viernes, 6 de diciembre de 2019

Historia del Club Deportivo Calamocha


Recuerdos del Club Deportivo Calamocha en torno a una vieja fotografía


Por Carina Cimadevilla Ribes y Jesús Manuel Lechón Meléndez

 Verano del año 2019

Gracias a Jesús Blasco y José María de Jaime

 (Todos los derechos reservados)

Cuando Carina respondió a un primer correo en el cual le había hecho llegar, un puñado de archivos tomados de El Baúl de la Memoria del Jiloca referentes a su familia, junto con un retrato de los años cuarenta donde su madre, mi madre y otras calamochinas posaban con apenas unos años. Ella me envió una vieja fotografía en cuyo reverso había escrito su madre: “Papá futbolista. Calamocha”.


La emoción me desbordó. ¿Quiénes eran los protagonistas, más allá de su abuelo Demetrio Ribes?, ¿dónde y cuándo fue tomada? Casi al instante se la hice llegar a Jesús Blasco para que tratase de poner nombres a las caras. Y también se la envié a José María de Jaime. ¿Por dónde empezamos? le pregunté. Y los tres, en realidad cuatro, apasionados del balompié que no recordamos cuándo fue la última vez que vimos un partido de fútbol nos pusimos en marcha.



Y lo hicimos por una parte en torno a los recuerdos de la maravillosa fotografía de la familia Ribes Ruiz y por otra parte en torno a una primera lectura de las crónicas deportivas de la hemeroteca turolense de los años treinta principalmente escritas por don José María Gargallo Aguarón. Jugador, árbitro, cronista. Quien, escondido bajo el seudónimo de Tiburcio dio buena cuenta de aquellas primeras tardes de fútbol, tan pronto olvidadas. Muy probablemente sea uno de los protagonistas de la fotografía. Al tiempo trazaremos algún apunte de la vida en Calamocha de una persona fascinante, don José Gómez de la Serna y de Santiago, también casi con toda probabilidad retratado en la vieja fotografía junto al mencionado Demetrio Ribes de quien Carina nos contará entre la ficción y la realidad su llegada a Calamocha desde su tierra valenciana.


Tenga por tanto presente el lector que en cuanto lea a continuación encontrará de todo menos fútbol.

 
Hubo un tiempo ya olvidado del cual nunca nadie recordó nada. De ello hace ya casi un siglo que allá en Calamocha sucedían cosas extraordinarias. Una de ellas fue el fútbol a comienzos de la década de los años treinta, cuando era realmente un espectáculo, cuando se jugaba por parte de unos pocos con tanta pasión como ilusión lograban transmitir a un pueblo, a una comarca entera. Cuando no había liga alguna y se jugaba muy de vez en tanto con los equipos cercanos y lo que menos importaba era el resultado o quien marcase gol.


Cuentan las crónicas, la primera de ellas a fecha de hoy conocida, que unas fiestas de San Roque del año 1930, en el día de San Roquico se jugó el que probablemente a decir de lo escrito haya sido el partido más visto de la historia del hoy Club de Fútbol Calamocha, entonces Club Deportivo, o simplemente Deportivo. Siempre de rojo en su camiseta, de dos a tres mil espectadores, sí querido lector, ha leído bien, más de dos mil personas, dos equipos vecinos y entregados, unos luchadores venidos de la ciudad de Daroca frente a unos calamochinos, más técnicos, pero desacertados que debieron notar las fiestas y por supuesto polémica. Inevitable cuando arbitraba un aficionado local, el mismo entrenador o un representante de cada equipo en cada una de las partes.


En cualquier caso no deben entenderse aquellas polémicas con su significado actual, el fútbol era una fiesta. Ninguno de los cuatro que tanto nos emocionamos al ver la fotografía nos habríamos perdido tales partidos de haber sido contemporáneos a los protagonistas. Habríamos asistido seguro como todos, por la novedad y la fiesta que suponía, “ ver qué es eso” de ver correr en pantalón corto a un grupo de hombres.


Las crónicas, sustento de buena parte de todo lo escrito, son magistrales de principio a fin. En su mayoría llevan la firma de Tiburcio. Excelentes, soberbias, con un lenguaje tan brillante que parece conformar un idioma nuevo a mitad de camino entre el español, inglés y el cariñoso calamochino. Tras el seudónimo se escondía como ya hemos dicho, José María Gargallo Aguarón. Hijo del recordado maestro Alejandro Gargallo, quien con veinte años recién cumplidos a la par de cronista también era jugador del equipo, Gargallo en las alineaciones, juez y parte diríase, y a veces, árbitro.


Evidentemente era un apasionado del balompié de los pies a la cabeza que debía leerse las crónicas de los grandes partidos que traían los periódicos a los que tan aficionado era su padre como lector y articulista ocasional. Desde hace años en Calamocha tenemos un concurso literario en torno a las epístolas amorosas, y no a las crónicas deportivas. A buen seguro Gargallo lo habría ganado año tras año. Lo que nos contaran sobre todo él, no es deporte, sino vida, ilusión, esfuerzo en el que la recompensa no siempre se alcanza. Sin que ello signifique rendirse o enfadarse con el rival o con uno mismo. Desprendiendo su escritura espíritu deportivo a raudales. Magistral.


Se casó nuestro gran y desconocido hasta hoy cronista deportivo en 1934 a la edad de 25 años en Teruel donde comenzó a trabajar en el Banco Zaragozano, y para colmo y pesar nuestro casi un par de años antes, dejó de publicarse El Mañana. Periódico que apenas duró cuatro o cinco años y con lo uno y con lo otro se acabaron las crónicas de Gargallo y aquel fútbol amateur. Luego llegaría el jaleo, la guerra y aquellos días de fiesta y fútbol cayeron en el olvido más absoluto que pudiéramos imaginar. ¿Cómo es posible que todo cuanto nos cuentan las crónicas de aquellos históricos partidos, no jugados sino celebrados como lo que eran: una fiesta se olvidasen?


No había entonces liga y las crónicas darán buena cuenta de que en un principio no era necesaria, eran otros tiempos, sin duda mejores. El fútbol era cosa de un puñado de calamochinos acomodados, que llegaran a contar, (se podrá leer en las crónicas del día a día del club. Afortunadamente para la historia del mismo no todo será el transcurrir de los partidos, también el día a día de sus primeros pasos), con 150 socios y 50 protectores. Un primer y segundo equipo. Vuelva de nuevo querido lector a leer el párrafo, meditar y tal vez comparar con el día a día actual, del todo impresionante.


Podemos asegurar que no hay vecino de Calamocha pudiente, que no contribuya al desarrollo y efervescencia del Club


Año 1931 Junta general extraordinaria en el domicilio de don Martin Lucia


Desde estas columnas pedimos sean nombrados honorarios los siguientes señores, don José María Vicente, don Luis Tello y señor Blasco del Sastre, jugadores del primer equipo que también se han portado con el Club.


Y señores, no solo las sociedades han de dedicarse a un deporte. La junta saliente en pleno propuso lo siguiente: Presidente don Julio Negro, secretario don Demetrio Ribes, tesorero don Joaquín Benito, vocales don José Gómez de la Serna, don Pascual Serraller y don Pablo Mazón. Tiburcio


Muy a la moda de entonces el Deportivo organizará también carreras ciclistas, campeonatos de natación y pedirá la construcción de un frontón


Se asegura para septiembre u octubre, la inauguración de un frontón de postín. Todos los calamochinos contribuirán con arreglo a sus fuerzas, a la construcción de una cosa tan necesaria en todo pueblo. Golazo


Fue gracias a la gente bien cómo nació definitivamente el fútbol en Calamocha. Equipo que ya en los años veinte dio sus primeros pasos y jugó algunos partidos, de los cuales los periódicos solo nos darán el rival y el resultado. Por decirlo de otro modo, nació gracias aquellos que tenían tiempo libre. No debería ser difícil por tanto identificar a los protagonistas de la fotografía, cuando ya probablemente a tres de ellos los tengamos localizados. Junto con los forasteros, que alguno que otro debe haber. Gente de paso por el pueblo.


Forastero, palabra que en las crónicas se lee en abundancia, sin connotaciones negativas. Uno de ellos era nuestro protagonista principal con permiso del mencionado cronista, Demetrio Ribes Momblanch.





Foto: La única crónica en la que hay constancia de que los equipos se hicieran fotografías corresponde al partido celebrado el 12 de octubre de 1930 en Calamocha entre el Deportivo  y el Rapid Turolense, uno a dos a favor de los de la capital. Es posible que la fotografía sea de aquel día y estos sus protagonistas calamochinos.


Los equipos luego del disparo de varias placas fotográficas se alinearon en la forma siguiente:


Deportivo: Vicente, Tello, Muñoz, Lopez, Gargallo, Abad, Paulino, Royo, Ribes, Lucia y Benedicto Entrenador: Gómez de la Serna


A propósito de Demetrio Ribes Momblanch, su nieta Carina nos cuenta:



FUERON DOS DÍAS DEL AÑO 1931: TODA UNA VIDA

SÁBADO 28 de marzo


Ya medio amodorrado vuelvo a asomarme a la ventana para ver si la noche es clara y por fin asoman las estrellas. Necesito saber que día hará mañana ya que tenemos un partido de fútbol decisivo.

