jueves, 22 de octubre de 2009

Habia una vez un Circo ...


No hace tanto tiempo, había junto a la pared de la iglesia un Frontón, como en la mayoría de los pueblos, un lugar donde jugar a la pelota…

Un día, sin hacer ruido cayó en el olvido y desapareció…

Cuando en los días de mercado las calles de la plaza se quedaban pequeñas, se llenaba de puestos, jugábamos en él al fútbol antes de entrar al catecismo, y cuando éramos unos párvulos recuerdo ir al frontón porque venia la televisión, menudo acontecimiento debió ser aquello, lastima que no recuerde mas cosas, como que actuación habíamos preparado o si finalmente vino o no o si salimos o no en la tele, en la de verdad, en la de un solo canal y en blanco y negro. Recuerdo también, algún año después, ver allí formada a la OJE, en la entrega de diplomas o lo que fuera tan solemne acto, tras haber estado de “maniobras” en la Cerrada Sancho… pero no recuerdo haber jugado a la pelota en el frontón, y vagamente recuerdo ver jugar.


Y la historia que siempre se contaba, había una vez un circo que “acampo” contra la pared de la iglesia en la tierra del frontón. Contaban que durante las noches, los presuntos Titiriteros, pusieron todo su empeño en hacer un agujero en la pared de la iglesia para acceder a su interior, … no sabemos con que intención, si la de rezar o tal vez la de robar. Sin percatarse los artistas que en aquellos años, la Iglesia, día y noche estaba abierta, no había llave. Aun pueden verse los bloques de piedra desencajados.
Desapareció el frontón en los ochenta, dirían que se iba a caer cualquier día, que era antiestético, que no servia para nada ni se usaba, que se iba a remodelar la plaza, a dar salida hacia el rio,… quien sabe.

En su lugar, se habilitaron unos servicios, por llamarlos de alguna manera, y tapiar la cosa de algún modo, para las verbenas sanroqueras que por aquel entonces pasaron a celebrarse en la plaza, junto con aquellos conciertos festeros, de la Pantoja y Manolo Escobar de Gabinete Galigari y Héroes del Silencio... Caray, aquello si que era nivel. Y todavía no había llegado el boom inmobiliario, no me lo explico.

Recuerdo haber leído en el Heraldo o tal vez en el Diario de Teruel, una carta de un calamochino, entonces, (aunque parezca mentira, no había Internet y las quejas iban a parar todas al Maestro Armero, al Director), quien al volver el verano de aquel año al pueblo y ver que no había frontón, vio rotos todos sus recuerdos de la infancia. No entendía el porque. A mi aun me cuesta.

La foto es del año 1996, y fue el primer y único carrete que hice como diapositivas, lo que ha cambiado esto de la fotografía desde entonces. Y salvo por que la casa ya no esta, todo sigue igual. Hice un carrete completo a la plaza porque la iban a remodelar, como así sucedió, pero lo que era el frontón, sigue igual, a la espera de tiempos mejores, como el proyector de diapositivas
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