa de un dolor vencido.” Murió tras haber pasado mil y una calamidades por el exilio y por la vida. A sus padres repartir cariño a tanto hijo les resulto complicado. “Puedo asegurar que nadie, nadie, puso nunca mucho empeño en asomarse a mí. Mis padres no repararon en mí” En 1900 entro en el seminario, las sotanas no le convencieron, en 1910 se jopó a la mili en Barcelona y se hizo sargento del cuerpo de intendencia. Un trabajo cómodo. Fuente de ingresos con la cual iniciar su pasión por escribir. De vuelta a Zaragoza y como militar de profesión estudio magisterio. Débil de salud, caso con Gregoria Bergua en 1916, sus biógrafos dicen que no tuvo hijos.

Empezó a escribir y publicar sin descanso, libros que la crítica elogiaba y casi nadie leía, junto con un puñado de biografías y artículos con los que lograr algún ingreso. Tuvo correspondencia con la flor y nata de los intelectuales del momento. En ella reconoce cuando le preguntan por qué dejo el seminario, que no sabría responder, lo mismo con el ejército. Seguía su camino y lo seguía solo. Las cosas se hacen porque si, no es necesario dar explicación alguna. Uno es lo primero. Sus estudiosos afirman que en sus novelas siempre hay algo autobiográfico. De ser así, sus muchos personajes o él mismo llevaron por un tiempo una vida entretenida de flor en flor que solía acabar en accidente, borrón y cuenta nueva. Por ejemplo, El Convidado de Papel termina con un nacimiento, dando así al traste con la vida planificada de Arturo, o Julio, o Benjamín quien sea, decidiendo empezar de nuevo “debí matarlo, pero no sé odiar”. Vaya usted a saber. Lo que si se puede asegurar es que era enormemente culto, lo leía todo, su escritura lo refleja, por momentos resulta compleja, apasionado de la mitología, a veces aburre, otras es harto entretenido.



La crónica que vengo escribiendo en torno a Calamocha trae parejo lo autobiográfico. La vida de mi familia cien años atrás paso un tiempo por el horno de Olalla y la calle de la Iglesia. Leo a Jarnés sin descanso desde el verano pasado, en su obra parece olvidarse de Codo y hacer de Olalla el paraíso. Allí Mosén Pedro, su hermano, su protector, su padre, ejercía de cura. Allí murió y quedo enterrado en 1926. Cuentan acudía los veranos el joven Benjamín quedando prendado de sus mujeres, Olalla debía vivir en aquellos días toda una Belle Époque. Su ultima visita parece ser fue en 1927. Si bien otro de los hermanos, Abel Jarnés, siguió acudiendo, también sargento de intendencia, articulista y escritor de lo religioso.   

Leo Lo rojo y lo azul, Paula y Paulita, Eufrosina o la gracia, Constelación de Friné,  Locura y muerte de nadie, Cuentos del agua, Venus Dinámica, El profesor inútil, Teoría del Zumbel, obra que se desarrolla a lo largo de siete días en el balneario Aguas Vivas, (Alhama de Aragón) donde los chopos son un personaje más.

Sigo comprando sus libros, viejas ediciones. Ya no se publica a Jarnés. Uno trae el sello de la Universidad Autónoma de Madrid, ¿será un libro robado? Me niego a pensar que la universidad lo vendiera por falta de lectores. Otro el sello de la biblioteca de San Esteban de la Litera ¿Cómo habrá ido a parar a la tienda donde lo compre en Madrid? Otros traen firmas y fechas de sus antiguos lectores. Un domingo en la plaza la Seo encontré dos cuadernos jarnesianos del Instituto Fernando el Católico. El vendedor fue honesto. “Casi estoy por regalártelos, los tengo hace tiempo, nadie los quiere”

En fin, lo dejo, hay más libros en camino. Mientras espero leo una vez más Mosén Pedro.