Soy jugador del Club Deportivo Calamocha, equipo de amigos, foráneos o de estas latitudes, en la práctica del balompié a tiempo parcial. No somos profesionales aunque nuestra entrega es total. Ejerzo también como secretario del club. Me eligieron el día once de enero de 1931, en la Junta General Extraordinaria, para ocupar dicho puesto; honrado me sentí y temeroso también, por si no llegaba a cumplir con las obligaciones de dicho cargo o con las expectativas que todos los compañeros habían depositado confiadamente en mí.

Desde nuestra Valencia de origen nos hemos llegado a este lugar, no tan lejano como podría parecer ni tan cercano como aparenta. Es en 1928 cuando acompaño a mi hermano mayor Francisco Ribes Momblanch para trabajar, en pos de los caminos de hierro, en la construcción de la nueva estación de ferrocarril de Calamocha y las consiguientes estructuras de la vía del tren que irá desde Caminreal- antiguamente importante cruce de caminos con el Camino Real que atravesaba la Comarca del Jiloca- hasta Zaragoza. Él acude como empleado, y yo, Demetrio, como su ayudante. Francisco consiguió estudiar  solo dos cursos de arquitectura ya que tuvo que abandonar sus estudios al fallecimiento de nuestro padre.

Fue nuestro tío Demetrio Ribes Marco, mi padrino y reconocido arquitecto de la hermosísima Estación del Norte de Valencia, entre otras muchas obras, el que nos facilitó, años ha, la oportunidad de estar en contacto con la empresa de los Ferrocarriles del Norte de España. Los Ferrocarriles de Aragón, propietarios del proyecto aunque con directrices de Ferrocarriles del Norte y capitales extranjeros y subvenciones del Estado, han contratado a más de doscientos trabajadores lo qué supone un hormigueo constante de laboriosos obreros que van de un lugar a otro y la posibilidad de hacer nuevos contactos y amistades.

Vivimos en una hermosa casa solariega en el número dos de la Plaza del Peirón de Calamocha, en la provincia de Teruel. Fue una de las casas pertenecientes al feudo de los señores de Rivera, comerciantes que fueron en otros tiempos de lana y cobre, entre otras mercaderías, y con las que hicieron su fortuna. Dicha importante casona contaba, entre su planta baja y su sótano, con huerto, cuadras, almacenes, una era empedrada y bodega. En su primer piso se halla la llamada planta noble en la que nos hemos instalado, y en el último piso está el espacio de lo que fue cambiando de uso a lo largo de los años y según las necesidades de sus habitantes: de granero a buhardilla y de ahí a desván. Por la gran extensión de la primera planta tenemos una serie de estancias desocupadas, que nos sirven para acomodar a los diferentes jefes e inversores que, de vez en cuando, nos visitan para supervisar las obras del ferrocarril.

Mi familia me cede mi propia vivienda dentro de nuestro hogar. En un extremo de la casa dispongo de dos habitaciones las cuales he adaptado a mis necesidades y en las que me encuentro muy a gusto; son un dormitorio y una cocina, con hornillo y pila. La cocina sirve a la vez de comedor y salón, como para que el calor no se enfríe en esos días duros del invierno o como para evitar que los ambientes se dispersen en demasía; de hecho, manejarme ahí resulta cómodo y fácil ya que con una mano me caliento el café y con la otra me pongo la mesa.


Foto Demetrio Ribes Momblanch   

Al mes de estar instalados mi hermano hace venir a su esposa. Fue bautizada con el nombre de Josefina Escolano pero su seudónimo de escritora es Mª de Gracia Ifach; ya de adolescente escribía cuentos y ambos forman una pareja de considerados escritores, de gran talento y muy a tener en cuenta por sus mentalidades abiertas y progresistas. Serán frecuentes los artículos de opinión o de ensayo que escribirá mi hermano en el diario La República, entre otros muchos escritos en otros medios. Llega también nuestra querida madre Josefina, hacendosa como pocas, cocinera estupenda, muy presumida, con sus tijeritas y la lima de arreglar las uñas siempre colgadas del cuello en una delicada cadena, y también de ideas adelantadas al respecto del pensar común de las gentes de esta época.

Es este un terreno singular: densos bosques, marjales y dinosaurios han dado paso hoy a una amplia estepa que se levanta en la distancia hacia las estribaciones y las cumbres de los Montes Universales, cuajados de espesos bosques de árboles centenarios. Estas son tierras de labranza, de minería, de pastoreo. Abunda el cultivo de secano, el cereal, que contrasta por sus colores con las zonas de regadío, verdes áreas de ricas huertas a la vera del Jiloca y alimentadas por las dulces aguas del río a través de las acequias, herencia de su pasado árabe.

El trabajo del campo es duro, las jornadas son largas y el tiempo por estos lares es inclemente. En verano los calores te pegan a la tierra hasta convertirte en polvo donde, si acaso, solo te protegen los tallos del cereal crecido; mucha sombra no dan pero a primeras horas de la mañana extienden las gotas de rocío, con el bamboleo de sus tallos y al son de una suave brisa, las cuales refrescan un poco el ambiente. En invierno el frío te revive a la vez que su intensidad te agota y la helada de la noche llega pronto, casi antes que su crepúsculo. No obstante, la magnífica vega de Calamocha sigue, en el trascurrir de los años, igual de rica y variada. La abundancia de los cultivos refresca en verano y caldea los fríos aires del invierno.

El día de hoy ha sido intenso y extenuante. Desde bien temprano y después de un café con leche tibia, de reciente ordeño, y dos buenas rebanadas de pan con aceite y riquísimo jamón de la zona, nos hemos puesto a trabajar a pie de obra. Había que encontrar espacio para la descarga y almacenaje de las nuevas traviesas de madera, para vía ancha, que nos traían. Como no se me dan mal las matemáticas, una de mis funciones es la del control de los albaranes de entrega y su cuadre con los materiales recibidos, lo que me hace ir siempre de acá para allá.

Hasta el ocaso no me ha dado tiempo a darme cuenta del trascurso de las horas. Toda la jornada ha sido húmeda y nublada por los chubascos intermitentes y, afortunadamente, a última hora ha empezado a despejar, lo que me tranquiliza de cara al partido de mañana. La puesta de sol ha estado velada por el correr de una gran nube, negra como el alquitrán, y cuyas postreras gotas de lluvia han dado paso a un lejano pero inmenso y luminoso arco iris; puente que, sobrevolando el rio Jiloca, parecía comunicar sus dos riberas: una de sombreadas huertas y arboledas y la otra de campos de cereales, en ese momento agostados por los fríos del invierno.

Después de llegar tarde a casa ceno en solitario embutido en conserva y dos huevos fritos, de las gallinicas del corral, con unas pataticas fritas de la huerta. Consigo sentarme en el sillón orejero que nos trajimos desde Valencia y que, regalando unas carantoñas a mi madre, me apropié en su momento.

Vuelvo a pensar en el partido. Hemos conseguido vernos un par de tardes para entrenar algo y ponernos de acuerdo en estrategias y alineación. Don José Gómez de la Serna, entrenador y árbitro a tiempo parcial, y de amplia labia, se junta con mi hermano Francisco, imaginativo donde los haya, y entre los dos nos organizan el partido. Sobre la vitalidad de mis veinte años no tienen nada que añadir u objetar. Los compañeros siguen queriendo que esté en la delantera porque dicen que mis piernas tienen buen arranque cuando me llegan los pases y que tengo certera puntería para acercar el balón al resto de los delanteros que tiran a gol.

El campo de fútbol es de piedras y de terruño molido y polvoriento, pero es dónde, al fin y al cabo, podemos practicar nuestro entretenimiento favorito. Entre tanto trabajo el ocio es importante para despejar la mente y el cuerpo.

En esta tierra de extremos el verdadero carácter se forja desde el exterior hacia el interior. Todas las pasiones están latentes, no se muestran, se intuyen pero no se ven, hasta que de repente, en un momento inesperado y sorpresivo, el sentir se derrama, el sentimiento brota y la calidez y la mirada límpida, con sonrisas extendidas, te acogen y te abrazan y te hacen sentir que perteneces a esta tierra y a tu grupo, aunque fueses forastero venido de lejos y por poco tiempo.

He conseguido sintonizar el noticiario “La Palabra” de la emisora Unión Radio; ésta suena lejana, no por la distancia sino por la calidad del sonido que, además, se empeña en ir y venir cuando quiere. No obstante, consigo enterarme de algunas de las noticias más recientes y notables. Después de treinta minutos de emisión espero al espacio musical para poder relajarme.

Ansío que llegue mañana, domingo; todos tenemos muchas ganas de jugar ya que el mal tiempo nos impidió hacerlo la semana pasada. Además, ¡he quedado con ella!

Fue hace casi un año. Un día los amigos me insistieron en que les acompañase a comer a la fonda. Nos sentamos en una mesa de un rincón. Mientras esperábamos el servicio, me entretenía curioseando a la diversidad de las gentes que allí estaban. Algunos hombres eran oscuros por bronceados, otros achaparrados de musculatura fuerte y enjuta, los había fibrosos como un junco o de hombros pesados y cuellos de toro. Mujeres habían pocas, solo las que atendían las mesas y en cocinas. De repente, una de las mocicas me dejó sin respiración: brillaba por si sola, de piel blanca y pelo negro. Marfil y ébano. Era preciosa, ¡qué criatura tan hermosa!. Nunca antes la había visto y me deleité observándola con creciente interés. Creo que me enamoré de ella nada más verla y en el instante en que la vi comer: su delicadeza al tomar los bocados, la humildad de su postura y su aparente tranquilidad hacían que toda ella desprendiera paz.

