miércoles, 6 de mayo de 2009

Aquella Fuente de la Huerta Grande.


A Gargallo, muchas felicidades…

Quien por estos días, si no me equivoco el 3 de mayo en concreto, cumple los primeros 93, año arriba, año abajo,… y hablando de años:

Año 1994
Volvía al barrio con la Yasica FX 2000 colgada del cuello, y al verme Gargallo me pregunto:

¿Ya vienes de pasear y hacer fotos, ande has estado hoy?.

Vengo de la Huerta Grande, le he hecho una foto a la fuente, a las fiemeras, a los pocos olmos que quedan, a las zarzas, una pena …

Anda pues, que estará buena la fuente de cara a los paseantes, dará gozo verla.

Pues la verdad es que si, que estaba de foto, llena de mierda.


Unos días después, año 1995.

Entre el Cuartel y las Casas de los Maestros, volvía de mañana Gargallo en bicicleta, atrás llevaba la azada de regar y las botas, … y al verme en la puerta me dijo:

Luego a la tarde te llegas a la Huerta Grande y le haces una foto a la fuente, ya veras que bonita la he dejado, que no se diga, para que vean los veraneantes que fuente mas limpia tenemos.

Me he ido esta mañana a regar el huerto, y me he acordado de aquella foto que hiciste, y me he dicho, venga hoy que llevo las botas, me voy a limpiarla con la fresca, total, es un corrico de nada, así que ahora podras tener una foto de la fuente, limpia como una patena…

Aquella vieja fuente, ya no existe como tal, …”es suya”, y la foto también



En cuestión de fuentes, siempre fue la hermana pobre, a lado de la Fuente del Bosque o incluso de la Cirugeda, y hoy, como ayer, la vida sigue igual, los patos son los dueños y señores de la Huerta Grande. No existe nada más.

Recuerdo que alguna vez, estando en el huerto de la Vega de los Postigos, mi abuelo me mandaba a por agua fresca a la fuente, con aquella botella de cristal de dos litros que originalmente era de coñac y que no faltaba como cantimplora en ninguna casilla … era un trayecto relativamente corto, pero toda una aventura, entre ribazos, huertos y acequias.

Llegabas a la fuente mirabas al fondo y veías como nacía el agua, una maravilla, veías también algún renacuajo, pan de rana, se oían los topos en el reguero y pensabas, menos mal que corre el agua, porque anda que no vienen aquí los zagales a mearse ni nada …
A falta de grifo, capuzabas, era inevitable, y sumergías al botella en el agua para que se llenase, y como apenas había profundidad al poco dejaba de entrar agua y tenias que cambiar de sitio, removias el zanago y empezaba el agua a enturbiarse … de modo que cuando te marchabas ya no había agua limpia como cuando habías llegado, todo era negro, ya no se podía beber…
Agua que no has de beber ...

No hay comentarios: