Hubo una vez, un día, hace muchos años, en el
cual, por esos caminos devenidos en carreteras imposibles que próximas a
Valencia la envuelven, rodean y abrazan como tratando de no dejarte marchar,
sendas repletas de circulación a todas caras y horas, prisas y mas prisas por
parte de todos, coches, camiones, bicis, carros, motos..., atajos imposibles de los que todos presumen, ramblas, veredas, todas
estrechas, entre naranjos y acequias, todas iguales, todas llenas de curvas,
donde nunca se adivina final alguno, donde cuando las atraviesas por primera
vez, te sientes irremediablemente perdido, angustiado. Hubo una vez, en la
cual, fueron a encontrase dos calamochinos, uno de los cuales, el más, era mi
tio Pepe conduciendo su Ford Sierra, que a penas salido del concesionario, atropello
un rebaño ovejas.
Paro el coche, bajo y pensó: "que
barbaridad habré matao la mitad del rebaño y casi no llevo ni un rasguño...
collons con el tio Vicent este, que teniendo el paso del ganao a cien metros,
las cruce por medio el camino. Pobre hombre".
Había matado a media docena larga de ovejas,
todas preñadas, como pasa en estos casos, en los que se cierne la fatalidad
sobre uno, el pastor resignado se lamentaba de su error, y se preguntaba porque
si siempre cruzaba por la vereda hoy había ido a cruzar por donde no debía, sin
necesidad alguna, mientras mi tío, pensaba, "por que habré de ir todos los
días del año con prisas, si nadie me espera"...
Finalmente el pastor, resignado ante la
perdida de las ovejas, y el pago del arreglo del coche concluyo "Buen día
eche cuando me fui de Calamocha. Te traerá desgracia, te traerá desgracia, parece que me decían".
A mi tío le falto tiempo para contestarle:
"Usted no es de Calamocha, de Calamocha soy yo...", "Tiene usted
razón, que soy de Cuencabuena...".
Ni que decir tiene que finalmente el seguro
del coche corrió con todos los gastos, movieron unos metros el incidente y mi
tío se hizo responsable de todo,...
Por donde quiera que fuese, presumía de ser
calamochino. El primero, el que más.
Esta misma mañana nos ha dejado, quien tanto
nos ayudo, quien a tanta gente ayudo, incansable, apasionado, de una vitalidad contagiosa, trabajador, atento, estudioso
de todo lo que olía a historia de Calamocha, a su vida, a sus gentes .... uno de tantos calamochinos que
se fue por unos días del pueblo y que ya nunca volvió, pero que no había día que
no recordase quien era, de donde venia...
D.E.P.
D.E.P.
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