
Cataremos las longanizas con denominación de origen, cuatro morcillas, tajadas las justas, algo de lomo y dejaremos curar un jamón para la navidad del próximo año si no cae para San Roque, que sera lo más probable. Nada de chorizos, a los que hace años les perdimos el tino.
Tal y como esta el tiempo, no cale más, no hay que tentar a la suerte por más que haya más días que longanizas.
También en esto el cambio climático tiene su parte de culpa, y se deja notar, no hiela, no hace aire para que todo se joree en el granero como dios manda, si te descuidas hace mas calor que en primavera y a lo peor se echa niebla … asi que solo falta que mates un tocino y tengas que comértelo a mata caballo para que no se pudra, que las cosas, enseguida huelen, y es una pena maña.
Comer todos los días garufo, pues hombre, ya no tenemos edad, y en esto como en todo vamos dando ya el mango.
La foto en si:
Las morcillas siempre fueron muy delicadas, a nada que una se descuidaba se reventaban, se pasaban de punto, … toda una responsabilidad que solía recaer sobre la mondonguera mas veterana, espumadera en mano y con agujas en el delantal bien a mano, y paciencia, mucha paciencia.
En la foto la Abuela “Xaltación” en plena faena en casa del Tío Antonio a principios de los 80, lustro arriba, lustro abajo, cuando ya se dejaba de hacer el matapuerco en casa y se compraba en el matadero ...