miércoles, 5 de octubre de 2011

Todo pardina.


El silencio del barrio, apenas roto por el paso de algún coche, o algún camión tardano de aquellos que bajaban con paja hasta los topes, del campo de Bello y la laguna de Gallocanta, camino de Valencia, tenía en la llegada de la noche, sus propios ruidos, de todos conocidos,… entre ellos, el cerrarse de las puertas de las casas, el dar por acabado un día más.

.- Mi abuela Rosa: “Coño, ya serán cerca las diez, que estranochada más larga, se siente la puerta de Perico, que se irá a la cama ya, menudo fresco debe hacer”.


Perico, como todos en el Barrio, como uno mismo hoy en día, no se podía ir a la cama, sin asomarse a la puerta y mirar el cielo. Entreabría lo justo para asomarse a la calle, la madera del portón rechinaba y emitía un sonido que se propagaba por toda la calle, con un pie dentro y otro fuera, para salvar el escalón, del patio de su casa, por debajo del nivel de la calle, … miraba al suelo, y luego alzaba la vista, mecánicamente al cielo, como dando gracias, por vivir, como queriendo averiguar, lo que ya sabía, el tiempo, que no traía nada bueno, a esta tierra calamochina, la mejor del mundo, que sin embargo tenía en el mal tiempo, su mejor amigo.

En frente, unos metros más allá, camino del cuartel, Gargallo vigilante, quitaba la cadena de la puerta, la entreabría, chirriaba estrepitosamente,… nos enterábamos igualmente todos, … “la hostia, pensaba para sus adentros, que poco gastamos en aceite, se jodan civiles y maestros como puedan, si se despiertan, no viven poco bien los sinvergüenzas estos, que tiempo más cabrón, redios”… 

Veía a Perico en al puerta, fija la vista en el cielo, como rezando, como hablando con Santa Barbará pare evitar lo imposible… y en tono serio y apocalíptico, Gargallo, le hablaba desde lo alto, desde el pedestal de entrada a su casa, esta, por encima del nivel de la calle, a refugio del agua, que en los días de tormenta, buscaba la salida por el callejón de los Condas, a unos metros de donde estaba Perico.

.- Gargallo: “Niño, ande vas sin la boina con el hielo que va a cascar esta noche, no salgas, quieto en el blocao… todo se va joder, se ha de helar hasta el Santo Cristo y el copón bendito, ya te puedes apretar bien en el catre ya, pa no joderte de frio”. 

Perico, entre distraído,  ensimismado, adormecido y jodido de frio, amodorrado, al oírlo, con indiferencia, la cortesía del saludo le obligaba aun con cierta desgana a charrar. 

.- Perico: “Mecagüen san dios, tu habías de ser, botarate sinvergüenza, no me seas payaso, a tu se te había de helar aunque na mas fuera la bicicleta, pa que te jodieras y te hubieras de comprar otra, anda, anda, vete a la pajera ya, o mejor, échate a la alberca con los mimbres a dormir, que si salgo te avio. Fijate lo que te digo, debía ahora la Gitana de darte con la puerta en los morros por no decir en otro sitio y dejarte al raso… “

.- Gargallo: “Hombre, me iría a dormir con tu, no me ibas a dejar en la calle verda, después de tantos años”.

.- Perico: “Ya veríamos, pequeño eres, pero a mi ver, según dice la Moracha, solo haces que tirar patadas a todas caras, que eres muchismo malo pa dormir, siempre lo ha dicho…  Tira pa dentro a cascala, que yo me subo al catre, que la tele es una pena, nunca echan nada, … y es donde mejor esta uno, en la cama. Tira pa dentro sinvergüenza, así se te hielen a tu las albarcas y te jodas”

.- Gargallo: “Coño, fíjate tu lo que te digo, me joderia mas que me se helasen las albarcas, que la bicicleta, la ultimas de Leon Muñoz me lleve este verano, ya se ha acabado el calcerio para los señoritos como nosotros, con esas ya tengo bastante pa lo que me quede… vamos a la cama,  que es ande menos se gasta…. 

