jueves, 25 de abril de 2024

Efeméride: Un día como hoy de hace 75 años

Efeméride: Un día como hoy de hace 75 años

El 25 de abril de 1949, hacia las 07:30 H, en "El Chispa", procedente de Calatayud, volvió a Calamocha Ángel Gómez "El Quinto", último alcalde de Calamocha durante la II República. 

Volvía de nuevo al pueblo tras su huida a raíz de la represión vivida en el pueblo al comienzo de la guerra civil, y tras casi 10 años de exilio...

Muchísima gente del pueblo salió a recibirlo a la altura de la fuente del Bosque... 

De forma inmediata retomó el negocio de la carnicería que había regentado antes de la guerra. 

Desgraciadamente murió muy pronto.


La efeméride hay que ligarla a una "fuente oral"... la conocía desde hace muchos años... Hace un momento me lo acaba de recordar mi madre, que tiene una excelente memoria. La fecha coincide con el nacimiento ese mismo día de mi tía Ángela, a quien conoces de la cofradía (Nazareno). Mi madre, que iba a cumplir 13 años, lo recuerda bien al unir ambos acontecimientos...

 

PEPE TOMAS







Fue alcalde del 8 de marzo del 36 al 27 de julio del mismo año. En septiembre logro escapar en el momento en que fueron a detenerlo en su casa salvar la vida y marchar a Francia. 

Sustituyo como alcalde de la Republica a don Genaro Lucia que lo fue de abril del 31 a ese día y quien moriría trágicamente en Valencia durante la guerra

Para saber más:

Del resto de detenidos aquella noche:


Por poner una nota de humor, en julio del 36 llego a la alcaldía don Clemente Catalan, tan solo duro unos meses. Aquí su divertida historia:





domingo, 21 de abril de 2024

¿A DÓNDE VAS LABORDETA?

Crónica de la Villa de Calamocha Año IV 2024

•       Sábado 20 de abril de 2024 (0.0ºC)



Así a las 11:30 del sábado 20 de abril del corriente año del señor 2024 en la plaza Mayor de Castellón con su ayuntamiento como fondo, llena a rebosar de tenderetes y gente, con una mañana de sol radiante, boda incluida en la concatedral tiene lugar la presentación dentro del Salón del Comic y el libro Infantil y Juvenil de la capital de la plana:



¿A DÓNDE VAS LABORDETA?

Viñuales, Azagra y Revuelta vuelven al ataque con un nuevo título de su protagonista más emblemático, José Antonio Labordeta. Humor y surrealismo a partes iguales en un cómic, donde vamos a descubrir los entresijos de los rodajes de la mítica serie de RTVE "Un país en la mochila". GP Ediciones

Heraldo de Aragón

Daniel Viñuales: "La insensatez es lo que nos lleva a hacer cosas en la vida"

Este zaragozano inquieto, de la quinta del 67, fundó en 2009 junto a Sara Perales GP Ediciones, firma especializada en el mundo del cómic.



En el centro de la plaza, una mesa, unas sillas, una sombra y micrófono en mano de modo que toda la plaza te escucha alto y claro quiera que no, tiene lugar la presentación entre multitudes a cargo de su guionista Daniel Viñuales y de Mosén Alejandro, el mosén Hijo Adoptivo de la villa de Calamocha quienes muchos se preguntaran que pintaba allí y que hacía ahí vestido de domingo concelebrando la presentación

Pues pintaba y mucho

Ambos se conocieron en misa, donde iba a ser si no, durante la etapa de Alejandro en Ultrillas, aquel lugar al cual al llegar cumplidos los sesenta sus nuevos feligreses le achacaban el haberlo hecho obligado y de mala gana: “Usted mosén, bien lo sabemos, no quería venir a Ultrillas”

“No es que no quisiera venir, es que los de Calamocha no querían dejarme ir”

Y en cuanto a la relación de nuestro ilustre hijo adoptivo con el Abuelo Labordeta viene no de lejos sino de lejismos, de los años setenta, cuando con Franco aun de cuerpo presente, lo invitaba a cantar en remolques de tractor y escenarios de tres al cuarto por esos pueblos de Teruel por donde andaba de cura. Todos tenemos en la memoria las fotos de Labordeta en Jorcas, pues allí estaba Alejandro en su misión evangelizadora que aún hoy en día prosigue.


