Entre unas
cosas y otras, tras el toque de diana, salimos a la hora del rancho de un veraniego
y vacío Castellón del cual disfruto cuando voy a recoger al Pater, como
conocen aquí a Mosén Alejandro. Acuartelado en la calle Marques de la Ensenada,
primera línea de fuego madalenero, parapetado a la sombra, sale del
blocao y a escape sube al carro. Son los primeros 79 años en la vida del mozo.
Nuestro destino
el frente de Calamocha. Los momentos que pasamos juntos son de felicidad
absoluta. Como cronista pienso en aprovecharlos, quiero que el hijo adoptivo de
nuestra villa me cuente cosas que a su vez pueda contar, él lo sabe, no busco
secretos de confesión. Pero no tiene prisa, con dios de su parte, empiezo a
pensar, yo y todos, que goza de vida eterna. Con el siempre hago la tercera
imaginaria y no me deja grabar su verdeja voz, le advierto no puedo
acordarme de tantas cosas como cuenta: No te preocupes, lo que se te olvide,
preguntas y te lo vuelvo a contar.
Vall de Uxó.
¿Aún existe Segarra? Pregunta al ver el indicador en la
carretera.
Si. Tiene una
tienda museo, una absoluta maravilla. El día que quieras te llevamos a
comprarte las botas militares de hebilla, esas tan chulas con las que hiciste
la “guerra” en el norte de África y recordar así tus días de ardor
guerrero evangélico, cuando eras el terror de los “regulares” en la
calle y repartias hostias a mansalva en el cuartel en aquellas misas de campaña.
(1)
Las botas aun
las tengo. Siempre estaba deseando que nevara para ponérmelas. En cambio, la
camisa un día haciendo misa me la robaron. Entraron a casa, como no tenía nada,
ni cerraba la puerta, y les apeteció, no se llevaron nada más.
¡Alabado sea el
Misterio! Robar a un siervo de dios, a un Caballero Legionario, echemos mano de
su credo: ¡A mí La Legión! ¡Cuánta maldad hay en el mundo! ¿Pero quien pudo ser
capaz de cometer semejante atropello?
Escribiré y pediremos
ayuda a través del Comarcal: Que la devuelva, que la entregue a Mosén Paco
(discreción total) a cambio del perdón y la vida eterna. Y la próxima vez que
vayamos a tomar Calamocha te la pones. Ligas fijo.
Además, era
mía, una vez te daban rango, como Capellán Castrense, (pude haber hecho carrera
en el ejército), el uniforme de gala lo pagabas y te lo podías llevar. Estupenda
recompensa vamos a darle al buen ladrón, ya lo creo.
Si no te
robaron las botas ¿entonces aquel día nevaba?
Ya no me
acuerdo, no serían de su número, la camisa jopó, buen disfraz para carnaval, no
espero recuperarla.
¡La fuerza te
acompañe! Capellán, tengamos fe.
Cambiando de
tercio mi cronista, vengo pensando que los protagonistas del Seisado de esta
tarde son justo los que nacieron nada más irme yo y no bautice a ninguno.
Lo dicho: Quede
la orden clara: A Mosén Alejandro antes del toque de silencio, le gustaría
recuperarla. Hora es de arrepentirse, quien se la llevó ya la disfruto. Se
ruega tenga a bien devolverla a su legítimo dueño. Gracias.
(1) De
1975-1987 fui cura en Monreal del Campo. Interrumpido de febrero de 1977 a mayo
de 1978 que fui movilizado por el ejército para prestar servicio religioso en
la comandancia de Melilla, Primer Tercio de la Legión Gran Capitán e islas
Chafarinas y Alhucemas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario