sábado, 4 de diciembre de 2021

Viaje a La Yunta

 

Viaje a La Yunta

“Saliendo de Calamocha pasas primero por Tornos, y luego por Bello, antes de salir a la carretera que va de Daroca a Molina, Y 8 km antes de llegar a La Yunta hay que salir de la A211 y entrar en la GU418. No te pases el desvío”

Tales fueron las indicaciones y efectivamente no tenían pierde que me dio José Antonio Floría. Escritor, recolector de palabras, músico, autor del best seller Así en la tierra como en el suelo del cual escribí tiempo atrás. Obra en la que dio cuenta de su heroica infancia vivida en la villa que le vio nacer. Llamado sin duda aun a más altas metas cuando relate la crónica de la nueva vida de su incomparable y bello pueblo con aquellos niños, en su mayoría emigrantes en Barcelona, camino hoy de la jubilación, de nuevo como protagonistas.

Se trataba no solo de conocerlo a él, si no de ver mundo. Y un diez de septiembre, día de San Nicolas de Tolentino a la hora del café y el guiñote previa a la del arrastrao perrero llegamos a la villa castellana donde la primera alma que vimos resulto ser la del calamochino de adopción, casado en Rubielos de la Cérida con Pilar, el Maestro Albañil Paco, hijo del alguacil de la hermandad de La Yunta echando los cimientos de una nueva casa; De modo que bien puede llevar a estas alturas cuarto y mitad construido él solito de la nueva villa, todo con un gusto exquisito. La tarde fue una sorpresa continúa, viendo más grúas levantadas a pie de obra que en todo Calamocha. Junto a él nos aguardaba nuestro anfitrión.

Entre el Torreón, la Virgen de la Cabeza y la Virgen de la Soledad atravesado por el Royo parece residir de alguna manera el secreto de la eterna juventud a decir de los años y muchos que acumulan en la flor de su vida sus pocos habitantes. Lugar donde el silencio reina de tal manera que pareces estar a un peldaño del cielo. Tierra de paso donde quedarse, de noche a buen seguro puedes tocar las estrellas, todo es llano, todo es ancho, o estrecho según quien mire, sus huertos pequeños, otrora llenos de vida como en todos lugares, ahora andan cerradas sus puertas de madera y perdidas sus llaves también de madera, su riego fue a caldero, pozal o cubo por que el arroyo nunca dio para nada mas que para dar vida a una tierra acogedora entre el frio del invierno y el calor del verano. Habrá que volver en enero cuando todos sus habitantes cojan en un autobús. Sin tienda, pero con bar tienda, un pueblo como dios manda si no fuera por la ausencia de niños; aquellos cuya vida relato nuestro famoso guía, su mejor embajador.



El lavador y el abrevadero donde los peces hoy son de colores, ni barbos ni truchas de antaño y el pato solitario. El paseo junto a los chopos aun verdes, “será bonito en otoño” comente, “el verano debería ser eterno aquí” contesto José Antonio. Detener el tiempo, la vida, de eso se trata ¡si pudiéramos! el molino, la iglesia cerrada, pero con llave cuatro portales más arriba y las vistas desde lo alto del torreón donde no subí por temor a encontrarme con San Pedro y reclamase mi alma.

Paso la tarde y andamos más que en San Roque admirando una villa enclavada en Castilla con la mirada perdida en tierras aragonesas. No pensábamos encontrar una maravilla así. Quedamos para el verano que viene, lleve el libro para que me lo firmase y a cambio me entrego una edición mas cuidada con el encargo de regalar el mío a un tercero, (Serafín Catalan sería su destinatario. Por cierto, le encanto).

De vuelta a Calamocha, si algún día nos perdemos, advertimos a nuestras hijas, no tenéis nada mas que acercaros a La Yunta, entre el eterno silencio de las tierras de la Laguna allí donde abandonaron en una ermita al pariente mas lejano que podamos recordar y el país del Jiloca donde vino a parar.

 

 Publicado en El Comarcal del Jiloca 26 de noviembre de 2021

domingo, 21 de noviembre de 2021

Calamocha noviembre de 1918 Fiestas de San Roque

 

San Roque en Noviembre:

Noticiero, noviembre de 1918

Calamocha

En honor de San Roque

Pocos pueblos como este han merecido del Señor por la intercesión de su Patrono San Roque el extraordinario favor de verse libre del contagio de la gripe que tanta consternación y espanto ha sembrado en gran parte de las familias españolas. Agradecido el pueblo a don tan singular y especial, una comisión respetable compuesta de los buenos abogados don Mariano Ribera y José Maria Fuentes; don Pedro Arambuena, señores Benedicto, Valenzuela, Parrilla y señores curas D. Juan A Mollat, D Manuel Condón, y don José Sanz interpretando los vivos deseos de los vecinos recorrieron en petición todas las casas de la villa y sin negarse un vecino siquiera han colectado hasta el presente 544 pesetas con 70 centimos, que estan depositadas en casa del señor cura, y se emplearan para honrar a San Roque los dias 29 y 30 del corriente en los cultos siguientes:

 

Día 29: Por la mañana comunión muy numerosa a las ocho, a las nueve y media, misa solemne con expuesto, que tocara y cantara la orquesta de la Catedral de Teruel, compuesta de quince números y sermon que predicara el M I Sr Don Antonio Boj, Dean de Teruel.

Por la tarde procesión que recorrerá con la imagen de San Roque todas las calles de la población, entrando en las iglesias del Santo Cristo del Arrabal, y de las Religiosas Concepcionistas, sintiéndose por la orquesta una salve a la Virgen, en cada una de las dos iglesias.

Llegada la procesión a la parroquia se entonara un Te Deum en acción de gracias.

Dia 30: Por la mañana comunión numerosa como el día anterior y misa solemne a nueve y media.

Por la tarde procesión solemne para dejar a la imagen de San Roque en su iglesia y sermon final en la misma.

Corresponsal

 


Pero el hombre propone y Dios dispone, ¿o es al revés?

 

Según puede leerse en las actas del ayuntamiento de aquel año, cronológicamente:

 

Suspender la fiesta de San Roque anunciada por el cura para los días 29 y 30 del actual (Noviembre) hasta tanto la comisión de festejos no se ponga de acuerdo con este ayuntamiento ya que en nada han contado con el mismo en atención a la circular del 14 de octubre último.

En fin, las actas resultan una lectura entrañable, en una caligrafía en este caso envidiable del trascurrir de aquel año de 1918 en Calamocha

 

 

viernes, 5 de noviembre de 2021

Amigo

 

Cuarenta años atrás en medio de la calorina de una tarde de agosto en pasando sanroques me jope con mi tío Blas cara el Poyo. Andaba aún por esporriñar camino del instituto leyendo a Gabriel Jackson (La república española y la guerra civil 1931-1939) por saber un poco las trochas. Similares lecturas a derecha e izquierda me acompañarían hasta que dije basta y las dejé descansar en paz en la falsa lejos de la gloria. 

Le había enviado desde Francia por navidad una misiva con cuatro letras a su amigo Lázaro para que le aguardara dándole recado de que en verano pasaría a dar vuelta. Mi tío se comía el camino con esos pasos que solo quien roza los dos metros puede dar, disfrutaba de cada piedra que pisaba, de cada mota de polvo que levantaba y respiraba, se capuzaba, se amorraba en los caños solo por sentir el agua y cascaba con todo quisqui sin parar de reír. Lo escudriñaba todo y en cuanto guipaba entre panizo y patatera algún compañero en quintas iniciaba la conversación. 

Se nos irían dos horas cara el sol del Poyo. “¿Eres francés?” Le preguntaban, “de papeles” contestaba, “nací en Torrijo, hermano de Rosa la del Casimiro, me jopé al acabar el jaleo”. Yo asistía asombrado a una conversación tras otra, todas parejas, luego venia el ardor guerrero, yo estuve en tal sitio, yo en tal otro, y lo inevitable, habían luchado juntos, uno frente al otro por salvarse. Se hablaban con tal cariño y respeto que a uno en su total ignorancia le costaba entender. “¿Y ande vais con este bochorno?”. “A ver al camarada Lázaro, fui su carcelero”. Dijo mi tío retomando el camino al tiempo que se me paro el corazón, ¿pero a qué íbamos? “Tuvimos suerte, quien más perdió es quien murió”. Todos se declaraban perdedores y yo un gabache que hizo el resto del camino acoquinao. 

Por fin encaramos el Poyo costera abajo cuando nos topamos con un rolde de quintos y vuelta al trajín, otro capazo, a ponerse al día, alegrase de vivir y recordar a los que faltaban. Finalmente, uno de ellos nos guio hasta casa de Lázaro. “Lleva unos días con mala jerga a ver si echa el mal pelo fuera” nos advirtió. Mi tío, abrió la puerta, empezó a dar bullas y al verlos abrazarse y llorar se me fueron los males. “Te estaba esperando maño, me se hacía largo”