Fotografia Paisajes de Labordeta

A la hora de dar luz al comic Daniel recordó a Alejandro y entraron de nuevo en contacto: A ver Alejandro, cuéntame cosas, tu que conociste a Labordeta cuando grabo el capitulo del Maestrazgo para televisión: “Hombre yo lo conocía de antes, de Jorcas de los setenta…”

Lo de Jorcas es porque había un grupo de jóvenes muy majo, había más gente de Valencia que del pueblo. No había ni agua corriente aún vivía Franco, calcular un poco 72-73 pero lo hicimos con vista a todos los pueblos del alrededor, entonces cogimos la plaza del pueblo con los nombres de Allepuz, Monteagudo ... y se creó un ambiente muy bueno, entonces se hacía todo en conjunto. Y había que llevar las letras a la Guardia Civil para ver que se podía cantar. Ahora parece que da risa, pero entonces no.

Mucho después, llego la serie de televisión Un País en la Mochila, entonces fue el Abuelo quien llamo al cura y no al revés como en aquellos lejanos conciertos, con un primer capítulo de Labordeta en el Maestrazgo con Alejandro ejerciendo de guía, mano a mano los dos amigos de nuevo, pero ya sin tener que dar parte a la Guardia Civil del guion como si daban de las letras de las canciones, dos meses se fueron en la grabación de aquí allá abriendo puertas, con Alejandro de paquete escondido entre los asientos del coche a la hora de grabar, un Alejandro con gafas de pasta y culo de vaso, como de catedrático de latín en la Sorbona, boina y barba negra, pero bien aseao, un cura como dios manda.


Fotografia Un pais en la mochila

Un día de aquellos al salir de comer en Cantavieja de un restaurante que ya no está, fino pero escaso, la dueña nos pregunto que tal y le dije la verdad, que si faisan, que si costillas de cordero pero si vienen los de Monreal se quedan con hambre… No le sentó muy bien a la dueña luego me agarro fuera de cámara y me avio

En la presentación Daniel Viñuales hizo a su vez una encendida defensa del cura de pueblo, de su figura tan necesaria, de su buen hacer encarnada en quien tenia sentado a su lado Mosén Alejandro que lo mismo te arreglan el alma que el tejado de la ermita

Y de dónde vienes Alejandro:

“Yo he estado en Camarillas, Jorcas, Aguilar, Monreal, la mili en la Legión, vuelta a Monreal, luego Cantavieja, después a Calamocha, y de allí a Ultrillas diez años, y luego a Teruel y cuando la pandemia con 75 recién cumplidos, ya pues si quieres jubilarte a Castellón que tienes la familia y ahí estoy en la parroquia de San Vicente…”

Después en el tenderete Daniel me firmo los comics, dice que es guionista, pero yo creo que es una tapadera, que es un tres en uno, pues firmo y dibujo. El comic del país en la mochila ya lo había comprado a través de la red meses atrás, igualmente dedicado, con poster del abuelo y mochila de regalo. Así que me llevo el TBO de Labordeta, Almogavar y aunque no es suyo le compro también Chomon EL mago de la luz de Queco Agreda y Roberto Morote, y me regala, gran día hoy, La noche perdida de Luis Buñuel, de Queco Agreda, Javier Ruiz y Guillermo Montañes



Observando la obra de Daniel Viñuales no tardo en pedirle el contacto para enviarle alguna que otra historia, no mía, que esas no van a ninguna parte, sino de la familia. Mientras lo dejamos atendiendo al personal y nos acercamos a La Biznaga a tomar un refrigerio entre la traca de la boda y seguir charrando esta vez ya centrados en lo nuestro: Calamocha

 



 

 

domingo, 7 de abril de 2024

Pel camí de Singra

 

Pel cami de Singra

Leo en Zaragoza la tarde del sábado 6 de abril la edición en catalán del libro escrito por Rafa Saiz en torno a su “abuelo” Federico Centellas. Pel cami de Singra. Torres Editores 2024. Evocador título sin duda, en palabras de Lluis Rajadell donde Singra lamentablemente es el final.

