domingo, 26 de julio de 2020

GERUMIN

La novela, autobiográfica en su mayor parte, se convierte página a página en toda una experiencia vital, en un constante querer tirar para adelante, avanzar sin mirar atrás, sin detenerse en un triste presente que adivinaba un futuro no menos triste. Un canto al trabajo de quienes nos precedieron, a su esfuerzo callado por tratar de dejarnos un futuro mejor, padres y abuelos, de todos y cada uno de los habitantes de Fuentes Claras, auténticos protagonistas.

Dara buena cuenta Francisco de como era la vida en aquellos años de su niñez y juventud a orillas de un añorado rio Jiloca, oficios perdidos, mujeres costureras, medico, practicante, cura, alcalde, costumbres olvidadas, fiestas, travesuras, hambre. El primer manjar que probo, la leche condesada, regalo de un moro del ejército de Franco, los viajes a un Teruel destruido previos a la muerte de su padre.

Didáctico cien por cien, requiere leer y pensar, recordar según la edad del lector, pues a los mas mayores todo les sonara y les llevara a los a pesar de todo felices años de la niñez y a los más jóvenes sin duda les costara creer que un día no muy lejano la vida fue así, un eterno mirar al cielo, con los huevos como única moneda y con un huevo frito como cena para toda una familia, comiendo más, quien mas trabajaba.

Entrañable retrato costumbrista, escrito como se habla, de un modo sencillo, cordial y ameno, a veces poético, sin rencor, sin ajustar cuentas con nadie ni con nada y que contiene muy probablemente los mejores párrafos que uno haya leído a propósito de la tan traída y llevada memoria histórica “sin política, todo va bien”.

El libro transcurrirá llegado el momento en apariencia lejos de Fuentes Claras, pero en realidad, su autor aun hoy en día “sigue allí” nunca se marchará, cuando recuerde como aquellos niños nacidos en medio de la guerra, los gerumines, en su mayoría darán la espantada, enviaran dinero a sus casas, volverán por fiestas, pero al fin y al cabo emigraran físicamente para siempre, entre ellos él, sin tierra ni trabajo. Hubo quien estudio.

Eternamente agradecido él y tantas familias, la mía también a la sagrada cabezonería de los frailes de La Salle de Monreal empeñados en que aquellos niños estudiasen, sin pedirles nada a cambio, como forma de huir de la pobreza. Y Francisco lo hizo, y aun hoy lo sigue haciendo, excelente trabajo el de aquellos religiosos, La mili, la inquietud por ser algo, las buenas personas que uno se encuentra en la vida, los estudios de practicante, después medicina, la aventura americana, la vuelta a España y llegada la jubilación, los estudios de derecho, escritor, poeta, padre, abuelo, excelente dibujante, a ratos pintor, el mismo ilustra sus libros con unos preciosos dibujos, casi oníricos. Lo dicho, un jovenzano de Fuentes Claras, donde reside el acento más bonito del Jiloca, muy a tener en cuenta, imprescindible.

Otros libros del mismo autor ademas de Gerumin, Autoedicion 2019 son:

El gilipollas nacional, Circulo Rojo 2017 Divertida obra, de caracter enciclopedico, que conviene tener a mano para su obligada consulta diria, teniemo presente que gilipollas somos todos.

Pensamientos realistas, Circulo Rojo 2017 Como su titulo indica todo aquello que se le pasa por la cabeza a cualquier que haya nacido en Fuentes Claras y alrededores.

Sinfonía de la poesía, Autoedicion 2019 Por momnetos entreñable, de caracrte poetico, contiene poemas en torno a la tierra que le vio nacer, a la Virgen de los Navarros y a la niñez.



sábado, 18 de julio de 2020

Días contados

Allá por el curso del 87 la eterna vida tranquila de Calamocha transcurría en apariencia lo mismo que hoy. Día tras día el sol nos devolvía la vida por la Dehesa, llegaba a lo más alto y bebia de la Fuente de la eterna juventud del Bosque para seguir su camino y esconderse por Santa Bárbara llevando la luz al otro lado.

Una mañana de aquellas alguien llamo a la puerta del aula de física o química sin llegar a entrar. Yo andaba repitiendo COU un mal año lo tiene cualquiera. Aquel profesor dió por terminada la clase y se marchó: “Van a cortar las acacias de la Fuente del Bosque. Voy a encadenarme con los demás”.