Blas quiso conquistar Aragón montado a caballo en la Columna Durruti, pero volvió derrotado a Barcelona y cuando los comunistas mandaron a mi ver se negó a ir al frente y quedo en la retaguardia a cargo de prisioneros. Era alto, fuerte, sonriente, camandulero, tenía don de gentes, guapismo, quiso aprender a tocar el violín, ser modelo y además era de Torrijo. “Cada vez que llegaban presos me mandaban a recibirlos, a estajarlos y preguntaba “¿alguien de Monreal de Calamocha? Muchos callarían por miedo, pero Lázaro y otros que ya no recuerdo no. Te desvivías por darles avío en una trápala tras otra, sacando chuscos y latas, mañana pedirán voluntarios, no salgas, es para picar, o sal comeremos bien”

“Nos mandaron monte abajo para asegurar el paso, de bancal en bancal, no se veía un alma, pero a escape echaron a sentirse tiros sin saber de ande venían y llover metralla. Nos tiramos como gabaches al suelo con el culo preto y los nuestros empezaron a cascarle, no te podías cantear o te mataban los de abajo o los de arriba. No pegamos ni un tiro. Al cabo la santísma se hizo el silencio. Sacamos una camisa blanca y nos rendimos sin saber a quién. Hubo suerte, dimos con buena gente, nos pudieron dar matarile, pero no lo hicieron y así fue preso. De haber sabido que iba a ser tan fácil y que me iba a topar con tu el primer día que me mandaron repartir estopa me hubiera rendido de punta cabeza”.

                                                  Articulo publicado en El Comarcal del Jiloca 29 de octubre de 2021

 

miércoles, 20 de octubre de 2021

Agosto de 1901 Calamocha declarada Pais. Blasco Ibañez no pudo asistir

 El 14 de agosto de 1901 Calamocha era reconocido como país por Heraldo de Aragón. Don Vicente Blasco Ibáñez tenia previsto pasar aquellos sanroques en la villa.

Aquel año iba a ser un San Roque por todo lo alto con la presencia en la villa de Don Vicente Blasco Ibáñez entre otras muchas cosas líder del movimiento republicano en Valencia, director del Diario El Pueblo y en ese momento con escaño por la Unión Republicana en el Congreso.

Y venia de la mano de su amigo y mano, valga la redundancia, derecha el calamochino Don Adolfo Beltrán Ibáñez Para ello se habían preparado un cómodo viaje que pasaba por hacer escala la noche de antes en Teruel capital, pero la cosa empezó a torcerse desde el primer momento.

Los de Teruel conocedores de la intención del calamochino y amigos los invitaron a pasar la tarde noche en la capital, y así hablar de lo suyo, la república, venían un tal Blasco, (aun era pronto para llamarlo Blasco Ibáñez) Soriano, el doctor Lloret, que finalmente no pudo ir, y Beltrán, de modo que pidieron al ayuntamiento fuese la banda de música municipal a recibirles como dios manda, perdón, como se merecían.

No hubo banda, por temor a altercados, que los recibiera, pero si multitudes, a la hora de la llegada de los excursionistas republicanos.

Blasco Ibáñez se multiplico como le pedía su sangre aragonesa y pidió aplausos para las ideas, no para las personas. Triunfo también en sus palabras Adolfo Beltrán, banquete en los Baños de la Huerta, jotas, y en paz y armonía, en olor de multitudes sin altercado alguno.

Y a la mañana siguiente vuelta a la dura realidad cuando lo excursionistas republicanos tenían previsto subir al tren con destino a Calamocha, llegaron instrucciones de volver a Valencia, concretamente a Algimia de Alfara donde debían inaugurar esa misma tarde el casino republicano. En contra de sus deseos regresaron a levante.

Mientras don Adolfo Beltrán no quiso perderse San Roque y se subió al tren en sentido contrario cara su país natal: Calamocha

Blasco Ibáñez, recuerda la memoria calamochina, pasaría mas tarde por Calamocha en algún momento de su vida, de los muchos en los que tuvo que echarse a correr y esconderse para ponerse a salvo en la finca del Rincón, de un modo discreto, sin multitudes como habría sido de haber llegado a la villa aquellos primeros sanroques del siglo XX con Calamocha convertida en pais.

 

Continuara…







sábado, 9 de octubre de 2021

Una tarde en Navarrete

 Sucedió la tarde del primer viernes del mes de septiembre pasado. Fue entonces cuando cometí la temeridad de exponer, colgar un par de docenas de fotografías, unas hechas por mí, otras del archivo de Ramona Romero y Antonio Peribáñez una vez revueltos los cajones de su casa al mudarse a Santa Margarita y hasta alguna que otra de autor por mi desconocido allá en Navarrete en el interior de su llamado pabellón multiusos, cuya fachada luce cual castillo y alberga entre la postrera sombra de cada día a los navarretinos.

Lo primero que hice fue pedir perdón. Nunca he hecho ninguna exposición salvo en el Amariello, fotos que algún día he de renovar y llegar y exponer en la cuna de don Gerardo Sancho * no sé si era lo más apropiado. Lo dicho una temeridad.

* Gerardo Sancho del Ramo (1911-2006) Fotógrafo natural de Navarrete del Río. En 1923 se marchó a Zaragoza. Su tío administrador de “Heraldo”, le buscó trabajo en el periódico donde sólo quedaba un puesto como fotógrafo. Nada se le escapaba, nada le parecía irrelevante. Testigo imprescindible de cuanto pasaba, como un incansable cronista gráfico a pie de calle. Tras su jubilación marchó a Valencia, donde falleció. (Xilocapedia)

Días atrás Isabel Moragriega me pidió fotografías. Conchi Puértolas se implicó en cuanto solicite su ayuda, mil gracias una vez más. Pendiente queda una comida y otras muchas tardes. En realidad, uno era lo de menos. Se trataba de pasar una tarde diferente, de hacer algo sin más, antes de que los agosteros se joparan y las paredes del pabellón no tengan a nadie a quien acoger a esa hora en la que el sol se recoge por Calamocha. De poner en valor primero a través de Ramon Fandos, castellonero afincado desde hace unos años en Navarrete que vivir y trabajar y hasta emprender en los pueblos pequeños es posible. Él teletrabaja como profesor de inglés y emprendedor a través de Solartint  Y de Natalia Arbues quien lo sabe todo en cuando a la indumentaria aragonesa y va y viene todos los días al Charco a trabajar. En suma, eso que nos gusta tanto, contar y escuchar historias.



Finalmente, la fortaleza multiusos se lleno y disfruto especialmente entre el trajín de la indumentaria. Mientras, fuera, con el entrañable Jesús Ariñez a la cabeza, resulto, había más gente que dentro como en las misas de antaño a las que nunca entraban los hombres. Que para eso eran hombres, no se fueran a pensar.

¿Y ahora qué? ¿Qué hacemos con toda esa gente? Comentamos con Isabel, Conchi, Visi cuando todo parecía acabar. ¿De perdidos al rio? El Pancrudo es fácil de vadear, habrá que darle continuidad. Volver. Tal vez con la figura de don Gerardo Sancho, inmensa, como protagonista, de Navarrete como un pueblo a fotografiar. Cualquier excusa será buena.

Crear un archivo del Navarrete actual. Revolver cajones una vez más. Y lograr esa instantánea del pueblo “post” pandemia, ahora que parece escampar. Tratar de retratar el próximo verano a todos y cada uno de los navarretinos. Y a esa hora en que ya todos están a la sombra del “castillo” un retrato colectivo cara la ya renovada iglesia. Guardar las fotos en el Archivo de Calamocha para exponerlas dentro de 100 años al ver por fin el puente la vía ensanchado o llegar una nueva pandemia. Terminar cada verano con alguna actividad ligada a la fotografía y fotografiar con los años todas y cada una de sus calles, casas y paisajes, los últimos huertos, pajares, eras, trastos y considera si no vas a retratar la roya y cenicienta tierra de Santa Margarita.

 

 

 

 

 

 

 

viernes, 17 de septiembre de 2021

Instrucciones para cerrar una casa en Calamocha y aguante el frio

 

Calamocha en Invierno (Sept-Mayo)

Instrucciones para cerrar una casa en Calamocha y aguante el frio *

 

1.- Cerrar la llave de paso del agua

2.- Tapar el contador de agua a conciencia

3.- Abrir un grifo para que salga toda el agua de las cañerías

4.- Vaciar las cisternas de los váteres

5.- Sacar el agua de las tazas del váter con una fregona

6.- Poner anticongelante en el agua de los radiadores o bien vaciarlos

7.- Abrigar la caldera pues esta suele estar en la corte del tocino

8.- Abrigar las ventanas con mantas sobre todo las de los antiguos graneros y aquellas que dan a la ombría

9.- A pesar de todo abrigar dentro de casa los radiadores

10.- Abrigar en extremo los grifos exteriores del corral

11.- Siempre se olvida algo, por eso, repasar las fotos del archivo (Ver fotos. Colocar cada manta, abrigo… en su lugar)

12.- Corta la luz

13.- Dejar las llaves a un vecino por si hay que echar a correr

14.- Rezar al Santo Cristo del Rabal

15.- No hacer caso de las predicciones meteorológicas, esas no sirven para Calamocha

 

*Por si nos vuelven a confinar, mejor cerrar a escape en septiembre que no esperar a todosantos

 

(La situación actual a la hora de cerrar la casa soporto Filomena Invierno 2020-21)

 

Guardar el archivo a la vista de todos, en especial de las nueva generaciones y hacerles saber de su importancia sobre todo en agosto.