Conocí el libro a través del Facebook del Ayuntamiento de Singra, en ese mismo instante lo compre y a continuación no dude en pedirle a Sara Beltrán de Radio Calamocha se hiciese con él y lo entrevistase.

“De Singra no pasaron” ahora me llega años después el recuerdo de dicha frase que tantas veces oi en los corros a los abuelos y que mi padre repetía cuando con el camion volvíamos a Calamocha y señalaba el monte. Soliamos parar a refrescarnos en su agua llenar la botella, beber y beber. Mis recuerdos de vida y felicidad contrastan con lo vivido décadas atrás por otros.

Nunca ni aun hoy supe el verdadero sentido de la frase, si lo decían en un sentido o en otro, aunque tengo una ligera idea. En la guerra quien mas perdió es quien murió. Otra frase para el recuerdo.



En las primeras paginas del libro ya se adelanta el desenlace, así que puede decirse. En ella se comenta lo que se sabe a través de las fuentes oficiales y de las familiares, estas a veces mas difíciles de acceder aunque pueda parecer lo contrario. La suerte también influye, encontrar la correspondencia del Federico con la Tereseta su mujer que quedara en el pueblo con una hija prácticamente recién nacida cuando es llamado a filas.

El resto, del libro, es su periplo novelado de un modo ameno en la desgracia, vital, muy bien escrito y documentado, tópicos que no se deben olvidar, cariño, (a decir de su autor en base a Florenci Olle, de quien ya tengo en marcha sus escritos), el camino que va desde Jorba en Barcelona hasta el país del Jiloca con capital esta vez en Singra. Desde que son llamados a filas un 15 de abril de 1937 al 25 de enero de 1938 cuando murió intentando tomar Singra para el ejercito republicano. Liberar el Jiloca

Sus restos nunca fueron encontrados. Los últimos momentos, al recibir la orden de avanzar, debieron ser terribles, el frio, una llanura inmensa y pelada, mal pertrechados y al fondo en lo alto Singra. Da miedo solo de pensarlo. Tomar dicha posicion habria sido algo mas que un milagro, y los soldados, me temo, bien lo sabian.

Muy recomendable, una joya, solo queda desear suerte a la familia. La búsqueda continua.

jueves, 4 de abril de 2024

Misa en el Santo Cristo

Los domingos a las nueve la batalladora ermitaña hacia sonar el primer toque en las campanas del Santo Cristo. Desde la cama se podía sentir el trajín. Distinto según la época del año. Al silencio de las mañanas de invierno le sucedía el ruido de escobas y corros bajo cualquier geme de sol por escaso que fuera: “Tirar a cáscala mañas, no vais a llegar.” Zanjaba la Moracha el rolde y obedientes y mudadas a escape se jopaban y subían la costera hacia lo del Carretero tocando las puertas al tiempo que guipaban a las delanteras pasar por el rabal camino de una ermita llena hasta las cachas. ¡A joderse de frio! La Gitana se quedaba en el barrio, tan devota como el resto, acudía a sentir misa a las monjicas una hora después.

Las prisas marcaban la llegada, pero no la vuelta. Entre medio lo de menos, la misa. No cale engañarse, mi abuela Rosa y sus amigas se la pasaban por las sayas del triunfo: “Los curas son hombres como nosotras” decía la Carmen y se reía, “Menudos sermones. Ya se podían ir todos a cascársela a Luco y dejarnos a solas con los santos.”  

