lunes, 17 de diciembre de 2018

La noche del frio -30º Calamocha 17 diciembre 1963

Nota

A quien por una u otra circunstancia, bien por la curiosidad, bien por el rigor,  llegue hasta aquí sepa que la temperatura oficial del 17 de diciembre de 1963 ( la cual comúnmente los apasionados de la meteorología conocen como el récord oficial de temperatura mínima de España registrada en lugar habitado) se tomo en el Aeródromo de Calamocha, obvio es el decirlo, termino municipal de Calamocha, y para entendernos aun mejor a escasos cien metros de su estación de tren o quinientos del celebre Restaurante Mariano y Manolo de sobras conocido por otro récord, el de la mayor cesta de navidad de España



Heraldo de Aragón. Cartas al director diciembre de 2021


En Calamocha se registró la temperatura oficial, la que consta en los registros oficiales de AEMET, y fue tomada por los militares del Aeródromo situado a unos escasos 50 metros de la estación de tren o 300 metros del viejo matadero de Calamocha su silo de cereal o el conocido restaurante de la cesta de Mariano. Los restos de su caseta meteorológica aún son visibles como el mismo cuartel aun en pie.  

Firmado el parte por el Cabo Juan Cano, jefe de meteorología cuyo testimonio de aquel día pueden escuchar en la fonoteca de Radio Calamocha, junto al del soldado Serafín Catarán y otros más. De allí el parte de temperatura se enviaba al Parque de Viveros en Valencia dado que Calamocha pertenencia a su región militar.

Por su parte ya en el término de Fuentes Claras a lo largo de 1963 comenzaron a trabajar en periodo de pruebas personal civil que se encargarían del VOR, guiar a los aviones, una vez cerrase el Aeródromo de Calamocha, y aun tardo varios años en cerrar, entendido el cierre como tan solo ausencia de militares, pues siguió en activo hasta los ochenta. 

Los aviones necesitaban saber la temperatura en tiempo real al despegar de Madrid o Barcelona razón por la cual se instaló una estación meteorológica en Fuentes Claras así cada vez que despegaban llamaban para preguntar en especial en el turno de noche dado que el aeródromo ya solo hacia el turno de día.

Entre la carga de trabajo del personal civil entre 1963 y mediados de 1964 según puede leerse en la misma no estaba el tomar la temperatura oficial tan es así que lo que luego seria AEMET tuvo que proponerles el tomarla, el hacerse cargo de la estación y pagarles por hacerlo. Una vez llegaron a un acuerdo lo hicieron.

En abril de 1964 el cabo jefe de meteorología Juan Cano iba a ser trasladado, pero antes se desplazó hasta Fuentes Claras para instruir in situ a los civiles en la toma oficial de temperatura, precipitación, presión, horas de sol… para que estos pasasen a ocuparse de la estación oficial y fuesen ellos los que registrasen los datos oficiales y enviaran a Viveros en Valencia las mediciones. 

Todo esta perfectamente documentado en el Archivo de Calamocha y en la fonoteca mencionada.

Desde mayo de 1964 los datos oficiales de la Estación de Calamocha se tomarían en Fuentes Claras hasta 1984 cuando vuelve de nuevo al termino municipal de Calamocha. Donde los primeros datos oficiales de su estación datan de 1933.


(Para cualquier información, articulo, entrevista. Contactar por privado)

También puede hacerlo a través de 

Radio Calamocha - Cope Jiloca






En la fotografía aérea, el lugar exacto donde se registraron los 30 grados bajo cero del 17 de diciembre de 1963 en el Aeródromo de Calamocha, termino municipal de Calamocha. Observatorio Meteorológico. Caseta del Gonio



Este año comenzaran las obras del Polígono Industrial Antiguo Aeródromo de Calamocha. En la fotografía lugar exacto donde se registraron los -30ºC Serafín Catalan sobre las ruinas de la caseta de meteorología y coordenadas que da el móvil. (Mayo 2021)



Y a continuación una serie de fotografías tomadas en todas las direcciones desde el centro de la caseta




Vista hacia el este


Al fondo a la derecha el Cuartel del Aeródromo visto desde la caseta meteorológica 


Al fondo casco urbano de Calamocha


Al fondo el viejo matadero y el silo de Calamocha


Sin embargo, recordemos que en su día no fue noticia ni para nadie, ni casi en ningún lugar.




Así resumía el tiempo del año agrícola Sept 1963- Agosto 1964 el Calendario Metereo Fenologico de 1965 aquel año de los 30ºC bajo cero en Calamocha

"No hubo grandes fríos"


Casi una década después en 1971 fue noticia




LA HISTORIA CONTADA, LA HISTORIA RECORDADA

De niño creces oyendo a las personas mayores contar que un día el termómetro del campo de aviación del Aeródromo de Calamocha, (termino municipal de Calamocha) cuando aun había militares, marco 30 grados bajo cero.  

Años después, llegas a la universidad y ver que en el primer manual de Geografía General de España que decides comprar así lo reflejan, que aquel mero recuerdo le interesa a alguien mas y tiene su importancia, es algo que no se te olvida, como tampoco se les ha olvidado a las personas mayores, a aquellos militares que tomaron la temperatura de los 30 grados bajo cero en Calamocha y la comunicaron a Viveros en Valencia, registro oficial.

 





GEOGRAFIA GENERAL DE ESPAÑA ARIEL GEOGRAFIA Manuel de Teran, I Solé Sabaris y J Vila Valenti 1987 

 
El aeródromo de Calamocha se inaugura en 1929 y el primer parte del que por ahora hay constancia es del 1 de enero de 1933

La tradición popular recuerda que una primera "estación" (aficionada) pudo estar ubicada junto al rio en la finca del Castillejo

Ver listado con los lugares y fechas donde ha estado ubicado el Observatorio de Calamocha  al final de la lectura 



 




(A su vez estamos tratando de tener acceso a los datos meteorológicos de la Legión Cóndor)


Al acabar la guerra las instalaciones "se modernizan" y se dota al aeródromo de un gonio, donde se ubica a su vez la nueva estación meteorológica y comienza una nueva serie de datos conocidos que se alargan hasta mayo de 1964, probablemente incluso algunos meses mas.




RESUMEN MENSUAL 

DICIEMBRE DE 1963 

OBSERVATORIO AERODROMO DE CALAMOCHA 

Termino municipal de Calamocha 

Firmados por el Cabo Juan Cano

Pueden escuchar su testimonio aquí y leerlo a continuación



Juan Cano Jefe de Meteorología Aeródromo de Calamocha 17 diciembre de 1963 30 grados bajo cero 











Calendario AEMET 1965 CALAMOCHA




CALAMOCHA AMPLITUD TERMICA de récord

70 GRADOS 

Si una estación en este caso  Aeródromo de Calamocha tiene la menor temperatura mínima, récord absoluto de un lugar habitado en España, casi resulta lógico pensar que tendrá a su vez el récord de la mayor amplitud térmica registrada en España para eso que se reconoce como lugar habitado







Amplitud entre los 39 grados de máxima del mes de agosto de 1962 y los -30 grados bajo cero de diciembre de 1963 (Aeródromo de Calamocha (Calamocha))

(JOSE MARIA CAPEL MOLINA Ritmo anual de las temperaturas en España 1998)


Volvamos a la noche del 17 de diciembre de 1963 y leamos el siguiente testimonio de aquel día Serafín Catalan, soldado de aviación


Cumplí el servicio militar como voluntario en aviación. Fueron dieciocho meses. Me incorpore en Valencia, Tercera Región Militar, en septiembre de 1962 y jure bandera en Xirivella tras lo cual me destinaron al Campo de Aviación de Calamocha, donde llegue el 20 de octubre de 1962, licenciándome el 20 de marzo de 1964. El año de la helada, el 17 de diciembre de 1963 yo estaba allí.

Éramos unos veinte soldados, en realidad, diez y diez, pues un mes estábamos de servicio y otro de permiso. Cada soldado tenia su trabajo dentro del normal funcionamiento del campo y necesidades del ejercito. Y entre esos trabajos estaba el de tomar la temperatura, siguiendo las indicaciones de la Región Militar.

Yo tenía asignado oficialmente el trabajo de defensa química, así tal cual lo digo y cuando aterrizaba un avión, debía estar atento con los extintores por si había un incendio. Vi llegar tres avionetas en toda mi mili. Entre ellas la de Don Luis Polo Julve, o al revés los apellidos, no lo recuerdo, un Coronel de Aviación que era de Torrijo y "aparcaba" allí la avioneta y luego se subía al pueblo en coche.

Un soldado por turno se encargaba de tomar la temperatura cada mañana en la estación meteorológica que había en una garita en el centro del Campo de Aviación donde estaban los controladores de meteorología de cara a los aviones, y se media cada día a las seis de la mañana.

Los meteorólogos eran soldados como yo que una vez habíamos jurado bandera los mandaban a Viveros en Valencia para hacer un curso de seis meses de meteorología, y así cuando volvían a Calamocha eran ellos los responsables de la garita y de tomar la temperatura y todo lo relacionado con ello según los reglamentos.

En mi turno aquel año del hielo, era el Tutú, quien estaba de servicio y por tanto era el encargado de tomar la temperatura, el era un soldado de la parte de Valencia representante de los detergentes Tutú en la vida civil, de ahí su apodo, del nombre ya no me acuerdo. El fue lógicamente el primero allí en ver lo que marcaba el termómetro la noche del hielo en el campo de aviación y al ver los 30 grados bajo  se fue corriendo como pudo lleno de emoción y frio desde la garita de la que aun hoy  pueden verse los cimientos, al edificio principal a contar lo que veía. Y los pocos que estaban allí fueron a ver lo que marcaba el termómetro, aquellos 30 bajo cero del 17 de diciembre de 1963 allí en la garita del ejercito del Campo de Aviación de Calamocha.

El VOR paralelamente en aquellos tiempos se iba poniendo en funcionamiento pero entre sus cometidos no estaba en aquel momento el registro de temperaturas, poco a poco y así desde uno o dos años antes de aquel día del frio, a principios de los sesenta, cuando ya se decidiera cerrar el radiofaro del Campo de Aviación de Calamocha, lugar donde poco a poco había ya casi tantos civiles como soldados, comenzó a funcionar paralelamente, de modo que ya hasta el final  convivieron los dos. Bastante tiempo aún pues mi quinta no fue la ultima en hacer la mili en Calamocha, aun hubo otra y probamente otra más. 

Entre los soldados también estaban los choferes, y su destino consistía en bajar a Calamocha con el Citroën y coger a los trabajadores civiles del VOR y llevarlos y traerlos, pues allí estaban presentes las veinticuatro horas del día en tres turnos para el control de los aviones ya por radio, así que cada ocho horas había que ir a llevarlos y traerlos. Mientras el horario del Campo era de seis a diez de la noche.

El día de la helada, llegue al Campo a las nueve de la mañana y subí en bicicleta, aprovechando los rastros entre el hielo del Citroën, la noche de antes baje andando a casa y casi no llegue, había veinte centímetros de nieve, por eso helo tantísimo aquella noche, me tape con todo lo que pude, tan solo se me veían los ojos, las cejas y las pestañas se me helaron, no podía cerrar los ojos cuando entre en casa y corrí a calentarme al fuego.

Aquella mañana al llegar, todos estaban comentando los 30 bajo cero, como vieron la temperatura y como se convencieron de lo que veían de lo que marcaba el termómetro de la garita del Campo de Aviación de Calamocha aquel 17 de diciembre de 1963 Que hiciese frio no fue noticia y alcanzar los 30 bajo cero, algo que nunca se te olvida.

SERAFIN CATALAN

Puedes escuchar su testimonio oral aquí (Fonoteca Radio Calamocha) 

 

El soldado encargado de la defensa química en la actualidad Suyo es el recuerdo

















Emplazamiento garita 
Emplazamiento de la garita meteorológica


Por aquellos días en que llegamos a los 30 bajo cero en el Aeródromo de Calamochajunto al valiente del soldado Tutu, estábamos otros muchos más y hoy quiero recordarlos, el fue como ya te dije el primero que vio lo que marcaba el termómetro en la garita del Campo de Aviación y el primero que la apuntaría donde tuviese mandado. Ya sabes que en el ejercito todo se apunta montones de veces y así lo haría él donde fuese hasta que siguiendo la cadena de mando, llegaría a Viveros en Valencia a donde pertenecíamos finalmente y de alli al resgistro en Madrid, y quedo así registrada en el Boletín del Servicio Meteorológico Nacional del Ejercito del Aire, como ya puede verse, menudo día aquel según se puede leer, - 11 bajo cero de máxima y - 30 bajo cero de mínima, que pasamos en el Aeródromo.

Pero también sucedieron otras muchas cosas en el día a día, no todo fue el frio de aquella noche que durante años olvidamos y que apenas tienen importancia, cosas dignas de recordar. Te cuento.


Brigada Román Diaz de Gerñu (Foto Familia)

Había un cabo primero llamado Juan Cano el era el Jefe de Meteorología, el responsable único del Observatorio y un sargento, que vivían allí mismo en las casas del campo, que pena da hoy ver todo y yo como subía y bajaba todo los días al pueblo era el chico los recados para ellos, y bajaba las medias de sus mujeres para que en el Rabal, las Mantecas les cogieran los puntos.

Había entre nosotros un civil llamado Sahuquillo, destinado a poner en marcha el VOR cuando los soldados se fuesen y la máxima autoridad era un Brigada, llamado Román Diaz de Greñu quien vivía en la pastelería de Clemente Catalán que era su suegro, allí en la Calle Real y muchas veces pasaba a buscarme por casa y me subía con el en la moto “Serafin, me decía, te voy a cortar el pelo”.



El guarda era Pascual Agudo, que estaba en el radiofaro para emitir la radiofrecuencia y Rafael Alpuente estaba de ayudante y al tanto de que el grupo de electricidad funcionase para cuando en días así de frio y nieve no nos quedábamos sin luz. 




Manuel Agudo 

Su testimonio


Como chico de los recados también me encargaba de comprar en el pueblo, cada semana en una tienda, ordenes son ordenes, había que repartir, el pan una semana en la Morería en Ateza y otra semana en la otra, y era una barra de pan por persona lo que me hacían comprar, y la carne y todo igual, repartido entre todas tiendas, para tener a todo el mundo contento.

A veces mataba mi madre en casa un conejo o un pollo y yo lo subía y los de Valencia nos hacían paella para todos, y que buena estaba, y para la Virgen de Loreto, patrona de la aviación, menuda fiesta se preparaba, el diez de diciembre con todo el frio se celebraba y se invitaba a los padres de los soldados y subían gente del pueblo a cocinar. Me acuerdo que siempre llamaban a la Tía Marceliana, la madre de Isaías, por que los soldados no estábamos para cocinar ese día, bota va, bota viene.

No se hacían guardias al estilo de otras milis, había unos cuantos Mauser tapados con una manta, pero ni los tocábamos, el mantenimiento del campo lo hacían las ovejas de tío Isidro Corcuera que era quien lo tenia arrendado y se lo comía. Que tiempos tan felices, a pesar del frio.

Antes que yo por allí pasaron Inocencio Casamayor, Paco y José Algas, Francisco Hernandez, el Solanilla de Fuentes Claras y otros, y hace unos años nos juntamos todos y nos fuimos a cenar al Fidalgo. Al licenciarme en mi lugar llegaron Tena y Jose Luis Ibáñez del pueblo, y allí hicieron la mili


Tomás Lazaro Soldado Meteorológico 

Aqui su testimonio


Luego también recuerdo, que no todo era frio, que va, que nos trajeron un Chevrolet americano, y nos pegábamos por conducirlo, era una pickup una camioneta que circulaba en millas, de gasolina con seis cilindros, y en la que cabíamos todos, bajando del VOR, la pusieron, menos mal que no yo no iba a 120 millas por hora y lógicamente se pegaron una leche de campeonato al enderezar una curva cuando se les fue, pero no les paso nada.

Luego nos mandaban gasolina para los coches y aviones y se guardaba allí en los hangares y compraban la leña en Valencia como si en Calamocha no hubiera, los militares ya se sabe, cumplen ordenes, y era de algarrobo, nos llegaba el camión y luego la subíamos a lo de Lucia para cortarla y poder meterla en la estufa que había en la sala donde teníamos la tele y donde pasábamos las horas, allí nos refugiábamos todo, y el primero que llegaba pillaba sitio, y el que venga detrás pues a estilo tropa, cada uno se jode cuando le toca, por muchos galones que llevase. 

Luego estaba el barracón con las camas, y mantas, allí no había estufa. Y cuando aburridos de todo y sin faena nos entonábamos subíamos a lo alto del faro a cantar. Y los días de nieve, el tío Pascual sacaba el balastro, una tabla de tablear la tierra y sin machos ni nada, los soldados sin conocimiento nos poníamos a tirar para abrir paso y quitar la nieve. 

Y poco más te puedo contar, aquel día la temperatura que se tomo en Calamocha, fue de – 30 grados bajo cero y que hiciese frio no fue noticia, y ahí estaba, en el ejercito se guarda todo, escrita tal y como la vio el Soldado Tutu.


Recuerdos de Antonio Berti, Soldado Meteorológico que firmo partes entre 1960 y 1961




Serafín Catalan 


CRONOLOGIA, 
UBICACION, 
JEFES DE METEOROLOGIA 
OBSERVATORIO DE CALAMOCHA 

De mayo de 1964 a 1984 los datos del Observatorio Meteorológico de Calamocha se midieron en el VOR situado en el termino municipal de Fuentes Claras (Teruel) por su personal civil tras llegar estos a un acuerdo  con el servicio meteorológico dado que entre sus funciones no estaba el tomar la temperatura con dicho fin. 