 

El Comarcal del Jiloca 29 de febrero de 2024

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

miércoles, 7 de febrero de 2024

El Reino del Covirán


A mitad del rabal, en realidad calle Ramon y Cajal quien en su día y por motivos de salud escuso su visita a la villa a la cual había sido invitado con el fin de estar presente en la inauguración de la calle que le dedicaron, se encuentra El Covirán.

Saludo al último de los Sidrines, parapetado una vez más cara el sol en el cantón de la calle Ingenio al pie de su portal, no me ha visto. Ni un alma por la calle salvo dos mujeres musulmanas muy elegantes que parecen de vuelta del Barrio Bajo. Ninguna cortina se abre a nuestro paso, nadie nos observa, si te caes de tus pies, pienso, igual no te encuentran hasta el día del chupinazo. La funeraria pasa vacía, algún sitio ira, pues no da puntada sin hilo, me saluda, ahí viajo mi padre desde Monreal para llegar a donde ahora esta. Alguna obra en marcha en las pequeñas casas que compran y reforman los emigrantes porque nadie parece quererlas, rompe el silencio, poco a poco tal vez el rabal recupere la vida, lo veremos, lo verán de nuevo brillar. Casas estrechas, sin garaje ni casi corral, enraizadas las unas con las otras. Por todas ande de zagal.

Covirán es una empresa de supermercados de Granada, quien iba a pensar que de tan lejos vinieran en su día a dar vida al rabal. Única tienda como tal, supermercado, que queda. Solo abre por las mañanas, lugar al cual se han propuesto mantener con vida los pocos rabaleros que aún conservan la suya propia a la espera de dar el mango. Porque nadie se quedará en ningún cornejal de esta maravillosa tierra para plantero. Convertida en una tienda de las de antes, un templo, lugar de paseos, olvidos y capazos, de aquellos días de cuando no había congeladores ni enfriaban las neveras, y se salía a diario a mercar. Unos metros más abajo la panadería, olor a vida, el horno de Carlos el Churro y el Bar del Mínino, y ya está, se acabó el mundo conocido, orlado por una mezcla de casas viejas y muy viejas donde apenas se adivina algo de vida.



Inevitable recordar mientras caminamos hacia el Covirán. Vengo de Zaragoza de paso a Castellón y he entrado a dar vuelta de mi madre, quien hoy anda más despacio que yo, lo cual hace relativamente poco que sucede. Recordar lo que veía cuando cincuenta años atrás salía con ella a comprar en esa misma calle que a mí me sigue pareciendo en su renglón torcido el rincón más bonito del mundo, rabal de Calamocha ¡si yo pudiera darte el mar!

Cara el Poyo estaba la tienda de Serrano incluso quiero recordar otra tienda frente a la gasolinera en los bajos de los pisos de Rubio, y del barrio las Escuelas cara el Peirón la tienda de Rafael y la Paca, quien también subía a vender a Los Camineros, la palabra ultramarinos lucia en su fachada y don Juan en clase nos había explicado su significado y yo creía que todo cuanto había allí llegaba de América porque nosotros en España éramos pobres y no teníamos de nada. La pescadería de la Paca y el Figura y su taxi, el bar de Santos, la carnicería de la Lucia y el Gato con sus cabezas de cordero y su carne de oveja, manjar olvidado, la barbería de Máximo que acabaría sus días en la calle Escuelas, donde por unos años tuvimos hasta estudio de fotografía con el dicharachero Enric, los relojes y tebeos de Santiago, las motosierras de Paco, la peluquería de las hermanas Colas, la tienda de Carlos el Pipero, a todas horas abierta, la tintorería, el almacén del pobre Felix, coches y motos en venta y otras muchas que ya no recuerdo por su nombre. Decididamente si, para el Rabal cualquier tiempo pasado fue mejor.

Sin más Antonio el Mínino la pasada fiesta del Santo Cristo desde la puerta del bar uno a uno me fue nombrando los negocios, oficios perdidos, que había tras cada una de las puertas hasta donde le alcanzaba la vista, carretero arriba y abajo. Imposible recordarlos todos, necesitaría el periódico entero.