Desde ese momento solo ansié con gran intensidad saber quién era. Al preguntar, me contestaron: es la Trini y tiene dos hermanas. Ella es la menor y la más guapa. Son las hijas de Antonio Ruiz, de la finca “El Reguero”. Me comentan que la finca posee una gran era, buenas viñas, con las que se hace su propio vino, y mejores huertos y rebaños de cabras y ovejas que le cuida un pastorcillo, espabilado zagal. Plantan azafrán y una variedad de trigo creada por él, de espiga y grano más gordo, distinto del habitual. Tienen en el corral un pozo de aguas buenas, claras y frescas y una acequia que le corre al pie de la pared del campo. La madre, Martina Muñoz, es muy conocida, muy de misa, muy fina y educada, culta y de buena letra; enseña a leer a todo aquel que en el pueblo quiere aprender.

Algo debió de notar ella porque levantó la cabeza y me miró. Su mirada, de tan transparente y profunda, quebró mi aparente serenidad. Esos ojos, de espesas pestañas, me recorrieron con delicadeza y sé que entre ambos una chispa se encendió


Foto  Trinidad Ruiz Muñoz

Mi momento de paz antes del sueño ha llegado. Lienzos de traslúcidos colores me arropan; los añiles, oros y platas del atardecer me han ido cubriendo lentamente a través del balcón. Ya se van oscureciendo las habitaciones del mundo para que los humanos podamos penetrar en la esfera de los sueños. Mañana será un buen día.


DOMINGO 29 de marzo


¡Hoy hemos ganado! Ha sido un gran partido: definitivo y rotundo. ¡Tres a cero al Olímpica de Teruel!

El sol cae hacia su lecho en un ocaso esplendoroso que envuelve la tarde. Yo ya estoy preparado, ansioso de nuevo, como siempre. Al cobijo de la noche, de la oscuridad, me haré sombra con las sombras, cruzaré las huertas hasta llegar a vernos. Nuestros encuentros son posibles en las ausencias de los padres y en nuestras pausas entre trabajos y recados. Cuando la madre, de sobrado espíritu religioso, se llega a la iglesia dos o tres veces al día: si por oír la misa, o por comulgar con el párroco, o arreglar las flores, o limpiar la sacristía. Su dedicación al  “Señor”, como ella lo llama, es completa. Las faltas de su casa son reñidas por su marido, el padre de mi amada. Él siempre está fuera en los campos y cuando llega a su casa, y aunque las tareas de la casa están hechas y las comidas servidas, quiere descansar su vista y sus pensamientos, acompañado de su esposa.

Son esos momentos los que nosotros aprovechamos, en nuestra jovial juventud, para estar juntos. Me cuesta llegar hasta su casa desde la mía pues eso implica recorrer el pueblo esquivando calles, cruzando barrios, saltando acequias y trepando tapias. Oculto a ojos extraños, con miradas cautas y atentas, con pasos sigilosos, acelerados, sin prisas pero sin pausas, así me voy llegando a nuestra cita. Cualquier excusa es válida para que nos podamos encontrar: ir a buscar la leche a la cuadra, o los huevos al corral, o unas verduras al huerto, o quizá para atrancar las puertas de la casa y el patio llegada la noche. Eso sí, debe de estar todo muy bien organizado para que no nos descubran ya que su padre no quiere que nos veamos.

Ardo en deseos de rozar con la yema de mi dedo el perfil de su mejilla y el contorno suave de sus labios, de acercarme al aroma de su pelo o a la esencia de su piel. Lleva en sus ropas y en su cuerpo los perfumes del campo y del jabón de lavanda, del romero recién cogido, del tomillo, la hierbabuena y la manzanilla y de la paja fragante y seca. Cierro los ojos y aspiro, sintiéndome en la gloria. Al abrirlos de nuevo veo sus ojos oscuros, tiernos, amorosos y brillantes, tan bellamente iluminados como si fueran de luz de luna. Con su sonrisa de medio lado, y la cabeza un poco agachada, se ve tímida y coqueta, receptiva y asustada; sin miedo a mirarme a los ojos pero con miedo a que mis ojos la coman. Nos miramos, nos miramos mucho; aún en la profunda oscuridad de las noches nos vemos, pero sobre todo nos sentimos: poco a poco, cada vez más cerca, primero con vergüenza, después con ilusión, más tarde con fuerza. Ya en la corta distancia le cojo primero un dedo, después otro, más allá de los tres ya son cinco y luego son diez.

Ella me avisa:

- ¡Cuidado que nos pueden ver!

Y yo le respondo:

- No temas, estamos al resguardo del amor y sus secretos.

Cuando percibo su ligero roce en mi hombro me estremezco, me recorre como un rayo; es una brisa cercana al corazón seguida de un cosquilleo de mariposas en el ombligo. En ese toque de atención la noto preocupada y le pregunto:

- ¿Qué te pasa?

- Pues que mis amigas me han hecho una jotica y estoy nerviosa por si la oyen mis padres y por lo que puedan comentar las chismosas del pueblo.

- Pero Trini, ¡no será tan grave ! ¿cómo dice la jotica?

- La jotica dice así:

                   Labrador no lo quieres,
                   rico no lo tendrás,
              y con el hermano del ingeniero
                   chasco te vas a llevar

Yo, disimulando una sonrisa por no ofender su preocupación, le contesto:

- ¡Pues vaya par de dos! ¿sabes a mí cómo me llaman? me apodan el Saltatapias - ahí sí sonrío con orgullo y de oreja a oreja-, pero no te preocupes cariño, que nuestro amor siempre podrá con todo.

Me pregunto qué quiero hacer esta noche si soñar o leer. Escojo soñar, porque soñando palpita de amor mi alma.


Postdata: Mis abuelos se casaron a principios de 1936 en Madrid. Fueron muy felices y se quisieron siempre como el primer día, con toda su alma.


Carina Cimadevilla Ribes

A domingo 29 de septiembre de 2019


En cuanto a Ribes como jugador a decir de lo escrito por Gargallo fue un fijo en todas y cada una de las primeras alineaciones. Sabía jugar y a buen seguro había competido antes de llegar a Calamocha. Una vez en nuestro pueblo se uniría a los aficionados locales y forasteros. Jugaba de delantero, tenía carácter y cuando el equipo flaqueaba se lo echaba a la espalda y animaba a los compañeros realizando un partido extraordinario aquel día en que por fin se “inauguró” un campo propio. Al parecer nunca hizo ningún mal partido y asimismo, como casi todos, a la vez de jugador fue directivo.


Los pioneros se divertían y divertían a los demás, pero también nadaban contra corriente en unos primeros tiempos en lo que no resultaba fácil continuar y cada derrota parecía iba a traer la desaparición del equipo. Rogamos no se emocione en exceso el lector pues lo normal es que nuestro querido Deportivo terminase derrotado. Así era y es el fútbol. Jugaban bien, peleaban y perdían mientras los contrarios parecían estar a años luz de los calamochinos que por no tener, no tenían ni campo propio en sus iniciales encuentros. De hecho los primeros partidos resulta imposible saber dónde se jugaron, “en alguna era”.


Sin embargo, en ese par de años, asistiremos a la inauguración del primer campo, situado camino de Teruel a la derecha, duro, pedregoso, con algo de desnivel frente al Santo Cristo, cedido por doña Modesta Polo y hasta conseguirán tener su propia sede social en la Calle Justino Bernad 24 gracias a Martín Lucia.


Como aficionados los equipos se invitaban unos a otros y se ponían de acuerdo en las fechas, devolviéndose las visitas. Las fiestas y días señalados, solían tener su partido de fútbol, a las tres y media de la tarde en invierno y dado que era un acontecimiento novedoso si las crónicas no mienten (y no creemos que lo hagan) asistían, miles de personas, llegados de todos los pueblos de alrededor, que envolvían el campo sin dejar un hueco y aplaudían y vitoreaban a locales y forasteros por igual. Célebres fueron los primeros duelos del Club Deportivo Calamocha con el Rapid Turolense tanto en la villa como en la capital. Y la asistencia de mujeres, todas ellas guapas, era desbordante. Luego vendrían rivalidades más próximas con poblaciones vecinas.


El equipo forastero llegaba momentos antes del partido y era recibido por la directiva y jugadores. Se cambiaban en la sede social subían a los coches y llegan al campo ya lleno de seguidores. Cada tiempo del partido lo arbitraba un aficionado de cada equipo, a veces el mismo entrenador, otras uno cualquiera que conociese algo de fútbol dando igual quien lo nombrase. Y tras el partido, vuelta a bajar al pueblo a merendar. Finalmente, los jugadores forasteros eran despedidos como héroes. Fácil es comprender tras leer las crónicas porque hace tiempo que en mi caso deje de ver fútbol.


En Calamocha por aquel entonces el registrador de la propiedad se llamaba don José Gómez de la Serna y de Santiago, (Muy probablemente primo hermano, en cualquier caso familia, de Don Ramón, el célebre escritor de las greguerías). Debió vivir en nuestro pueblo prácticamente una década y a decir de las notas de sociedad de los periódicos del momento donde se reflejaban las idas y venidas de los viajeros, no vivía solo dado que lo acompañaba su familia. Quizás era algo mayor que el resto, o quien sabe si más torpe ante ellos y ya no estaba para jugar, pero sí para formar parte de la directiva, arbitrar y sobre todo entrenar. Él era quien dirigía el equipo en muchas de las crónicas que se pueden leer y muy probablemente podemos reconocerlo en la fotografía, de paisano no de futbolista, posando desenfadadamente junto a los jugadores. Más adelante podremos incluso acercarnos casi con toda seguridad a la fecha y al partido de la fotografía.