Así unas semanas antes el Cabo Juan Cano, se desplazo al nuevo VOR para enseñarles el funcionamiento de una estación oficial. El aerodromo aun siguio en funciones hasta su desmantelamiento unos dos años

 El Aeródromo de Calamocha se cierra en términos militares el 10 de enero de 1966 cuando pasa a depender de los servicios de Aviación Civil

 


 

CRONOLOLIA DEL OBSERVATORIO METEOROLOGICO DE CALAMOCHA

 

1933-2021

 

Nombres de los responsables del Observatorio Meteorológico 1945-1974 conservados en el archivo municipal de Calamocha a fecha de 26 febrero de 2021

 

Estos datos fueron depositados en el archivo municipal de Calamocha en 1998 con motivo de la inauguración del mismo por D. Santiago Serraller, recogen toda la cronología de este observatorio desde 1933, en que se tiene documentación del primer boletín publicado hasta nuestros días.

 

Posteriormente, en el año 2003, se completó el archivo depositando en él una copia por la persona responsable del mismo.

 

DATOS Y FECHAS

 

AERÓDROMO ESTRATÉGICO

 ENTRE EL PUENTE AÉREO

MADRID  BARCELONA

1929 

PROMOVIDO POR IBERIA DE TRANSPORTES AEREOS


 

1933-1936

 

Aparecen, y están perfectamente documentados, los partes de meteorología rubricados por el Jeje de Área o el Responsable Accidental, entre “enero de 1944 y mayo de 1964

 

1937-1943

 

Se desconoce si por la Guerra Civil la documentación meteorología no se tiene localizada.

 

TRAS LA GUERRA CIVIL

SE MILITARIZA EL AERÓDROMO CON DESTACAMENTO MILITAR DEL EJÉRCITO DEL AIRE

 

1944-1964

 

Aparecen, y están perfectamente documentados, los partes de meteorología rubricados por el Jeje de Área o el Responsable Accidental, entre “enero de 1944 y mayo de 1964

 

1944

Estación de Calamocha 489 –

Observatorio Meteorológico del Ejércicito del Aire

 

De enero a febrero (días alternos con firma) y desde mayo a diciembre:

•         Meteorólogo: Antonio Minguillón

De junio a agosto:

•         Meteorólogo: señor Martel

De septiembre a diciembre:

•         Meteorólogo: señor Rabasa

 

1945

Estación de Calamocha 489 – Observatorio Meteorológico del Ejercicito del Aire

De enero a mayo:

•         Meteorólogo: desconocido o firma ilegible

De junio a agosto:

•         Meteorólogo: J. Blasco

De septiembre a octubre:

•         Meteorólogo: Agustín Dolz

De noviembre a diciembre:

•         Meteorólogo: José Ponce

 

1946

Estación de Calamocha 489 –

Observatorio Meteorológico del Ejércicito del Aire

De enero a mayo:

•         Meteorólogo: desconocido o firma ilegible

De junio a agosto:

•         Meteorólogo: J. Blasco

De septiembre a octubre:

•         Meteorólogo: Agustín Dolz

De noviembre a diciembre:

•         Meteorólogo: José Ponce

 

 

1947

Estación de Calamocha 489 – Observatorio Meteorológico del Ejercicito del Aire

De enero a abril:

•         Meteorólogo: José Ponce

De mayo a diciembre:

•         Meteorólogo: Antonio Minguillón

 

1948

Estación de Calamocha 489 – Observatorio Meteorológico del Ejercicito del Aire

De febrero a marzo:

•         Meteorólogo: Luis G. Gimeno

De abril a abril:

•         Meteorólogo: Cesáreo Gómez

De mayo a julio:

•         Meteorólogo: Luis G. Gimeno

De agosto a agosto:

•         Meteorólogo: Cesáreo Gómez

De septiembre a diciembre:

•         Meteorólogo: Castillo

 

1949

Estación de Calamocha 489 –

Observatorio Meteorológico del Ejércicito del Aire

De enero a mayo:

•         Meteorólogos: José Cosme Chiva y Ángel Palomino

De junio a julio:

•         Meteorólogo: José Cosme Chiva

De agosto a diciembre:

•         Meteorólogo: Santiago Fons

 

 

1950

Estación de Calamocha 489 – Observatorio Meteorológico del Ejercicito del Aire

De enero a marzo:

•         Meteorólogo: José Morillos Esteve

De marzo a julio:

•         Meteorólogo: desconocido o firma ilegible

De agosto a diciembre:

•         Meteorólogo: Manuel Lucas Granados

 

1951

Estación de Calamocha 489 –

Observatorio Meteorológico del Ejércicito del Aire

De enero a mayo:

•         Meteorólogo: José Navarro Pinedo

De mayo a diciembre:

•         Meteorólogo: José Félix Artinells

 

 

1952

Estación de Calamocha 489 – Observatorio Meteorológico del Ejercicito del Aire

De enero a septiembre:

•         Meteorólogo: José Félix Artinells

De octubre a diciembre:

•         Meteorólogo: Jesús Ochoa

 

1953

Estación de Calamocha 489 – Observatorio Meteorológico del Ejercicito del Aire

De enero a marzo:

•         Meteorólogo: Jesús Ochoa

De abril a diciembre:

•         Meteorólogo: Domingo Pelusi

 

1954-1958

Estación de Calamocha 489 –

Observatorio Meteorológico del Ejércicito del Aire

 

De enero a diciembre de 1954: De enero a diciembre de 1955: De enero a diciembre de 1956: De enero a diciembre de 1957: De enero a febrero de 1958:

•         Meteorólogo: Jesús Ochoa

De marzo a diciembre de 1958:

•         Meteorólogo: José Artigot

 

 

1959

Estación de Calamocha 489 – Observatorio Meteorológico del Ejercicito del Aire

 

De enero a marzo:

•         Meteorólogo: Segismundo (apellido ilegible)…

De abril a septiembre:

•         Meteorólogo: José Magaranes

De octubre a diciembre:

•         Meteorólogo: Francisco Artigat

 

1960

Estación de Calamocha 489 –

Observatorio Meteorológico del Ejércicito del Aire

 

De enero a marzo:

•         Meteorólogos: Tomás Lázaro y Francisco Artigat

De abril a diciembre:

•         Meteorólogos: Tomás Lázaro y Antonio Berti

 

 

1961

Estación de Calamocha 489 – Observatorio Meteorológico del Ejercicito del Aire

De enero a septiembre:

•         Meteorólogos: Antonio Berti, Francisco Hernández

(soldado de Calamocha, muy conocido).