De vuelta a casa pase por aquel mágico lugar hoy idealizado por los recuerdos y una sombra de lo que fue. No pude acercarme, jóvenes encadenados, Land Rover de la Guardia Civil, tráfico cortado y gente apostando por llevarlos al cuartelillo, darles su merecido y rematar la faena. Creo alcanzaron a cortar una, la rápida actuación de un grupo escaso de calamochinos y algún forastero junto al buen hacer de dos o tres profesores de instituto, por aquellos años unos calamochinos más, impidieron a la motosierra su trabajo. Defendidas en todo caso, mayormente por todos aquellos para quienes el paso por el puente era mas un capricho que una necesidad.

En aquella ocasión las acacias tenían los días contados bajo el rodillo del progreso, el único, o casi, que puede con todo amen de la ignorancia y dejadez de unos y otros. Las opiniones eran dispares. Todas ellas las daban por perdidas. El trajín de coches en uno y otro sentido, la cantidad de camiones y los tractores y cosechadoras cada vez más grandes que por allí transitaban parecían sentenciarlas. Aquel único carril, la falta de arcén y de aceras, era todo un despropósito un peligro para todos en especial para los caminantes. Aún hoy lo es.

A la carretera de Morata, la más bonita del país del Jiloca le había llegado el turno, dos carriles, arcén y un puente ancho y seguro sobre el hermano pobre del puente Romano. El Ratero, puerto del Rabal sin habaneras. Resumiendo, acacias fuera, paso al progreso del siglo venidero, ese al que se oponían quienes gritaban “viva las cadenas”. Aquellos que no lo usaban en su trabajo parecían tener otras inquietudes. Visionarios soñaban con una próxima carretera del Gazapón al Rincón y por la Rambla Rija a la Atlántida de Gallocanta, otros apostaban por dejar una hilera de acacias, o una tan solo y hasta llevarla a la plaza de la iglesia donde decían en su día hubo un olmo redentor ahora que se morían también los de la Huerta Grande te abrazases o no a ellos.

A día siguiente o unos después tras lograr parar la primera tala los ecologistas de Calamocha y Teruel, de cuyo nombre como asociación no logro acordarme nos llamaron a manifestarnos en defensa de las “acacias centenarias”. De nuevo en clase de física o de química alguien llamo. El profesor les hizo pasar y dejo hablar, no tardaron en convencernos, calamochinos y no, alumnos de toda la comarca para que abandonásemos la clase y subiésemos al Santo Cristo, olimpo de la villa, para sumarnos a la manifestación y seguir apostando por la vida tranquila de un solo carril bajo la sombra del paisaje que nos legaron.

Dicen fue la primera manifestación de la democracia en Calamocha y un montón de gente, canto “no nos moverán”. Por mi parte era joven, me dejé llevar. Asistí tan derrotado como convencido de que aquello no tenia sentido y de que tarde o temprano, si no para esa cosecha, para una próxima calmados los ánimos una mañana de invierno volvería la motosierra y su infernal ruido. Siempre me contaron los mayores y les creí que contra el poder y el progreso poco o nada podía hacerse. Por fortuna las acacias, árbol de la vida, dulces doncellas de nuestras choperas puntuales en flor cada San Roque celebraran el próximo año su noventa aniversario.

 

Las Acacias en flor día de San Roque de 1994 

Articulo publicado en El Comarcal del Jiloca Julio del 2020


 Las Acacias un doce de julio de 2020


sábado, 11 de julio de 2020

San Roque en Septiembre Año 1885

Sesión ordinaria en la villa de Calamocha hoy domingo seis de septiembre de mil ochocientos ochenta y cinco. Reunido el ayuntamiento en sesión ordinaria de este día bajo la presidencia del señor alcalde don José Rivera abierta la sesión y leída el acta anterior quedo aprobada.

( )

Acto seguido el señor presidente manifestó haciendo ya bastantes días que no había defunción alguna de la enfermedad colérica por la que ha venido pasando esta población creía conveniente se cantase en acción de gracias el Te Deum de costumbre en tales casos y se celebrasen las fiestas de la Virgen y San Roque que se suspendieron en su día por la epidemia.

El ayuntamiento en la vista conformara con ( ) y la junta de sanidad local


Acordar que con objeto de dar las gracias al todo poderoso por la desaparición de la enfermedad colérica () se cante el Te Deum el domingo próximo celebrándose en el mismo día la festividad de la Virgen y al día siguiente catorce la festividad de San Roque patrón de esta villa y que el día quince se haga un aniversario por todos aquellos que han fallecido en la población durante la epidemia

Acordando al propio tiempo que desde esta fecha al pueblo ( ) en buenas condiciones de higiene. Debiendo antes los conductores de los actos asistentes presentarlos para su inspección

Se trato así mismo sobre el nombramiento de grandes jurados ( ) y al público de paso que viniera a las plazas ()

(Ilegible)

Nota:

Todos conocemos la historia, y todos sabemos que es una cuestión de fe y a pesar de ello hemos presumido cada 16 de agosto de haber sido salvados de una tragedia mayor por San Roque. Uno de los patrones de Calamocha a quien quisimos dar las gracias en primer lugar. A raíz de la epidemia de colera de 1885 tomaría casi todo el protagonismo festivo.

