martes, 20 de septiembre de 2011

La Bici.


"Tendrá más de cincuenta años, nos dijeron, yo creo que ni siquiera la compramos nosotros, ya cuando llego a esta casa, era de segunda mano, ¡qué digo!, vete tú a saber, puede que aprendiera en ella todo el pueblo, ya lo creo que sí, porque entonces, no era como ahora, las cosas, iban de puerta en puerta, de casa en casa, y cuando a uno no le valía, se cogía y se le dejaba a otro, sin importar nada, “ya me la devolverás”, “toma tu que la necesitas” , y así toda quinta aprendía en la misma bici, en el mismo taca taca, los carros de casa en casa, las cunas, … y en esto y en todo, y ahí se quedo, no habría entonces ningún zagal al que dársela".

FIN

El Vecino Ciclista comenta, de un modo genial lo siguiente. recuerdos, recuerdos, recuerdos: 


Una como esa, me dejaron los Reyes del 74, fijate si me acuerdo, yo entonces tenia 4 añitos y fuí la envidia de todos los niños de la calle Mariola, que tiempos.
 
La alegria no me duró mucho, pues al poco tiempo me la robaron unos gitanillos en la pueta del kiosco, aquellos momentos se me quedaron grabados en la retina, no había forma de consolarme,váya palo.
 
 
Al tiempo nos dijéron que la habían visto por el barrio de la Plata "el bronks valenciano". Y allá que vamos, todos en cuadrilla,,mis hermanos mayores junto con los amigos de éstos a buscar la bici, entonces una bici costaba mucho dinero y no se podia permitir uno el lujo de perderla y mas en aquellas circustancias.
 
 
Al final dimos con ella, la tenía un gitanillo pero custodiado por el abuelo "patriarca". La faena era nuestra, convencer a aquél hombre que aquella bici era la mia.
 
Después de un intenso debate y acalorada conversación, porque el niño no la soltaba, decia que era suya "papa que es mia". Al final no húbo que emplear la fuérza y el Patriarca entró en razón, menos mal... porque yo ya pensaba que ibamos a salir peor parados que los de Puerto Urraco. 
 
Y por fin tenía yo mi bici,eso sí con un poco mas de mierda y sin pegatinas pero era mi bici.
 
 
Perdona Jesus que te haya puesto esta "txapa" de comentario, pero es que al ver esa bici me ha traido aquellos recuerdos.
 
 
Gracias, nos vemos el sábado en misa, cualquier dia te cedo los trastos del blog. 

jueves, 8 de septiembre de 2011

El Santo Cristo, la rata, las jotas...


Que recuerde, ningún santo, ni de aquí ni de allá, ni del Rabal ni del Barrio Bajo, ninguna sotana, por muy grandes que fuesen los galones que portase o escondiese, ni nunca en suma, ningún triste atardecer de jueves santo, ni nada ni nadie, que uno haya visto, ha podido reunir a tanta gente a las puertas del Santo Cristo. Gente expectante, en absoluto y respetuoso silencio, en orden.

Tanto es así, que en los instantes previos, ante el silencio reinante, costaba creer que bajo el porche de la ermita, sin apenas luz, fuesen fiestas de San Roque, y la vista se te iba tratando de hallar al cura, los hábitos y tambores y a las pocas beatas que quedan vela en la mano por las aceras, …

Nunca tanta gente nadie logro reunir, como logro en las pasadas fiestas, en la noche de la Virgen, una guitarra, unas enaguas, un cachirulo, un par de castañuelas, en suma, la salida de la ronda a media luz. Impresionante.

Allí en medio, como un monaguillo “apegao” a las faldas del cura, repare en la figura de Paco El Raba, junto a los joteros y joteras: “Arrímate bailaor, arrímate que no pecas, que el bailar y no arrimarse, es comerse el pan a secas”.



Y comenzó la ronda.

A veces Paco, ahora Francisco, habla de si mismo en tercera persona, pausadamente, como aquel que ha vivido otra u otras vidas:

En el Barrio siempre se han cantado jotas, Paquito lo recuerda, parece que estemos partidos por el callejón, que haya dos barrios en la calle, la costera y el llano, pero no es así, nunca fue así.

Recuerdo de crío la hoguera de Santa Lucia, en la parte de arriba del Barrio, todos venían, entre la casa de la Tía Antonia y la casa de los Tarambanas, con Pepe, y su hermano Paco, ellos mayores que yo, todos alrededor…

Y de pronto de la leña de la augera nos salio una rata como una liebre, y todos chillando… la rata corría pa todas caras, y en eso que enfiló hacia la casa de la Tía Antonia, y esta que al sentir el ruido salía se la encontró al paso, y la rata, al verla, cagada de miedo que estaría, se le metió entre las faldas buscando un lugar donde esconderse.

La hostia, tu, Paquito se acuerda de aquello como si lo estuviera viendo, que a ti a buen seguro te lo habrán contado más de una vez (y así es).  Y la Tía Antonia, sin moverse, con todos nosotros allí en frente acojonaos, riéndose, que siempre estaba riéndose, … se llevó las dos manos a la entrepierna, agarro la rata y dijó ya esta, … no veas, … cogió y apretó fuerte las manos, y la rata soltó un chillido, que aun lo tengo en la cabeza, y ella sin parar de reírse, ale, ya ha estirao la pata, y sacó la rata con el cuello partido y nos dijo … zagales, la espeleto y la asamos o la tiramos. Joder que impresión, yo no tengo cojones de hacer eso, ni aun hoy. Que mujer.



Y luego de cenar, llegaban las jotas, cantadas por La Manola y la Tía Ángela, la madre de Fermín, aquella mujer era un diccionario jotero, de jotas verdes y picantes, que ahora ya solo recuerda la madre de Paquito. He de hacer lo que dices, escribirlas, antes de componer nada.

La Jota de Calamocha

Puente Romano, el molinero,
Fuente del Bosque, con lavadero,
los rabaleros del Santo Cristo
sabes morena lo que te quiero
campos inmenso, valle el Jiloca
esta es mi gente, este es mi pueblo

(Paquito, 2011)

Coplas de Jota, cortas.

Pa cantar una jotica,
con gracia y con salero
lo primero hay que ser maño,
y si es posible rabalero,
si es posible rabalero
pa cantar una jotica.

Y otra más…

Esos ojos en el cielo,
son estrellas y lucero,
por eso sabes mañica,
lo mucho que te quiero.

(Paquito, 2011)

Continuara…


He pensado que para el próximo año, estas jotas u otras, las cante Paquito la noche de la Virgen, al salir de la rondalla en el porche del Santo Cristo o en la esquina del Barrio, salir un poco antes, pedir permiso, dejar la vergüenza en casa y cantar, no tengo traje de baturro, y poca voz, pero me pondré el moquero en la cabeza, una botella anís y una cuchara para marcar el tono y cantare, … así que necesito que el Barrio me ayude, y que me acompañéis. 

De vuelta a casa, su madre, desde el balcón, nos canto una jota de ronda a capela, una tras otra, media docena, si la salida de la ronda del Santo Cristo, fue enormemente bonita, para las jotas del balcón, ya no me quedan palabras.




PD Es, a mi ver, la jota, la nueva religión de Aragón, si juzgas lo que ves y oyes en su televisión, no hay más realidad que esta.

En caligrafía, las jotas escritas por Paquito, feliz sin ordenador, sin Internet,…

Gracias por dejárnoslas, y gracias por todas las fotos que iremos, con su historia, “colgando”.