José Gómez de la Serna y de Santiago además de registrador de la propiedad escribía de vez en cuando en los periódicos y se presentaría a diputado en cortes por el Frente Popular. Y así el comienzo de la guerra le pillaría en Calamocha, en zona nacional. Se marchó del pueblo, se puso a salvo y en agosto de 1937 su casa en la calle Real se desprecinto para que la ocupasen mandos militares del ejército de aviación. Todavía puede leerse en el archivo del ayuntamiento el inventario de todo lo que dejó. Sin duda no parece que estuviera de paso en Calamocha, todo el mobiliario era de su propiedad. Lo dejo todo, también algún cuadro, una estufa de lujo, un reloj, un gran sillón, todo en buen uso, cama de matrimonio y una individual. Con lo puesto se debió marchar con su ropa y poco más. Curiosamente el inventario no reconoce la existencia de ningún libro, tal vez se los llevo o tal vez los guardaba en el despacho del registro el cual siguió activo sin precinto tras su marcha.


Unos meses antes el 21 de octubre de 1936 el ayuntamiento de Calamocha a requerimiento del Gobierno Civil de Teruel emitió un informe de todos y cada uno de sus funcionarios y al llegar a don José Gómez de la Serna y Santiago, dicho informe transmite una escueta tristeza, la inutilidad de la guerra es manifiesta. Los días de fútbol frente al Santo Cristo se habían terminado. E incluso los recuerdos de aquellos días parecieron borrarse y de no haber contado con la suerte de encontrar la fotografía y los escritos de Gargallo nos habría costado creer lo que aquellas tardes de fiesta y deporte sucedía.


Observaciones:

D José Gómez de la Serna Registrador de la propiedad se presentó Diputado a Cortes por el Frente Popular

La conducta privada de todos ellos (En la lista había alguno más) es buena sin que me conste nada en contrario

Este es el juicio que le merece cada uno al informante y en prueba de todo ello, lo firma y sella en Calamocha a veintiuno de octubre de mil novecientos treinta y seis

El Alcalde Presidente

Emilio Benedicto (*)


(*) Puede verse a don Emilio Benedicto en las alineaciones de la época del CD Calamocha a las órdenes del mismo De la Serna


En 1943 levantaron el embargo de los bienes de don José Gómez de la Serna y de Santiago, y citan las fuentes como su domicilio en ese momento la ciudad de Manacor. Había accedido a la plaza de registrador de la propiedad en 1926 y su último destino conocido en 1967 fue Barcelona, concretamente Granollers. Se jubilaría en 1969. A buen seguro su familia guarda en algún rincón olvidado parte de la historia de aquel equipo calamochino.


Con la proclamación de la República el periódico El Mañana de Teruel (diciembre de 1928-abril de 1931) dejó de publicarse y en su lugar acorde con los nuevos tiempos apareció La República. Con origen también en la capital de la provincia y cuya existencia desgraciadamente para nosotros, (los apasionados del fútbol en blanco y negro y campos de tierra), fue tan efímera con la de su predecesor. No llegó a tres años. (mayo de 1931-noviembre de 1933).

En tan republicano periódico continuarán por un tiempo las crónicas, si bien, ya tan apenas serán unas líneas. Da la impresión de que conforme avanzaba la república también lo hacía la decepción en torno a la misma y la política lo absorbía todo llevando lo demás a un segundo plano incluido el mundo deportivo y en concreto el futbolero. De hecho, unos meses después desaparece de la letra impresa toda información deportiva.

Aun así y todo, podremos leer como el Deportivo Calamocha, vive igualmente días gloriosos y convulsos a un tiempo hasta en apariencia su desaparición. Durante unos meses sus componentes se dividen tal y como hará España y asistimos al nacimiento del Athletic Calamocha, conformado al parecer por los más jóvenes. Mientras nuestros héroes en su mayor parte siguen fieles al Deportivo.

Finalmente imperara la cordura, (en realidad sucede todo tan rápido) y en un partido épico se pondrá fin a la división sin necesidad de guerra alguna entre hermanos en el ya mítico Campo del Arrabal así nombrado en las crónicas donde se enfrentarán por el Trofeo Calamocha el Deportivo y el Athletic, los veteranos frente a los jóvenes.

La mayoría de las crónicas aparecen ahora con el seudónimo de Golazo, salvo alguna de ellas, firmadas por Espinilla o el muy calamochino Tracatra y un tal López quien pone fin a las mismas. Con tristeza y desde Teruel nos llegarán las crónicas más numerosas escritas por Ramosa quien es de suponer sería trabajador del periódico además de un apasionado del fútbol y en especial de su público femenino.

Tal vez Tiburcio, Jose Maria Gargallo, siguió escribiendo las crónicas en el nuevo periódico haciendo borrón y cuenta nueva bajo Golazo como nuevo seudónimo. De no ser así lo hizo un buen discípulo suyo pues estas, aunque menos entusiastas y menos extensas, son igualmente de marcado espíritu deportivo. Divertir, pasar un buen rato, practicar deporte, el resultado siempre será lo de menos, las patadas sobran y el ganar a toda costa descartado. Siempre en tono conciliador, tanto frente a los rivales, como a todos los calamochinos, pues una parte de ellos comienza a pedir lo que parece imposible, ver ganar al equipo todos los partidos.

En la última crónica firmada por Golazo podríamos decir que hay de todo menos fútbol y suena a despedida en tanto que nombra a todas y cada una de las mujeres de su quinta que asisten al baile del Casino, ellas son muy probablemente aquellas morenas guapas y sonrientes que asistían a los encuentros de fútbol.

Debido al mal tiempo se han suspendido los festejos deportivos. El día 17 en el Casino se celebró un gran baile amenizado por una orquesta darocense, entre las numerosas y bellas señoritas que asistieron recordamos:

Maria Cruz Escartin, Amelia Benedicto, Laura Maicas, Pilarin Loma, Esmeralda Garrido,Avelina, Manolita y Narcisa Layunta, Aurelia Garcia, Tomasa Abad, Pilar Lucia, Paquita Abad, Presentación Cameo, Pilar Polo, Hortensia Martin, Mercedes Catalán, Agueda Serrano, Lolita Lopez, Pilar, Angelitos y Lola Serraller, Carmen Royo, Pepita Peris, Adela Tomas, Rosario, Gonzalez, Carmencita Lopez, Consuelo Mara, Carmen Benito, Rosita Mateo, Paquita y Guadalupe Agudo, Jerónima Miguel, Antolina Gonzalez, Rosario, Manolita y Salud Romance, Carmen Buj, Maria Abril, Rosita Villar, Maria y Carmen Caron

En cualquier caso el tiempo contado en meses, parecen años, y transcurre en el mundo futbolístico calamochino y de la provincia muy rápidamente. En apenas unos meses todo cambia. La afición va dejando paso al deporte “profesional”, a los piques, a buscar la victoria más allá de pasar un buen rato, a jugar los partidos, no a celebrarlos. Y el trasfondo político empieza a pesar.

En Teruel todo parece indicar se jugó una primera competición. Un campeonato entre los equipos punteros de la capital de modo que el Deportivo tuvo que buscar otros rivales igualmente amateurs a los que invitar y enfrentarse, Cariñena, Calatayud sin éxito, Daroca y equipos menores de Teruel entre ellos El Terror. Cuya sede social estaba en la céntrica calle de la Amargura aun paso del Torico, no cabe mayor romanticismo. A la espera de que el campeón turolense aceptase la invitación de venir a Calamocha un día señalado y tener así un partido de primer nivel. La rivalidad con el Daroca será manifiesta dentro y fuera del campo, también en los periódicos. Y los partidos cada vez más de acuerdo al fútbol moderno, más duros. A última hora llegarán los encuentros frente a Monreal.

Y así esos comienzos tan gloriosos como entusiastas, anunciados con infinitos carteles, alguno de ellos dibujado por M. Maicas van viendo su fin el público quiere más, quiere partidos de primer nivel y sobre todo desea ver a su equipo ganar. Lo cual como simples aficionados empieza a ser imposible. A su vez el segundo equipo del Deportivo compuesto por los jóvenes quiere jugar y de un modo u otro en Calamocha por un tiempo conviven (como ya hemos avanzado dos equipos) viendo los tradicionales rojos del Deportivo como parte de sus integrantes conforman el nuevo Athletic Calamocha de camiseta blanca.

Las crónicas no dicen mucho hasta el momento de cómo surgió el Athletic, pero habría que entenderlo más como una escisión de una peña sanroquera tradicional. Al fútbol solo podían jugar once y jugaban los fundadores del equipo y entrar debía ser difícil. Aún no se habla de cambios o sustituciones en los encuentros siendo como si se habla de que en las segundas partes ya nadie puede correr carentes de una preparación física adecuada.

Se fueron para jugar, como el que se va de una peña porque quiere traer otras orquestas. En unos meses unos y otros se desengañan y se enfrentan en el Trofeo Calamocha por la supremacía del fútbol en la villa. En las crónicas se podrá ver la gestación del partido, los prolegómenos con mascotas incluidas, la copa donada por un buen aficionado. Su desarrollo, resultado y su final en papel impreso, en lo que habrá sido el partido más largo jamás jugado en Calamocha. De hecho, aún está por acabar. Y muy probablemente también sea el único partido en la historia del mundo futbolístico donde uno de los equipos se presentó a jugar y jugó con el mono de trabajo. Con un mono de mecánico para ser más exactos, créame querido lector, que cuanto contamos es tan cierto como maravilloso. Si el Club de Fútbol Calamocha de hoy anda buscando una segunda equipación con la que sorprender las tardes de invierno ahí la tiene, su historia le avala.