.- Perico: “Apretate, apretate a la gitana”

.- Gargallo: “Yo también me voy a subir, y la tía esta, que se joda como pueda, y suba cuando le de la gana, no se qué coño está viendo en la tele, si no se entera de nada, mas sorda que una tapia. Y ya lo creo que me apretaré que soy muchismo friolero, ya lo sabes. Hala tira a cáscala, deja al cielo en paz y no hagas cuenta, que esta noche todo se nos hiela, no ha de quedar nada en la tierra”.

.- Perico: “Ale, tira, mecagüen la leche jodida, mañana dios dirá, todo se ha de fastidiar, una pena”.

.- Gargallo: “Todo pardina maño, todo pardina…”

martes, 20 de septiembre de 2011

La Bici.


"Tendrá más de cincuenta años, nos dijeron, yo creo que ni siquiera la compramos nosotros, ya cuando llego a esta casa, era de segunda mano, ¡qué digo!, vete tú a saber, puede que aprendiera en ella todo el pueblo, ya lo creo que sí, porque entonces, no era como ahora, las cosas, iban de puerta en puerta, de casa en casa, y cuando a uno no le valía, se cogía y se le dejaba a otro, sin importar nada, “ya me la devolverás”, “toma tu que la necesitas” , y así toda quinta aprendía en la misma bici, en el mismo taca taca, los carros de casa en casa, las cunas, … y en esto y en todo, y ahí se quedo, no habría entonces ningún zagal al que dársela".

FIN

El Vecino Ciclista comenta, de un modo genial lo siguiente. recuerdos, recuerdos, recuerdos: 


Una como esa, me dejaron los Reyes del 74, fijate si me acuerdo, yo entonces tenia 4 añitos y fuí la envidia de todos los niños de la calle Mariola, que tiempos.
 
La alegria no me duró mucho, pues al poco tiempo me la robaron unos gitanillos en la pueta del kiosco, aquellos momentos se me quedaron grabados en la retina, no había forma de consolarme,váya palo.
 
 
Al tiempo nos dijéron que la habían visto por el barrio de la Plata "el bronks valenciano". Y allá que vamos, todos en cuadrilla,,mis hermanos mayores junto con los amigos de éstos a buscar la bici, entonces una bici costaba mucho dinero y no se podia permitir uno el lujo de perderla y mas en aquellas circustancias.
 
 
Al final dimos con ella, la tenía un gitanillo pero custodiado por el abuelo "patriarca". La faena era nuestra, convencer a aquél hombre que aquella bici era la mia.
 
Después de un intenso debate y acalorada conversación, porque el niño no la soltaba, decia que era suya "papa que es mia". Al final no húbo que emplear la fuérza y el Patriarca entró en razón, menos mal... porque yo ya pensaba que ibamos a salir peor parados que los de Puerto Urraco. 
 
Y por fin tenía yo mi bici,eso sí con un poco mas de mierda y sin pegatinas pero era mi bici.
 
 
Perdona Jesus que te haya puesto esta "txapa" de comentario, pero es que al ver esa bici me ha traido aquellos recuerdos.
 
 
Gracias, nos vemos el sábado en misa, cualquier dia te cedo los trastos del blog. 

jueves, 8 de septiembre de 2011

El Santo Cristo, la rata, las jotas...


Que recuerde, ningún santo, ni de aquí ni de allá, ni del Rabal ni del Barrio Bajo, ninguna sotana, por muy grandes que fuesen los galones que portase o escondiese, ni nunca en suma, ningún triste atardecer de jueves santo, ni nada ni nadie, que uno haya visto, ha podido reunir a tanta gente a las puertas del Santo Cristo. Gente expectante, en absoluto y respetuoso silencio, en orden.

Tanto es así, que en los instantes previos, ante el silencio reinante, costaba creer que bajo el porche de la ermita, sin apenas luz, fuesen fiestas de San Roque, y la vista se te iba tratando de hallar al cura, los hábitos y tambores y a las pocas beatas que quedan vela en la mano por las aceras, …

Nunca tanta gente nadie logro reunir, como logro en las pasadas fiestas, en la noche de la Virgen, una guitarra, unas enaguas, un cachirulo, un par de castañuelas, en suma, la salida de la ronda a media luz. Impresionante.

Allí en medio, como un monaguillo “apegao” a las faldas del cura, repare en la figura de Paco El Raba, junto a los joteros y joteras: “Arrímate bailaor, arrímate que no pecas, que el bailar y no arrimarse, es comerse el pan a secas”.



Y comenzó la ronda.

A veces Paco, ahora Francisco, habla de si mismo en tercera persona, pausadamente, como aquel que ha vivido otra u otras vidas:

En el Barrio siempre se han cantado jotas, Paquito lo recuerda, parece que estemos partidos por el callejón, que haya dos barrios en la calle, la costera y el llano, pero no es así, nunca fue así.

Recuerdo de crío la hoguera de Santa Lucia, en la parte de arriba del Barrio, todos venían, entre la casa de la Tía Antonia y la casa de los Tarambanas, con Pepe, y su hermano Paco, ellos mayores que yo, todos alrededor…

Y de pronto de la leña de la augera nos salio una rata como una liebre, y todos chillando… la rata corría pa todas caras, y en eso que enfiló hacia la casa de la Tía Antonia, y esta que al sentir el ruido salía se la encontró al paso, y la rata, al verla, cagada de miedo que estaría, se le metió entre las faldas buscando un lugar donde esconderse.

La hostia, tu, Paquito se acuerda de aquello como si lo estuviera viendo, que a ti a buen seguro te lo habrán contado más de una vez (y así es).  Y la Tía Antonia, sin moverse, con todos nosotros allí en frente acojonaos, riéndose, que siempre estaba riéndose, … se llevó las dos manos a la entrepierna, agarro la rata y dijó ya esta, … no veas, … cogió y apretó fuerte las manos, y la rata soltó un chillido, que aun lo tengo en la cabeza, y ella sin parar de reírse, ale, ya ha estirao la pata, y sacó la rata con el cuello partido y nos dijo … zagales, la espeleto y la asamos o la tiramos. Joder que impresión, yo no tengo cojones de hacer eso, ni aun hoy. Que mujer.



Y luego de cenar, llegaban las jotas, cantadas por La Manola y la Tía Ángela, la madre de Fermín, aquella mujer era un diccionario jotero, de jotas verdes y picantes, que ahora ya solo recuerda la madre de Paquito. He de hacer lo que dices, escribirlas, antes de componer nada.

La Jota de Calamocha

Puente Romano, el molinero,
Fuente del Bosque, con lavadero,
los rabaleros del Santo Cristo
sabes morena lo que te quiero
campos inmenso, valle el Jiloca
esta es mi gente, este es mi pueblo

(Paquito, 2011)

Coplas de Jota, cortas.

Pa cantar una jotica,
con gracia y con salero
lo primero hay que ser maño,
y si es posible rabalero,
si es posible rabalero
pa cantar una jotica.

Y otra más…

Esos ojos en el cielo,
son estrellas y lucero,
por eso sabes mañica,
lo mucho que te quiero.

(Paquito, 2011)

Continuara…


He pensado que para el próximo año, estas jotas u otras, las cante Paquito la noche de la Virgen, al salir de la rondalla en el porche del Santo Cristo o en la esquina del Barrio, salir un poco antes, pedir permiso, dejar la vergüenza en casa y cantar, no tengo traje de baturro, y poca voz, pero me pondré el moquero en la cabeza, una botella anís y una cuchara para marcar el tono y cantare, … así que necesito que el Barrio me ayude, y que me acompañéis. 

De vuelta a casa, su madre, desde el balcón, nos canto una jota de ronda a capela, una tras otra, media docena, si la salida de la ronda del Santo Cristo, fue enormemente bonita, para las jotas del balcón, ya no me quedan palabras.




PD Es, a mi ver, la jota, la nueva religión de Aragón, si juzgas lo que ves y oyes en su televisión, no hay más realidad que esta.

En caligrafía, las jotas escritas por Paquito, feliz sin ordenador, sin Internet,…

Gracias por dejárnoslas, y gracias por todas las fotos que iremos, con su historia, “colgando”.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Aguardiente de pepino.


Su elaboración... sencilla, pero nada fácil.





Encontrar una botella, de cuello estrecho y corto. En este caso, la botella número uno y dos fueron cascos de la entrañable La Pitusa.


