jueves, 9 de enero de 2025

Merienda en los toros

 


Reme y su marido Pascual, también Emilio, nos dan la pauta a seguir: Dada nuestra edad no se debe ir contra querencia y se ha de andar por derecho: hacer un vermú fuerte, olvidarse de la comida tradicional y merendar en los toros.

Corre en la primera de feria el cañao con magra y tomate, ponche de melocotón de la Dehesa y vino blanco de la ribera, pastas de Ateza. Otro día cañao con tomate atún y anchoa, torrijas de postre. Y al tercer día de corrida, que toca conserva y tajadas el cronista, apenado, no entra a trapo, se raja, mansea y se toma un descanso de tanta vianda y cariño. Pero merienda igual y como en él es habitual gracias a la Beneficencia en este caso de Joaquinito Malaco y compañía, y de menú, un brindis al sol: todo del huerto, estando la vega pardina, me sabe a gloria el tomate, pepino, pimiento… el paraíso. “Eh pájaro que te he guipao” Señala Reme. “De Madrid al cielo y de Calamocha a La Gloria” dice tu primo Paquito.

Los toros vinieron del país vecino, donde ya se sabe todo es más grande y mejor que en España porque allá no saben ni de Calamocha ni del Jiloca, dieron un juego fenomenal. La banda de música de Monreal debió salir a hombros. Con torería y valor el Seisado entro en calesa a la plaza y trato de dar la vuelta al ruedo, atascó y hubo de terminar a pie. Gran ovación y saludos desde el tercio. De dos orejas y rabo es el tejemaneje que nos llevamos con el albero desde que el Maestro Jesulin años atrás, sin recular a tablas ni perder la sonrisa, tras hacerse tantas fotos como calamochinos hubo, se quejara de dolor de pies. Nada como la tierra de obra de Tornos.



Sanchez Vara triunfador de la feria pasada, dos orejas (premio excesivo, no quiso banderillear) y oreja en su segundo, donde si puso garapullos dedicando el toro a El Galo, quien no es gabacho si no mexicano, oreja y oreja, banderilleo ambos y en el segundo mereció los dos apéndices. Puerta grande que habrá que señalizar pues los toreros se pierden a escape. Casi lleno.

Nos vamos a los rejones, tres cuartos de plaza, muchisma calor. La cosa empieza con una hora de retraso, aguardando la ambulancia, la cual no es necesaria. San Roque lleva siglos velando por los calamochinos y los toros, echando la capa, con una efectividad muy por encima de otros santos y fiestas más famosas. Espera muy bien llevada, la charanga toca, hacemos la ola, empezamos la merienda.

Y sin pensar llega el espectáculo total ese que paga una entrada y hasta un bono y que vale por toda una feria. Esta en el callejón y lo pone el Monosabio, uno de los mozos areneros, a quien la espera se le hace larga y se pondrá el mundo por montera, desde el tendido de sol le lanzan una cerveza, la atrapa al vuelo, parar, mandar y templar, canones básicos del toreo que bien conoce: la abre con los dientes, se desata la euforia, se amaga en los terrenos y se la empuja de un trago. Calamocha es generosa, embiste, le llueven cervezas y jamón, lo jaleamos. Cuando sale a los medios, el rastrillo por muleta, a cada arrastre un ole, se viene arriba, delantales, naturales, y alguna ceñida chicuelina, saluda a los tendidos, pedimos la oreja de la autoridad… la cual se desespera y lo persigue. La Peña canta “¡déjalo, déjalo! ¡torero, torero!”. Espectacular y solidaria Calamocha una vez más pide el indulto.



Va por delante el rejoneador Luis Rodriguez, no será su tarde, no habrá manera de que el Maestro Paco el Patre, de acreditado garbo, torería y valor, desde la presidencia, le dé trofeo alguno, y mira que somos una plaza fácil, que nos basta con poco. Sebastián Fernandez lo vio, lo paso mal, y le hizo salir al ruedo para dedicarle el cuarto de la tarde y la ovación que les dimos fue tremenda. Se los ha merendado, es el líder del escalafón, sin hacer ruido. Salió por la puerta grande. El ganado flojo en kilos daba pena, el rejoneo necesita toros. Una tarde fenomenal.

Los recortadores lleno hasta la bandera, cada vez hay más del país del Jiloca pero en Calamocha somos del Ratilla. Confiemos en que el empresario, haya ganado dinero, que no podrá ser mucho y vuelva. Las fiestas de San Roque sin merienda no serían lo mismo. Feliz año a todos y no olvidéis echar la conserva y plantar algo de hortal, ya se barrunta San Roque y habrá que arrimarse.




                              Publicado en El Comarcal del Jiloca Enero 2025

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