Aquel año las fiestas de agosto se suspendieron. Celebrándose es septiembre y dando así las gracias con toda precaución en los mismos días del Santo Cristo. Por aquellas fechas la noche de San Roque como puede leerse en el año 1884 en la plaza de la iglesia se prendía fuego a una hoguera, pero eso ya es otra historia. Recuerdos     


domingo, 28 de junio de 2020

Plaza de Toros de Calamocha. Inauguración. 1958

Guardaba la familia un par de fotografías, esta es una de ellas, en cuyo reverso ponía el lugar, el año y el motivo. Plaza de Toros de Calamocha 1958 Inauguración, En ella bien se puede ver a mi abuelo José y a la Exaltación, junto con otros muchos calamochinos, El fotógrafo debió recorrer la plaza desde el callejón retratando a toda Calamocha.



Y dicen los archivos del Ayuntamiento

30 de septiembre de 1958

Gratitud al Matador de toros Señor Marín

Seguidamente por la Presidencia se propone a la Corporación si cree conveniente se haga constar en acta la gratitud de la misma al Matador de toros Señor Isidro Marín Arnedo por la gentileza que tuvo el día 17 del pasado mes de agosto viniendo desde Pamplona para inaugurar nuestro coso taurino lidiando y dando muerte a la vez a un novillo toro destinado para este acto.

La Corporación considerando acertada la propuesta de la Presidencia y reconociendo el desinteresado y distinguido proceder del Señor Marín por unanimidad acordó:

1,- Que conste en acta la gratitud y la mas afectuosa felicitación por su caballerosidad y que para recordar tan meritorio proceder se coloque en la Plaza de Toros una placa con la inscripción siguiente:

“Fue inaugurada por el Matador de Toros Don Isidro Marín el 17-08-1958”

2,- Y que se obsequie a dicho señor con una medalla recuerdo e inscripción siguiente:

“El Ayuntamiento de Calamocha al Señor Marín 17-08-1958”



Aquí se puede leer unas notas en torno a su vida “Fue un Diestro sin suerte”, llega a decir

http://www.desdemimejana.es/2014/12/una-de-toreros.html

Isidro Marín Arnedo (1926-1991) Navarro de Tudela



domingo, 21 de junio de 2020

Páginas de vida

Sea como fuere quería haberme tomado un descanso y escribir de cualquier otra cosa que no fueran libros. Hacerlo tal vez de los días malgastados (“Días sobrantes, como la cáscara que nada aporta, que quitas y tiras” JCL) días que vamos dejando atrás con la satisfacción de creer haberlos vivido, o de los igualmente malgastados días que parece nunca vendrán como serán los de San Roque. Pero no habría sabido cómo hacerlo. Quizás por ello y tal y como anda el patio de cara al verano creí mejor seguir leyendo para poder primero pensar y después tal vez olvidar. A veces conviene olvidar, descansar.

 

“Escribo para el futuro, es decir, para releerme. Estos días solo tendrán sentido cuando hayan pasado” (JCL).

 

Ando precisamente estos días previos a ese verano por “vivir” leyendo parte de la para mi inmensa, en todos los sentidos, obra de Josep Carles Laínez (València 1970) siguiendo la acertada e insistente recomendación sanroquera de José María de Jaime: “Lo de menos es que tenga raíces en Ferreruela de Huerva. No dejes de leerlo”. Reconozco con humildad y asombro propio que hace un rato al ponerme a escribir he buscado en el mapa donde estaba una parte de sus raíces. ¿Cómo he podido olvidar un lugar como Ferreruela?. Con las veces que por allí pasé en tren y no precisamente a grandes velocidades o sentí hablar de su silo o visite con mi padre repartiendo pienso. El conduciendo la Avia, yo sin perder detalle sentado en el regazo de Manuel Colas. Hoy con su área de servicio al pie de la autovía de la que tanto me hablan los camioneros, fieles lectores. 

 

Hace un tiempo fui directo a internet y sus librerías de viejo y compré un puñado de sus libros, todos los que encontré y poco a poco fueron llegando desde media España, sin marcas de haberse leído, ni firmas, ni fechas, ni ex libris. Una pena, nuevos con olor a viejo, a bodega, a trastero de librería. Y sin más orden que el de su publicación comencé a leer. Alma, (tal vez cine negro), Deseyos Batalers (escrito en aragonés), Música junto al río (poemas), Ene Marginalia (originalmente escrito en asturiano) y finalmente La muerte del padre, libro que no recordaba haber comprado. Creo que fue otro el que pedí. Tal vez aquel librero de Asturias que me lo envío se equivocó, o bien sabía lo que estaba por suceder. 

