miércoles, 20 de mayo de 2020

Charlatanes


Supe de don Rafael Pamplona Escudero (Zaragoza 1865 -1929) cuando alguien lo cito en medio de todo este guirigay en el que nos han traído a vivir como lo más normal del mundo, quienes como el perro el hortelano bien parapetados, elección tras elección, nos animan a votar, desde el blocao de la casa de tócame Roque en que han convertido las Cortes.

De padre y abuelos calamochinos cuentan que fue político y hasta alcalde de la ciudad que lo vio nacer. Incluso tiene una calle dedicada cerca de la universidad, que no del ayuntamiento. Pues lo suyo fueron mas las letras que la política de la cual se jopo desencantado una vez guipo el percal. Y así se volcó en su verdadera vocación, la escritura, donde fue un gran novelista y  reconocido articulista.

Son esos grandes lectores y críticos quienes habitualmente nos hablan maravillas de obras menores de reconocidos autores los que suelen despreciar las buenas obras de pequeños escritores. Don Rafael, grande o pequeño, no deja de ser entre otras muchas cosas un escritor de provincias y costumbrista como también es un calamochino más, jilocano como dicen hoy. Pero hay que leerlo, salir en su defensa y comenzar a darle el mérito y reconocimiento que tal vez merezca a pesar de que todo parece indicar no escribió ninguna obra ambientada en el país del Jiloca. Nadie es perfecto.

Acabo de leer dos de sus libros, El charlatán político y Juego de Damas. Quizás lo más sorprendente de todo es que sus novelas, amenas, divertidas y con algo que contar después de más de cien años se siguen editando señal inequívoca de que se leen y merecen la pena.

El charlatán es una de esas viejas novelas que te saben a poco, tal vez un par de episodios  mediada la obra desentonen, pero sus capítulos finales resultan brillantes, desenlace incluido. Escrita hace mas de cien años en ella podemos leer algo tan actual como el desarrollo de todo un proceso electoral. Ambientada en una Zaragoza y alrededores imaginarios pero reconocibles; Narra como un buen día a don Carlos Miralles, soltero dedicado a sus labores, sus amigos le proponen ser candidato por el partido progresista. Precisamente a él, a quien todo el mundo tiene por persona seria, rica, religiosa y de derechas. Todo un golpe de efecto, antes de que los conservadores se adelanten. Se vota con tanta frecuencia, llegan a lamentarse que ya no quedan tontos útiles, perdón, candidatos.

El resto, es fácil imaginar. Tertulias, teatro, el mundo de la farándula y al ver el señor Miralles su nombre en la prensa y sus vacías palabras convertidas en discurso, de buena fe acepta ser candidato. Le llueven los amigos dispuestos aplaudir y echar una mano a cambio de cualquier premio una vez resulte elegido, “si no hacemos favores, no cosechamos”. Le encanta ser el centro de atención de las mujeres, en especial de esa joven tres veces viuda dispuesta a una cuarta vez de la que se va enamorar. El eterno amaño de las elecciones a través de los caciques con las que el partido le asegura el triunfo terminan por entusiasmarlo y sentirse capaz de cambiar el mundo entrando en campaña a favor de los pobres a lo grande. Alquilando el mejor carruaje de Zaragoza propiedad de un charlatán inglés.

Pero como se encarga el autor de recordamos con constantes ejemplos “la política no tiene entrañas” los conservadores temiendo por su candidato llamaran a Madrid y harán venir al líder del partido, tal golpe de efecto pondrá en peligro la elección del bueno del señor Miralles, quien una vez mas se dejara llevar por unos y por otros organizando lo que hoy daríamos en llamar un escrache de tales dimensiones que la novela parece escrita hace tan solo unos meses en las Ramblas de Barcelona. La noche del recuento, como la vida misma, pondrá a cada uno en su sitio, o tal vez no.

Don Rafael sin duda vería en los políticos actuales que padecemos a los mismos que le toco sufrir. Y dado que tenemos tiempo, leer Juego de Damas es obligado. Una novela magnifica de principio a fin, entretenida, redonda. Como no podía ser menos al estar escrita por un gran escritor.
 
Articulo publicado en El Comarcal del Jiloca 15 de mayo de 2020