miércoles, 6 de julio de 2011

Los Geraneos.


Mi abuela, en medio del corral cual patio cordobés, rodeada de flores por los cuatro costados, corral donde cualquier cosa hacia las veces de maceta, soperas, botes, terrizos, ruedas en el suelo, tinajas de la conserva,… eran su pasión, de hecho la única,  junto con el ganchillo, las abuelas, no perdían el tiempo, vicios no se conocían, todo había de ser práctico, o casi todo, con los brazos en jarras, desolada, a punto de llorar, habría dicho: 

Mecagüen la puta de oros, que no haya manera niña, de tener las flores, conforme dios manda, con lo bonitas que estaban, que daba gozo verlas, que llamaban la atención, no te creas que no es gorda esta, que cuando no son los cabrones de los gatos, son las zorras de las  gallinas que saltan, y si no la puta piedra, ¡Santa Bárbara bendita!, y si no las jode el frio, redios que sanantonada más grande, copón bendito, todo el año cuidándolas, para nada… 



 Y yo, a una distancia prudencial, libre ya de culpa y pena, pensando, si solo son flores, qué más da.

Afortunadamente mi abuela, no llego a conocer la araña del geraneo, el taladro, el bicho ese, que de unos años a esta parte, como todo lo malo, ha llegado para quedarse, … y cuando menos te lo esperas, te lo encuentras en el tronco del geraneo, por más que fumigues a titulo preventivo, cada tanto…. El acabose.

Heredada su pasión por las flores, ahora soy yo, quien con los brazos en jarra, ve como el mundo se le viene encima al contemplar los geraneos, me siento como mi abuela, la verdad, no sé qué hacer… 

Si ya nadie tiene flores en los balcones, todo el año cuidando de ellas, para terminar así… No hace ni cuatro días, Feliciano, se rendía a la evidencia: 

Oye niño, pero tú que les das a los geraneos, para que tengan ese color, si te fijas en los míos, dan pena, y eso que son hermanos de los tuyos, que me los dio Fermin como a ti cuando se fue, aunque a ti te dio los mejores,  y los tienes llenos de flores y verdes, y a todo el sol que les casca a los tuyos, chiquillo  ese balcón que tienes, eso es una maravilla, eso no se paga con dinero, y yo todo es traer abono y tierra de allá del puerto, que a mi parece que es lo mejor, y no hay manera, asi que dime que les echas, y donde lo compras

Un poco de Growel de Massó, le dije, en el agua cada dos semanas, media  cucharada de café por cada cinco litros, mano de santo como veras,  en Leroy Merlin lo puedes comprar, de todas formas ahora te doy un poco…

Pasaron dos semanas y en la terraza de Feliciano, se obro el milagro… aquello parecía un vergel, la huerta de valencia allá por San Juan,… una cosecha tras otra, una flor tras otra… 



Y un  par de días después. Nuevamente, el acabose. 

Niño, ya te he visto en la terraza metiendo mano en los geraneos, en los de Salamanca, en los de Calamocha, … da igual, los mios los tengo llenos del puto gusano que se los come, ha sido engordar para morir, … tienes algo para joderlos a esos mal nacidos,  o me voy al Leroy Merlin a ver qué hay de Masso.

No te preocupes, ahora te doy veneno de Massó, para que no dejes ni uno, ya le ponía mi abuela sabes, y no veas cómo funciona, le metes una buena rociada,  y no te haga duelo cortar y replantar, que en cuatro días, los geraneos están nuevos…  cortas el tallo, tiras lo malo y después agarras el tallo, como hacían las abuelas, lo cortas en diagonal, le haces un corte, y pones un par de granos de trigo y un pelo, para que agarre.

 


Bajo los geraneos, la Doña Manuela, una de las canarias, viuda de Pajares desde hace cuatro días, trata de obrar el milagro... Y que el ilustre "El Mixto", tenga descendencia...

No hay comentarios: