martes, 1 de diciembre de 2015

Vida

Jueves 19 de noviembre de 2015

Espera, deja que me siente, y le quite voz al televisor. Es una alegría oírte, ¡por fin alguien con quien hablar español! No tengo perdón, la culpa es mía, no te he llamado, y eso que últimamente me apetece hablar español todo el tiempo. El mismo sábado llamo la D, desde Zaragoza, que está muy malica me dice, y que yo estoy muy bien, y esa es la verdad, yo estoy bien, y que le gustaría verme dice. Vernos antes de morir todas las primas.

Como esta todo hijo, llevamos unos días terribles, sin parar,  desde lo de París, sin dejar de oír noticias, el televisor, la radio, unos y otros. Aquí, por casa, bien, la cosa tranquila, estamos lejos, más cerca de Barcelona que de París, aunque a Barcelona, ya lo hablamos, no pienso volver jamás.

Una no puede dejar de pensar, no puede quitarse de la cabeza lo de estos días, y mira que he visto cosas en esta vida, una siente el miedo, el terror de esa pobre gente que no tuvieron la misma suerte que nosotros, que lo podemos contar, una lástima  de verdad, en la plenitud de la vida, inocentes. Ellos son los únicos que importan.

Mil gracias por llamarme, como te digo, echo tanto de menos no tener a nadie con quien hablar español, y el caso es que no sé por qué. Nunca me había pasado, a veces me pongo la parábola en el televisor, sólo por sentir hablar español, pero al poco me canso y pienso, soy una tonta, lo que necesito es hablar, no escuchar. Hablar con la familia de España.

Con mis padres siempre hablábamos español, pero hace tantos años de eso, como es normal, la familia lo ha ido perdiendo, con mi N, aún lo hablamos de vez en cuando, ahora le daré el teléfono a ella, para que habléis un poco, saludar al menos, pero al cabo del rato, cambiamos al francés sin darnos cuenta, nos faltan las palabras, no las encontramos. Mis nietos, ya no lo conocen… ¡cuanto echo de menos no tener a nadie con quien hablar español!.

Ayer no me atreví a salir de casa, y mira que nunca se me ha puesto nada por delante, pero no va de un día las pocas faenas que tengo, que son muchas no te creas, porque no paro y ayudo en todo lo que puedo, así que  lo deje para hoy. Al hacer de día, se sentían las sirenas y el barrio amaneció  lleno de coches de policía, de soldados, no me quise meter en líos y me quede quieta, hoy hemos sabido que hubo registros, y al menos se llevaron a uno. Están en todos lados, y son muchos, van a necesitar más de tres meses para registrar Francia casa por casa, pero no te quepa duda, lo harán. Los franceses son así, ahora todo son prisas. Ahora es cosa de todos. Pero esta mala gente, que mata, que no le importa nada,…

Yo, como bien me cuentas de tu madre, que no puede parar, es cosa de familia, yo tampoco sé estarme quieta, no paro y me paso todo el día de aquí para allá y esta semana, en medio de todo el jaleo, precisamente he tenido que hacer unas gestiones y compras que no podían esperar, así que nos ha tocado salir, coger el coche y circular por toda la ciudad, y cuando vas a entrar a los sitios, ya sabes, te paran, y a la cola, y te registran, de arriba abajo, te miran el capazo, te hacen quitar el abrigo y te palpan, no se dejan un trozo de ti de tocar, ni nada sin mirar, y hacen bien y les da igual hombres que mujeres, grandes que pequeños, fíjate a mí, una vieja como yo, y me tratan como si tuviera veinte años, …pierdes tiempo sí, pero no importa, tienen que hacer ahora el trabajo que no han hecho en años. Esta usted muy joven, me dicen, no me echan los años que tengo, una vez miran la carta de identidad, y que voz más joven, me piropean los gendarmes, ya ves, a mis años, cumpliré ochenta y nueve en marzo.



Ahora es cosa de todos, no se cansan de recordarlo, así que al final te lo aprendes. Hoy por ejemplo, cuando he ido a coger el coche, ya lo había arrancado y me he dicho, venga que yo ya no tengo edad para estas cosas, así que me he ido sin abrigo, lo he dejado en casa, un rato menos de cola, asi ya no andas con el quitándotelo y poniéndotelo, y en la otra mano la compra, y… y mañana aunque dicen que por fin llega el frío, me da lo mismo, me iré sin abrigo.

No hablábamos desde marzo, así no podemos seguir, tenemos que hablar más, aquí lo tengo apuntado desde el 27 y siempre me llamas tú, y luego me llamaste, el 7 de agosto, una tarde, y dejaste un mensaje en el contestador, mitad en español y mitad en francés, aún lo conservo, no lo he quitado, me dio una rabia, una cosa, entrar en casa y ver la señal de mensaje en el teléfono, y ver que eras tú, y no estar yo en casa para hablar.

¿Cómo es posible que no te acuerdes?, ya lo creo, dejaste un mensaje, invitándome a San Roque, por cierto, que pronuncias “au revoir”, como si hubieras nacido aquí. ¡Que gracia!. Cuando escucho los mensajes, que me dejan, siempre acabo con el tuyo, es tan bonito oírte.

El caso es que cada tanto, pienso en llamarte, me viene a la cabeza el 964… si claro, me sé tu número, y el de todos, la cabeza no falla, los papeles se pierden, y lo otro se me hace complicado, me lío vaya, la dirección de correo electrónico, internet, ya lo deje…

Pienso como tu dices, si no me tendré que volver a España, a mis años, y que la familia de nuevo se junte y ya no se separe, allí que parece las cosas son de otra manera, igual un día agarro el coche y cruzo la frontera, solo por estar en España, ¿y por qué la echare tanto de menos?, chico no lo sé. Si me vine a Francia con nueve años, con la retirada, andando… al menos si vuelvo lo haré en coche, la idea me divierte, me entretiene, lo mismo que hablar español. 

Pero como a la hora de querer hablar español, de echarlo de menos, con esto de querer volver si quiera un día a España, me pasa lo mismo, no sé el porqué. Echar tanto de menos España, si llevo aquí ochenta años, no lo sé, pero esa es la verdad, y me pueden las ganas y de ir a Calamocha, más, y fíjate lo que te digo, me vine con nueve años, y luego solo he estado tres veces en España, la mayor parte  de esos días en Calamocha, en casa de tu abuela… no me lo puedo quitar de la cabeza,… aquellos veranos de Calamocha, el hablar español. Todo.

Estoy encantada de hablar contigo, hoy es una felicidad total, mándame fotos, cuídate mucho y recuerdos, te llamare en navidad, si antes no cojo el coche, y cruzo la frontera, vuelvo unos días a España, hablo español, nos vemos las primas, y nos despedimos.

Recuerdos



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