(Año 1967 Decía así la crónica del Noticiero firmada en este caso por un anónimo Corresponsal:
Esperemos que una vez terminado el Matadero Industrial continúe dando mayor renombre a nuestro pueblo como sustituto de nuestra fábrica de mantas que tanto auge dio a la vida local y que por imperativos obvios de exponer, cerrara sus puertas a días vista. No queremos ultimar este renglón sin dedicar un recuerdo a la familia Daudén en su ancestral ligadura a Calamocha en este momento que la adversidad oprime a sus deudos en el dolor.
Calamocha lleva implícito un marchamo ascendente si queremos con lentitud, pero en la seguridad de sus cortos pasos. Un día no lejano podremos hablaros, de centralización, de agrupación, de convivencia más próxima con sus pueblos comarcanos, pues ya en la actualidad lo está acusando como capitalidad de esta ribera del Jiloca y sus tierras radiales.
Ahora solo falta que esas gestiones que nuestras autoridades llevan con tanto acierto, tesón y alegría culminen en la obra que todos esperamos desde las dos últimas décadas pasadas. La creación de un centro de estudios a escala nacional. Este será el acicate que ha de servir de centro de unión inestimable. Como todavía estamos asomándonos al ambicioso proyecto no podemos aportar más detalles.
Un día traeremos a estas columnas al artífice de esta obra, nuestro alcalde. Si antes no se marchitan sus proyectos y buenos deseos, que como todos recordareis paso en circunstancias análogas. Enhorabuena y adelante)
Don Amable Moragriega Martin nos dejo escrito, en forma de artículos de prensa, cincuenta años atrás unas crónicas realmente magnificas de la villa, de esa Calamocha a veces abocada al abismo mas siempre ilusionante en la que vivía pero sobre todo de aquella en la que anhelaba vivir.
Unas veces, intuyo, firmaba con su nombre y otras simplemente como corresponsal, o seudónimo, pues no olvidemos que el escribir, siempre, ha tenido sus riesgos.
De modo que prácticamente desde que viera la luz el primer calamochino hijo de el frio y las tormentas llegados sus padres de los confines de la tierra, al tiempo que nacía la primera calamochina hija de la tierra roya y el agua que la surca, las preocupaciones de todos ellos en adelante serían prácticamente las mismas a las nuestras de hoy en día.
Sin remontarnos, a las noches de los tiempos al abrigo de Santa Bárbara y el raso de la Dehesa, tan solo a unos cincuenta años atrás, veamos que nos contaban las crónicas calamochinas, que ya advierto es poco mas o menos, lo mismo que las actuales, en este caso de la mano como ya he dicho de don Amable Moragriega Martin
Recoge El Noticiero, periódico zaragozano muchas cosas, entre ellas ese sentir calamochino tan propio de echarse la comarca a la espalda, le corresponda o no hacerlo, más después de la desaparición de los ayuntamientos cercanos, esa preocupación a veces mal interpretada. El cambio físico del pueblo con las nuevas construcciones, la industria y el comercio, como garantes del porvenir y el bienestar. Como no, con el cierre de una empresa otra debe abrir. Todo lo cual no dan al ayuntamiento sino “problemas de dimensiones insospechadas”. El reto demográfico, la amenaza de la emigración. La enseñanza, la lucha por apertura, entonces del instituto, ante el peligro de “ponernos a vegetar” en lugar de cultivar alma y cuerpo. Apuesta por la actividad física y como no el eterno problema de los servicios sanitarios. Todo de rabiosa actualidad ayer y hoy.
EL NOTICIERO Marzo de 1976
Amable Moragriega Martin
La enseñanza y asistencia médica, los dos problemas mas importantes de la comarca
Si no se toman medidas urgentes desaparecerán los habitantes de la comarca
La imagen mas expresiva de lo mucho que Calamocha ha progresado nos la ofrece, elocuentemente, la bella estampa que forma su conjunto físico, urbanístico y arquitectónico.
La importancia de su industria y comercio, la revelada actividad fabril predominante sobre otros sectores laborales, base del equilibrio económico social, y del porvenir histórico de la villa, e inmersas todas las entes naturales en la política positiva e ilusionada de participación, el pulso y el latido comunitario se vigoriza y las aspiraciones generales alcanzan paulatinamente las cotas más altas de desarrollo y bienestar deseadas
De ahí que al ayuntamiento se le presenten problemas de dimensiones insospechadas dado que a satisfacer las necesidades mínimas de sus administrados debe inclinarse y dedicar sus efectivos y actividades.
El hecho de que los servicios públicos del municipio de Calamocha sean múltiples y extensos nos lo demuestra palmariamente el montante de su presupuesto ordinario del ejercicio actual que alcanza la cifra de 12.125.000 pesetas mientras que su censo de población, en 31 de diciembre de 1975 arrojo la cifra de 4.715 habitantes de hecho, 290 menos que en la misma fecha del año 1970 incluidos los once Barrios anexionados en este último lustro.
Y refiriéndose a este aspecto demográfico conviene aclarar que todos los barrios incorporados suponen 464 habitantes, algo menos de una quinta parte dentro de estos últimos cinco años, habiendo por el contario aumentado Calamocha (Capitalidad) 238 habitantes en idéntico espacio de tiempo, cuyo movimiento evidencia esa tendencia migratoria de los núcleos rurales hacia las capitales y centros industriales, fenómeno que por otra parte no hallará freno ni remisión mientras no se potencien debidamente las cabeceras de comarca como esta, a las que pertenecen.
Deficiencias en enseñanza y asistencia médica.
Y al tratar asimismo sobre este tema siempre acuciante y candente, no se puede omitir hablar de los dos problemas de mas trascendencia e importancia para Calamocha y su comarca: Enseñanza y asistencia medica
Si de verdad queremos un Calamocha grande, como nos decía el profesor López Medel en el acto cultural de proclamación de la Reina de las Fiestas del año 1974 habrá de resolverse el problema que la enseñanza le plantea; por lo que si el maravilloso Colegio Libre Adoptado, no se habilita para impartir las enseñanzas de Bachillerato y COU como Instituto Nacional de Enseñanza Media y pese a lo que opinan algunas personas “doctas en la materia”, apoyándose en datos estadísticos fríos e ineficaces ante realidades humanas, sociales y económicas como las que concurren, no lo conseguiremos, lo que unido al problema de la asistencia sanitaria: falta de centros, medios, etc, es lógico que nos haga temer por una muerte lenta pero segura de todas nuestras estructuras básicas.
Si, asimismo, no es menos cierto que disponemos de un soberbio Colegio Nacional de Educación General Básica cuyo problema de enseñanza en Calamocha lo teníamos resuelto, que su conservación, mantenimiento de servicios de limpieza, calefacción y luz probablemente gravara con mas de 800.000 pesetas anuales el presupuesto de gastos del ayuntamiento, y por otra parte se cuenta con unas instalaciones deportivas maravillosas, tales como campo de futbol, cancha de tenis, pistas de atletismo, piscinas públicas, etc. de tanta importancia e interés para la formación física, incluso Coso Taurino, también es realmente triste que carezcamos de aquellos otros medios imprescindibles y prioritarios para potenciar aquellos sin los cuales, irremisiblemente generaría en una vida puramente vegetativa ¡Qué otra esperanza nos brinda!
Por otra parte la carencia de Centros Asistenciales idóneos y suficientes, y junto a ello de medios materiales y técnicos indispensables, (hasta presumo que de equipo de Rayos X) son motivos de preocupación constante del hombre y aguijón también para su familia, para buscar otros lugares donde no peligre tanto su integridad física, circunstancias que corroboran el hecho de que el mayor contingente de enfermos y pacientes que proporciona a los Centros Sanitarios de Teruel, lo da en proporción considerable, Calamocha y comarca.
Por todo ello, es de presumir se resuelvan ambos problemas con la urgencia que exigen ya que en otro casi (in extremis) la emigración que a partir de ello se produzca lo seria en esta Comarca, hacia lo eterno, hacia lo infinito.
Amable Moragriega Martin
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