martes, 8 de marzo de 2011

El Botijo

Obligado debiera de ser, la presencia en cada casa de un botijo. De todas maneras maña, la que dice aquel, devanaderas, al paso que vamos, no tardaremos mucho.

Manual del Botijo, por Paco, de Artesanos Alfareros de La Rambla, Córdoba.


Días atrás, cambie un jamón de Calamocha, de donde si no, del amigo Isidro de la Aragonia, por un botijo cordobés, al no menos amigo Víctor,  camionero en sus ratos libres, tan ferviente lector como apasionado del jamón, “al precio que esta el gasoil, nos tocara dejar el camión en casa, y sacar el cuchillo jamonero”.


Y ya se sabe, que cuando  uno de Teruel, se mete en tratos con uno de Valencia, no se ha de fiar, y como le ocurría a mi abuela Rosa cuando cambiaba patatas por naranjas en la puerta de casa, en el trato, temo como ella, haber sido, si no, engañado, si al menos haber salido perdiendo, al menos a corto plazo, pero el jamón se acabara y el botijo ahí seguirá.


Miguel ayer tarde al echarse el primer trago, “no tengo sed, pero como decirle que no a un botijo”, no pudo si no exclamar: “Hostia puta, que pitorro me le han cascao”.


El botijo es cordobés, no me preguntes de donde eran los que había por el pueblo, que no lo sé, si serian castellanos o catalanes, o tal vez de aquí, el bueno de León Muñoz lo sabrá, aquellos tenían otras hechuras, pero este es andaluz, hecho en Córdoba, Made In Spain, todo un lujo hoy en día, a ver donde encuentras tu algo genuinamente español, en ningún sitio, esto no tiene precio.


Hecho por un artesano que aprendería de su padre y este del suyo y asi hasta
los años de Lucas Trapaza en los que Flandes era un trozo de España
…  serian pues  proveedores del Tercio, porque si lo llenas hasta los topes hasta que se embote y con lo que ya se ha trasfumao, hay que tenerlos como el caballo de Espartero para empinar el codo, levantarlo y beber, vamos que yo no puedo con él, que no fui Cabo Gastador, que siempre fui en el culo de las formaciones.

Este botijo en la mesa del Cuartelero de cualquier compañía de la Legión, o de Regulares, haría su papel. Le expliqué, y añadí:

Lo que tú decías, el botijo a todas luces, es macho, pero hemos dado, en llamarlo La Cordobesa. 



Así es, todo un lujo, HECHO EN CORDOBA. Se aceptan pedidos...


MODO DE EMPLEO


Primero: Se llena un poco el botijo de agua y se enjuaga

Segundo: Una vez enjuagado se llena en su totalidad y se remoja por fuera, se deja unas horas hasta que empiece a filtrar (unas cuatro o cinco horas).

Y a continuación se vierte esa agua y se llena con agua nueva.

El botijo debe de estar a la sombra y en corriente de aire.

Para obtener agua fresca se llena a última hora del día, quedando toda la noche al fresco y al día siguiente tendrás una agua fresca, natural y muy buena.

Manual del Botijo. Paco, La Rambla, Córdoba, marzo del 2011 d.c.


En este caso concreto, deje a la Cordobesa unas horas llena de agua con anís, pues le metí medio culo de anís del Mono, de un resto que había por casa, con más solera, que mierda el último palo del gallinero, con el fin de que luego el botijo, agradecido, te devuelva el agua con el sabor del anisete, como antaño hacían las abuelas. El otro medio culo lo guardo para el verano, después le tocara el turno a la musical botella de La Castellana. 

Querido Hombre Pez, pecador impenitente, el cielo habrá de esperar, pronto un año más bajaremos al banco, al fresco, a charrar, y yo lo hare de la mano de La Cordobesa, la atare con una sirga a la pata del banco, para que no se la lleven, y repleta de agua fresca y bendita de Mosén Remigio,  allí junto a Paco, nos pondremos a ciento diez en un par de tragos de anisete al tiempo que arreglaremos España y la limpiaremos de sin vergüenzas de alto copete, faena tendremos.  Una cosa es que nos digan que  ahorremos, si ya ni pipas podemos comer, y que la cosa esta mal y peor que se va a poner, y otra muy distinta que nos amarguemos, que les den.

Nos vamos a pegar unos tragos, que va a temblar el misterio.


CDR Cantidad Diaria de agua Recomendada, esa es la capacidad del botijo. Seis litros lo menos, mas dos que pese, no puedo con él, me cuesta empinar el codo una barbaridad, por mas que le ponga anisete.

En cualquier caso la cantidad de agua que dicen los Médicos que se ha de beber, motivo por el cual deberían recetar botijos: “Oiga usted, cuatro vasos no son un litro, tiene que beber más agua, le voy hacer una receta para que vaya a la farmacia, y se compre un Botijo Cordobés”.

Y un ahorro consustancial, al no necesitar el agua pasar por la nevera.  Como se enteren los que mandan...

En casa mi abuela al pie de la escalera siempre tenía el botijo, con agua de la Fuente del Bosque, con su sabor a anís, el Tío Pepe cada vez que venía lo primero que hacia al entrar al patio era beber  y tratar de hacer “cantar la rana”

“Esta agua es del verano pasao, me voy a la fuente a llenar el botijo”


La Carmen La Moracha llegaba de la Fuente y nosotros corríamos a pedirle agua, y ella con todo el cariño del mundo no dudaba en mandarnos hacer hostias, el agua para el que la recoge, para el que la trabaja parecia querer decirnos,  “andaros a cáscala todos de aquí, no habéis querido venir a la fuente conmigo, ahora no hay agua”. 


Y es que dados los tiempos que corren, o nos dicen que corren, el botijo no tardara en volver a estar de moda.

Gracias


Agarra el jamón y corre cara Valencia...

PD Como bien recuerda Manolo, el hermano de Isidro,  ambos maestros jamoneros, bueno, ya catedráticos, las cosas como son, al botijo ahora le faltaría, una telilla bordada, para taparle la boca, con el fin de que no le entrasen ni moscas, ni mosquitos ni tábanos.... Nos tocara también, aprender hacer ganchillo.

http://www.ceramicadelarambla.com/

domingo, 20 de febrero de 2011

San Valentín.


Los caminos del Señor son inescrutables.

Pudo haber ocurrido y no ser verdad

Y sucedió en Castellón, pero pudo haber ocurrido en cualquier otro lugar, como Calamocha, donde hace unos años ya, ... San José corrió la misma suerte, dejo de celebrase....


La Compañia de Teatro de Todos Los Santos.

PRESENTA


¡Que grande es el cine!

Sueño de Navidad. ¡Que bello es vivir!


"Chaplin" y la Banda del Zapato y Puntapié



Otras cosas: SAN ROQUE

La plaza.


El sonido de San Roque


martes, 15 de febrero de 2011

El Abrevadero.

 Eran aquellos días interminables, días del eterno verano de la niñez, cuando con apenas cinco o seis años, con la tarde llegando a su fin y el sol escondiéndose por Santa Barbará, por fin nos dejaban salir a jugar en la puerta de casa, la calle para correr, el barrio.

El fútbol, los tres fallos en la pared, el tejo, la bombilla, el escondite, la gayola, el churro, el burro, las cartas, tres navíos por la mar…

Mi abuela solía asomarse a vigilarnos, a dar vuelta de vez en cuando, con un barreño lleno de agua remojaba la calle, antes de sentarse un rato a tomar el poco fresco que pudiera haber mientras el marrón cemento de la calle devolvía la humedad del agua vertida, …

Al mismo tiempo, se asomaba Carmen la Moracha, en una mano la silla y en otra el botijo, parece que la estoy viendo ahora, que diría aquel.

- Niña, Rosa, que me llevo a la tropa, que dicen que se vienen conmigo a la fuente, dejo aquí la silla.

- Ten cuidao maña no te fíes de estos, que son muchismo malos, átalos cortos

- No te cal que pases pena, al que se cantee de mi, cogeré y los echare al rio, ¿me habéis sentido?

- Si es que te hacen sudar pez niña, no atiende a nada

- No me amueles maña, que son zagales, venga tirar pa lante todos a cáscala de aquí, tirar pa la fuente, que os voy a echar a todos al rio las monjas.

- Llama al pequeño que se lleve el botijo de casa

- ¡Manolin!. Olvídame que no es mi santo maña, … ya han vuelto la esquina, anda trae dámelo. Que aun tengo que cocer las acelgas, redios que pocas ganas tengo de nada y que mal me hace esta jodida pata,que llevo tuesto del garron, redios...que pocas perras valemos, la hostia, luego te cuento que esta tarde he estao por el barrio bajo.