Ir a misa era pura rutina, un acto social entre iguales, cara el sol del rabal se formaban grupos de figuras grises y negras. Viudas de moño, pañuelo a la cabeza y toquilla de lana. Sabias y cultas hasta lo inimaginable aun sin saber letra. La política siempre al margen pues jamás esperaron nada bueno. Hablar de lo que se ve nunca fue en el rabal criticar. Si en aquel gallinero se abría la puerta y se cerraba a todas horas, si al entriparrao ese lo habían echado otra vez por haragán, sí aquella pispotera estaba preñada, si aquel carnuz no pasaba con un cántaro de vino al día, si aquel zancarrón andaba más jodido que Arpa Vieja ingresado por Teruel, si a mi ver al muchicho aquel, zagal tan poca cosa lo habían echado a África en la mili. Para rematar había dicho el parte que iba a subir el pan. Menuda jodienda. Al final les iba a tocar masar otra vez. 



El cura ensotanao enfilaba al barrio bajo como alma que lleva el diablo tal y como había venido. Sin saludar, con aire marcial más solo que la una sin atreverse a pararse en corro alguno. Lecciones pocas podía dar, ni una confesión ni media docena de hostias había dado a toda esa recua que solo se llegaba hasta allí a alcagüetar en lugar de rezar. Su destino estaba claro, el infierno. Mientras el del cura por ahora era la misa en las monjas. A lo que volvían a casa era la hora de repelar el conejo y echar el arroz y mientras reposaba llegaba la Moracha y pasaba por casa y decía aquello de “niña, a que no sabes de que me enterao allá abajo. Olvídame que no es mi santo. La hostia maña que bien güele, que golica me da. Yo ya no aprenderé a cocinar” y mi abuela le decía “espera niña que te cuente primero lo que han cascao en el rabal.”

“Redios que par de alcagüetas somos. Lo mismo que las demás, parece que solo vayamos a misa a goler. Pero si alguna va al cielo seremos nosotras. El cura ya te digo yo que no. Ese no ira, ni ninguno. Como yo iré primero allí estaré con el mango del azadón en una mano y el hierro rusiente de la estufa en la otra para en cuanto asome el morro alguno que yo me sé, darle como a un tocino. Y a todas esas beatas meapilas que van detrás del cura como perros falderos, que van a misa de doce tan peripuestas, ¡chica si hasta se pintan!, que se creen las marquesas de Monflorite también les atizare, a esas las sacare a hostias. Alguna salvare, como todo, pero niña es que me tocan los huevos cuando las veo subir las gradas de vuelta a casa, que van andando y se van crujiendo. Y no paran de confesarse y pasan todos días a comulgar, redios, se ve que en casa no comen. Y de qué cojones se confesarán si yo no he pecado en toda mi puta vida.” 

“Y esta tarde maña qué leches hacemos vamos al entierro u qué, del zángano este que por fin se ha muerto, ¿te adolece o no? Aunque solo sea por verlo muerto, que se joda y arda, con todo el mal que hizo. ¿Qué se creía que no se iba a morir el tío el copón? La mala vida que le dio a la pobre de su mujer, te acuerdas maña. Él se tenía que haber muerto y no ella. ¡Vaya dios tenemos que lo ha dejado vivir tanto!”


Publicado en El Comarcal del Jiloca el Jueves Santo del 2024

lunes, 25 de marzo de 2024

¡Ojalá nunca perdamos la inocencia!

 Crónica de la Villa de Calamocha Año IV 2024                                              

·      Lunes 25 de marzo de 2024 (8.2ºC)

 

Viaje a Calamocha Domingo de Ramos del 2024

Ayer Domingo de Ramos, en un día desapacible al menos para nosotros recién llegados del calor del Reino de Valencia para sacar al Nazareno y acompañar a la Dolorosa bajo los sones del Santo Cristo y jóvenes camino de la confirmación en esa joya que es el vía crucis de la villa ese que hunde sus raíces más allá de donde puede alcanzar cronista alguno. 