Verano del 2023 D.C.


Doña Conchita, la Maestra, tras la lectura recordó: 


La tintorería, María la Pipera haciendo jerséis,  el Consultorio Médico de D. Ángel Lillo.

La tienda de frente a la gasolinera, ULTRAMARINOS de Jesús Teruel,  casado con Tere la Chopa, dependienta de la farmacia. Jubilada o muy cerca ya de su jubilación.

El de los T.B.O.S también tuvo joyería

Si nos vamos unos metros hacia el Peirón, el Banco Hispano Americano. Bueno ya es salirse de Ramon y Cajal

Frente al Pipero hubo una funeraria, propiedad de Jose Antonio El Cantavieja

Se me olvidaba la Carretería de Miguel, junto a el la herrería del padre de la Concha La Ruiza y TELEGRAFOS. No sé si ya esta todo

Por cierto, desde las Cuatro Esquinas hacia Bello, además de Calle Aragón, ¿tiene algún nombre?

Barrio Nuevo


Amparo Lopez

La tienda de enfrente la gasolinera la llevaron antes María y Armando Leon
Y lo bien que nos venía en aquella época, no tener que bajar hasta el pueblo!!!


Conchi Puertolas Lopez

La peluquería de Marisa también estaba en el arrabal y Angeles la modista cuñada de Paca la de la tienda



jueves, 11 de enero de 2024

GIGANTE

 

Se oía la puerta del Avia de Matinsa, abrir y cerrar y entre medio sonaba el pito. Era Manuel quien tras comer se subía al camión aparcado en la puerta de casa. Despertaba así a mi padre que entre tanto echaba un rosquete, “ya está aquí el tío la faria veniros uno con nosotros.” Subías al camión entre sus rodillas y de regreso caías dormido entre sus brazos Parecía habíamos dado la vuelta al mundo y tan solo íbamos a repartir gránulos para los conejos y harina para la chura de los tocinos por los pueblos cercanos. En todas casas había animales, conversación y buen trato.

El fin de semana Manuel se enfundaba el uniforme de camarero y los sábados daba cuenta de una boda tras otra en el Yoana. El domingo trajeado, elegante se convertía en portero discoteca repartiendo sonrisas. A las diez por fin se marchaba a casa a descansar. Así un año tras otro. De camino solía darnos alcance “a ver qué pasa con esos rabaleros gabaches que se os llevan las chicas los forasteros. Hay que arrimarse más.” Su sonrisa iluminaba la calle Real. Parecía tener prisa por cenar y ver la tele, descansar algo. Su caminar ligero nunca fue por el frio. De hecho, Manuel y familia desmienten el mito del frio en Calamocha. Que yo sepa nunca vistió ropa de abrigo.

Los piensos cerraron y el destino los volvió a unir en Francisco Hernández, aunque ya no se subiera al camión. Por las tardes el huerto. Mi padre paraba el coche tras la vía y charraban. El tiempo fue pasando. Y con él la figura de Manuel se haría inmensa llegada su jubilación.

Año tras año, repartió pasteles, pan y la última prensa escrita en Pastelería Micheto junto a su hija, su sonrisa, su voz y su educación hicieron el resto, convirtiéndolo en uno de los rostros más amables y reconocidos de Calamocha. Su bicicleta en la puerta, su diligencia entre cañaos, barras de pan y madalenas, su conversación, su sola presencia inundaba de luz la pastelería. Acudías a ella un día cuando no estaba y parecía como si faltase algo.

Aquellos años a su vez iban acompañados del merecido descanso, el guiñote diario en los jubilados con mi padre abrigado hasta las orejas, ¿con quién iba a ser si no? Formaban una de las parejas más temidas. El siempre en camisa y una ligera chaqueta vestía ahorrao a veces nos dejamos ganar si no dejas algo para los demás se entufan y no quieren jugar”. Los domingos los matrimonios bajaban juntos al hogar, la merienda, el bingo.



