En la muerte de Doña Pilar Bonet Pamplona, Pilarin, La Boneta
Calamocha 17 de abril de 1939 –
Valencia 1 de noviembre de 2025
Apresurado recuerdo
La Chica de la Bicicleta que quiso
ser Piloto
Recordaba, emocionada, añorando
aquellos días de abuelos, bicicletas, avionetas, motos. Días de verano, niñez y
días de Calamocha. Ella, que pudo elegir, y elgio nacer en Calamocha
A mi padre la guerra le pillo
cumpliendo el servicio militar en Madrid, de permiso en Teruel, pero no le
dejaron reincorporarse a su cuartel, lo reclutaron los nacionales, y sirvió y
conoció como motorista mensajero al Coronel Rey D´ Harcourt. Preso por los
rojos a la familia a mi madre la evacuaron a Valencia donde nos derrotaron de
nuevo, perdimos dos veces la guerra, una como nacionales y otra como republicanos.
En fin, nada más acabar la guerra, mi madre cogió un tren a Calamocha y allí en
casa de mi querida, Tía Exaltación el parto se adelantó y llegue llorando de
alegría por ver la luz en Calamocha. Entonces la Tía Paca, dijo, se llamara
Pilar. Cuando vino mi padre a conocerme a Calamocha, se cabreo, primero por no
ser un chico como el quería, y luego el nombre no le gusto nada, el quería
Manolita como mi madre, pero ya era tarde y el no pintaba nada allí. La
cuestión la zanjo, una vez calmado con las siguientes palabras ante mi
madre: “Pues es bien fea”.
La Xaltatacion salió en mi defensa y callo
a mi padre, asi durante toda su vida, entre tu abuela y yo, hubo complicidad,
un cariño muy muy especial siempre recuerdo que cuando iba a su casa me
enseñaba la habitación donde nací
Te podría contar una anécdota de los
vuelos Valencia - Calamocha.
En uno de ellos se atrevió a volar mi
madre con la ilusión de ir en una hora a ver a su hija, a mí, y todo fue bien
pero mi madre estaba acostumbrada a volar junto a mi padre y tomar tierra en pista asfaltada, y claro en
Calamocha…
El aeródromo de Calamocha era aquello
como un sembrado, una era, con unos baches tremendos, tal fue el susto de mi
madre al empezar el aterrizaje, que comenzó a gritar y a mi padre lo puso de
los nerviosos y capotó un poco, bastante más bien, ya que se rompió la hélice
que la tengo yo como recuerdo de aquellos días.
Ya sabes que las hélices no se pueden
arreglar, gracias a dios, no pasó nada
solo un gran susto para ellos, sobre todo para mi madre.
Aquel aterrizaje recuerdo que a mí me
pillo llegando al Campo de Aviación,
pues mi padre siempre daba un par de vueltas al pueblo, no había móviles
ni aun casi teléfonos y esa era la manera de decir, ya estamos aquí, yo, todo
el pueblo le veía, y yo corriendo acudía en bici a recibir a mis padres.
Imagínate como me sentía.
Resumiendo el carpintero del
pueblo arreglo la avioneta, la hélice la
trajo un camión nuestro desde Valencia y mi padre se volvió tan contento.
Hoy pienso que fue una locura fiarse de
cómo iba la avioneta, pero mi padre, en realidad la familia, éramos, somos así
De todas aquellas historias, de
aquellos días, de esos viajes, de la avioneta en su feliz camino de Valencia a
Calamocha, fueron no uno si no varios los viajes que hicieron, me quedo siempre
la tristeza de no haber seguido los pasos de mi padre.
Yo no fui piloto porque, mi madre que
era lo contrario a nosotros, a mi padre y a mí,
gasolina en las venas nosotros, ella horchata, me lo suplico casi de
rodillas una y otra vez, por Dios que no lo hiciera.
Pero si que he pilotado la avioneta,
era una PIPER EC. ADA Tres plazas, de
mediados de los años cincuenta. Toda mi vida, me he arrepentido de no tener el
título y volar, pues es precioso. Hubiera sido la primera mujer piloto de
Calamocha.
Tiene su gracia, no estaba previsto que
naciera en Calamocha, pero yo quise nacer allí. Tuve esa suerte, pude elegir y
elegí Calamocha. Te cuento.