 

Del todo fascinante, como poeta, como escritor, como autor de teatro o como articulista, me faltó tiempo entre medio de sus lecturas para buscar su rastro en la red y devorar viejos y nuevos artículos. Quien sienta curiosidad, adelante, es una forma extraordinaria como primer paso para conocerlo, no se verá defraudado, todo lo contrario, su capacidad para ordenar las palabras y darles sentido más allá del idioma en que escriba es desbordante. Sobrecogedor, balsámico, necesario.

 



La muerte del padre, 2009, es un diario donde refleja seis meses de su vida escritos en media docena de lenguas, solo al llegar al final me di cuenta que estaban traducidos al español en el anexo. En cualquier caso, no es necesario, podemos leerlo de tirón. Son los días tristes que acompañan al fin de una vida, en este caso la de su padre hace ya unos años, la enfermedad, la muerte, el protagonista y su familia, “El punt de referència de la vida no hem de ser nosaltres, sinó la resta de la gent”. Uno de esos libros tristes con la muerte de un ser querido como protagonista cuya lectura te recuerda lo frágiles que somos nosotros y cuantos nos rodean.

 

(A mi padre derrotado por la vida en un cáncer tras otro. Calamocha, diciembre de 1936-Castellón, mayo de 2020. Gracias) (Articulo publicado en El Comarcal del Jiloca)


viernes, 12 de junio de 2020

Calamocha 1918 entre la "Gripe" y la solemnidad de San Roque

Según puede leerse en las actas del ayuntamiento de aquel año, cronológicamente:


Llega la gripe en el primer trimestre:


Que se publique un bando para hacer saber al vecindario que los días 24, 25 y 27 del actual de dos a tres de la tarde se procederá a la vacunacion y revacunacion obligatoria en la casa Ayuntamiento según mando del médico titular.


Parece que la vacuna hace efecto y las fiestas de agosto se celebran con normalidad


Que se celebrara la festividad de San Roque con la solemnidad de años anteriores y que a la misma se le abona 120 pesetas


Y también las de septiembre aunque para estas no queda dinero. ¡ Mi pobre Rabal!


Que se celebre la festividad del Santo Cristo del Arrabal con la misma solemnidad de años anteriores


Y por cierto debieron ser unas fiestas, las de agosto, por todo lo alto pues triplicaron el presupuesto inicial. El cura debía ser un ser esplendido


Aprobar la cuenta de los gastos de la festividad de San Roque presentada por el señor Cura y otros que importa 305,90 pesetas


Avanza el año cara el frio y la cosa se pone seria


En virtud de la circular del sr Gobernador civil a petición del del Concejal don Carlos Martín, suplicar al señor Alcalde la urgente necesidad de que se reúna la junta de Sanidad para que aporte las medidas necesarias sobre higiene y salubridad publicas


Y se tomas más medidas


Que con motivo de la epidemia reinante denominada “La Gripe” y de las medidas tomadas por la Junta municipal de Sanidad fueron tomadas las medidas siguientes: que se abonen cincuenta céntimos diarios al sereno municipal y dos pesetas diarias para un hombre; Los cuales estarán encargados de la custodia de los enfermos atacados el uno de noche y el otro de día, no permitiendo la entrada a persona alguna que no este autorizada para entrar en la casa del enfermo atacado.


Y se reúnen sin parar


Que en vista del estado sanitario de esta localidad se celebrara una sesión para tratar este particular entre el ayuntamiento, junta municipal y y junta local de sanidad hoy mismo


Y como suele pasar, siempre hay quien ve el negocio


Desestimar la proposición presentada a este ayuntamiento para desempeñar el cargo de “Arastreadores de epidemias” hecha por don (,,,,) y otros en la que piden ocho pesetas diarias para cada uno, durante la enfermedad contagiosa denominada la “gripe”


Y Mosén Esplendido se queda solo cuando piensa que sacando a San Roque por segunda vez acabara con la gripe


Suspender la fiesta de San Roque anunciada por el cura para los días 29 y 30 del actual (Noviembre) hasta tanto la comisión de festejos no se ponga de acuerdo con este ayuntamiento ya que en nada han contado con el mismo en atención a la circular del 14 de octubre ultimo.


En fin, ha sido una lectura entrañable, en una caligrafía envidiable el trascurrir de aquel año de 1918 en Calamocha a través de unos cuantos párrafos.... lógicamente pasaron otras muchas cosas, pero eso ya es otra historia


Recuerdos