Cuando a uno se le muere un padre, resulta inevitable buscar esa figura paterna que lo sustituya entre quienes te rodean, Don Manuel para mí fue una de ellas. En semana santa, ya enfermo lo visitamos, abrazarlo fue como recuperar a mi padre, nadie tan cercano a él. Su voz y su sonrisa, su optimismo frente a los últimos momentos, nos reconfortaron a todos. En estos últimos meses aun hubo tiempo para algún que otro saludo a través del teléfono: “vamos a llamar a Manuel y Carmen” decía mi madre. “Jesusin maño, cómo estas…” En confianza contaba orgulloso: “los abuelos fuimos amigos, después los hijos y ahora los nietos también lo son. No hay nada más bonito

Don Manuel finalmente se dejó ir a causa de la edad. Cayo rendido en su cama y en su casa junto a su familia con la satisfacción de haber pasado por este mundo y dejar tras de sí una inmensa felicidad. El reconocimiento el día de su entierro por parte de los calamochinos lo dice todo. La misma crónica de la villa, (me encargaré de ello), dirá que en su funeral hubo más gente que en San Roque. Si como cronista me gustaría poder dejar por escrito algo de tantos como se marchan recordando así su paso por la villa, de Don Manuel podría decir que se ha ido un hombre bueno, pero sería injusto, fue algo más, con su ausencia Calamocha pierde a un ser, a una persona realmente extraordinaria, fuera de lo común, un ser excepcional. Un gigante querido por todos.

El Comarcal del Jiloca en la víspera de reyes del año 2024 d.c.

 

 

domingo, 7 de enero de 2024

Crónicas de Football CF Calamocha Acto Monzón

 

Si vence el CF Calamocha será líder en solitario y con el empate será colíder.

Gracias de nuevo a La Crónica Deportes por la retransmisión, lo primero es lo primero, el CD Castellón frente al Osasuna en la copa del Rey tendrá que esperar

El CF Calamocha con su indumentaria habitual y el Atco Monzón de azul engañoso pues por momentos llegara a parecer el Inter de Milán de décadas atrás, el bueno, cuando allí jugaba un tal Ronaldo, el bueno.

Mantas en el banquillo, de color cachirulo entre los visitantes, y de color rojo en los locales, el comentarista advierte del frio, aunque no tanto como esperaba, a mi ver se va acostumbrando pues siempre le toca venir por estas fechas y sueña con venir un día de mayo a retrasmitir un partido, aunque los fríos de mayo son los peores…

Césped de color royo invierno, no debe ser agradable caerte de morros sobre él, raspara mas que el cemento. Aquí me gustaría, como a todos, ver al Barça hacer rodar el esférico.

El saque de honor corre a cargo del niño prodigio de la cocina de la villa y finalista de Master Chez, Jesús San Roque elegantemente abrigado, con gorro y todo y dicho y hecho, saca y un rayo de luz llega al campo de Jumaya, ese sol de invierno que tanto se agradece.

Pitido inicial, previamente se han cambiado los campos, un airucho del copón, ataca el Monzón cara el Poyo hacia donde sopla y no poco el cierzo y la villa cara la plaza de toros, y mientras el comentarista daba la alineación de los oscenses, sube al marcador el cero a uno. Gol de Chipi.

Por el Calamocha cojo la alineación al vuelo, pues estas ultimas semanas ha habido idas y venidas, en la cocina Unai, luego Tenorio, Obere, Muzquiz, Nilton, Fonsi, Critian, Otin, Nieto, Adan y Escui, lo mismo me sobra alguno que me falta

Centenar y medio de espectadores dice el comentarista situado en las gradas a la ombría de modo que la cámara enfoca cara la Jampudia los pajares, la autovía y la vía y medio centenar de espectadores que llegaran casi a la centena al final, espectadores on line

La cosa pinta mal, al cuarto de hora el cero dos casi es una realidad, hay que hacer algo, así que le paso un wasap a Mosén Alejandro para que se ponga a ver el partido y rece lo que sepa que no es poco y tal vez así se arregle la cosa que pinta mal como otras veces ha hecho

El bar en el cara el sol, esta a tope.