En agosto de 1932 Golazo parece despedirse en una última crónica a la que ya hemos hecho referencia y con él desaparece cualquier noticia en torno al fútbol en Calamocha, ni siquiera Ramosa comenta nada ni en un sentido ni en otro y lo que es más alarmante el periódico La República deja de dar noticias deportivas. Dando así la impresión que en agosto de ese año tras suspenderse en apariencia por el mal tiempo el partido de San Roque frente al Calatayud el equipo del Club Deportivo Calamocha desapareció. 

En estos momentos desconocemos el por qué en tan solo unos meses, el fútbol en Calamocha paso del todo a la nada, precisamente en un año 1933 en el cual se empieza a organizar el primer campeonato de la provincia de Teruel, sin una presencia por todos deseada, la del Deportivo. Calamocha estaba sin equipo. Aquel primerizo campeonato organizado por el diario Acción, heredero de los anteriores, aun siendo su línea editorial claramente de derechas, en el seguirá escribiendo el cronista Ramosa. A buen seguro la finalización de las obras del ferrocarril y la marcha de sus trabajadores tuvo algo que ver, el mismo Demetrio dejo Calamocha.

Meses más tarde en agosto de 1933, un tal López, desde Calamocha se lamenta de la falta de un equipo de fútbol en el pueblo siendo como había sido un referente para el balompié de la provincia en el pasado y apostaba por la pronta constitución de un equipo. Y pondrán todo su entusiasmo para conseguir, formar un “once” entre nuestra juventud, logrando así apartarla del vicio y llevarnos al nivel que debemos estar, máxime cuando Calamocha ha sido uno de los primeros pueblos turolenses que tuvo un buen equipo

Pero la prensa se Teruel no era nada optimista al respecto. Y como Calamocha no puede tomar parte en el campeonato por carecer de equipo (circunstancia verdaderamente lamentable) esperamos que tan pronto como Alcañiz e Híjar designen sus delegados quedará constituida la comisión para concretar condiciones, formar el calendario, y laborar en bien del deporte provincial.

Calaceite, Puebla de Híjar, así como Calamocha, no han contestado si están dispuestos a tomar parte en la contienda.

Entendemos debe ultimarse este detalle, dando un plazo a esas localidades para que indiquen si piensan entrar a disputarse la posesión de la copa ACCION pues como todavía hay que confeccionar el calendario sería muy conveniente comenzar a realizar esa gestión.

Así como vamos, sin celebrar encuentros y sin poder hacer nada sobre el campeonato por faltar los nombres de dichos delegados, la afición al fooball va desapareciendo Ramosa

Dos largos y tristes años deberán pasar para encontrar de nuevo alguna referencia del Club Deportivo Calamocha en las hemerotecas que a fecha de hoy se pueden consultar en la red. Un pobre equipo de aficionados a quien todo el mundo parece ganar será el que podamos ver allá por 1935, unos meses antes de la llegada de la guerra y de la desaparición del fútbol. Dos partidos, dos derrotas, frente a Agrupación Deportiva Monrealense, en lo que parece más un partido de solteros contra casados que esos primeros encuentros de años atrás.



Mientras la provincia de Teruel desde la prensa seguía lanzando constantes guiños sin resultado alguno al inexistente fútbol calamochino abogando por la creación de un campeonato donde jugaran las principales localidades. Pero las diferencias entre unos y otros equipos empezaban a ser ya considerables y lo peor de todo, para jugar, había que encontrar un buen puñado de pesetas.


Sabemos existe el propósito de que tomen parte los equipos de Santa Eulalia, Monreal y Calamocha, por su proximidad con la población, pudiendo añadir parece ser que el tantas veces repetido campeonato será para hacerlo entre equipos de la misma categoría. Como nunca se ha celebrado en esta provincia un campeonato de futbol, sería muy conveniente llevarlo a cabo a fin de que no solamente se celebren encuentros, sino que esta parte de Aragón tuviese su campeón y pudiese incluso llegar a codearse con otros de su talla.


Más tropezamos, para hacer un campeonato provincial, con el inconveniente que supone la gran distancia existente entre la capital y los pueblos de la Tierra Baja.


Claro está que por encima del inconveniente de las distancias está el de las pesetas.



En Calamocha el siguiente partido del que por el momento tenemos constancia se jugaría en la primavera de 1940. Pero eso ya es otra historia tan bonita como desconcertante y merece un capítulo aparte. Llegó la guerra sobre aquellos días de ilusión tras un balón, y más tarde el olvido sobre las tardes de fútbol de los años treinta del siglo pasado. Mientras tanto: ¿Jugarían algún partido los soldados alemanes frente a los italianos?


ANEXO I

El fútbol en Calamocha (1930-1935)


Protagonistas, sin orden alguno


Vicente (Jose Maria), Tello (Luis), Muñoz, Lopez, Gargallo (Jose Maria), Abad I y II, Paulino, Royo, Ribes (Demetrio), Lucia I y II, E. Benedicto, A. Benedicto, Rivera, Palacios, Ramo, Sastre (Blasco del Sastre), Alfredo, Cucalón, Carrión, Susano, León, Grandes, Valderrama, Latorre, Parrilla, Lopez, Malo, Caballería, Esteban, Catalán I y II, Castro, Escoriaza, Loma, Saturnino, Benito, Antonio y José Corbatón, Alfredo, Pignatelli, Serrano, Emilio, Jericó, Liarte, García, Caro, Carenas, Blasco, Emilio y Melchor


Estadísticas


CALAMOCHA
Jugados
Ganados
Perdidos
Empatados
Goles a favor
Goles en contra
Deportivo
16
6
8
2
22
32
Athletic
3
0
2
2
2
4


Goleadores Club Deportivo Calamocha


Grandes 4, Sastre 2 Valderrama 1, Serrano 1


Goleadores Athletic Calamocha


León 1, Emilio 1


Partidos y resultados


19-08-1930 Club Deportivo Calamocha 2 - Sporting Daroca 1

13-10-1930 Club Deportivo Calamocha 1 - Rapid Turolense 2

09-11-1930 Rapid Turolense 2 - Club Deportivo Calamocha 3

31-03-1931  Club Deportivo Calamocha 3 - Olímpica de Teruel 0

12-04-1931 Club Deportivo Calamocha 2 - Rapid Turolense 4

04-06-1931 Olímpica de Teruel 2 -Club Deportivo Calamocha  1

15-08-1931 Club Deportivo Calamocha - El Terror de Teruel (Gana CDC)

08-11-1931 Cariñena 6 - Club Deportivo Calamocha 0

00-00-1931 Rapid Turolense - Club Deportivo Calamocha (Gana CDC)

09-02-1932 Athletic Calamocha- Athletic Teruel (Empate)

01-03-1932 Athletic Teruel 3 - Athletic Calamocha 1

06-03-1932 Club Deportivo Calamocha 1 -Athletic Calamocha 1

12-04-1932 Club Deportivo Calamocha 0- Juventud Catolica de Teruel 1

24-04-1932 Club Deportivo Calamocha  6 - Sporting Daroca 2

10-05-1932 Sporting Daroca 3 - Club Deportivo Calamocha  0

07-07-1932 Club Deportivo Calamocha  2 - Balompédico Teruel 2

15-09-1935 Asociación Deportiva Monrealense 5 - Club Deportivo Calamocha  1

07-11-1935 Club Deportivo Calamocha 0 - Asociación Deportiva Monrealense 1



ANEXO II

Alineaciones y apuntes de la hemeroteca


19-08-1930 Club Deportivo Calamocha 2 - Sporting Daroca 1

Aquel primer gran partido unas fiestas de San Roque ante “miles de espectadores”


C.D. CALAMOCHA: Abad, Muñoz, Tello, Royo, Rivera, Lucia, Benedicto, Ribes, Palacios, E. Benedicto y Paulino


E.C. DAROCA: Pérez, Moreno, Sanz, Navarro, Jimeno, Gómez, Garcia, Rubio, Yagüe, Moreno y Pascual


Los capitanes de ambos equipos se cruzan hermosos ramos de flores, (ovación), y la lindísima señorita Carmencita López Lanz, hace el “saque de honor”, aplaudiéndosele instantáneamente. TIBURCIO


13-10-1930 Club Deportivo Calamocha 1 - Rapid Turolense 2

Esta es la única crónica en la que hay constancia de que los equipos se hicieran fotos y no una sino varias, de modo que es posible que la fotografía sea de aquel 12 de octubre de 1930 y estos sus protagonistas calamochinos.


Los equipos luego del disparo de varias placas fotográficas se alinearon en la forma siguiente:


Deportivo: Vicente, Tello, Muñoz, Lopez, Gargallo, Abad, Paulino, Royo, Ribes, Lucia y Benedicto Entrenador: Gómez de la Serna


Rapid: Graff, Ripoll, Álvarez, Romero, Aranda, Herrero, Baguena, Fermín, Novella, Ferrando y Rodríguez (Goleadores Novella y Aranda)


Hay cambio de ramos de flores que entregan: el capitán del Rapid a un grupo compuesto por las bellísimas señoritas: Emilia Clemente, Carmen Benito, Jeronimita Miguel, Míguela Mateo y Marina Gargallo. El del Club a los no menos bellas y simpáticas señoritas Pilar Alcalde, Pilar Vicente, (¡Viva la Virgen del Pilar!) y Flora Lucio. TIBURCIO

09-11-1930 Rapid Turolense 2 - Club Deportivo Calamocha 3

La alineación será:


Club Deportivo: Vicente, Abad y Tello, Lucia, Gargallo y Muñoz, Ramo, Benedicto, Sastre, Alfredo y Ribes


Rapid: Galve, Romero y Ripoll, Herrero, Fermin y Aranda, Baguena, Corbalán Novella, Vicente (T) y Ferrando.