En aquel camino de apenas unos metros, de casa a la fuente se nos iban las horas, la Carmen antes de salir del barrio en cada puerta cogía un capazo, mi abuela, Doña Encarna, Doña Julia, luego en la esquina mirando de reojo al Cuartel a los civiles, por si acaso, "que con ellos nunca se sabe, a veces  me dan ganas de pegarle fuego a mi casa, si con ello supiese que iban a arder ellos también y a cascala el cuartel (Eran otros tiempos)", de nuevo capazo con quisiera que fuese o viniese, que pasase camino de la fuente, de vuelta del huerto, ... y la parada obligada en el portal de la Amelia…

Y nosotros allí, a mitad de camino, jugando a pillar en el abrevadero, capuzando más de una vez en aquel salto en busca del refugio, de la “casa”, del centro, del poste, con su cartel de peligro de muerte que nunca creimos… su anchura de apenas medio metro era todo un abismo a salvar, cuidando de no caer en el sumidero, cuya rejilla nunca se encontraba puesta para evitar que se embozase y se desbordase el agua por toda la replaceta.

- “Esperar, esperar, he visto un renancuajo, ir a buscar un bote. Vamos a cazar renancuajos”

O tal vez sea pescar, no lo sé,… pequeños, grandes, con patas, sin patas, … y un poco de pan de rana en la lata, para que pudiesen comer. 

Como era posible que habiendo tantos renancuajos el Ajutar no estuviese lleno de ranas…

- Zagales, todos a la fuente, que se hace de noche y la bombilla está rota, andar al esbarizaculos de la fuente. .. ¡Manolin, templao, cogeme el botijo!,… y tirar a cascala esos renancuajos, desustanciaos.

Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.

 Abrevadero: Estanque, pilón o paraje del río, arroyo o manantial a propósito para dar de beber al ganado

lunes, 7 de febrero de 2011

Tarta de cumpleaños. La Tarta de la Abuela.


El otrora respulero, hoy amante de la buena mesa, extremo izquierdo, Gormiti Rojo, en infinitas tardes de gloria que parecen no tener fin, tornado en amanuense, y con una caligrafía de otra época que haría palidecer de envidia a cualquier monje medieval, de esos que hoy en día injustamente son conocidos y celebres sólo por la cerveza,  toma nota de al dictado de la abuela, a requerimiento de los amigos, de la receta.

Uno con el fin de que la esta no se pierda, y quede constancia escrita del secreto tesoro culinario acunado entre la familia, momento de que vea la luz, que tantos halagos recibe año tras año a la hora de celebrar los cumpleaños.

Dos, con objeto de divulgarla, de enseñar a quien no sabe, y dice "quiere aprender".


 Clik en la foto para agrandarla y poder leer.


 Ingredientes.


Elaboración.


 Resultado final. Molde redondo.


A los postres, primera ronda, el resto, un rato después para merendar.

(En este caso, hartos como estábamos ya de la "nocilla", el relleno fue de nata).

( Importante: los Lacasitos, deben ser Lacasitos. No es lo mismo un macho, que un mulo, que un burro, que un asno )

Y mucha mano izquierda, tanto a la hora de escribir, como de cocinar, el secreto, practicar.

PD Y ya puedes buscar en la cuna de la gastronomía actual, el Mercadona por ejemplo, que no encuentras nada igual.

lunes, 24 de enero de 2011

Clase de Guiñote.

 
A penas llevaba entonces el instituto una media docena de años, y alguien de arriba aunque con la culpa siempre carguen los de abajo, los alumnos en este caso, ideo y se saco de la manga una semana cultural o algo semejante de modo y manera que se programaron actividades de toda índole, con el fin de salir del tedio y la rutina del saber. 

Charlas, cine, lecturas, juegos… Escaqueo en líneas generales, lo cual no es propio ni mucho menos, de la vida docente, … pasa en todos lados. 

Y así, aquel día:

El profesor de filosofía desde el umbral de entrada a clase dijo: “Buenas tardes y perdón por el retraso. La puerta está abierta por si alguien, quiere salir de clase, ¿nadie se va?, está bien, cierro”. 

Y cerró.

Se acerco a la mesa, justo frente a mí, dejo los bártulos, alzo la vista, y busco con la mirada a dos ilustres repetidoras que se sentaban, de acuerdo con su rango, en la última fila, para proseguir: 


“Bien, lo primero de todo, enhorabuena a dos de mis alumnas más aventajadas, el departamento de Matemáticas esta que echa chispas, destrozado literalmente, la gente de ciencias tiene mal perder.  