Interesante partido dice el comentarista y es verdad, pero cuando tu equipo pierde no lo ves igual. Y lo que veo es que la divisoria de campo no parece muy recta, poca circulación por la autovía, pero pasa un mercancías camino de Valencia con dos docenas de vagones. Y la pareja de la Guardia Civil charra al sol

Minuto treinta y casi gol del CF Calamocha a remate acrobático de Cristian que la defensa saca bajo los palos. Los Reyes pasan de largo, pinta mal, corre ve y dile final. Menos mal que acaba la primera parte casi como empezó 0-1

Comienza la segunda parte y el comentarista se sincera “ahora si que hace frio de verdad” Han bajado la cámara y ahora el campo parece otro, bien

Mientras en Castalia cero a cero



Domina el Calamocha, pero las ocasiones parece las pone el Monzón. Calientan tres por cada equipo, debe ser una suerte que te manden calentar, y ojo, minuto siete y el Monzón se queda con 10. Expulsión de Mauro que a mi me pilla mirando para otro lado. No hay discusión. Gol en fuera de juego de Fonsi, algo es algo. No hay discusión

Se ha jopao el sol y casi parece de noche, ya pronto helara

Se va Tenorio por los de la villa y entra Falo. El entrenador de Calamocha Sergio Lagunas mueve ficha dado que los rezos de Mosén Alejandro no parecen ser efectivos. Amarilla al delegado del Monzón arropado en el banquillo. La retrasmisión trae publicidad, lo cual me encanta.

Media docena de valientes calamochinos abrigados hasta las orejas se colocan ya tras la portería del Monzón, huelen el gol…sienten el cierzo en la cara y no parece importarles, confían en su equipo. La verdad es que colocarse al sol esta complicado.

El comentarista advierte que con este frio tomar notas es harto difícil.

Minuto setenta y se enciende la luz artificial. Mientras en el campo la cosa no parece que vaya a cambiar.

Minuto 23 gol del capitán, de Fonsi, en una buena jugada, centro desde la banda izquierda, y zas, pues gol, lo que viene siendo el futbol de siempre. Empate a uno cuando parecía que la cosa estaba condenada al aburrimiento pues el Monzón con diez jugaba y cundia como con once.

Ya con el viento, climático y futbolístico a favor, comienza el vendaval rojillo. Tarjeta para el entrenador del Monzón. Vendeval que durara un par de minutos o tres. Hoy no es el día.

Se va Cristian y sale Abdul por los calamochinos, cabo gastador, alto donde los haya.

Gol de Leo Márquez para el Monzón en el 79. La verdad no se que han hecho, centro desde la derecha, el balón cae al poste del bar, y entre un mar de piernas, la del Monzón la enchufa y Unai la toma con el poste, le suelta media docena de patadas, y no es para menos por no haber hecho su trabajo, repeler el balón. Una pena, jugada de suerte para los oscenses. C´est la vie. Calamocha 1 Monzón 2 Queda una docena de minutos, pero el jarbe de agua fría y mas con este tiempo puede ser definitivo.

Se va Otin y entra Rios por los rojillos. El Monzón también ha hecho cambios. Pero nada de nada todos los balones van a parar a los azules

Roja a Escuin del CF Calamocha por cortar un ataque en el 95

Minuto 97 y el Monzón dispuesto a sacar una falta al borde del área del Calamocha. Todos por los suelos, el partido parado, el caso es que la derrota en la villa no tiene remedio. Vuelve a sacar el equipo oscense en medio de un frio que pela.