Reservas: Brun, Batanero y Martin


Dice el articulista de referencia (Gargallo) que hubo un pugilato y no precisamente por los calamochinos, Es extraño que “pegando” solo los del Rapid, ¡solo un jugador de estos! y el portero! Fuesen verdaderamente lastimados. Un Jugador


31-03-1931  Club Deportivo Calamocha 3 - Olímpica de Teruel 0

Y el Deportivo debutó en su campo a lo grande, con una histórica victoria. Fue un día para el recuerdo de principio a fin con gente de toda la comarca asistiendo como espectadores, participando de la celebración y la fiesta a pesar de los malos augurios iniciales.


Si el Deportivo pierde este partido el fútbol calamochino decaerá quizá para no levantarse más. Hay que vencer o quedar en un lugar airoso, en bien de la prosperidad del Club.


C.D. Calamocha: Vicente, Abad y Tello, Lopez, Ribes y León, Grandes, Carrión, Sastre, Gargallo y Lucía (Goleadores Sastre (2) y Grandes)


Olímpica Turolense: Martínez, Fernández y Torres, Monja, Fermin, Ripollés; Aguilar, Yus, Garzaran, Villalba, Sancho


El señor Gómez de la Serna árbitro con autoridad y acierto. El público, como siempre, correccionalismo.


Después del partido todos los jugadores acompañados de sus directivos y de algunas señoritas, se dirigieron al Club Deportivo, donde se había preparado un gran lunch.La “olímpica” ha tenido la gentileza de regalar a nuestra Sociedad, un bonito banderín primorosamente bordado. TIBURCIO


12-04-1931 Club Deportivo Calamocha 2 - Rapid Turolense 4

Días de gloria con un equipo en forma, un campo nuevo y victorias. Tan es así que todos quieren jugar contra el Deportivo, pero los calamochinos eligen la rivalidad con el Rapid. Su clásico. Los demás tendrán que esperar. Sin embargo, el fútbol es así, llega el Rapid a jugar a Calamocha frente a un Deportivo en forma, y pone las “cosas en su sitio”.


Al llegar al punto de destino, vemos la extraordinaria animación que en las calles de Calamocha reina con motivo de este encuentro.Suena el pito, impulsado por el joven aficionado José María Gargallo y los equipos quedan alineados en la forma siguiente:


Club Deportivo: Vicente, Abad., Tello, López, Ribes, Muñoz, Lucía, Grandes, Sastre, Carrión, Valderrama (Goleadores Valderrama y Grandes)


Rapid: Trople, Baguena, Ripoll, Romero, Aranda, Novella, Fernando, Baldomero, Soria, Teodomiro, Lara .  (Goleadores Teodomiro, Fernando, Baldomero y Soria) RAMOSA


04-06-1931 Olímpica de Teruel 2 -Club Deportivo Calamocha  1

15-08-1931 Club Deportivo Calamocha - El Terror de Teruel (Gana CDC)

El Terror de Teruel visitará Calamocha, es el partido de los modestos tras la derrota, ganará el Deportivo pero desconocemos el resultado


Deportivo: Vicente, Esteban y Tello, Abad, Ribes, Lopez, Grandes, Catalán, Gargallo, Sastre y Valderrama


Terror: Cano, Baguena y Pascual, Ripoll, Saez y Esteban, Bronchal, Roig, Maorad, Aranda, (P) y Velázquez RAMOSA

08-11-1931 Cariñena 6 - Club Deportivo Calamocha 0

Espinilla, un calamochino más transmite ánimo el Deportivo es invitado a jugar en Cariñena. Algo serio. Pero desde luego que cuando las cosas empiezan a torcerse


Desconocemos el equipo a formarse, pero por si lo quisieran tener en cuenta ahí va uno, y que no es flojo: Vicente, Abad y Tello, Valderrama, Ribes y Carrión, Grandes, Gargallo, Castro, Sastre y Paulino, o bien, cambiar este último con el medio derecha. ESPINILLA

El Cariñena venció seis a cero al Calamocha, además de un penalty que le regalaron.

00-00-1931 Rapid Turolense - Club Deportivo Calamocha (Gana CDC)

09-02-1932 Athletic Calamocha- Athletic Teruel (Empate)

Por Calamocha el fútbol va de mal en peor, sin embargo, Ramosa periodista turolense lo celebra como una gran noticia y se hace eco del nacimiento del Athletic Club Calamocha


 “En Calamocha ha surgido un nuevo equipo de fútbol llamado Athletic Club y compuesto por entusiastas calamochinos. Aunque en este equipo figuran algunos elementos del “agonizante” Club Deportivo no está a la altura de este debido a que son todos gente nueva” Probablemente los calamochinos que vestirán camiseta blanca y pantalón negro, alinearan el siguiente equipo.


Athletic local: Escoriaza, Paulino, León, Parrilla, Benedicto, Catalán, Lopez, Susano, Saturnino, Loma y Valerrama


Athletic Turolense: Ripoll, Paricio, Vidal, Aguilar, Pastor, González, Navarro, Casinos, Catalán L, Lafuente, Catalán J RAMOSA

01-03-1932 Athletic Teruel 3 - Athletic Calamocha 1

El Athletic Calamocha va en serio y como el circo en plena nevada devuelve la visita a sus tocayos de Teruel


Estos vinieron por verdadera cortesía ya que de Calamocha salieron con una fuerte nevada.


El resultado fue tres a uno a favor del local, y marcados por Ortiz, León marcó el de su equipo. Jugaron mucho la defensa de los nuestros y Gargallo de Calamocha RAMOSA

(Goleadores Ortiz (3) y León)

06-03-1932 Club Deportivo Calamocha 1 -Athletic Calamocha 1

Duelo al sol del invierno. Los dos equipos calamochinos se medirían en el campo, y se jugarán la Copa Calamocha por la supremacía del fútbol local


El próximo domingo día 6 se enfrentarán en el campo de deportes el nuevo equipo “Veterano” y el “Athletic club” ambos locales para disputarse la copa “Calamocha Deportiva” espléndido trofeo regalado por un entusiasta de este varonil deporte cuyo anónimo le hace ser más digno de encomio. La expectación que produce este encuentro ofrece la seguridad de verse concurridísimo el campo, para presenciar el emocionante partido que espera ser reñidísimo. Ambos equipos se saludarán con sus receptivas “mascotas”


Merece publicarse la alineación del “Veterano” que es la siguiente: Francisco Lucía, Gargallo y Benito, Antonio Corbatón, Ribes y José Corbatón, Lopez, Ramo, Alfredo, Pignatelli y Serrano GOLAZO


Muy probablemente único partido de la historia mundial del fútbol donde uno de los equipos se presentó al campo y jugó vestido con el mono de trabajo. Tracatra, única de sus crónicas, será el primero en contarnos como ya nuevamente unidos los equipos en uno solo, se juegan el prestigio y la Copa Calamocha en un encuentro jóvenes frente a veteranos donde parece quedar clara la igualdad y se firman tablas con un dudoso penalti a favor de los más jóvenes El próximo domingo se jugará el desempate. (Goleadores Serrano y Emilio)


La Copa Calamocha, el encuentro más largo jamás jugado, aún está por terminar, aquel partido de desempate sigue pendiente casi cien años después si bien los veteranos se dieron por derrotados públicamente por seis a cero, dispuestos a empezar de nuevo todos juntos.


Estos días se hablaba de una fusión Club Deportivo-Athletic Club, equipos locales, ambos por sí solos mediocres, pero que unidos podrán darnos un apetecible conjunto, digno de enfrentarse a los equipos de la provincia. El sábado se llegó por fin a un acuerdo entre las dos directivas y hoy en Calamocha no existe nada más que una sociedad llamada Club Deportivo, ya que esa es la única legalmente constituida. Llevará el mismo jersey, esto es rojo. Los elementos del primer equipo son:


Paulino, Escoriaza, León, Emilio, Ribes, Gargallo, Valderrama, Grandes, Lucia, Abad, Jericó, y Cucalón, con numerosos reservas, que entrenados serán los que constituirán el primer equipo.


