lunes, 7 de octubre de 2024

Entierro en Olalla

 

Y ahora que se acercan Todos los Santos nos vamos a Olalla de entierro, al año 1926 cuando el cada vez más reconocido entre sus contemporáneos como escritor Benjamín Jarnés acudía a el entierro de su hermano Mosén Pedro, cura del lugar desde principios de siglo.

 

No era la primera vez que iba el ya famoso escritor, fueron varias las que lo hizo, en Olalla se dice fue deslumbrado por sus mujeres, tal vez conoció el amor, vivo el paisaje, la vida veraniega y dejo escrita una pequeña obra dedicada a su hermano, la cual al parecer tenia pensado revisar mas adelante.

 


Una pena no llegase a cuajar una nueva versión de Mosén Pedro.  ¿Qué tendría pensado contarnos?, si los muertos hablaran, me olvidaría de la novela, me presentaría en el cementerio de Olalla y me sentaría a charrar con su hermano, con Mosén Pedro, quien podría poner fin a tanto misterio familiar.

 


Y Don Benjamín Jarnés, harto de curas y misas, en lugar de rezar frente al cadáver de su hermano, y amigo, (y eso que si algo sabia era rezar), le leyó la crítica que Azorín había hecho de su novela El Profesor Inútil.

 

Si señor… genio y figura, como queriendo darle la buena nueva, una alegría y decirle a su hermano, “yo tenía razón lo mío son los libros, no las misas. Lo conseguí.”

 

¿Y a donde habrá ido a parar el libro?, ¿lo leería el cura al que se lo regalo, qué pensaría… ?

 


Genio e ingenio

 

Ya te habrás dado cuenta amiga mía de cómo nuestro librito El profesor inútil suscrita entusiasmos que no merece, sobre todo el breve estudio de Azorín me ha conmovido… precisamente llegó el periódico a mis manos, en momentos en que todo, en derredor mío, era tristeza. El artículo del buen amigo se leyó ante el cadáver de mi hermano Mosén Pedro, al que enterramos dos horas después. El ejemplar el de nuestro librito allí quedó en aquel pueblecito de Teruel en manos de otro sacerdote.

 

Pero tan cariñoso comentario a estos apuntes de novela ¿no me convida a charlar contigo unos instantes acerca de problema tan hondo como lo es el de la superficialidad? Y no hay aquí Carlota intención alguna de hacer saltar la paradoja, se trata del ingenio, si por ingenio entendemos eso que nuestro admirado autor de Castilla resume en una frase de su artículo “lo ingenioso es lo superficial”.

 

Benjamín Jarnés Obra Critica por Domingo Rodenas

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