Manuel nos habló con orgullo de la cruz del Santo Cristo que días atrás colocaron en el exterior de la ermita por iniciativa de su cofradía. Tan es así que insistió en que teníamos que verla y no paro hasta que accedimos. Nos guio rabal arriba no fuera a ser que de vuelta a casa nos perdiésemos, fuimos de romería, ya hay otro lugar más de obligada visita en la villa. Hablaba sin parar, nos costaba seguirlo, tomar nota de todo, hablábamos de hijos, de sus padres, ósea de nosotros, de abuelos, de apodos...”Que si hombre que sí, que los tienes que conocer, lo que pasa es que no os acordáis”

Y seguía hablando, es lo suyo, eterno Manuel, llevamos toda la vida escuchándolo y afortunadamente no damos síntomas de cansancio alguno, de esto y de lo otro, aprendemos a su lado, siempre lo hemos hecho. Mi hermano lo mismo le daba la razón que le hacía rabiar, son quintos y él puede hablarle de tú a tú, yo soy el pequeño y aun no se me permite hablar más de lo necesario en la cuadrilla. Ellos conversaban de piedras, niveles y plomadas, lo mismo que podrían hablar de sextantes y astrolabios. Yo escuchaba y trataba de aprender.



Mientras el cronista para sus adentros no dejaba de echar la vista tan atrás tanto como podía, al menos cincuenta años, que se dice pronto, cuando en los atardeceres de la primavera en el Barrio, refugiados entre los porches de los maestros de la calle Escuelas, Rebollo del mismo modo que hacía hoy Domingo de Ramos nos guiaba y nos hacía levantar la vista y mirar cara la luna llena donde para nuestro asombro al cabo de unos segundos señalaba donde se encontraba el cohete de los rusos al acecho pegando vueltas y luego el de los americanos posado sobre la luna, tal y como había dicho el parte de las tres. Por fin Manuel concentrado, chupándose el dedo alcanzaba la hazaña y lograba ver al astronauta americano saliendo del cohete y paseando presto a arrancar el Rover. Fijaos, no perdáis ripio, en cuanto de otro salto os aviso, tenéis que verlo.

Y lo vimos, claro que lo vimos, sin telescopio alguno, yo y todos los que estábamos a su alrededor, apóstoles de su palabra, ver para creer, todo un privilegio poder gozar de uno de esos pequeños detalles que te brinda la evangelizadora compañía de Manuel desde la infancia. 

Ayer vivimos otro de esos  momentos y mi hija Cecilia lo capto maravillosamente, escuchábamos y mirábamos una vez más con atención a Manuel, ojala nunca perdamos la inocencia que nos brindan los encuentros, como cincuenta años atrás, como en tantas ocasiones ayer nos dio de nuevo un recuerdo eterno.

Todo es cuestión de fe. Google, corrobora que vimos desde Calamocha a los astronautas caminar por la luna.

Nationalgeographic Apolo 16 Lanzamiento: 16 de abril de 1972

Alunizaje: 20 de abril de 1972, Cráter Descartes

Retorno a Tierra: 27 de abril de 1972, Océano Pacífico

Tripulación: John W. Young; Charles M. Duke Jr.; Thomas K. Mattingly II

El principal objetivo de la misión fue investigar la superficie lunar en el área de las tierras altas de Descartes, la cuál se consideraba representativa de gran parte de la superficie de la Luna. Fue la quinta misión que llevó hombres a la Luna y también la segunda en la que se empleó el  LRV. Los astronautas recolectaron muestras, tomaron fotografías y realizaron varios experimentos entre los que incluyó el uso por primera vez de una cámara / espectrógrafo ultravioleta en la Luna.

 Continua:

Habíamos madrugado...

martes, 5 de marzo de 2024

La Belle Époque de Olalla

 

Alla por noviembre de 1968 escribía Labordeta en Lucha: “español y aragonés, Benjamín Jarnés, tan olvidado por todos, que un día habrá que sacarlo a flote”. No es que este cronista llevado por las circunstancias de vidas pasadas se haya propuesto hacerlo siendo como es una tarea nada fácil, si bien lo intentara. “La vida es una cadena de fracasos: hay que admitirla así.” Escribió resignado el olvidado, prolífico y nada fácil autor de Olalla.

En realidad, don Benjamín vino al mundo un poco mas arriba en Codo allá por el año 1888 Su padre sacristán y sastre consta que aun teniendo dos trabajos tuvo bastante tiempo libre pues engendró 22 hijos en dos matrimonios. Benjamín fue su hijo número 17, muriendo en Madrid en 1949 “El júbilo verdadero sólo se adquiere a costa de un dolor vencido.” Murió tras haber pasado mil y una calamidades por el exilio y por la vida. A sus padres repartir cariño a tanto hijo les resulto complicado. “Puedo asegurar que nadie, nadie, puso nunca mucho empeño en asomarse a mí. Mis padres no repararon en mí” En 1900 entro en el seminario, las sotanas no le convencieron, en 1910 se jopó a la mili en Barcelona y se hizo sargento del cuerpo de intendencia. Un trabajo cómodo. Fuente de ingresos con la cual iniciar su pasión por escribir. De vuelta a Zaragoza y como militar de profesión estudio magisterio. Débil de salud, caso con Gregoria Bergua en 1916, sus biógrafos dicen que no tuvo hijos.

Empezó a escribir y publicar sin descanso, libros que la crítica elogiaba y casi nadie leía, junto con un puñado de biografías y artículos con los que lograr algún ingreso. Tuvo correspondencia con la flor y nata de los intelectuales del momento. En ella reconoce cuando le preguntan por qué dejo el seminario, que no sabría responder, lo mismo con el ejército. Seguía su camino y lo seguía solo. Las cosas se hacen porque si, no es necesario dar explicación alguna. Uno es lo primero. Sus estudiosos afirman que en sus novelas siempre hay algo autobiográfico. De ser así, sus muchos personajes o él mismo llevaron por un tiempo una vida entretenida de flor en flor que solía acabar en accidente, borrón y cuenta nueva. Por ejemplo, El Convidado de Papel termina con un nacimiento, dando así al traste con la vida planificada de Arturo, o Julio, o Benjamín quien sea, decidiendo empezar de nuevo “debí matarlo, pero no sé odiar”. Vaya usted a saber. Lo que si se puede asegurar es que era enormemente culto, lo leía todo, su escritura lo refleja, por momentos resulta compleja, apasionado de la mitología, a veces aburre, otras es harto entretenido.



La crónica que vengo escribiendo en torno a Calamocha trae parejo lo autobiográfico. La vida de mi familia cien años atrás paso un tiempo por el horno de Olalla y la calle de la Iglesia. Leo a Jarnés sin descanso desde el verano pasado, en su obra parece olvidarse de Codo y hacer de Olalla el paraíso. Allí Mosén Pedro, su hermano, su protector, su padre, ejercía de cura. Allí murió y quedo enterrado en 1926. Cuentan acudía los veranos el joven Benjamín quedando prendado de sus mujeres, Olalla debía vivir en aquellos días toda una Belle Époque. Su ultima visita parece ser fue en 1927. Si bien otro de los hermanos, Abel Jarnés, siguió acudiendo, también sargento de intendencia, articulista y escritor de lo religioso.   

Leo Lo rojo y lo azul, Paula y Paulita, Eufrosina o la gracia, Constelación de Friné,  Locura y muerte de nadie, Cuentos del agua, Venus Dinámica, El profesor inútil, Teoría del Zumbel, obra que se desarrolla a lo largo de siete días en el balneario Aguas Vivas, (Alhama de Aragón) donde los chopos son un personaje más.

Sigo comprando sus libros, viejas ediciones. Ya no se publica a Jarnés. Uno trae el sello de la Universidad Autónoma de Madrid, ¿será un libro robado? Me niego a pensar que la universidad lo vendiera por falta de lectores. Otro el sello de la biblioteca de San Esteban de la Litera ¿Cómo habrá ido a parar a la tienda donde lo compre en Madrid? Otros traen firmas y fechas de sus antiguos lectores. Un domingo en la plaza la Seo encontré dos cuadernos jarnesianos del Instituto Fernando el Católico. El vendedor fue honesto. “Casi estoy por regalártelos, los tengo hace tiempo, nadie los quiere”

En fin, lo dejo, hay más libros en camino. Mientras espero leo una vez más Mosén Pedro.

 

El Comarcal del Jiloca 29 de febrero de 2024