De octubre a diciembre:

•         Meteorólogo: Juan Cano Martínez

 

 

 

1962-1964 ( -30ºC 17-DICIEMBRE DE 1963)

Estación de Calamocha 489 – Observatorio Meteorológico del Ejércicito del Aire

 

De enero a diciembre de 1962: De enero a diciembre de 1963: De enero a abril de 1964:

•         Meteorólogo:

Juan Cano Martínez

 

 

 

 

VOR CALAMOCHA

RADIO FARO DE AYUDA A LA AVIACIÓN GESTIONADO POR CIVILES

 

Aparecen los primeros partes, desde mayo de 1964, diligenciados por el personal del VOR.

 

Los firmantes de los distintos partes, (resúmenes de cada mes), son los jefes de esta estación.

 

 

VOR Calamocha 1964-1974

 

De mayo a diciembre de 1964:

•         Meteorólogos: Tomás Moro y Vicente Gómez Martínez

De enero de 1965 a diciembre de 1974:

•         Meteorólogos: Tomás Moro y Vicente Gómez Martínez

 

 

VOR Calamocha 1975

 

De enero a noviembre •       Meteorólogo: Tomás Moro

De diciembre a diciembre:

•         Meteorólogo: Vicente Gómez Martínez

 

 

VOR Calamocha 1976

 

De enero a diciembre:

•         Meteorólogo: Tomás Moro

 

 

VOR Calamocha 1977

De enero a febrero

 

•         Meteorólogo: Tomás Moro

De marzo a marzo:

•         Meteorólogo: Vicente Gómez Martínez

De abril a junio:

•         Meteorólogo: Tomás Moro

De julio a julio:

•         Meteorólogo: Vicente Gómez Martínez

De agosto a octubre:

•         Meteorólogo: Tomás Moro

De noviembre a diciembre:

•         Meteorólogo: Vicente Gómez Martínez

 

VOR Calamocha 1978

 

De enero a abril:

•         Meteorólogo: Tomás Moro

De mayo a diciembre:

•         Meteorólogo: Vicente Gómez Martínez

 

 

VOR Calamocha 1979

 

De enero a octubre:

•         Meteorólogo: Vicente Gómez Martínez

De noviembre a diciembre:

•         Meteorólogo: Santiago Serraller

 

 

VOR Calamocha 1980-1983

 

De enero de 1980 a diciembre de 1983:

•         Meteorólogo: Santiago Serraller

 

 

 

VOR Calamocha 1984

 

VOR Calamocha

De enero a agosto de 1984:

•         Meteorólogo: Santiago Serraller

 

 

TRAS LA AUTOMATIZACIÓN DEL VOR SE TRASLADA EL OBSERVATORIO AL COMPLEJO DEPORTIVO Y CAMPO DE FÚTBOL DE CALAMOCHA

 

1984-1992

 

Complejo deportivo de Calamocha. Trabajadores de AENA

De agosto a diciembre de 1984:

De enero de 1985 a diciembre de 1991: De enero a julio de 1992:

•         Meteorólogo: Santiago Serraller

 

 

A PETICIÓN DE LOS COLABORADORES DE METEOROLOGÍA, TRABAJADORES DE AENA Y UN VIGILANTE DE LAS INSTALACIONES DE CAMPO DE AVIACIÓN EN DESUSO, SOLICITAN AL ALCALDE DE LA ÉPOCA CAMBIAR EL OBSERVATORIO A UN LUGAR MÁS ACCESIBLE. OBSERVATORIO METEOROLÓGICO ERMITA DE SAN ROQUE.

 

1992-1995

 

Ermita San Roque.

Trabajadores AENA, Agustín Alijarde y Carlos Santos

 

De agosto de 1992 a diciembre de 1995:

•         Meteorólogo: Santiago Serraller

 

1996-2021

 

Ermita San Roque.

Voluntarios AENA, Agustín Alijarde y Carlos Santos

 

Los partes meteorológicos de entre estas fechas se encuentran en los archivos municipales, pero ninguno de ellos contiene firma del responsable. Este observatorio fue automatizado, será por esto por lo que no hay firma de meteorólogo o responsable del observatorio.

 

 MAS documentación aquí:

https://www.facebook.com/radiocalamocha/posts/3715458985189773

https://www.facebook.com/radiocalamocha/posts/3471562032912804


Boletín del Servicio Meteorológico Español

https://prensahistorica.mcu.es/es/consulta/resultados_busqueda_restringida.do?idOrigen=154767&tipoResultados=PAG&busq_pertenece=Bolet%C3%ADn+del+Servicio+Meteorol%C3%B3gico+Espa%C3%B1ol&descrip_pertenece=Bolet%C3%ADn+del+Servicio+Meteorol%C3%B3gico+Espa%C3%B1ol

Boletín del Servicio Meteorológico Nacional

https://prensahistorica.mcu.es/es/consulta/resultados_busqueda_restringida.do?idOrigen=154767&tipoResultados=PAG&busq_pertenece=Bolet%C3%ADn+del+Servicio+Meteorol%C3%B3gico+Nacional&descrip_pertenece=Bolet%C3%ADn+del+Servicio+Meteorol%C3%B3gico+Nacional

Calendario Meteoro Fenológico 

http://www.aemet.es/es/conocermas/recursos_en_linea/calendarios  

 Archivo sonoro aquí:

http://www.radiocalamocha.es/fonoteca/audios.php/historia-aerodromo-calamocha-29


Documental en proceso de montaje, en breve estará disponible


Gracias por su atención 

 

 Anexo

Ese año la ultimo helada se registro un viernes 24 de mayo con -2ºC



 Lo dicho el tiempo en cualquier lugar de  España tiene como centro Calamocha

Diario de la Noche / Galicia



OTROS Triángulos 

A mediados de los años 50 los partes meteorológicos comienzan a acotar el espacio en base a triangulos de todo tipo
y Calamocha comienza a formar parte de los mismos desde un principio
Y son las lluvias y las tormentas, no el frio, sus protagonistas
Y cualquier punto de la geografía española mas allá de Calamocha

