Reseña
CANCAN es el último libro de
Francisco Rubio y Pilar Cernuda lo ha prologado de un modo tan magnifico que
poco o nada queda por añadir. De hecho debería copiar y pegar lo escrito por
ella y bastaría. Son una delicia las líneas que dedica al autor y a su obra.
Imagino que al leerlas por primera vez abrumado el autor se sonrojaría, “se llama Francisco, no se llama Jon, dice
que es catedrático de matemáticas, no de literatura. Tal vez en realidad sea un
espía, un agente doble dado que tan bien parece conocer ese mundo. A
veces las cosas no son lo que parece, ¿o si?.
Para empezar, no es su último
libro, en realidad Cancan, es una trilogía, donde se engloban en algo más de
trescientas páginas las novelas ya publicadas de Donostia y Estación Paris junto
con la inédita El Parque de
Cișmigiu que da fin a la trilogía. Al menos la primera y la segunda pueden
leerse por separado, tienen vida propia por así decirlo y no hay excusa para no
leerlas. No así con la tercera, pues sin conocer las anteriores no se
comprendería.
Jon Lauko en su cariñosa
dedicatoria firmada meses atrás en la presentación de la novela en Daroca, (Jesús
Blasco estuvo allí atento y con el encargo de recoger mí libro), me advertía, vuelve a leer las primeras novelas, no vayas
al final de la historia. Intenté hacerle caso, pero no pude, ¿para que están
los padres o los maestros? si no es para desobedecerles, a mitad de Donostia,
cuando mas estaba disfrutando la memoria me jugo una mala pasada y me hizo
recordar el desenlace por su parte Estación Paris aún me seguía rondando por la
cabeza.
Y me fui a las páginas finales, a
la última entrega, al desenlace, a leer El Parque de Cismigiu.Llevaba meses
por no decir años esperando el momento, así que de nada me servía el consejo
del autor. Entre mis manos un buen puñado de paáinas que como todo lo que
escribe Jon Lauko quizás saben a poco pero no hay duda de que es su justa
medida. Novela matemáticamente negra de principio a fin. No puedo ser objetivo ni ser
imparcial y me da lo mismo. Soy de Albónica,
como el autor y todo lo que huela a granero a Calamocha me entusiasma. Si
alguien lo duda, que se haga con ella y lo compruebe por sí mismo, es fácil, se
puede comprar online en unos cuantos sitios, también en ebook.
La novela es magnífica de la
primera a la última página, hablo de las tres, y la tercera en concreto me
parece magistral, emotiva y tierna, llena de guiños al triangulo de la infancia
que le vio nacer en Teruel (Albarracín, Caminreal y Calamocha) punto final a
unas vidas, su alter ego entre ellas, que fueron pasando frente a unos
protagonistas que parecen tener el destino de todos nosotros en sus manos, al
tiempo que son incapaces mínimamente de saber donde están.
¿De qué va la novela?, muy
sencillo, de eso que tanto nos gusta, de buenos y malos, de dobles vidas, espías,
militares, amores y gente normal que va de un sitio a otro. Unas veces se meten
en problemas y otras se los buscan por que todo se echa de menos. Poner cara a
los protagonistas y lugares es fácil, basta con recordar todos y cada uno de
los telediarios que vimos a principios de los ochenta, terrorismo, golpe, atracos. La España de Lauko, la
España de la transición.
La escritura fluye y te emociona,
te hace ir de un lado a otro con absoluto rigor, en capítulos mínimos en letras
pero grandiosos en descripciones y hechos, de modo que es sumamente fácil sentirte
protagonista e inevitablemente tomarle cariño a todos y cada uno de sus
protagonistas, y querer saber cómo acaba a toda costa. Jon Lauko es el único
autor que me quita el sueño, creo que con eso esta todo dicho, te sientas a
leer y no te levantarías hasta terminar la novela.
A leer
PD Ahora toca esperar entre otras
cosas la deseada reedición de la novela Barrendero,
enterrador, Ferroviario, con Calamocha, la Albónica de Jon Lauko como protagonista, esperar también sus recuerdos de la niñez que de
vez en cuando podemos leer en el Facebook y que bien podrían conformar un libro
algún día, esperar cada sábado para
seguir a Cela por las calles de Barcelona… como lectores, siempre queremos más.