 Aqui el Maestro Artesano Pere de Burriana, busca entre las matas de pepino, poniendo cuidado en no pisar las guias un pepino con el tiro de la mata largo, lo cual es complicado, pues el pepino crece pegado a la guia, pero siempre, como en todo, hay algún despistado.



 Se mete el pepino dentro de la botella y listo, "a ver que pasa".


Como del hortal hay que dar vuelta cada día, y quitar hierbas a cada momento, se va vigilando el pepino en la botella, pues si le da la gana crece, y si no, se echa a perder y hay que volver a empezar.


El caso es que un pepino normal y corriente, el vulgar de la ensalada en un par de dias o tres, ya lo tienes de más de un palmo, pero crecer dentro de la botella, todo es mas lento... y quieras que no se te van entre diez y quince dias.  Amen.


 Cosechado el pepino, se lava bien y listo.


 Se llena de cazalla, anis seco hasta arriba y se vigila los primeros dias, ya que al pepino, como a todos, tambien le gusta el anisete y se lo va bebiendo, de modo que vamos rellenando hasta que se emborrache.


 Etiquetado final, con el prospecto incluido, dado que se trata de una medicina, no de una bebida.


Y el resverso, esta en concreto fue la número tres, y descansa ahora en un pueblo, que no solo tiene jamon, sino que ademas tiene bacalao, que es perfecto vamos, en Agreda, donde Doro, dara buena cuenta de él a lo largo del invierno, cuando los colicos del chiquillo o chiquilla, le despierten.

De las otras dos botellas, la una quedose aqui en Burriana en manos del artesano que fue el promotor y heredero a un tiempo y la otra se la llevo su primo, ¿quien no tiene un primo amante del buen beber?, a Ermua, por alla arriba, el Eusebio espera paciente que le duelan las tripas, para tirar de botella.

Prospecto:


Aguardiente de Pepino  del Tío Casimiro y la Rosa.

Embotellado: El pepino crece dentro de la botella, en el huerto, y tarda unos diez días. ¿Cómo si no vas a meterlo dentro?

Llenado: Se lava la botella y se rellena de algún culo de Cazalla que haya por casa, anís seco, que todo es menester explicar.

Consumo: Un año después de su embotellado. O al día siguiente. Que lo mismo da, leche que caldo teta, se puede catar.

Conservación: Como hacían las abuelas, siempre a mano, en la cómoda de la habitación al pie de la cama, es el mejor sitio. Pues lo mismo vale para un roto que para un descosido.

Uso medicinal: Tanto quita los males, como las penas,  bébase siempre en vaso, incluso a morro, que cae más dentro, siempre mejor que en copa, bébase para curar los retorcijones y males de tripa, asi como las diarreas de los zagales.  Quita también las penas, las verdaderas, las de antes, no las de hora.

Tómese por tomar algo, como digestivo, también para quitar el frio, y para pasar el calor. Bébase incluso para olvidar.

Cuidados: Rellenar conforme se beba, año a año.

Nota de cata: Para gustos los colores. Probar y ver. No es necesario ser muy hombre para echar un trago, pero si cuando menos, ser como una mujer de las de antes.

Paso del tiempo: Mejora, como todo lo bueno, el anisete se vuelve de color marrón y el pepino tres cuartos de lo mismo, se va consumiendo. …  Como nosotros.

No somos nada. Salud que tengamos. Amen. Bébase cuanto se quiera, y mañana Dios dirá…



FIN

martes, 23 de agosto de 2011

Las judias.

Ayer tarde mismo, arranque un surco judías, agobiadas, sofocadas por el calor y ya más duras que el cocote San Pedro, era lo mejor, valía ya mas la salsa que los caracoles, y lo más sencillo era dejar libre el cornejal con el fin de sembrar una era de espinacas, el invierno esta ahí, a la vuelta de la esquina, también aquí, en esta bendita tierra de la eterna cosecha, …

Lleve medio cesto arrobero de tomates, días a tras para las fiestas de San Roque, “¿Pero que siembras huerto, maño, si tu no puedes?” comento Perico, “Nada un corro como este cuarto, ya sabes lo que es aquella tierra,… para dar y vender, no es menester más”, le conteste.

Arrancadas las judías, dispuesto a tirarlas, para distracción de conejos, ardachos y sobre todo caracoles,  me dieron pena, y pare un momento a pensar qué hacer. Ya se sabe que si las guardas para sembrar, malo, si apartas un puñao, por ahorrarte las cuatro perras que vale un sobre de simiente nueva, no merece la pena, ni el poco esfuerzo que conlleva el coger los granos. Y si guardas y siembras de segundas, igual te quedas sin comer, que tanto echan, como echan la mitad, como nada…y entonces recordé, lo que de zagales tanto nos divertía. Y guardare para sembrar, dios dirá.


Llegaban estas fechas, las de la vuelta a la escuela y las calles enteras de Calamocha se cubrían de mantos de judías secas que parecían no tener fin … las matas de judías ya amarillas, secas, arrancadas de los huertos se extendían en las puertas de las casas, para que los crios de camino a la escuela, jugando, corriendo, pasasen por encima, se revolcasen, jugasen...y separasen el grano de la vaina.

Al acabar el día con la horca se ablentaban se esporgaban, se repasaban las matas una a una antes de tirarlas y los granos quedaban esparcidos por el suelo, se barrían y a guardar al granero, en lugar fresco y seco… 

La legumbre del invierno ya estaba asegurada, la noche de antes se subía y se bajaba un plato para poner a remojo en el agua de lluvia: “Mecagüen san dios, ya están cucadas y medio sulsidas las putas estas, venga maña no me jodas, con la faena que llevan, habrá que comerlas rápido, porque si no las vamos a tener que tirar, asi que mañana bajare otro plato. Redios que sanantonada. En la vida pasaban estas cosas, ni con los garbanzos, ni con las lentejas, niña no se donde vamos a ir a parar”.


“Aquella tierra es un vergel, ya lo creo que si, si aquí en Calamocha fuese lo mismo, hiciese el mismo tiempo, el Ajutar parecería el paraíso, que digo el paraíso maño, el mismo cielo. Ahora, que, me imagino que tu no harás, como la mayoría de los valencianos, que no quitan una mala hierba ni por saber morir, que no se agachan ni pa dios,… piensan que si quitan una hierba, de tan buena que es la tierra al día siguiente tienen en su lugar media docena. Razón, me paice que no les falta de buenísima que la tierra es, que yo la he visto”.

“Aún te bajaras algún día al Ajutar”. Pregunte.

“No, maño, aquello se acabo”. Contesto sonriendo con total entereza.

sábado, 6 de agosto de 2011

Otra vez, San Roque.



Y dicen, que van 125  San Roques. Verdad sera, que contar sabemos. Uno que no conocio tantos, si al menos recuerda el que hizo el numero 100, a mediados de los ochenta.

¡La Virgen, que cosas!, mayores que nos hacemos, si hasta recuerdo lo que escribi en libro de firmas, que con motivo del centenario habia por la iglesia, junto a una pequeña exposición, ¿ande andará?. Que más da. Más se perdió en Cuba.

El año 1995, que no era el del centenario, también lo recuerdo:

San Roque amaneció completamente despejado, el sol lucia con fuerza, pero en el horizonte vislumbraba con claridad los nubarrones que se acercaban amenazadoramente sobre una cabeza, la mía, para la cual todavía usaba peine.
 
Sobre las nueve de la mañana salí de casa .

Aproveche para gastar un carrete de fotos a lo largo de la procesión, por encargo de mi prima Ana quien quería con vistas al próximo año tener una referencia con la cual poder presentarse al concurso del cartel anunciador de las fiestas, y de todas las fotos que hice la más lograda fue una de la procesión de espaldas,como siempre voy el último, que ni hablo ni bailo, sea como fuere, unido a su talento pictórico, el caso es que se presento y gano, mas de pícaros esta España llena. Mi tía, quien por otra parte es su madre, sin querer, mintió de buena fe y en lugar de hacer constar que tenía 13 años puso 12 y se quedó así a un paso de la gloria, p ues gano el concurso infantil, pero no el absoluto, como le hubiera gustado.