Triangulo Calamocha Barcelona Palma de Mallorca



TRIANGULO TORTOSA MOLINA CALAMOCHA






Calamocha Temperatura Mínima -30.2 ºC 17 diciembre 1963


 Temperatura mínima registrada en:


Calamocha -30.2 ºC ºC 17 diciembre 1963


Fuente Instituto Nacional de Estadística


Anuario 1964


Capitulo I Climatología


Estaciones Meteorológicas


Posición geográfica de las principales estaciones

Teruel (Calamocha

Longitud 2 20 E 

Latitud Norte 40 55 

Altitud Metros 884

Fuente de Información: Servicio Meteorológico Nacional


Temperatura mínima registrada


Fecha 17diciembre de 1963


Temperatura Mínima: -30.2 ºC

 

(Fondo documental del Instituto Nacional de Estadística)





Continuará….



























viernes, 2 de noviembre de 2018

Mesa y mantel

Eran los últimos días de la abuela ella y todos lo sabían así que no dejaban pasar ocasión alguna, cualquier escusa era buena para compartir una vez más la familia mesa y mantel. Un domingo cualquiera de un verano olvidado ante una mesa grandísima al fresco de la cochera y el calor de sus moscas nos sentamos a comer. En un momento de esos en los que dicen ha pasado un ángel, se hizo el silencio, y la abuela desde el centro de la mesa dijo: Ya no importa nada, que todo paso y quien mas perdió fue quien murió, pero en acabar de comer guardáis el mantel en el cajón de la cómoda donde ha estado siempre junto con lo demás y lo dejáis estar, y aunque yo ya no este no lo volváis a usar. La ropa blanca de ese cajón la trajo vuestro abuelo cuando la guerra se acababa y se iban a tomar Barcelona, de aquellos pueblos de la parte de Alcañiz, ande vas con eso le dije, en alguna casa lo echaran en falta, yo no lo quiero, si hubiera sabido de quien era le habría hecho devolverlo. Así que guardarlo o mejor pegarle fuego, aun siendo bueno, seria de una casa grande, ya todo apolillado no merece la pena seguir recordándolo"



La casa del Sabinet. Historia de una familia de derechas. Pedro J Bel 2007
Decidido a leer todo cuando tenga en letra impresa la palabra Calamocha, compre el libro y una vez localizado el autor en la red, le escribir preguntado el por qué:
"Mi tío Luis Bel, entonces estudiante de medicina, después de salir de Cambriles (cueva donde se escondió al comenzar la guerra) fue incorporado al ejército nacional y destinado al hospital militar de Calamocha como auxiliar sanitario. En el libro lo trato muy de pasada. Me encantará que lo leas, pero si sólo es por las referencias a Calamocha no vale la pena. Si es por las historias que cuento sí"
Tanto por Calamocha como por las historias que cuenta merece la pena leer el libro escrito por Pedro J. Bel Caldú quien a decir de su blog https://pedro2013dotcom.wordpress.com nació en Fórnoles (Teruel) el 1 de enero de 1945. Escritor aficionado desde su jubilación, estudio en el Seminario de Zaragoza los ciclos completos de Humanidades y Filosofía y el ciclo incompleto (dos cursos, de cuatro) de Teología. Licenciándose en Derecho en la Universidad de Barcelona, ciudad donde reside. Activo en las redes y bloguero también ha escrito La Caverna. Sociedad secreta Donde desarrolla una de las historias que contara en el libro que nos ocupa.
Don Pedro nos hablara de muchas cosas, con su familia como protagonista y con los años del jaleo de fondo, es decir, la Guerra Civil, y lo hará como lo hicieron con nosotros nuestros abuelos, contando lo que vieron y vivieron en este caso sus familiares, y por ende todo un pueblo, unos y otros, a derecha e izquierda de una comarca que vivió en primera persona la revolución anarquista que llegaba desde Barcelona. Aquello solo fue el principio de lo que estaba por llegar.
A veces me preguntaba como habrían sido aquellos días, meses, años, la eternidad de la guerra en uno de esos pueblos del Bajo Aragón presa de la utopía, del paraíso que tan bien nos siguen vendiendo aun hoy en día, de la anarquía, del comunismo en contraposición a lo que de algún modo conocía por la familia que vivió toda la guerra en la Calamocha de la otra España. Ahora ya lo sé, el libro ha respondido a todas las preguntas que pudiera hacerme.
El titulo es valiente, no corren hoy tiempos propicios para casi nada y menos aun para presumir de ser o haber sido una familia de derechas, lo cual se convierte en un aliciente mas para leer de principio a fin el libro que de estar novelado seria toda una gran obra, y aun sin estarlo lo es, ya que, al relato de los hechos por el autor, y a su minuciosa investigación se une el relato de primera mano por parte de los propios protagonistas que dejaron escrito en verso lo que vivieron.
Todo ello reflejado de un modo objetivo, al menos hasta donde es posible tratándose de recuerdos familiares, lo cuales en ningún momento parecen hayan sido escritos ni como justificación de nada de lo hecho, ni como venganza frente a terceros pues no es necesario ni lo uno ni lo otro cuando uno narra lo vivido.
Llegará la guerra con su revolución anarquista al pequeño pueblo de Fórnoles, ya previamente el autor nos habrá situado en el escenario echando la vista atrás y contándonos la historia de la familia y del pueblo. Con aquel verano del 36 comenzara la pesadilla para prácticamente todos, que lo que es fiesta para unos será luego dolor y viceversa.
La familia de Don Pedro, una familia normal, católica como todas hasta ese verano, y que venia apostando por el progreso del pueblo carecía sin embargo del entusiasmo revolucionario, tan es así que ira quedando progresivamente aislada y señalada. Hasta el punto en que se verán obligados a dejar su casa, su pueblo y marchar a esconderse en una cueva a donde poco a poco irán llegando otras personas en su misma situación, perdido todo cuando menos salvar la vida.

Sin embargo, para las casi treinta personas que alli se esconderán procedente de diversas familias, la cueva aun siendo lugar seguro no lo será si la guerra se alarga, ver su vida truncada, sus casas y sus tierras expropiadas les llevara a salir de ella e iniciar la huida hacia la zona nacional camino de un lugar seguro donde poder entrar a formar parte de su ejército salvador y poder volver para conquistar su pueblo.