Nosotros creemos un deber decir que este equipo derrotó al veterano por seis a cero GOLAZO

12-04-1932 Club Deportivo Calamocha 0- Juventud Catolica de Teruel 1

La historia seguía igual, ni aun así todos juntos, parecía poder ganarle a nadie ningún equipo calamochino, ironía a parte


No sabemos la alineación que presentaran los locales, pero creemos un deber recomendarles la siguiente: Liarte, Abad y Paulino, Jericó, Ribes y León, Catalán I, Grandes, Benedicto, Gargallo y Valderrama. Después de la fusión con el Athletic local es el primer partido que juega. Buena suerte y aprender a jugar al fútbol que ya es hora. Y el Domingo vendrá Daroca. Este último el más interesante para Calamocha será de gran emoción. GOLAZO

24-04-1932 Club Deportivo Calamocha  6 - Sporting Daroca 2

Como parecía decir Golazo “que venga el Daroca que le ganamos” Después de un partido donde se vieron preciosas jugadas por ambos bandos, terminó con la victoria del Deportivo por la diferencia de 6 goals a 2 viniendo a completar todas las esperanzas de los calamochinos y tomando la revancha del partido celebrado hace tiempo en la villa de Daroca, en la que resultó vencedor el equipo de esa localidad. MEDIO

10-05-1932 Sporting Daroca 3 - Club Deportivo Calamocha  0

El Deportivo alineó el siguiente “team”: Liarte, Abad, y García, Emilio, Caro y Ribes, Paulino, Grandes, Carenas, Gargallo y Valderrama empezando el partido con fuerte viento a las órdenes del señor Gómez de la Serna. El equipo calamochino con un poco más de entusiasmo y serenidad, hubiera vencido o por lo menos empatado. El público demasiado apasionado se olvidó algunas veces de que tenían delante a unos muchachos forasteros. ”, el corresponsal de Daroca reseño un partido en el que los jugadores del Calamocha no quedan bien parados. Es un artículo lleno de vanidad por su triunfo, donde después de alabar a sus jugadores, dice frases molestas para los calamochinos: “GOLAZO


07-07-1932 Club Deportivo Calamocha  2 - Balompédico Teruel 2

Empate, escasa emoción, y goles pocos, casi, casi, futbol moderno, nadie quiere perder


Bajo las órdenes de don Francisco Lucía se alinearon los equipos eligiendo Teruel a favor del sol. Calamocha lo hace así, Liarte, Abad y Ribes, Cucalón, Emilio, Parrilla, León, Grandes, Gargallo, Benedicto y Valderrama (Goleador Grandes (2)) A partir de empate ya no se ve casi ningún interés en los equipos, a excepción de algunos avances muy peligrosos de los balompedistas. Y cuando ya parecía que nos colaban el tercero, Lucia siempre oportuno pitó el final. Ha sido un partido falto de emoción GOLAZO


Pitido final de las crónicas de Golazo, ya no habrá más, el fútbol parecer desaparecer, aquellas fiestas al final no hubo partido, pero sí baile en el Casino, del cual GOLAZO nos da la alineación completa de las que parece ser eran aquellas morenas guapas que iban al fútbol. El Club Deportivo Calamocha ya no tendrá quien le escriba.


En agosto de 1933 Lopez, a todas luces un calamochino más, avanza el programa de las fiestas de San Roque, y se lamenta de que la juventud se haya dado al vicio en lugar de al deporte, clamando por que vuelva el futbol


Este vecindario tan amante del deporte como lo ha demostrado, siempre que se celebró algún partido de balompié, siente mucho no poder presentar estas fiestas ningún partido de football si bien espera que tanto el señor Sierra, como otros amantes de este viril deporte, volverán a interesarse por ello, y pondrán todo su entusiasmo para conseguir, formar un “once” entre nuestra juventud, logrando así apartarla del vicio y llevarnos al nivel que debemos estar, máxime cuando Calamocha ha sido uno de los primeros pueblos turolenses que tuvo un buen equipo LÓPEZ

15-09-1935 Asociación Deportiva Monrealense 5 - Club Deportivo Calamocha  1

El Deportivo Calamocha volvía a jugar un partido, algo que no lo hacía desde julio de 1932 e iba a enfrentarse al Monreal por primera vez.


Las alineaciones fueron las siguientes: C.D. Calamocha; Latorre; Abad, Blasco; Muñoz, Benedicto, Parrilla, Lopez, Lucia II, Lucia I, Malo y Caballería.


Agrupación Deportiva: Garcia; Escuin, Calvo; Gimeno, Sañudo, Sanchez; Giménez, Rivelles, Fañanas, Moya y Gómez.

07-11-1935 Club Deportivo Calamocha 0 - Asociación Deportiva Monrealense 1

La Agrupación Deportiva Monrealense devolvió la visita al Deportivo.


El equipo vencedor presento el siguiente once: Tomás, Fañanas II, Calvo; Gimeno, Sañudo, Gómez; Giménez, Rivelles, Fañanas I, Moya y Bermudez.


El arbitraje, a cargo del señor Gómez de la Serna, resultó parcial y favorable para el Calamocha.


(Gol del Calamocha en propia puerta)


Sin duda un triste final, toda una paradoja, para el último partido de los años dorados del fútbol en nuestra villa, un gol en propia puerta.

(Todos los derechos reservados)

sábado, 16 de noviembre de 2019

Camino de vuelta. Memorias


Acabada la guerra don José Sancho Cetina eligió venir al mundo en la vivienda que había en el viejo cine de la calle Cañizarejo de Calamocha. Muy a su pesar se jopo de allí al año y medio de nacer junto a sus padres a la vecina Cariñena. Y así viviría su infancia y juventud entre constantes idas y venidas en tren entre uno y otro pueblo siendo principalmente sus abuelos quienes le transmitirían el enorme amor por la tierra que le vio nacer.


Días atrás se hizo con mi teléfono y me llamó. Aunque habíamos intercambiado algún que otro mensaje a través de Facebook y comentado su libro Juicio en el Valle de los Caídos, aquel original y magnifico proyecto que hoy descansa en varias cajas a los pies de sus recuerdos en su despacho de Zaragoza, junto a un impresionante archivo vital con Calamocha como centro, fotografías, recortes, e innumerables escritos mayormente con el pueblo que le vio nacer como protagonista. Quería hablar conmigo y conocerme. Ademas tenia un regalo para mi. De paso por Zaragoza una tarde pudimos conocernos y hablar de nuestro amor por esa Calamocha que se nos escurre de las manos que conocimos y compartimos y cuyos recuerdos se desvanecen con el paso del tiempo como algo natural.


Camino de vuelta, constituye a decir del autor una novela entre la ficción y la realidad, Calamocha y en parte algo Cariñena es su protagonista. A caballo entre los recuerdos y el presente. Entre cuyas lineas puede leerse: “No tengo prisa, todo el tiempo del mundo esta delante de mi, pero si cierta impaciencia por recorrer viejos caminos, en los que mis pies de niño hicieron senda”

Narra en ella el eterno sueño de quienes un día se joparon: El deseo de volver al pueblo llegada la jubilación. Si magnificas son las reflexiones que dan sustento real al libro, el por qué de la vuelta, que hacer llegada la jubilación, si tiene o no sentido volver, como entretenerse o como evitar caer en la depresión; aun mas magnifico resulta todo cuanto nos contara en letra cursiva, los recuerdos que despierta en el protagonista la vuelta al pueblo donde nació y vivió el amor en tiempos del blanco y negro.


Constituye el libro todo un constante recuerdo de la vida en Calamocha a lo largo del siglo XX, todo un reflejo fiel de lo que fueron los días de nuestros abuelos y padres, la tierra, la guerra, la pobreza, el despertar a la vida. Lo cierto es que no echo en falta ni un solo aspecto digno de ser recordado que no lo haya hecho el autor. Absolutamente entrañables resultan de leer sus días de agostero en la siega y el retrato de su vida como aprendiz de barbero en las cuatro esquinas junto a su tío Santiago y ¡como no! el impagable recuerdo taurino a propósito de Francho y su cuadrilla de valientes, casi con toda probabilidad el último calamochino que mató un toro en nuestra plaza.

He tenido una suerte loca, don José fue realista e hizo tan solo las copias que sabia se iban a leer, en concreto trece. Doce las repartió entre la familia y la última me la regalo como si yo fuera Calamocha o el guardián de sus recuerdos. Leerla, darla a conocer, guardarla como un tesoro durante un tiempo y después devolvérsela a su legítimo dueño, Calamocha, sera mi cometido.

Próxima la despedida ante el eterno lamento de quienes un día nos jopamos, “voy poco por el pueblo”, recuerdo que me dijo. “Lo más bonito que tenemos en Calamocha es el cementerio y mira que da gozo ver el pueblo”. Cierto. A pesar del esperanzador presente siempre complicado nos gusta más mirar atrás y recordar lo que vivimos, escribirlo, y divulgarlo.

 JESUS LECHON MELENDEZ
Publicado en El Comarcal del Jiloca  Octubre de 2019

viernes, 1 de noviembre de 2019

Recuerdos del Club Deportivo Calamocha en torno a una vieja fotografía


Por Carina Cimadevilla Ribes y Jesús Manuel Lechón Meléndez

 Verano del año 2019


La historia completa podrá leerse en el último de los cuadernos del Centro de Estudios del Xiloca, y saborearse en el AMARIELLO

 

Cuando Carina respondió a un primer correo en el cual le había hecho llegar, un puñado de archivos tomados de El Baúl de la Memoria del Jiloca referentes a su familia, junto con un retrato de los años cuarenta donde su madre, mi madre y otras calamochinas posaban con apenas unos años. Ella me envió una vieja fotografía en cuyo reverso había escrito su madre: “Papá futbolista. Calamocha”.

 
Hubo un tiempo ya olvidado del cual nunca nadie recordó nada. De ello hace ya casi un siglo que allá en Calamocha sucedían cosas extraordinarias. Una de ellas fue el fútbol a comienzos de la década de los años treinta, cuando era realmente un espectáculo, cuando se jugaba por parte de unos pocos con tanta pasión como ilusión lograban transmitir a un pueblo, a una comarca entera.

 
Cuentan las crónicas, que unas fiestas de San Roque del año 1930, en el día de San Roquico se jugó el que probablemente a decir de lo escrito haya sido el partido más visto de la historia del hoy Club de Fútbol Calamocha, entonces Club Deportivo, o simplemente Deportivo. Siempre de rojo en su camiseta, de dos a tres mil espectadores.

