domingo, 2 de noviembre de 2025

La Chica de la Bicicleta que quiso ser Piloto

 En la muerte de Doña Pilar Bonet Pamplona, Pilarin, La Boneta

Calamocha 17 de abril de 1939 – Valencia 1 de noviembre de 2025

Apresurado recuerdo

La Chica de la Bicicleta que quiso ser Piloto


Recordaba, emocionada, añorando aquellos días de abuelos, bicicletas, avionetas, motos. Días de verano, niñez y días de Calamocha. Ella, que pudo elegir, y elgio nacer en Calamocha

A mi padre la guerra le pillo cumpliendo el servicio militar en Madrid, de permiso en Teruel, pero no le dejaron reincorporarse a su cuartel, lo reclutaron los nacionales, y sirvió y conoció como motorista mensajero al Coronel Rey D´ Harcourt. Preso por los rojos a la familia a mi madre la evacuaron a Valencia donde nos derrotaron de nuevo, perdimos dos veces la guerra, una como nacionales y otra como republicanos. En fin, nada más acabar la guerra, mi madre cogió un tren a Calamocha y allí en casa de mi querida, Tía Exaltación el parto se adelantó y llegue llorando de alegría por ver la luz en Calamocha. Entonces la Tía Paca, dijo, se llamara Pilar. Cuando vino mi padre a conocerme a Calamocha, se cabreo, primero por no ser un chico como el quería, y luego el nombre no le gusto nada, el quería Manolita como mi madre, pero ya era tarde y el no pintaba nada allí. La cuestión la zanjo, una vez calmado con las siguientes palabras ante mi madre:  “Pues es bien fea”.

La Xaltatacion salió en mi defensa y callo a mi padre, asi durante toda su vida, entre tu abuela y yo, hubo complicidad, un cariño muy muy especial siempre recuerdo que cuando iba a su casa me enseñaba la habitación donde nací

 




Te podría contar una anécdota de los vuelos Valencia - Calamocha.

En uno de ellos se atrevió a volar mi madre con la ilusión de ir en una hora a ver a su hija, a mí, y todo fue bien pero mi madre estaba acostumbrada a volar junto a mi padre y  tomar tierra en pista asfaltada, y claro en Calamocha…

El aeródromo de Calamocha era aquello como un sembrado, una era, con unos baches tremendos, tal fue el susto de mi madre al empezar el aterrizaje, que comenzó a gritar y a mi padre lo puso de los nerviosos y capotó un poco, bastante más bien, ya que se rompió la hélice que la tengo yo como recuerdo de aquellos días.

Ya sabes que las hélices no se pueden arreglar, gracias a dios,  no pasó nada solo un gran susto para ellos, sobre todo para mi madre.

Aquel aterrizaje recuerdo que a mí me pillo llegando al Campo de Aviación,  pues mi padre siempre daba un par de vueltas al pueblo, no había móviles ni aun casi teléfonos y esa era la manera de decir, ya estamos aquí, yo, todo el pueblo le veía, y yo corriendo acudía en bici a recibir a mis padres. Imagínate como me sentía.

Resumiendo el carpintero del pueblo  arreglo la avioneta, la hélice la trajo un camión nuestro desde Valencia y mi padre se volvió tan contento.

Hoy pienso que fue una locura fiarse de cómo iba la avioneta, pero mi padre, en realidad la familia, éramos, somos así

De todas aquellas historias, de aquellos días, de esos viajes, de la avioneta en su feliz camino de Valencia a Calamocha, fueron no uno si no varios los viajes que hicieron, me quedo siempre la tristeza de no haber seguido los pasos de mi padre.

Yo no fui piloto porque, mi madre que era lo contrario a nosotros, a mi padre y a mí,  gasolina en las venas nosotros, ella horchata, me lo suplico casi de rodillas una y otra vez, por Dios que no lo hiciera.

Pero si que he pilotado la avioneta, era una PIPER  EC. ADA Tres plazas, de mediados de los años cincuenta. Toda mi vida, me he arrepentido de no tener el título y volar, pues es precioso. Hubiera sido la primera mujer piloto de Calamocha.

Tiene su gracia, no estaba previsto que naciera en Calamocha, pero yo quise nacer allí. Tuve esa suerte, pude elegir y elegí Calamocha. Te cuento.

 

La habitación donde nació

La avioneta sobrevolando el puerto de Valencia