Y es lugar seguro, esa meta a alcanzar cruzando la zona republicana y el frente no era otro que Calamocha, llegar una día a Portalrrubio, ya zona nacional y de allí a la seguridad de la Comandancia de la Guardia Civil de Calamocha, desde donde al parecer se había coordinado su fuga.
A pesar de todo para ellos la guerra acababa de comenzar.
Muy recomendable su lectura, da igual que uno sea de Fórnoles o de Calamocha, sea zurdo o diestro, hay cosas que conviene conocer, recordar y divulgar. Aun en lo trágico.
Como bien decía Pla poco más o menos, hay historias que mejor leer que haber vivido. 






martes, 23 de octubre de 2018

Zeus

El rey de los dioses, así me sentía yo como Zeus mientras leía la Interviú aquel mes de septiembre que abandone Calamocha con destino a Zaragoza, me jope para no volver más. Llegaba así al lugar donde me aguardaban los años de la universidad, luego ya se vería, pero en cualquier caso al pueblo no tenía pensado volver, aquellos años son por mi recordados hoy como los mejores de mi vida, si bien el día a día no fue tan fácil pues uno nunca supo que le depararía el futuro y si aquel esfuerzo iba a merecer la pena. 

Sentado sobre la cama del piso de la calle Latassa que sería mi casa durante los siguientes seis años comencé a leer, ni siquiera me fui a ver las páginas centrales como habría hecho tiempo atrás en busca de sus fotos a todo color. Fue la primera revista que compre en la papelería cuyo nombre he olvidado y en la que tanto aprendí. Hacía esquina con San Juan de la Cruz, con su fachada verde y sus grandes cristaleras contemplar su escaparate con los titulares era lo primero que haría cada mañana camino de la universidad.  

Han venido hasta de la Interviú” se comentaba por el pueblo cuando lo deje, y efectivamente, llegaron, tomaron alguna fotografía, hicieron alguna entrevista y publicaron un artículo. Todos sabíamos que aquella era una revista como dios mandaba en la que se podía confiar, y si quedaba algo por contar, aunque no nos importase ni fuese con nosotros allí estaría escrito. Aun la debo tener.

Me fui del pueblo en autobús, el tren siempre quedo lejos para todo, nada ha cambiado, si acaso hoy aún está más lejos, ya no tiene sentido ni preguntarse de quién fue la idea de hacer una estación a desmano de todo salvo del frio, lejos de todos ayer y hoy, imposible llegar a ella andando ni con maletas de madera ni de ruedas. Un primer billete a Zaragoza en un autobús que paraba en todos los pueblos porque aún había vida si bien ya nos fastidiaba el hecho de que perdiese tanto tiempo para tan poca gente como subía o bajaba, mira que fuimos tontos, siempre con prisas. 

La Carmen la Moracha bajaba a Zaragoza en tren, al Charco que decía ella, llegaba a casa en el automotor de la noche jodida de frio como Arpa Vieja en los días de invierno, “si hará frio en esos cacharros” decía “no puedes ni quitarte el abrigo y para rematar de joderse la cosa, no había nadie que me trajese, hala baja andando a casa, en una noche así que ni aun a las zorras veras salir a la calle. Así que llevo los pies que no me los siento” Con aquellos abrigos que abrazaban la humedad y pesaban arrobas pero que tan apenas abrigaban, con el pañuelo a la cabeza, sin guantes, un bolso con una muda y el monedero, con falda y medias y con unos zapatos que lo mismo valían para ir a la misa de las monjas en verano que para el invierno. ¡Con el frio que hacia aquellos años! A pesar de que su casa está a unos pasos de la nuestra entraba primero a ver a mi abuela y contarle como había ido por la capital entre médicos “Dicen que estoy jodida, parece que quieran que me muera, ni puto caso. Que poco duelo nos tienen, y ¿cuándo no estemos, quien se quedara en el Barrio?, estos no (dirigiéndose a nosotros) que se irán a cáscala de aquí y harán bien. Y aquí en el pueblo ¿alguna novedad?”. “Bien, el otro día fuimos de entierro se murió…” Daba así las novedades mi abuela, siempre las mismas. “Uno menos, poca pena”. Al entrar, todo el frio del mundo llegaba con ella lo mismo que la alegría el optimismo y la risa.

Vete a saber dónde guardaría la revista, tendré que revisar la hemeroteca on line para ver con seguridad que contaba la letra impresa de aquellos últimos días de agosto de 1987 de Calamocha y de nosotros mismos cuando el pueblo vio sobresaltado su apacible discurrir. No debía ser gran cosa lo escrito a propósito de un tranquilo, pudoroso, avergonzado y callado pequeño pueblo de provincias, lugar donde como en casi todos nunca pasaba nada. ¡Que decepción, no sabían nada!, ni de ellos, los amantes del Jiloca como los llamaría posteriormente Luis Alegre, ni de nosotros.

Gargallo, el marido de la Moracha, hoy en Zaragoza dispuesto a cumplir en un par de años los cien, nos decía que tendríamos que joparnos, por mucho que nos gustase Calamocha deberíamos irnos un día u otro como el mismo llegado el momento se marcho de su pueblo, y con una mano delante y otra detrás se subió al Chispas y se bajo en la Estación Vieja, para casarse, trabajar y fundar una familia, en suma acabar allí en el Barrio de las Escuelas junto a nosotros. Bajar en bici de Fuentes Claras a Calamocha le pareció de pobres, y se vino en tren. Casi todos del Barrio nos marchamos.

Perico una vez callaba el emigrante de aguas arriba del Giloca, que de tal forma y manera se escribía cuando se dejó llevar por la corriente del tren, se dirigía a nosotros “siendo como somos de natural pobres sin tener tierras que no tenemos, sin saber echar mano si no es bajo amo, mal lo tendrán estos para quedarse aquí, que uno ha de intentar en esta vida ser algo más que sus padres y aunque no nos haya ido mal y hayamos salido adelante, no quisiera yo para ellos lo que aquí hemos tenido para nosotros sin salir del pueblo. Lo normal es que quieran ser más de lo que hemos sido nosotros y eso en el pueblo no podrá ser sin emporcarse las manos ni calzar albarcas así que otros vendrán y harán lo que dejen cuando se marchen” Y concluía, “a lo mejor te vas y es para peor, pero de eso nunca nos enteraremos”

Parecía estar claro que si queríamos ser algo en la vida nuestro amor por Calamocha tenia los días contados y un día u otro la abandonaríamos.