 


La única crónica en la que hay constancia de que los equipos se hicieran fotografías corresponde al partido celebrado el 12 de octubre de 1930 en Calamocha entre el Deportivo y el Rapid Turolense, uno a dos a favor de los de la capital. Es posible que la fotografía sea de aquel día y estos sus protagonistas calamochinos.
 
Los equipos luego del disparo de varias placas fotográficas se alinearon en la forma siguiente:

 Club Deportivo Calamocha: Entrenador: Gómez de la Serna.Vicente, Tello, Muñoz, Lopez, Gargallo, Abad, Paulino, Royo, Lucia, Benedicto y Demetrio Ribes (Abuelo de Carina) 

Continuará...

sábado, 21 de septiembre de 2019

Navarrete. Cuaderno de escuela

DICTADO

Día 27 Liberación de Barcelona

Ayer fue un día de gloria para la Santa Causa Nacional de España. Nuestro glorioso ejercito liberó la capital de Cataluña. Barcelona, la que hasta ayer fue sede del marxismo español. Éxito rotundo, triunfo completo e importantisimo de las armas Nacionales que liberaron para liberaron para España la gran urbe catalana, centro industrial y comercial de primer orden y el más importante de España.

Los niños que asistimos a la escuela, una vez conocida noticia tan interesante como la entrada de los soldados españoles en las calle de Barcelona, nos reunimos frente al Ayuntamiento y en manifestación llena de entusiasmo y al frente con la bandera nacional, recorrimos el pueblo entonando cantos patrióticos y terminando con Vivas al Ejercito Español y a España con el saludo a Franco y desfile ante la sagrada enseña de la Patria.

¡Viva el Ejercito Español!, ¡Franco! ¡Franco!, ¡Franco!, ¡Arriba España!, ¡Viva España!






CARTA

Querido amigo, Con alegría inmensa hemos recibido la noticia de la liberación de Barcelona por las tropas nacionales en el día de ayer.

Aquí en este pueblo enseguida se echaron las campanas al vuelo y nosotros niños y niñas de las escuelas organizamos una patriótica manifestación llevando el jubilo y nuestros sentimientos de amor patrio por el recorrido, expresando así el entusiasmo que entre nosotros deperto tan grata noticia.

Bien merece nuestro glorioso ejercito el agradecimiento de todo buen español, ya que tantas paginas de gloria lleva escritas en esta Santa Cruzada que hace por la reconquista de nuestra querida España destruyendo las ideas disolventes que anarquizantes y separatistas que el marxismo había sembrado por doquier.

Ya me dirás los actos que en esa ciudad se realicen pues supongo que han revestido una brillantez inusitada como sabe hacerlo el pueblo aragonés para honrar a su Patria.

Sabes que te aprecia tu invariable amigo.

miércoles, 5 de junio de 2019

Retorno fugaz

En la fotografía, sobre el puente romano, a su resguardo, a los pies del rio Jiloca, acunado por sus aguas, bajo la protección de las choperas, un artista ejemplar: JOSE LAPAYESE BRUNA (Calamocha 1899- Madrid 1982) en una de sus visitas a la tierra que le vio nacer.
 
Retrato de familia y mucho más, pues todos nos podemos ver identificados y reconocernos a nosotros mismo, toda una pequeña gran obra de arte, cuya sola visión te envuelve en la tranquilidad y recuerdos del lugar, cuarto de estar de todos nosotros los calamochinos.

Todos, en algún momento hemos vuelto al pueblo, con prisa, sin tiempo para nada, a veces por compromiso, pero no hemos podido evitar dejar de pasar por uno u otro lugar, como el puente o la fuente, marcharnos sin verlos seria como no haber estado.
 
Xiloca, Colecciones de Arte, Nº2
 

 
 
¿Cómo era, Dios mío, cómo era?
¡Oh corazón falaz, mente indecisa!

¿Era como el pasaje de la brisa?
¿Como la huida de la primavera?

Tan leve, tan voluble, tan lijera
cual estival villano... ¡Sí! Imprecisa
como sonrisa que se pierde en risa...
¡Vana en el aire, igual que una bandera!

¡Bandera, sonreír, vilano, alada
primavera de junio, brisa pura...
¡Qué loco fue tu carnaval, qué triste!

Todo tu cambiar trocóse en nada
¡memoria, ciega abeja de amargura!
¡No sé cómo eras, yo qué sé qué fuiste!
Retorno fugaz, Juan Ramon Jiménez
 

jueves, 16 de mayo de 2019

El Comarcal del Jiloca XX Aniversario


Desde el origen de frio

El Comarcal del Jiloca celebra su XX Aniversario

Fue mi padre, aún hoy lector empedernido de viejos periódicos, quien nos enseñó amar la diaria letra impresa en aquellos años de la vida tranquila, cuando los periódicos iban de una casa a otra, olvidado su primer dueño, con noticias que parecían eternas y se leían sin importar la fecha de su publicación. Sus enormes hojas, sus dobles imposibles, su áspero tacto, su olor, las manos tras su lectura manchadas de tinta y el quedarte dormido entre ellas, abrazado a sus hojas, al mundo entero, eran en su conjunto todo un placer difícil de olvidar.

Fue después mi madre, quien, de un modo inesperado, consolido nuestro amor por los periódicos. Tuvo un trabajo ciertamente privilegiado como limpiadora del instituto y allí a la hora de la merienda junto con sus amigas Trini y Pili devoraban algo más que un sano tentempié, devoraban conocimiento en forma de periódicos. Los indultaban, rescatados de la papelera y les daban una nueva vida, los leían a matacaballo y tanto si había algo interesante como si no, la mayoría de las veces se los llevaban a casa. Mi madre volvía sobre las diez y decía las palabras mágicas, “Os traigo el periódico”, ¿el Heraldo, o el Lucha?, preguntábamos. Y si añadía: “Sale Calamocha” La felicidad era absoluta.

Mucho tiempo ha pasado desde entonces para todos y muchos otros periódicos hemos tenido entre nuestras manos, de comprar y leer casi a diario durante los años de estudio, cualquier cabecera servia, a lector de suplementos de fin de semana conforme me hice mayor y comencé a trabajar. Ha cambiado también y de qué manera en apariencia la vida misma, ha llegado internet, lo inmediato, lo aparentemente gratis, y con ello las prisas y la “barra libre”, y sin duda, lo peor de todo es que hoy las noticias que traen resultan tan efímeras y tan poco creíbles que se torna imposible encontrarlas. Malos tiempos para la prensa escrita.

La pregunta hoy seria: ¿queda algún periódico que se pueda leer?, que te haga sentir en buena medida lo que en su día fue el papel. La respuesta, afortunadamente para aquellos que nacimos o viven a orillas del Jiloca es, sí. Somos unos afortunados.

Es en estos momentos de celebración cuando me doy cuenta de que realmente de aquellos primeros días en los que leer cualquier periódico era un auténtico placer, tan solo nos queda en casa EL Comarcal. Su imprescindible lectura es casi una cuestión de necesidad vital, su compra es obligada cada vez que vuelvo por Calamocha, otras veces lo encargo desde la distancia, y ello me resulta el mayor de los placeres, y suelo comprar dos ejemplares, porque con uno, no tengo bastante, y los compro junto a otros periódicos en los cuales, aunque escasamente, aun confió, y todos salvo un ejemplar de El Comarcal se los doy a mi padre sin leer, y me vuelvo a Castellon con mi comarcal bajo el brazo, lo mismo que con el cañao y el jamón, y llego a casa y lo dejo sobre la mesa, y pasan los días, y las semanas y por fin lo leo, y me quedo feliz dormido entre sus hojas, al tiempo que me llegan recortes ya de números más nuevos de una u otra noticia al correo, y leo su portada en la red. El Comarcal en su conjunto me devuelve la esperanza en el papel impreso, y ese milagro del que podemos disfrutar, se torna imposible dejar de amarlo. Milagro que discurre paralelo al rio de nuestra vida, al Jiloca, entre Monreal y Daroca, abrazando a todos y cada uno de esos maravillosos pueblos que conforman algo mas que una imaginaria comarca, un modo de vivir.


Felicitar a José Antonio Vizárraga, artífice de todo esto resulta obligado, de hecho, todos deberíamos hacerlo sin dudarlo, y animarle al tiempo a continuar con ese trabajo como artesano del papel, que tiene también algo si no todo de héroe, agradeciéndole así, tantos momentos de lectura como nos ha dado, como el hecho de haberse convertido en altavoz de una tierra que como el mismo periódico parece sobrevivir en un milagro continuo.

Felicidades y gracias, por tantos buenos momentos, a pesar de que a veces las noticias, los hechos, que no por conocidos dejan de sorprendernos, no sean los que nos gustaría leer, 20 años quizás no sean nada, pero si lo son para la tierra del Jiloca, ¡por dios!, ha cambiado hasta el tiempo meteorológico en estas dos décadas, el sol a veces parece otro y el frio nos ha abandonado. La hemeroteca si algún día tenemos acceso a ella, dará buena cuenta de todo, y sin duda debe ser todo un paraíso del tiempo compartido, un placer de lectura.

Finalmente, como lector, seré egoísta, los lectores, debemos serlo, ¿cuándo nos sorprenderá con una nueva novela?, cuándo podremos ver sus películas en la pantalla grande, o en el patio de las monjas, una noche de esas en las que estemos todos, también los que un día nos marchamos y encontramos cada quince días en la lectura de El Comarcal un lugar para volver a vivir lo que fuimos, una esperanza de continuidad.

Felicidades, gracias y recuerdos