En Castalia sigue el empate a cero, toca sufrir tras lo padecido en la villa

Gracias

lunes, 18 de diciembre de 2023

Estar preparado

 

Corría el año 1989 y el temario de historia contemporánea avanzaba con tal lentitud que nos temíamos lo peor. En clase de arte ya nos habían advertido: no llegaríamos a estudiar Goya, como tampoco alcanzamos un año antes a Velázquez. Y entre historia medieval y moderna los futuros licenciados en Geografía e Historia por la Universidad de Zaragoza nunca llegaríamos a reconquistar España ni poner un pie en el nuevo mundo ni mucho menos a colonizarlo. Llevábamos tres años de carrera juntos y aún nos quedaban los dos de especialidad donde el grupo inicial se separaría y pondría remedio ¿o no? a tales carencias.

Los profesores en aquel tiempo gustaban tanto de presumir de buenos deportistas por sus carreras frente a los grises como de pasarse año tras año el temario por el arco del triunfo. Empezábamos a cansarnos. Veíamos una vez más como tan solo hablaban de aquello que les venía en gana. Juanito, medio melé, jugador de rugby, nuestro héroe, una mañana de otoño en las aulas del sótano de la Facultad de Derecho donde estábamos desterrados por la carcoma de la nuestra levanto la mano:

Llevamos todo el trimestre estudiando la Revolución Francesa en este año de su bicentenario. Vista la amplitud del temario y las horas que restan. Hablo en nombre de todos mis compañeros y dado que solo unos pocos cursaran la especialidad de contemporánea, a todos nos gustaría, dedicar el ultimo mes de clase al estudio de la guerra civil española

El profesor sonrió y dijo “no”. La desilusión fue tal que, aunque pretendió seguir con el desarrollo normal de la clase no pudo y añadió a modo de tiro de gracia “no estáis preparados”. Se empeño en seguir y lo hizo sin admitir ni una sola pregunta: “La guerra, aunque consta en temario se estudia en la especialidad. Es muy compleja, no es cosa de un mes. Hay que tener una base”

Acabó la clase y se marchó. Tristes, cansados y abatidos, condenados al exilio para poder estudiar, nos rendimos allí mismo a nuestro aciago destino y ansias de aprender fusiladas. Tratamos de consolar a Juanito y entendimos que la mayoría nos íbamos a licenciar dos años después tras la especialidad sin saber nada de los días del jaleo, ni de Goya, ni de Velázquez, ni de los Reyes Católicos, …nada que recordase a España.

Sin embargo, con aquella y otras muchas carencias podríamos dar clase. Hablar de todo con autoridad en cualquier foro y hasta ser políticos. Siendo francos he de reconocer que todo cuando aprendí de la guerra civil me lo enseño Doña Pili en párvulos cuando leímos la última página del parvulito y luego en segundo y cuarto de EGB con los recuerdos de Don Juan.



Durante años pensando que un día sería un profesor nada deportista como los que tuve, pero sí de esos que jamás dejan tirado a un alumno, compre libros a derecha e izquierda, ensayo y novela, vi documentales y sobre todo pregunte tanto como me fue posible a sus protagonistas. Al comprender que jamás pisaría un aula, decidí olvidar. Llevan así aquellos libros años durmiendo el sueño de los justos en el pajar, antesala de una muerte segura. Total, no tengo nada ni a nadie a quien enseñar.

Bueno tanto como nada o a nadie, no. Resulta que hoy mis hijas si están preparadas. A un paso de la universidad en el instituto y caminando entre ciencias la historia de España es la estrella y en medio de estos días de cautiverio (año 2020) me preguntan por la contienda y me dicen que les han recomendado ver Mientras dure la guerra y el documental La Guerra Civil en color y yo para asombro mío y suyo, les contesto, “no estáis preparadas” pero insisten. Va en temario y tienen examen on line de los años del jaleo. ¡Ver para creer!, me emociono. El nivel de los apuntes es tan alto, tan detallado y hasta tan fiel a la realidad que por momentos me doy cuenta de que mi deportista profesor tenía razón y sigo sin estar preparado.