El pueblo vivió aquellos días finales de agosto con la sorpresa lógica de los hechos y con la incertidumbre de si los rumores que unían Calamocha con Báguena eran ciertos o no. Ajenos aun a la telebasura y a la inmediatez de las noticias fuimos afortunados, hoy un acontecimiento así tan alejados de la empatía como estamos seria tristemente distinto, tan es así que tan solo de pensarlo se me revuelven las tripas. La vida siguió prácticamente igual y una vez pudimos ver algo en la tele de Aragón y leer los periódicos, lo dejamos estar dentro de la categoría de cosas que pasan. 

Una historia en cierto modo triste en su inicio, pero al fin y al cabo una historia de amor, de las de toda la vida, de la que nunca nadie hizo ningún chiste ni se lo tomo a risa, a todos nos daban pena sus protagonistas de una forma u otra, tanto el que se quedaba como los que se marchaban, que vida iban a tener, a donde iban a ir, que sería del abandonado. El resto, política y religión, era una mera anécdota. Había sido un orgullo para el pueblo tener una diputada en cortes, y no una cualquiera si no la primera, y un orgullo también comenzaba a ser su historia de amor.

Estuve tentado de proponerle a mi padre, convertido ahora en contador de historias y cazador de recuerdos una maldad, simple y llanamente que marcase una fecha la de 1970 en un principio y la de este mismo año en el final y que hiciese una lista, no de nombres, no de personas sino de números, y contase cuanta gente vivía en aquel momento en la Calle de las Escuelas y cuanta vive hoy. Lo hice yo por él y el resultado fue desolador, ver los números y compararlos ha sido comprender de golpe y porrazo que cuando hablan de despoblación o de abandono, es más cierto de lo que parece. 



Es ahora mi padre, quien después de tantos años piensa en marcharse y cuenta o más bien descuenta y trata de adivinar los días que le quedan a la casa para ver esta su puerta trancada y sus ventanas cerradas, con todo lo que ello significara. No volverá abrirse, difícil será, asegura, y la casa nacida en 1947 cobijada bajo ella cuatro generaciones morirá por causas naturales, como si de una persona se tratase, la edad que no perdona, así viva Calamocha otros mil años, cosa que ya unos y otros empezamos a dudar, y que gracias a dios no alcanzaremos a ver. Por Júpiter deben andar ahora los calamochinos del futuro.

La estadística que no miente sumado a la vida que no perdona, cruel ella que ni a quien decidido quedarse respeto y tarde o temprano le obligo a abandonarla. Se encargaron de llegar al día de hoy parada final en la desolación. 

Soñé también supongo que, como todos con volver algún día, con un golpe de suerte que me llevase de nuevo al pueblo, pero aquello no paso, te marchas encuentras tu sitio y donde se esta bien, buen rato, ni se te pasa por la cabeza el volver, y menos al frio. Lees en los periódicos que se están quedando solos, te apena también ver lo que no quieres ver cada vez que vuelves, pero ni se te pasa por la cabeza el dejarlo todo y volver como hace alguno de vez en cuando y sale en los periódicos como ejemplo a seguir y mejor todavía si es un urbanita quien lo deja todo. La mayoría somos unos cobardes, también comodones, que le vamos a hacer, nacimos gabaches para casi todo. Pero uno ¿dónde va a volver?, a un lugar que ya no existe si no en la imaginación. Ni pensarlo. Dejamos que sean otros los que vayan y ocupen nuestro lugar, confiamos en ello, pero ya no queda ni eso, ya casi nadie va en busca de los trabajos que hicieron nuestros padres.

Uno vuelve de vez en cuando, pero no todos lo hacen, principalmente los días de verano donde todo es un engaño, empezando por el tiempo, por ese calor que a buen seguro es lo único que uno echa de menos, no así con el frio del invierno que viene a ser el resto del año, once meses, demasiado tiempo. Los días de las fiestas no faltan hombros para sacar a San Roque pero es agosto, meses atrás los pasos de semana santa van cojos y las calles vacías lo mismo haga frio que calor, y eso que Calamocha dicen es un pueblo grande. Oigo sonar las campanas del Santo Cristo, las pocas noches que allí duermo, pero no me levanto, tan solo me hago el firme propósito de asistir a su misa cuando mi madre ya no este, si dios quiere y queda un cura dispuesto a madrugar para tan poca gente como cree en dios o en Calamocha que para mi viene a ser lo mismo.

Debe ser el tiempo, loco, el otoño soleado, que llegadas estas fechas siempre echo de menos Calamocha de un modo especial, a veces me pregunto si puede hacer algo mas por ella, entonces y ahora, si pude y no lo hice y si falte a mi promesa de amor eterno que conlleva haber vivido allí los años de la infancia, tierra de nadie tan lejos a uno y otro lado de los días de verano. 

El caso es que he decidido volver al pueblo por un tiempo y ahí llevo días, meses ya leyendo uno tras otro libros, mayormente novelas que de un modo u otro pasan por Calamocha y una de ellas es La Dama Rosa de Margarita Barbachano donde narra dentro de la ficción aquellos días en que Damaso se quedo solo en la plaza del Peirón al frente del Zeus mientras Dolores, su mujer y Jeronimo el cura de Baguena se enamoraron y fugaron. El libro agotadísimo lo compre a través de internet de segunda mano, y me llego dedicado por la misma autora a su primer dueño, algún dia harán una película, sin duda lo merece, las historias de amor siempre triunfan, libro cuya lectura me ha devuelto a aquellos momentos finales de mi vida en el pueblo en los que yo aun enamorado de Calamocha también la abandone. Aquellos años ochenta parecen hoy los últimos días de Calamocha.