viernes, 2 de noviembre de 2018

Mesa y mantel

Eran los últimos días de la abuela ella y todos lo sabían así que no dejaban pasar ocasión alguna, cualquier escusa era buena para compartir una vez más la familia mesa y mantel. Un domingo cualquiera de un verano olvidado ante una mesa grandísima al fresco de la cochera y el calor de sus moscas nos sentamos a comer. En un momento de esos en los que dicen ha pasado un ángel, se hizo el silencio, y la abuela desde el centro de la mesa dijo: Ya no importa nada, que todo paso y quien mas perdió fue quien murió, pero en acabar de comer guardáis el mantel en el cajón de la cómoda donde ha estado siempre junto con lo demás y lo dejáis estar, y aunque yo ya no este no lo volváis a usar. La ropa blanca de ese cajón la trajo vuestro abuelo cuando la guerra se acababa y se iban a tomar Barcelona, de aquellos pueblos de la parte de Alcañiz, ande vas con eso le dije, en alguna casa lo echaran en falta, yo no lo quiero, si hubiera sabido de quien era le habría hecho devolverlo. Así que guardarlo o mejor pegarle fuego, aun siendo bueno, seria de una casa grande, ya todo apolillado no merece la pena seguir recordándolo"



La casa del Sabinet. Historia de una familia de derechas. Pedro J Bel 2007
Decidido a leer todo cuando tenga en letra impresa la palabra Calamocha, compre el libro y una vez localizado el autor en la red, le escribir preguntado el por qué:
"Mi tío Luis Bel, entonces estudiante de medicina, después de salir de Cambriles (cueva donde se escondió al comenzar la guerra) fue incorporado al ejército nacional y destinado al hospital militar de Calamocha como auxiliar sanitario. En el libro lo trato muy de pasada. Me encantará que lo leas, pero si sólo es por las referencias a Calamocha no vale la pena. Si es por las historias que cuento sí"
Tanto por Calamocha como por las historias que cuenta merece la pena leer el libro escrito por Pedro J. Bel Caldú quien a decir de su blog https://pedro2013dotcom.wordpress.com nació en Fórnoles (Teruel) el 1 de enero de 1945. Escritor aficionado desde su jubilación, estudio en el Seminario de Zaragoza los ciclos completos de Humanidades y Filosofía y el ciclo incompleto (dos cursos, de cuatro) de Teología. Licenciándose en Derecho en la Universidad de Barcelona, ciudad donde reside. Activo en las redes y bloguero también ha escrito La Caverna. Sociedad secreta Donde desarrolla una de las historias que contara en el libro que nos ocupa.
Don Pedro nos hablara de muchas cosas, con su familia como protagonista y con los años del jaleo de fondo, es decir, la Guerra Civil, y lo hará como lo hicieron con nosotros nuestros abuelos, contando lo que vieron y vivieron en este caso sus familiares, y por ende todo un pueblo, unos y otros, a derecha e izquierda de una comarca que vivió en primera persona la revolución anarquista que llegaba desde Barcelona. Aquello solo fue el principio de lo que estaba por llegar.
A veces me preguntaba como habrían sido aquellos días, meses, años, la eternidad de la guerra en uno de esos pueblos del Bajo Aragón presa de la utopía, del paraíso que tan bien nos siguen vendiendo aun hoy en día, de la anarquía, del comunismo en contraposición a lo que de algún modo conocía por la familia que vivió toda la guerra en la Calamocha de la otra España. Ahora ya lo sé, el libro ha respondido a todas las preguntas que pudiera hacerme.
El titulo es valiente, no corren hoy tiempos propicios para casi nada y menos aun para presumir de ser o haber sido una familia de derechas, lo cual se convierte en un aliciente mas para leer de principio a fin el libro que de estar novelado seria toda una gran obra, y aun sin estarlo lo es, ya que, al relato de los hechos por el autor, y a su minuciosa investigación se une el relato de primera mano por parte de los propios protagonistas que dejaron escrito en verso lo que vivieron.
Todo ello reflejado de un modo objetivo, al menos hasta donde es posible tratándose de recuerdos familiares, lo cuales en ningún momento parecen hayan sido escritos ni como justificación de nada de lo hecho, ni como venganza frente a terceros pues no es necesario ni lo uno ni lo otro cuando uno narra lo vivido.
Llegará la guerra con su revolución anarquista al pequeño pueblo de Fórnoles, ya previamente el autor nos habrá situado en el escenario echando la vista atrás y contándonos la historia de la familia y del pueblo. Con aquel verano del 36 comenzara la pesadilla para prácticamente todos, que lo que es fiesta para unos será luego dolor y viceversa.
La familia de Don Pedro, una familia normal, católica como todas hasta ese verano, y que venia apostando por el progreso del pueblo carecía sin embargo del entusiasmo revolucionario, tan es así que ira quedando progresivamente aislada y señalada. Hasta el punto en que se verán obligados a dejar su casa, su pueblo y marchar a esconderse en una cueva a donde poco a poco irán llegando otras personas en su misma situación, perdido todo cuando menos salvar la vida.

Sin embargo, para las casi treinta personas que alli se esconderán procedente de diversas familias, la cueva aun siendo lugar seguro no lo será si la guerra se alarga, ver su vida truncada, sus casas y sus tierras expropiadas les llevara a salir de ella e iniciar la huida hacia la zona nacional camino de un lugar seguro donde poder entrar a formar parte de su ejército salvador y poder volver para conquistar su pueblo.

Y es lugar seguro, esa meta a alcanzar cruzando la zona republicana y el frente no era otro que Calamocha, llegar una día a Portalrrubio, ya zona nacional y de allí a la seguridad de la Comandancia de la Guardia Civil de Calamocha, desde donde al parecer se había coordinado su fuga.
A pesar de todo para ellos la guerra acababa de comenzar.
Muy recomendable su lectura, da igual que uno sea de Fórnoles o de Calamocha, sea zurdo o diestro, hay cosas que conviene conocer, recordar y divulgar. Aun en lo trágico.
Como bien decía Pla poco más o menos, hay historias que mejor leer que haber vivido. 






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