“Siempre hay un amigo de los más
ricos, y a esos les llevan agua y cordericos”. José Antonio Labordeta.
Una de aquellas
tardes de verano, a la fresca, sentados en la puerta de casa allá en el Barrio, a la espera de cenar, sin prisa alguna, cuando el tiempo parecía detenerse y que
nada iba a cambiar, nunca… En medio de la conversación aparecía de nuevo el tema
de la vida, el agua, nosotros mismos, creyéndonos prácticamente inmortales.
Alguien comentaba: Todos
aquellos pueblos, ya se sabe, son muchísimo pobrecicos, no tienen ni aún rio,
si llueve, llueve y si no también. Mal avío pues. Mala cosa. A un pueblo tener rio es lo mejor que le puede
pasar. Suerte la nuestra.
Se hacía entonces
el silencio, por aquellos días, aún era un silencio de respeto, de compasión de
pena para los que no tenían nuestra suerte. Hoy por el contrario sería más bien
un silencio acorde a los tiempos, así se las apañen como puedan, que se quejen
si no tienen, que les pongan uno.
Alguien seguía la
conversación, dando por terminado el duelo: De todas formas, a veces, como el
Tío Sino, parecemos tontos, no sabemos lo que tenemos, igual te da como aquel
dice tener rio que no, no más cale ver como baja y como esta de sucio. Ya ni
los señoritos de la capital se acercan a la orilla, por miedo a morirse de
asco. Ha de llegar a escape un día en que no podamos ni regar. Y entonces todo serán
lamentaciones y esto y lo otro, y que vengan a arreglarlo.
Fíjate como serán
las cosas que por ahí arriba por Fuentes Claras, a mi ver, ni aun para echar un trago tienen, y aquí el
rio que nos baja hasta arriba, pero no vayas a Luco, que allí están en las
mismas sin poder regar, parece que Dios quiere que en Calamocha tengamos toda
el agua del mundo, pero no te engañes, aquí mucha agua baja, pero toda se nos
va por no limpiar, y antes dejamos que se pierda que arreglamos los caños y
limpiamos para que otros puedan regar. Somos así, como animales. Peor.
Acordaros estos
tiempos atrás, todos los años es lo mismo, cuando se corto el agua en el Cubo y
luego en las Monjas, bien que se dijo en la Sindical y luego Santos también lo
pregonó, hay que limpiar el rio, y qué, a la definitiva fuimos los cuatro
tontos de siempre a limpiarlo, nadie acudió, se ve que todos tenemos muchas
faenas, nada, que cuando se traga de agachar los riñones, reculamos. Sera
menester otra guerra, y que vengan los italianos y los moros a limpiarlo. Todo
tiene que estar limpio, pero que limpien otros que nosotros no ensuciamos. Tenemos
muchísimas leyes. Dile tú a la gente joven que tiene que limpiar el rio, que
dirá para qué, que no es cosa suya, que ya vendrán a limpiarlo los de Madrid. Del
Poyo a Luco el rio es nuestro, no tenemos perdón de Dios. Nos había de partir
un rayo.
Anda, otra también,
dile a Fulano o Mengano que limpie de broza los caños de sus piezas para que
corra el agua y te llegue a ti, y así con la mitad te sobre, y otro más abajo
la pueda aprovechar, que te dirá lo mismo, que a dónde vas, que así está bien,
que a donde no entran las maquinas, ellos menos, así esta todo manga por
hombro, que da pena. No sabemos lo que tenemos, había de venir no un diluvio si
no una sequia. El caso es que no sé que se acabara antes, si el agua del rio o
la vega que regar, al paso que vamos, ira la cosa pareja, primero fue la huerta
Calvete, la Casa Ejercicios, cosas de curas decíamos, pero luego ha ido detrás la Huerta Grande y luego irán las
demás, y después, ¡a maño!, luego querremos la cantinela esa que lleva todo la
vida del pantano de Lechago, que lo hagan, y tiren el agua por allá arriba por
el Campo Aviación, y podamos regar todo
aquello, pues no somos listos ni nada. Muchísimo listos somos, que no tontos,
tontos no somos.
O vete tú a decirle
a ese otro botarate, decirle, que no llamarle la atención, que suelte algo de
agua, que se te mueren las patatas en agosto y el esta regando los chopos día y
noche desde Santiago, ojo no te saque la escopeta, eso de que has de estar en
la pieza mientras riegues se conoce que no, que eso era antes, que ahora hay
otras faenas en la puerta del Chato en la Plaza del Peirón.
Esos, que os digo,
son los que van un día y te cortan el rio con planchas de hierro y plásticos y
lo dejan seco, todo les da igual, ni una gota bajaba el otro día, hasta hacia
olor el rio con los peces muertos. Y eso que ya no quedan, ni topos se ven ya y
no serán porque nos los hayamos comido, si no porque los hemos matado,
dejándolos sin agua, y a base de venenos. Si hubieran podido irse, bien se
habrían ido. Ni aun caracoles han quedado en los ribazos. Para que los vas a
segar, si los puedes sulfatar. Ahora, las babosas, esas no mueren, mecagüen el
turrón.
Nada, que todo que
hablemos está de más, hay gente para todo, a la vuelta de unos años, todo
pardina, ahora les dices a los jóvenes que el rio antaño estaba lleno de
cangrejos, hace cuatro días, como aquel que dice, y no se lo creen, lo mismo
que de gallinas de agua, y aun de truchas, pues no echaba el Tío Cachurro cuando
estaba en el Salto el cesto arrobero al rio y lo sacaba lleno de truchas, lo
mismo que ahora. Y, ya lo he dicho, no nos lo hemos comido, que lo hemos matado
todo.
Y que os parece lo
del Camino los Pardos, en plena vega y a todo sol, días atrás, por no limpiar
los caños poniendo los aspersores para regar, venga a gastar gasoil, que donde
este el agua de lluvia se quite la del rio, valiente panda de perros mal
trabajadores a los que les da todo igual, tienen la vega imposible. Si no
ensuciaran, pero encima son los que más ensucian, que te tiran el abono, y ahí
te dejan los sacos, en el caño, en el rio, y botes de cerveza que ni aún beber
en bota saben los jóvenes de hoy, que no les gusta el vino se ve, y hasta un
tocino había estos tiempos atrás en Entredorrios y un carretillo romano en la
fuente el Rincón. Vete tu a buscar quien fue, alguno de fuera que nos tendrá manía
por tener río.
Miedo me da a mí, dejar beber a los machos en
el lavadero del Ajutar, por mal de que se me envenenen, mira que se lo digo a
Trimoto una y otra vez, si dejo beber a las caballerías aquí, es porque las
tuyas beben todos los días, pero todo puede ser, que un día tengamos un
disgusto
Lo dicho, quien
quiera regar, o pescar o a quien le moleste ver lo sucio que esta todo. Que se
moje el culo. En ello estamos, o están.
De los Años de la Cazalla. El rio de la vida.
PD Fotografía del año 1991 Agonía y Muerte de las Escuelas Viejas desde le Lavadero del Ajutar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario