domingo, 25 de abril de 2021

La leyenda de la doncella Jumaya que dio nombre al campo del CF Calamocha

 Érase una vez a principios del siglo XVI cuando en nuestra querida Calamocha en aquellos días, como hoy en los nuestros, paraíso en la tierra bendecida por dios con su paz. Una cristiana joven de origen judío por nombre Jumaca o Jumaya dio en enamorarse perdidamente del mozárabe calamochino igualmente cristiano nuevo, el flamenco Jan o Juan Pudia. Él prendado de su amor bebía los cierzos por ella.

Pero aquel amor puro que, de haber sido protagonizado por otros calamochinos, cristianos viejos, puros de sangre, descendientes de las huestes del Batallador y el mismísimo Cid habría sido uno más. Contó con la oposición de todo el sabio pueblo sin excepción alguna, cristianos viejos, judíos conversos y mozárabes. Teniéndose unos y otros en tan alta estima que veían por igual y con malos ojos aquel amor contra dios y natura.

El pueblo había hablado. Sentenciado. Pero, compasivo estaba dispuesto a perdonar y darles a los amantes una oportunidad de bendecir su unión si renegaban una vez más de su fe original levantado una nueva cruz jamás vista en forma de peirón a la entrada del pueblo cara Daroca ciudad desde donde pudiera verse y fuera dicha cruz al ser levantada símbolo de su amor por el dios único y verdadero.



Pobres de solemnidad, aquello les condenaba aún más a su triste destino de vivir en soledad y morir de amor. Ambos por sus familias repudiados estaban solos. Sollozaba día tras día Juan en su desesperación por no poder desposar a su amada y decidió poner fin a su vida bebiendo el agua maldita de la fuente que acabaría llevando su nombre. Le falto valor para colgarse de un chopo junto al rio o desgarrarse la gola con su hoz. Mientras Jumaya bañada en lágrimas noche tras noche, alertada por una cristiana vieja, amancebada, buscona alcahueta quien le dijo “corred tras él, joparos lejos de aquí con vuestros parientes a la nueva Qalah Musa más allá del Poyo del Cid al sur de las montañas del Hindú Kush al valle del Helmand donde encontrareis la felicidad que aquí se os niega. ¡Dejadnos tranquilos! Pensad que más se perdió en Cutanda”. La doncella siguió su consejo y trato de evitar el suicidio de su amado saliendo en su búsqueda, corriendo acalorada roto su corazón se desplomo, cayose de sus pies a las afueras del pueblo y allí fue dejada y enterrada como infiel, dando su nombre aquel lugar: El campo de Jumaya. Mientras su enamorado moría una legua más allá en las insalubres aguas estancadas que dio en beber como solución a su mal de amores, donde igualmente quedo su cuerpo hundido en el barro dando él también su nombre a la senda que uniría ambas muertes. El camino de la Jampudia aquel que aun hoy va del Campo de Jumaya a la ya fuente seca del mismo nombre.

Mi querido lector todo cuanto he escrito es invención mía, por tanto, mentira y supongo estará conmigo en que no deja de ser una verdadera pena. Más aun si tenemos en cuenta cuan escasos andamos en Calamocha de historias fantásticas, leyendas y mitología que contar.

En fin, si usted como yo, alguna vez se ha preguntado por qué el nombre del campo de futbol de la villa es Jumaya y quiere saber la respuesta deberá comprar el libro escrito por José Carbonell “Historia de una pasión. El Club de Fútbol Calamocha” donde hallara la respuesta y muchas cosas más: “Me he limitado a recopilar información y documentación, para que quede constancia escrita de su historia, aunque es verdad que, desde mi llegada a Calamocha en 1982, he estado casi constantemente involucrado en esos menesteres como directivo e informador no profesional para los medios de comunicación

En suma, lo de Carbonell y el futbol fue y es una verdadera historia de amor real. Sueño que algún día nos pueda radiar en directo un final feliz en forma de ascenso a Segunda B del equipo de los rojos, del equipo jamonero del equipo de “los Tönnies”

Publicado el El Comarcal del Jiloca

miércoles, 21 de abril de 2021

Calamocha mágica. Retrato

 El maestro de la fotografía, el navarretino Gerardo Sancho nos retrató décadas atrás así a todos los calamochinos. De paso por este mundo, sin detenernos, sin pastor, el perro nos observa, no hay rejas, las puertas parecen abiertas, en cualquier caso seguimos nuestro camino. Toda una delicia de una Calamocha mágica que hace ya tiempo dejo de existir



Por el encuadre don Gerardo Sancho debió ver la ocasión, vio la foto y se puso a correr Castellana abajo para llegar a tiempo y hacer el retrato cuando ya el rebaño casi había pasado, el perro que lo vio venir se quedo quieto para así pasar a la posteridad.

domingo, 18 de abril de 2021

San Roque en el Santo Cristo del Rabal

-Oiga, Don Jesús, ¿San Roque, ha estado alguna vez en el Rabal, en el Santo Cristo?.

-Por supuesto, y no hace tanto, que subió a darle las gracias al Jefe, tras volver con bien de la restauración… Responde eso a tu pregunta.
-Si, y no veas de qué manera, porque si San Roque ha estado en el Santo Cristo, existe un precedente, luego hay tradición…



FOTO : Fototeca Xiloca

CUANDO YO ERA EL NIÑO DIOS

 CUANDO YO ERA EL NIÑO DIOS

(Juan Ramón Jiménez)
CUANDO yo era el niño Dios,
era "Calamocha", este pueblo,
una blanca maravilla;
la luz con el tiempo dentro.
Cada casa era palacio
y catedral cada templo;
estaba todo en su sitio,
lo de la tierra y el cielo;
y por esas viñas verdes
saltaba yo con mi perro,
alegres como las nubes,
como los vientos, ligeros,
creyendo que el horizonte
era la raya del término.
Recuerdo luego que un día
en que volví yo a mi pueblo
después del primer faltar,
me pareció un cementerio.
Las casas no eran palacios
ni catedrales los templos,
y en todas partes reinaban
la soledad y el silencio.



Yo me sentía muy chico,
hormiguito de desierto,
con Concha la Mandadera,
toda de negro con negro,
que, bajo el tórrido sol
y por la calle de En medio,
iba tirando doblada
del niño Dios y su perro:
el niño todo metido
en hondo ensimismamiento,
el perro considerándolo
con aprobación y esmero.
¡Qué tiempo el tiempo!
¿Se fue con el niño Dios huyendo?
¡Y quién pudiera ser siempre
lo que fue con lo primero!
¡Quién pudiera no caer,
no, no, no caer de viejo;
ser de nuevo el alba pura,
vivir con el tiempo entero,
morir siendo el niño Dios
en mi "Calamocha", este pueblo!

San Cristóbal en los años sesenta

 Hoy la festividad de San Cristóbal, 10 de julio, parece pasar sin pena ni gloria, como quien atraviesa la autovía sin fijarse en que tras ella hay un pueblo maravillos llamado Calamocha.

Pero no siempre fue así, muchos años atrás los sábados por la tarde un camión con la charanga recorría las calles, por la noche había verbena y el domingo se bendecían los coches, camiones, autobuses, tractores, todos engalanados en procesión desde el Santo Cristo al Peirón, había hasta a Reinas y Damas, y tras la bendición comida de hermandad entre los choferes…



Ayer comí con Pepe El Tarambana en Nules, no hubo tiempo para hablar de recuerdos, manda la actualidad y las ganas de aprender, pero al cabo de un rato por wasap me mando la fotografía que puede verse.
Mas tarde mi padre recordó, un San Cristóbal, patrón de los choferes, de mediados de los sesenta con los camiones de Industrias San Roque Piensos Z, con el hombre más sabio de Calamocha Don Jesús Blasco padre en primer término con el flamante camión Ebro y con él a bordo toda la chiquillería mas de uno y dos podran reconocerse, cuando ir a caballo, en coche era un lujo y todos estaban deseando montar, detrás se ve la matricula del Avía nueva que habían comprado en los piensos y que conducía Inocencio Casamayor y detrás dice mi padre que iba el medio escondido, con el Avia blanca y verde de la caja frutera matricula de Valencia, “al ser matricula de Valencia, salí el ultimo para lucir lo nuevo primero. Que atento que es este Pepe”

CF CALAMOCHA Principios de los 70

 El Cf Calamocha a principios de los 70 Santafe de portero, bonita camiseta, todas sin escudo. A su lado la mejor persona del mundo el Castellonero Calamochi Don Manolo Gil y agachados en el centro uno de los mejores medio centros de toda la historia Don Manuel Lechon y ya nadie recuerda nada más...



Santa Fe, Manolo Gil,pardos,boticario,Jesús cachorro,Pepe cerillas,Manolo sandalia,alijarde,Manolo lechón,Carlos pionero ,domingo vainas

San Roque 1995

 La fotografía principal es del año 1995, vuelta a ver esta tarde hasta me parecen otras fiestas a las que ahora vivimos, lejanas tal vez, muchos de sus protagonistas son claramente reconocibles, entrañable Juan Gómez como personaje indiscutible del retrato, a falta de una faria en la boca una sonrisa. Aquel maravilloso año tras comer entré en filas, fue mi primer día de mili en la Academia General Militar de Zaragoza. Pero eso es otra historia.






Recuerdo que hice unas cuantas fotos aquel día y que meses más tarde le llevé unas copias a mi prima Ana Lechón y ella hizo el resto plasmando lo que vio en unas y en otras en un cartel realmente precioso lo que las fotos le sugirieron y así ganó en la categoría de infantil y fue ella parte de las fiestas de 1996 como portada de los programas de mano. Me pregunto quién seria la pareja que sale con tanta claridad y la abuela de lunares, ¿a quien pintaría?... Esta tarde con Emilita hemos recordado aquellos días

Puente Romano de Calamocha. Cerámica de Villafeliche

 Puente Romano de Calamocha. Cerámica de Villafeliche, detalle, juego de jarra y copas. Inauguración del Matadero, medio siglo después la cerámica brillante como el primer día.





Las chicas del Rabal

De boda en el Peiron, allá en lo de Pardos, a mediados de los años cincuenta

A la derecha según se ve en la pantalla con un vestido de color gris, María mi madre, a continuación Carmen, la jota, luego la "Sastresa", después Pilar la "patita", después otra Pilar de la cual hoy mi madre ha recordado muchas cosas pero no el apellido ni el apodo pero que todos han reconocido como Pilar "la curra", y al final, Marisa la peluquera. La boda era de una de las "conchanetas"



Las choperas

El cuaderno gris.

Josep Pla
14 de agosto de 1919
El árbol típico de las arboledas es el chopo que tiene muchas variedades y es alto, esbelto, y elegante y parece haber sido creado para dar a las arboledas el encanto que tienen. El chopo tiene una hoja que cuando pasa un poco de airecillo repiquetea de una manera alegre y deliciosa, y asi, en estos parajes, hay siempre un ruidito más o menos vivo que fascina cándidamente los sentidos. Por otra parte, la hoja de este árbol, gira al impulso del vientecillo -como la del olivo- y así, cuando aparece en la luz llena la parte posterior, que es más clara, sin llegar a ser plateada, pero muy esponjosa, se produce, en las masas de estos árboles, una espuma ligera que no es tan consistente y metálica como la de los olivares peto que tiene una suavidad indecible. Desde el tren pensaba esta tarde en la gracia agradable que sería estirarse en la hierba de las arboledas, cara al cielo, y pasar un rato contemplando estos movimientos vegetales tan prodigiosamente inocentes y divertidos.
Las arboledas son, quizás, el espectáculo vegetal del país más unido a nuestra manera de ser. Es un espectáculo muy cambiante -de una variedad que, a veces, parece difícil de explicar, a lo menos en apariencia. Quizá la luz es el elemento más decisivo de su espíritu. Con determinadas luces las arboledas tienen una acogida alegre, radiante y agradable. Otras veces, tienen un aspecto triste, decaído, y deprimido. A veces, llegan a producir, al atardecer, tan solitarias, un miedo indefinible.



El quadern gris
Josep Pla
14 d’agost de 1919
L’arbre típic de les arbredes és el pollancre, que té moltes varietats i és alt, esvelt i elegant i sembla haver estat creat per donar a les arbredes l’encant que tenen. El pollancre té una fulla que quan passa una mica d’airet repiqueteja d’una manera alegre i deliciosa, i així en aquests paratges hi ha sempre un sorollet més o menys viu que fascina càndidament els sentits. Per altra part, la fulla d’aquest arbre gira a l’impuls del ventet –com la de l’olivera–, i així quan apareix a la llum plena la part posterior, que és més clara, sense arribar a ser platejada, però molt esponjosa, es produeix en les masses d’aquests arbres una escuma lleugera que no és tan consistent i metàl·lica com la dels olivars, però que té una suavitat indicible. Des del tren jo pensava aquesta tarda en l’agradable gràcia que tindria allargar-se en l’herba de les arbredes, amb els ulls al cel, i passar una estona contemplant aquests moviments vegetals tan prodigiosament innocents i divertits.
Les arbredes són, potser, l’espectacle vegetal del país més unit a la nostra manera de ser. És un espectacle molt canviant –d’una varietat que de vegades sembla difícil d’explicar, almenys en aparença. Potser la llum és l’element més decisiu del seu esperit. Amb determinades llums les arbredes tenen un acolliment alegre, radiant i agradable. Altres vegades, tenen un aspecte trist, decaigut i deprimit. De vegades arriben a produir, cap al tard, tan solitàries, una por indefinible.

El puente romano visto por Gerardo Sancho

 Cada vez que llueve volvemos al rio, nos gusta ver bajar el agua desbordando sus orillas, tiene algo de hipnótico, lo mismo que la orilla del mar. La fotografía es del gran fotógrafo navarretino Gerardo Sancho, hecha en 1970, sobre un crecido rio Jiloca a su paso por el puente Romano, sin embargo, la fotografía mas bien parece el retrato de una mujer desconocida




Por los hondos caminos del estío

 Por los hondos caminos del estío,

colgados de tiernas madreselvas,
¡cuán dulcemente vamos!
El cielo azul, azul, azul,
asaeteado de mis ojos en arrobamiento, se levanta
Todo el campo, silencioso y ardiente, brilla.
En el río, una velita blanca se eterniza, sin viento.
Pero nuestro caminar es bien corto. Es como un día suave e indefenso, en medio de la vida múltiple.
¡Qué sencillo placer diario!
Platero y yo Juan Ramón Jiménez



Grafiti: De la + a cuestas

 

Por tanto : Nazareno: La inscripción puede leerse bajo la peana del calamochino. De modo que quien se crea hoy un adelantado por escribir con las mínimas palabras posibles, letras, símbolos y emoticones en un instante a buen seguro se equivoca. Nada nuevo, el ahorrar tiempo y letras resulta bastante viejo, mucho mas que la peana, cuya inscripción seguro la haría una monja, culta y con todo el tiempo del mundo allá por la década de los setenta cuando el Nazareno calamochino cambio su casa en el Rabal por el barrio bajo, y allí en el convento, todos santos revueltos necesitaban su identificación.



Aquellos veranos de los sesenta

 Calamocha Escuelas Viejas

La foto de aquel verano de hace mas de sesenta años en una de las dos escaleras de acceso principales donde jugábamos de críos a pillar cambiando de un lado a otro. La familia se dejó retratar, poso feliz, casi inmortal.

Feliz



Aquellos joteros

 Aquellos joteros de la Calamocha de mediados de los ochenta parecían remar contra corriente, ensayaban en una aula de las escuelas viejas, debían pasar un frio terrible, a la luz de un par de bombillas, los veía y sentía desde casa, no eran entonces las jotas lo que hoy son ni mucho menos, fueron unos héroes en la travesía del desierto que nos ha llevado hasta nuestro días. Y sin embargo no recuerdo verlos actuar.

La fotografía hoy en el día de San José es del archivo de Joaquín Serrano, el me la ha pasado, el como todos, anda hoy recordando a su padre, a la Calamocha que nos deja.
Felicidades y a recordar



Jose Lapayese Bruna, imágenes del Vía Crucis

 Jose Lapayese Bruna, imágenes del Vía Crucis (Huecograbado) Colegio de la Virgen del Camino (León)

Segunda Estación: Jesús carga con la cruz
Jerusalén arde en fiestas.
Qué tremenda diversión
ver al justo de Sión
cargar con la cruz a cuestas.
Sus espaldas curva, prestas
a tan sobrehumano exceso,
y, olvidándose del peso
que sobre su hombro gravita,
con caridad infinita
imprime en la cruz un beso.
(Gerardo Diego)



Escuelas viejas de Calamocha Año 1930 En construcción

 El recordado maestro Alejandro Gargallo debió ser la persona mas feliz del mundo en día de su inauguración. La fotografía muy probablemente la realizo su hijo.



