Si te paras a pensar un poco y recuerdas lo que decían los abuelos cuando llegaba el frio:
“Para inviernos los de antes, caían unos hielos y unas nevadas de tres pares de … vamos que te entraba una pecigera, que no había dios que saliera de casa,.. la nieve hasta la cintura, venga a quitar paladas de la puerta y mirabas para arriba al tejao, con un metro nieve, rezando para que no fallase, y veías unos chupones en las canales, que había que ir con un cuidado de que no te cayesen encima y rompiesen la crisma, una barbaridad, hasta el Santo Cristo, el pobre, se helaba, en el corral, en las cortes y cuadras, las caballerías no podían ni beber, las gallinas, las vacas, lo pasaban jodidamente, y habia que cerrar los graneros para que no se te helase el tocino. Y nosotros, a esperar que escampase, todo el santo día sin cantearnos de la estufa y la gloria, venga que no les faltase leña, en el cuarto encerrados o en la cocina, por que en el resto de la casa no se podía estar, allí amodorraos, que te entraba una filosera, una balaguera, … Entonces si que hacia frío, ahora, nada, ni aun fresco, pero somos todos ya tan señoritos”.
Si no fueran porque nuestros padres daban fe de ello, y aportaban sus propios recuerdos, hubiéramos pensado que nuestros abuelos eran unos exagerados, que de buena fe nos mentían más que hablaban por mal de entretenernos, que no hacían sino contarnos otro cuento más para que viéramos la suerte que teníamos y hacernos ver que no sabíamos valorar, aquellos inviernos tan flojos, de cuatro dedos de nieve, de algún que otro hielo, que vivíamos, ya con estufas, de gas, de luz, por todos los lados…como si fuesemos los Marqueses de Monflorite.
Ahora que llegan estas fechas, el Pilar, aun con tomates en el Ventorrillo, echas la vista atrás, pero no tanto, y dices aquello de “recuerdo un Pilar que nevó, un frío terrible, entonces el invierno empezaba antes. Ahora este tiempo da hasta malagana, si esto sigue así, unos años mas y celebraremos la noche de Navidad en la playa… ”.
Obviamente te miran raro... como si mintieses, como si les engañases, como uno a sus abuelos años atras.
Ya sé que cuesta creer, que hoy vamos en manga corta, que dormimos con la ventana abierta, pero entonces para el Pilar ya era invierno, ya se empezaba a esbrinar el zafran, y hasta nevaba… cualquier abuelo puede darme la razón, y los huertos, todos negros, quemados del hielo.
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