FIN
Operación Calat-Darawca
Daroca 17 de enero de 2018
Bajo un frio de los de antes, Jon
Lauko recorre a última hora de la tarde la calle Mayor de la ciudad camino
de un lugar seguro a resguardo de escuchas y miradas indiscretas. La Biblioteca
de la cuidad.
Lleva la maleta cargada de
libros, mal día para pescar, esta vez no se le ocurrió otra coartada mejor que
presentarse como escritor en lugar de pescador y piensa si no se estará
volviendo mayor, pero qué hace allí, cómo se ha dejado arrastrar hasta ese
bello rincón del Jiloca en pleno invierno. Viene movido tal vez por la
nostalgia de volver a ver a sus camaradas de tantas y tantas misiones. Esta
todo helado, en apariencia llega a presentar su última novela CANCAN, allí lo
espera Eduardo Radio, quien le saludará con la vista nada más
verlo y le dará cobertura a su plan.
Al entrar observa a su
presentador sobre la mesa del escenario, todo en orden, le devuelve el saludo
con la vista y sentado discretamente en las últimas filas descubre la oronda
figura del Comandante Chándal, L´Enfant terrible de Albónica, el motivo real de
su visita y con quien unos minutos después charlará, olvidadas cuentas pendientes, en la firma de libros, dará
novedades y recibirá instrucciones.
Todo estaba minuciosamente
planeado. Días y días de insomnio para ese momento. Pero algo llama su
atención, e inmediatamente le dice que no va bien. La cabeza le da vueltas,
todavía no entiende que pasa, ¿por qué no hay nadie más?, ¿dónde está Emilita?,
¿qué le habrá ocurrido?, ¿por qué hace tanto frio? ¿y los demás y el público?.
Ella debería estar, su cicerone. Empieza a comprender, los mensajes, su
redacción, esas comas, el uso de los artículos, alguien ha suplantado a Emilita
o algo peor.
El viaje desde Barcelona ha sido
larguísimo, no es fácil llegar hasta donde ha llegado en unas horas cargado de
libros de tren en tren y de autobús en autobús, si ella no aparece, todo
empieza a cuadrar, le habrán tendido una trampa y habrá caído, como un ratón en
su ratonera. Ya es tarde para salir de aquella Biblioteca. De pie, en el centro
de la misma siente el aliento del Comandante Decatlón a su espalda mientras
busca ayuda, pero su buen compañero Eduardo Cid, ha desaparecido.
Momentos después a través
Telegram en Valencia el Sr Brotons recibe un escueto mensaje. “LO TENGO”
Albónica 7 de abril de 2018
El Sr Jarbe se ha citado con el
Sr Brotons en el local de moda, el Amariello, no se fía de su interlocutor,
quiere tantearlo y estar rodeado de gente es una garantía, ver cuáles son sus
intenciones, que tiene a cambio y que puede ofrecerle. La Operación Cancan en Darawca
fue un éxito y debe cobrarla, pero enero ya queda lejos y quizás es el momento
de dejarlo, ahora él tiene un prestigio que mantener, el JAR(*) carece ya de sentido, no quiere terminar como
el bueno de su amigo Francisco Rubio y compañía.
Vámonos, ordena. Caminan hacia el
Peirón y se detienen sobre las baldosas del Triángulo del Frio, el Sr
Batallador no dice nada, tan solo se ríe y le baila la panza, y el Sr Brotons
se teme lo peor, es allí donde han ido a parar Lauko, Eduardo y Emilita, no hay
duda, están bajo las inscripciones de las lápidas de Teruel, Molina y
Calamocha.
JB manda entrar al Burger San
Roque. Y el Sr Brotons se deja llevar con cautela que le abra el camino, saluda a unos y
a otros, y busca una mesa apartada. Aquí lo tienes, todo tuyo dice el bueno de
Blasco y le da la última novela de Jon Lauko CANCAN, te la lees y me la
cuentas… ya estas tardando. Y en tono calmado al tiempo que desafiante
continua: me debes veinte euros y pico, saca la cartera, menudo frio pase aquel
día de la presentación en Daroca, para que luego digan de Calamocha. Y todo por
tus caprichos.
Rack, se oyó el cerrojo fácil de
reconocer de una vieja Luger antes de
sonar un último disparo. Recogió el dinero y se marchó, nadie vio ni oyó nada.
(*) JAR Jarbismo Armado Revolucionario.
(*) JAR Jarbismo Armado Revolucionario.
FIN
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