“Lucha casi solo para que Calamocha tenga un edificio escolar modelo, su alcalde Marcelo Mara, el cual podrá trazar de memoria, kilometro a kilómetro, el camino de esta villa a la del oso y el madroño, y erigir una estatua al tesón de los hombres amantes de la cultura, con las pesetas que le cuesta tanto viajecito dirigido al logro de la pronta realización de su propósito laudable, que si el presente agradece, más lo agradecerá el porvenir”
Alejandro Gargallo: Palabra encendida de un maestro republicano. Fermín Ezpeleta Aguilar CEJ 2018

sábado, 17 de abril de 2021

El último San Roque


Pareja de Bailadores. Sintiendo un Dicho en la Calle Mayor. Sin duda ha sido un San Roque para valientes. Fotografía de aquel 2019 que hizo tantismo calor, de hecho nadie recordaba tanto.


viernes, 16 de abril de 2021

EL MILAGRO DE LAS MATRACAS DE SAN ROQUE

 EL GUARDIÁN DE SAN ROQUE...

Copio, pego, leo y traduzco por así decirlo, un fragmento, del que probablemente sea el mayor tesoro literario calamochino.
EPITOME de la virtuosa y evangélica vida del Venerable padre Fray Ignacio Garcia, lector jubilado, fundador, y dos veces Guardián, del Insigne Colegio Seminario de Misioneros Apostólicos de San Francisco de la Villa de Calamocha, en la santa provincia de Aragón.



EL MILAGRO DE LAS MATRACAS DE SAN ROQUE
Ajustó perfectamente el gobierno de su Colegio a las Leyes Generales incluidas en la Bula del Santo Pontífice Inocencio XI.
Iba puntualisimo a todos los actos de la Comunidad y para todos los trabajos era el primero el Venerable Prelado, y así le seguían gustosos todos los súbditos.
Mas persuadía con sus buenas obras que con sus palabras
Estableció según dichas Constituciones Apostólicas, un séquito puntualisimo de Comunidades que jamás ha variado.
Los Maitines a media noches han sido indispensables, de tal manera, que ni por los fríos (que en aquella alta tierra los hace grandes) ni por los hielos y nieves, ni por los vientos del Norte destemplados y rigurosos, ni por otro motivo alguno se han dejado de decir las Divinas alabanzas en aquella hora determinada por la Ley y costumbre de la santa Religión.
Caso más admirable sucedió la noche del día tercero de marzo del año 1710 que era lunes de Carnaval. Fue este:
Había venido de hacer Limosna el Religioso a cuyo cargo estaba el despertar a Maitines. Con la fatiga de su pasado viaje, se durmió profundamente de tal suerte que habiendo tocado las doce de la noche, no las oyó ni toco la campana del Coro, ni menos toco la matraca para despertar a los Religiosos.
Uno de ellos se despertó al ruido de las matracas, se fue al Coro y viendo que ninguno venia, fue a la Celda del Sacristán que debía despertar y le hallo aun en su profundo sueño.
Vieron el Reloj y hallaron que pasaba un poco de las doce.
Despertó el Sacristán a los demás y se dijeron los Maitines como otras veces.
Este extraño caso lo examino el Prelado con todo rigor y no encontró quien hubiera tocado las matracas, asegurando el Religioso que las había oído que estaba muy despierto y perfectamente en sus sentidos, cuando las oyó.
Este suceso maravilloso alentó a los Religiosos del Santo Colegio para nunca faltar a las Divinas alabanzas en aquella hora de la media noche.
Aunque el Siervo de Dios Fray Ignacio hubiese de predicar al día siguiente a dos y tres leguas de distancia de su Colegio, iba a Maitines a media noche y lo mismo cuando volvía. Y solía decir: que no podía hacer otra cosa en conciencia hallándose Prelado, por que no sentía bastante necesidad para dispensarse a si mismo. No era así con sus Súbditos, el caritativo Padre, sino que en semejantes ocasiones, les mandaba descansar, y no se levantasen a los Maitines de media noche.
Con todos era piadoso, y riguroso consigo.