Con nosotros, simplemente eso no pasara, pero si llega el caso, será diferente. Mañana después de comer nos veremos las caras, jugareis contra nosotros, pues hemos alcanzado la final, ha costado, por eso llego tarde, lo hemos logrado, mañana los profesores de filosófica jugaremos la final de guiñote contra vosotras, guerreras sin piedad que habéis defenestrado al joven y preparado departamento de matemáticas. 

Sinceramente, miedo me dais, yo no voy a dormir…pero bueno, habéis podido marcharos a entrenar y no lo habéis hecho,…  y vuestros rivales de hoy no dejan de ser unos jovenzuelos. Pero, mujeres y cartas, en fin”.

Derrotar a la pareja de filósofos se antojaba empresa imposible, la suerte a buen seguro se habría acabado frente a la pareja de matemáticos. Solo un milagro podía apartar a las repetidoras del subcampeonato, un milagro del tipo: 

“Mirar otro camión de mi pueblo, (Desde clase se veía la carretera nacional y en su constante circular de camiones siempre pasaba alguno de Soria, de Olvega, Agreda o cercanías, su casa), os quiero mucho, la verdad, y sé que vosotros a mi también, pero creerme si os digo que más de una vez abriría la ventana, y me subiría al primer camión que pasase y me iría a casa,… y en cuanto a vosotros,… creedme si os digo que saldríais adelante igual” .

Y daban miedo entre otras muchas cosas, porque él en concreto era capaz de jugar con tus cartas y las de los demás, muy por encima de lo que cualquier matemático pudiera hacer o intuir.

En aquellos años “los mentalistas” campaban a sus anchas por televisión… “Tonterías, yo también puedo aprenderme la guía telefónica de cualquier ciudad, incluida la metrópoli de Calamocha, traerla mañana y en un rato la memorizo, total son cuatro números”.  

Nadie trajo nunca la guía pero entre silogismo, lógica y demás un buen día, dijo “Venga un valiente y cultivado voluntario entre vosotros, con más de cien palabras en su vocabulario,… bueno, mejor vais saliendo uno por uno y cada uno que ponga diez, veinte  palabras en la pizarra las que se sepa, … luego me dais dos minutos, me las aprendo y la semana que viene, el día que queráis os las digo, y si fallo una, os vais todos al Carril a jugar al futbolín y me perdéis de vista, la alegría será reciproca”.  

Fue en vano, no lo perdimos de vista.

Al día siguiente llego puntual y dejo cortésmente que entrasen primero las repetidoras, cerró la puerta y dijo:

 “Por partes, como no hay mal que por bien no venga, primero de nada, felicitar al campeón tanto de damas como ajedrez, que también se encuentra entre nosotros, amigo Luis Ignacio, ¿Latorre donde estas?, no te escondas, sal, has estado fantástico, … lo de las damas no se muy bien como ha sido, pero lo de la ajedrez, fenomenal, derrotar al pardillo catedrático de matemáticas recién destetado es algo maravilloso,… se que los matemáticos te han obligado a firmar tablas, por miedo a perder, pero que les den oye, el premio será para ti. 

Maravilloso, creo que con esto mas la derrota del guiñote el seminario   lo cierran y se vuelven todos a la universidad, de donde no debieran haber salido, ni aún entrar si me… en fin”

“Y segundo, a estas alturas, ya todos o casi todos debéis saberlo, vuestras muy ilustres compañeras se han proclamado campeonas de guiñote, ahora si que puedo parar un camión y marcharme pues el discípulo ha superado al maestro, al menos mis enseñanzas sirven para algo, y la lectura que se supone habéis hecho de las matemáticas, de Bertarnd Russsel, también.

Hemos caído pues, en un visto y no visto, por dos cotos a cero, por ocho partidas a cero, por goleada, sin paliativos, una paliza tremenda, los profesores de filosofía hemos caído, de un modo tan sencillo como el mecanismo de un mechero, no dudéis en felicitar a la pareja, son todo un portento guiñoteril. 

Mecagüen el coplero. No es ninguna excusa, pero si la realidad, que las cartas, como las mujeres, se van con quien quieren”

El profesor, una vez más y siempre, como en todo cuanto hacia o decía en cada momento, era justo.